Confirmando nuestra fe en Jesucristo – Jesús resucitado vence a la maldad y a la muerte

por

Catequesis en familia - Inicio 5 Confirmación 5 Confirmación Dinámicas 5 Confirmando nuestra fe en Jesucristo – Jesús resucitado vence a la maldad y a la muerte

El Apóstol afirma: «Si Cristo no ha resucitado, vuestra fe no tiene sentido, seguís en vuestros pecados» (1 Co 15, 17). Lamentablemente, a menudo se ha tratado de oscurecer la fe en la Resurrección de Jesús, y también entre los creyentes mismos se han insinuado dudas. En cierto modo una fe «al agua de rosas», como decimos nosotros; no es la fe fuerte. Y esto por superficialidad, a veces por indiferencia, ocupados en mil cosas que se consideran más importantes que la fe, o bien por una visión sólo horizontal de la vida. Pero es precisamente la Resurrección la que nos abre a la esperanza más grande, porque abre nuestra vida y la vida del mundo al futuro eterno de Dios, a la felicidad plena, a la certeza de que el mal, el pecado, la muerte pueden ser vencidos. Y esto conduce a vivir con más confianza las realidades cotidianas, afrontarlas con valentía y empeño. La Resurrección de Cristo ilumina con una luz nueva estas realidades cotidianas. ¡La Resurrección de Cristo es nuestra fuerza!

SS Francisco, Audiencia general, 3 de abril de 2013.

*  *  *

Objetivo

Analizar la realidad y el valor de la resurrección de Jesucristo en nuestras vidas como cristianos.

Videos

Cristo resucitado promete estar siempre con nosotros. Escena de la miniserie Jesús (Young).

Triunfo del Cristo del Apocalipsis (Mertes)

Canción

Kiko Argüello: Resucitó (¿Dónde está, muerte, tu victoria?)

Charla aclaratoria para debatir en los grupos

Todos moriremos alguna vez. No hay manera de escapar de la muerte. Pero hay alguien que es superior a la muerte y que la ha vencido: Jesucristo.

Los que mataron a Jesús creyeron que habían triunfado. Todo terminó como ellos habían planeado. Hasta los amigos de Jesús creían que ya no había nada que hacer. Pero Jesús volvió a la vida. Salió de la oscuridad del sepulcro por su propio poder. Era una semilla con una carga de amor tan poderosa que reventó la sepultura y brotó con maravillosa vida nueva.

Jesús vino a mostrarnos el amor del Padre Dios en todo, hasta venciendo a la muerte. Venció a las tinieblas, a la mentira, al odio. Venció al miedo. Triunfó sobre el egoísmo de los poderosos. Y su victoria es también nuestra victoria, porque él es nuestro hermano y amigo.

Veíamos que Dios se hizo nuestro compañero naciendo como parte del pueblo. Acabamos de ver que murió como cumbre de la fidelidad humana al Amor. Nosotros participamos de su triunfo en la medida en que le acompañamos en sus luchas.

La resurrección es el triunfo de las esperanzas de los pobres, de los jóvenes, de todos los despreciados. No salió vencedor el odio de los poderosos, sino el amor del Pobre perseguido.

La vuelta a la vida de Jesús, despreciado y maltratado, señala el destino de todos los que ponen su fe en él: vencer a la muerte: superar todo egoísmo humano…

Creer en la resurrección de Cristo lleva a creer que con él nuestras luchas llegarán a la Victoria final en contra de la injusticia, la miseria y las divisiones. Es creer en el triunfo del amor.

La resurrección de Jesucristo es la primera semilla de la gran resurrección de la humanidad, cuando ni la muerte, ni ninguna clase de egoísmos, puedan romper el triunfo de la más perfecta hermandad. ¡Otro mundo es posible! Cristo resucitado es nuestra gran esperanza.

Textos iluminadores para orar y dialogar en grupos

Mateo 28, 1-10: Jesús resucitado anima a sus amigos.

Pasado el sábado, al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a visitar el sepulcro. De pronto, se produjo un gran temblor de tierra: el Ángel del Señor bajó del cielo, hizo rodar la piedra del sepulcro y se sentó sobre ella. Su aspecto era como el de un relámpago y sus vestiduras eran blancas como la nieve. Al verlo, los guardias temblaron de espanto y quedaron como muertos. El Ángel dijo a las mujeres: «No teman, yo sé que ustedes buscan a Jesús, el Crucificado. No está aquí, porque ha resucitado como lo había dicho. Vengan a ver el lugar donde estaba, y vayan en seguida a decir a sus discípulos: «Ha resucitado de entre los muertos, e irá antes que ustedes a Galilea: allí lo verán». Esto es lo que tenía que decirles».

Las mujeres, atemorizadas pero llenas de alegría, se alejaron rápidamente del sepulcro y fueron a dar la noticia a los discípulos. De pronto, Jesús salió a su encuentro y las saludó, diciendo: «Alégrense». Ellas se acercaron y, abrazándole los pies, se postraron delante de él. Y Jesús les dijo: «No teman; avisen a mis hermanos que vayan a Galilea, y allí me verán».

Apocalipsis 21, 1-7: Cielo nuevo y tierra nueva.

Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar ya no existe más. Vi la Ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo y venía de Dios, embellecida como una novia preparada para recibir a su esposo. Y oí una voz potente que decía desde el trono: «Esta es la morada de Dios entre los hombres: él habitará con ellos, ellos serán su pueblo, y el mismo Dios estará con ellos. Él secará todas sus lágrimas, y no habrá más muerte, ni pena, ni queja, ni dolor, porque todo lo de antes pasó». Y el que estaba sentado en el trono dijo: «Yo hago nuevas todas las cosas». Y agregó: «Escribe que estas palabras son verdaderas y dignas de crédito. ¡Ya está! Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. Al que tiene sed, yo le daré de beber gratuitamente de la fuente del agua de la vida. El vencedor heredará estas cosas, y yo seré su Dios y él será mi hijo.

Diálogo comunitario

  • ¿Qué cambios produjo en los discípulos experimentar a Jesús resucitado?
  • ¿Sentimos que Cristo está hoy realmente vivo en medio de nosotros?
  • ¿Nos sentimos partícipes del triunfo de Cristo? ¿En qué y cómo?
  • ¿Cómo conseguir que los jóvenes experimentemos la fuerza del Resucitado en los problemas que se nos presentan?

Oración comunitaria

Jesús, sabemos que estás vivo, y ello nos llena de esperanza y de alegría.

Tu victoria es nuestra victoria también.

Perdón, Jesús, porque experimentamos muy poco las energías de tu Resurrección.

Enséñanos a vencer, contigo y como tú, a la maldad y a la muerte.

Gracias Jesús porque vuelves a la vida rebosando el maravilloso poder del amor.

Bendito seas porque sigues viviente y activo en nosotros.

Tú eres la esperanza de un futuro mejor. En ti es posible un Mundo Nuevo.

Bendito seas porque eres Señor de la Creación y Señor de la Historia.

Dinámica final

Nos damos un abrazo entre todos, y al ir dando el abrazo cada uno dice al otro una alabanza por algo bueno que vea en él.

*  *  *

Para acceder a otros escritos y materiales del padre José Luis Caravias SJ,
puedes entrar en su magnífico blog en wordpress

*  *  *

 Volver al Índice 
Novedad
Cuadernos, recursos y guía
Amigos de Jesús
La Biblia de los más pequeños
Cuentos de Casals
Recomendamos
Editorial Combel
Editorial Casals