
“Lo que oímos y aprendimos, lo que nuestros padres nos contaron, no lo esconderemos a nuestros hijos, y ellos lo contaran a los que vendrán” (Salmo 78)
Nuestra sociedad como sabemos ha cambiado mucho en todo, también en lo que se refiere al ámbito de la fe. Si nuestra propia infancia se desarrolló en un clima religioso no es eso lo que ahora ocurre con muchos de nuestros niños.
De ahí surge la necesidad de pensar en un nuevo modelo catequético parroquial-familiar, y de una catequesis que tenga en cuenta la nueva situación aunando esfuerzos de padres y catequistas.
La catequesis parroquial-familiar es una propuesta más difícil para nosotras catequistas pero a la vez más esperanzadora.