Confirmando nuestra fe en Jesucristo – María, la Madre, nos lleva a Jesús

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Hay un estilo mariano en la actividad evangelizadora de la Iglesia. Porque cada vez que miramos a María volvemos a creer en lo revolucionario de la ternura y del cariño. En ella vemos que la humildad y la ternura no son virtudes de los débiles sino de los fuertes, que no necesitan maltratar a otros para sentirse importantes. Mirándola descubrimos que la misma que alababa a Dios porque «derribó de su trono a los poderosos» y «despidió vacíos a los ricos» (Lc 1,52.53) es la que pone calidez de hogar en nuestra búsqueda de justicia. Es también la que conserva cuidadosamente «todas las cosas meditándolas en su corazón» (Lc 2,19). María sabe reconocer las huellas del Espíritu de Dios en los grandes acontecimientos y también en aquellos que parecen imperceptibles. Es contemplativa del misterio de Dios en el mundo, en la historia y en la vida cotidiana de cada uno y de todos. Es la mujer orante y trabajadora en Nazaret, y también es nuestra Señora de la prontitud, la que sale de su pueblo para auxiliar a los demás «sin demora» (Lc 1,39). Esta dinámica de justicia y ternura, de contemplar y caminar hacia los demás, es lo que hace de ella un modelo eclesial para la evangelización.

SS Francisco, Evangelii gaudium, n. 288..

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Objetivo

Conocer la función de la Virgen María en la Historia de la Salvación.

Vídeo

María–José Kowalchuk, La Anununciación, escena de la película de animación La Natividad

Canción de ambientación

Jesuitas de Bogotá: Señora del Camino

Charla aclaratoria para debatir después en los grupos

Debemos recuperar la imagen histórica de María, la Madre de Jesús. Ella jamás tuvo ropas de lujo, ni menos coronas de oro. Dios eligió a una chica muy joven de un pueblito desconocido. Ella era pobre, muy sencilla, sin estudios, pero con un corazón inmenso y una fe inquebrantable. Nacida del pueblo, pobre y servicial, debemos respetarla tal como Dios la eligió.

Ella fue madre antes de los 15 años. Así era la costumbre de entonces. Su vida se desarrolló muy austera, en un ambiente muy difícil, dominado por las crueldades del ejército romano. Pero en ese ambiente hostil, su grado de maduración se había desarrollado de forma maravillosa. Y su confianza en Dios era total.

Tanto se fió de Dios, que permaneció siempre «virgen», su espíritu jamás se manchó con ningún tipo de pecado. Pero para nada era una chica ingenua. Sabe dialogar con el mensajero de Dios. Su cántico de acción de gracias revela una conciencia social muy crítica: se alegra de que los ricos bajen y los pobres suban.

Vive un maravilloso espíritu de solidaridad. Por eso va a ayudar a su parienta Isabel…

Es esposa fiel y madre solícita. Acompaña a su Hijo siempre, especialmente en los momentos de dolor. Se mantiene firme al pie de la cruz. Pero no se guarda a su hijo para sí. Ella lo entrega, nos lo da a nosotros. Y nos pide, como en Caná, «hagan lo que él les diga»…

Después de la cruel muerte de su hijo, serena, se mantiene junto a sus discípulos, animándolos siempre. Está entre ellos cuando el día de Pentecostés son fortalecidos con la venida del Espíritu Santo. Y sigue siempre junto a nosotros, consolándonos, animándonos a seguir a Jesús y a recibir la fortaleza de su Espíritu.

Vídeo

La Anunciación. Escena de Jesús de Nazaret (Zeffirelli)

También puede optarse por este otro vídeo:

La Anunciación. Escena de la película María de Nazaret.

Textos iluminadores para orar y dialogar en grupos

Lucas 1, 34-38: Disponibilidad dialogada.

María dijo al Ángel: «¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?». El Ángel le respondió: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios». María dijo entonces: «Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho».Y el Ángel se alejó.

Lucas 1, 46-55: Conciencia agradecida y realista del Plan de Dios.

María dijo entonces: «Mi alma canta la grandeza del Señor,
y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi salvador,
porque el miró con bondad la pequeñez de tu servidora.
En adelante todas las generaciones me llamarán feliz,
porque el Todopoderoso he hecho en mí grandes cosas: ¡su Nombre es santo!
Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquellos que lo temen.
Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón.
Derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes.
Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías.
Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia,
como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y de su descendencia para siempre».

Lucas 2, 4-18: Nos da a Jesús.

José, que pertenecía a la familia de David, salió de Nazaret, ciudad de Galilea, y se dirigió a Belén de Judea, la ciudad de David, para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada. Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre; y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue.

En esa región acampaban unos pastores, que vigilaban por turno sus rebaños durante la noche. De pronto, se les apareció el Ángel del Señor y la gloria del Señor los envolvió con su luz. Ellos sintieron un gran temor, pero el Ángel les dijo: «No teman, porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor. Y esto les servirá de señal: encontrarán a un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre». Y junto con el Ángel, apareció de pronto una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: «¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por él!».  

Después que los ángeles volvieron al cielo, los pastores se decían unos a otros: «Vayamos a Belén, y veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha anunciado». Fueron rápidamente y encontraron a María, a José, y al recién nacido acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que habían oído decir sobre este niño, y todos los que los escuchaban quedaron admirados de que decían los pastores.

¿Logro sentir la presencia materna de María en mi caminar hacia Jesús?

¿Participo en algo de su conciencia del Plan de Dios?
¿O mi devoción a María es solo romántica?

Oración

María, Madre de Jesús y Madre nuestra, enséñanos a conocer y a amar a Jesús como tú lo conoces y lo amas.

No me gustan tus imágenes románticas, lujosas y dulzonas. Tú no eres así.

Eres modelo de joven creyente, digna, con los pies en el lodo de la vida y el corazón rebosando amor.

Quiero tener tu forma realista de pensar y de amar.

Queremos parecernos a ti, aprendiendo a ver al mundo desde los ojos de Jesús.

Que nos alegremos, como tú, cuando los poderosos bajan y los pobres suben…

Concédenos una disponibilidad dialogada y una conciencia agradecida, a tu estilo.

Queremos vivir como dignos hijos tuyos, / hermanos de todos tus otros hijos, sin despreciar a ninguno.

Enséñanos a vivir en actitud de servicio, respetándonos y complementándonos entre todos.

Para ello, ponnos con tu Hijo, cerca siempre de él,

como ideal inquebrantable, metido muy dentro del corazón.

Tarea

Buscar en Internet una imagen de la Madre de Jesús que me guste, imprimirla y pegarla en mi carpeta de Confirmación, poniéndole al pie una breve oración.

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Para acceder a otros escritos y materiales del padre José Luis Caravias SJ,
puedes entrar en su magnífico blog en wordpress

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