Ana Catalina Emmerich (1774-1824) nació en el seno de una familia humilde en el norte de Alemania. A la edad de veintiocho años ingresó en un convento agustino, después de haber trabajado como costurera y sirvienta. En 1813 enfermó, y a partir de ese momento sus estigmas se manifestaron externamente. A lo largo de toda su vida había tenido visiones el presente, del pasado y del futuro. Desde el momento en que quedó postrada en la cama, el poeta alemán Clemente Brentano la visitó diariamente y transcribió las visiones que Emmerich tuvo de la Pasión de Jesucristo. Por la importancia y relevancia de su testimonio, Juan Pablo II la declaró Venerable y Benedicto XVI la ha beatificado.
En este enlace puesdes leer o bajarte el texto completo de La amarga Pasión de Cristo, meditaciones basadas en las visiones de la beata, transcritas por Ckenente Brentrano y traducidas al español por Carme López.
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