El canto es una forma intensa de expresión verbal, poética y musical a la vez. Es una de las maneras más completas de la expresión humana y quizás uno de los mejores momentos para alabar y comunicarse con Dios.
El canto ocupa un lugar destacadísimo en la oración infantil. Junto al gesto es uno de los medios de expresión que más gusta y atrapa a los niños. El canto penetra de tal modo en el corazón de los pequeños que muchas canciones aprendidas en la infancia se recuerdan de por vida.
El canto religioso es un recurso educativo-recreativo-pastoral importantísimo. En la catequesis de niños el canto debe ser un elemento cotidiano y permanente. Especialmente cuando unimos cantos con gestos. Esta fusión “mágica” de canto y gesto genera en los pequeños una respuesta que ni siquiera imaginamos, cuya potencia educadora es de difícil dimensionamiento. Quienes ya han hecho la experiencia sabrán que pocas cosas les gustan más a los chicos que «cantar con todo el cuerpo»; es decir, hacer una sola cosa del gesto, la canción y la oración.
Luis M. Benavides
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Canción «El sol salió»
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Canción «El sol salió»: letra
El sol, el sol salió
la noche se marchó
las nubes corren, corren
¿adónde llegarán?
El árbol arriba miró
y el sol alegre saludó;
adió, nubes; nubes, adiós.
La flor sus ojos agrandó
y al sol alegre sonrió;
adiós, nubes; nubes, adiós.
Y me pongo a cantar:
más bueno eres que el sol,
más fuerte eres que el mar,
más suave que la flor.
Te quiero, Padre Dios.
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Cantar es propio del que ama… Cantar es orar dos veces.
San Agustín
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