Durante una audiencia concedida a los miembros del Consejo Pontificio para la Familia en febrero de 2010, SS Benedicto XVI destacó la importancia de impartir catequesis paqa quienes se acercan al sacramento del Matrimonio.
La preparación adecuada al matrimonio es “más que nunca necesaria en nuestros días” y debe comenzar mucho antes de su celebración.
Así lo afirmó el Papa al recibir hoy a los miembros y consultores del Consejo Pontificio para la Familia, con motivo de su XIX Asamblea Plenaria, que tiene lugar en Roma hasta el miércoles 10 de febrero.
En su intervención, Benedicto XVI subrayó la importancia del Vademécum para la preparación al matrimonio, que este dicasterio está preparando actualmente.
En línea con la Familiaris consortio de Juan Pablo II, explicó que esta preparación “comporta tres momentos principales: uno remoto, uno próximo y uno inmediato».
“La preparación remota se refiere a los niños, los adolescentes y los jóvenes. Ésta implica a la familia, a la parroquia y a la escuela, lugares en los cuales son educados a comprender la vida como vocación al amor, que se especifica, después, en las modalidades del matrimonio y de la virginidad por el Reino de los Cielos”.
“En esta etapa, además, deberá surgir progresivamente el significado de la sexualidad como capacidad de relación y energía positiva que integrar en el amor auténtico”, subrayó el Papa.
“La preparación próxima se refiere a los novios, y debería configurarse como un itinerario de fe y de vida cristiana, que lleve a un conocimiento profundizado en el misterio de Cristo y de la Iglesia, de los significados de gracia y de responsabilidad del matrimonio”, explicó.
En este sentido, sugirió que en esta segunda etapa “se ofrezca un recorrido de catequesis y de experiencias vividas en la comunidad cristiana, que prevea las intervenciones del sacerdote y de varios expertos, como también la presencia de animadores”.
Se trata, explicó, de que los novios “revivan su propia relación personal con el Señor Jesús, especialmente escuchando la Palabra de Dios, acercándose a los sacramentos y sobre todo participando en la Eucaristía”.
Respecto a la tercera etapa, la preparación inmediata, consistiría, “además del examen a los novios, previsto por el Derecho Canónico”, en una “catequesis sobre el Rito del matrimonio y sobre su significado, el retiro espiritual y la preparación, para que la celebración del matrimonio sea percibida por los fieles, y particularmente por quienes se preparan a ella, como un don para toda la Iglesia”.
En este sentido, el Papa apeló a los obispos a que promuevan “un serio compromiso pastoral en este importante sector, y muestren particular atención para que la vocación de los cónyuges se convierta en una riqueza para toda la comunidad cristiana y, especialmente en el contexto actual, un testimonio misionero y profético”.