Dinámica sobre las Virtudes Teologales especialmente pensada para preadolescentes de hasta 12 años.
La autora, Pilar, plantea el siguiente esquema con unos materiales muy recomendados y acertados.
4.ª Parte: Poemas, oraciones y reflexión.
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4.ª Parte: Poemas, oraciones y reflexión
Preparad con los niños estos poemas de José LuÃs MartÃn Descalzo, y que los lean en voz alta, cada niño un verso o estrofa:
No temáis al amor
No temáis al amor, (nos dice Dios).
No tengáis miedo a lo mejor que hice
cuando construà el mundo.
Tened miedo, más bien, a enturbiarlo,
a enlodarlo, a ajarlo y marchitarlo.
Eso sà que serÃa una tragedia;
serÃa como ensuciar mi creación.
Porque el amor es la cosa más bella
que salió de mis manos.
Si me faltas Tú
En medio de la sombra y de la herida
me preguntan si creo en Ti. Y digo
que tengo todo cuando estoy contigo:
el sol, la luz, la paz, el bien, la vida.
Sin Ti, el sol es luz descolorida.
Sin Ti, la paz es un cruel castigo.
Sin Ti, no hay bien ni corazón amigo.
Sin Ti, la vida es muerte repetida.
Contigo el sol es luz enamorada
y contigo la paz es paz florida.
Contigo el bien es casa reposada
y contigo la vida es sangre ardida.
Pues, si me faltas Tú, no tengo nada:
ni sol, ni luz, ni paz, ni bien, ni vida.
Tengo todo cuando estoy contigo,
Si me faltas Tú, no tengo nada...
Todos juntos, rezad la «Oración para aprender a amar» de santa Teresa de Calcuta.
Señor, cuando tenga hambre, dame alguien que necesite comida;
Cuando tenga sed, dame alguien que precise agua;
Cuando sienta frÃo, dame alguien que necesite calor.
Cuando sufra, dame alguien que necesite consuelo;
Cuando mi cruz parezca pesada, déjame compartir la cruz del otro;
Cuando me vea pobre, pon a mi lado algún necesitado.
Cuando no tenga tiempo, dame alguien que precise de mis minutos;
Cuando sufra humillación, dame ocasión para elogiar a alguien;
Cuando esté desanimado, dame alguien para darle nuevos ánimos.
Cuando quiera que los otros me comprendan, dame alguien que necesite de mi comprensión;
Cuando sienta necesidad de que cuiden de mÃ, dame alguien a quien pueda atender;
Cuando piense en mà mismo, vuelve mi atención hacia otra persona.
Haznos dignos, Señor, de servir a nuestros hermanos que por todo el mundo viven y mueren pobres y hambrientos.
Dales, a través de nuestras manos, no sólo el pan de cada dÃa, también nuestro amor misericordioso, imagen del tuyo.
O bien descubramos y aprendamos con san AgustÃn lo sordos y ciegos que estamos, porque nunca es tarde...
Tarde te amé
¡Tarde te amé
hermosura tan antigua y tan nueva
tarde te amé!
Tú estabas dentro de mÃ,
pero yo andaba fuera de mà mismo,
y allá afuera te andaba buscando.
Me lanzaba todo deforme
entre las hermosuras que tú creaste.
Tú estabas conmigo, pero yo no estaba contigo
me retenÃan lejos de ti cosas
que no existirÃan si no existieran en ti.
Me llamaste, y rompiste mi sordera.
Brillaste con fulgor espléndido,
y expulsaste mi ceguera.
Me inundó tu fragancia
y ahora suspiro por ti.
Te gusté, y tengo hambre y sed.
Me tocaste, y ardà en tu paz.
Podréis encontrar numerosas versiones en Youtube. Aquà os dejamos esta preciosa versión publicada por Dulce Corazón de MarÃa.
Dejad unos momentos de silencio para interiorizar las oraciones.
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Fuente original: foros.marianistas.org
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Dinámica sobre las Virtudes Teologales |
1.ª Parte: La fe, la esperanza y la caridad 2.ª Parte: Cuento que enseña a crecer, esperar y amar 3.ª Parte: Lectura sobre la caridad, sobre el amor 4.ª Parte: Poemas, oraciones y reflexión 5.ª Parte: Oración final |
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