Existe desde la eternidad un ser que es todo amor y que se llama Dios. Como quería manifestar ese amor y tiene el poder de crear, decidió crear al hombre, comenzando por la tierra y el universo para que el hombre tuviera un lugar donde vivir. Veamos cómo lo cuenta el primer libro de la Biblia que se llama “Génesis”:
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La creación del Mundo
Al principio creó Dios el cielo y la tierra. La tierra era entonces confusión, oscuridad y desorden. Y dijo Dios: “Hágase la luz” y hubo luz, así la separó de la oscuridad y llamó a la luz día y a la oscuridad noche. Este fue el primer día de la creación.
El segundo día hizo el firmamento del cielo y lo separó de las aguas.
El tercer día Dios juntó las aguas para que apareciera también lo seco, y a la reunión de las aguas llamó mares y a lo seco llamó tierra. Después hizo brotar sobre la tierra la hierba verde, las plantas y todos los árboles con sus frutos y semillas. Y vio Dios que eso era bueno.
El cuarto día creó el sol para que alumbrase el día, y la luna y las estrellas para que destacaran por la noche. También los creó para que nos señalasen la duración de los días y poder así medir los años y el tiempo.
El quinto día creó Dios las aves que vuelan por el cielo, al igual que los peces y las criaturas marinas. Y vio Dios que eso era bueno y los bendijo para que se multiplicasen por el cielo y por el mar.
El sexto día creó a todos los animales de la tierra, y tras ello dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; y domine sobre todos los animales de la tierra, del cielo y del mar”. Y creó Dios al hombre, y con él a la mujer. Ambos fueron creados a imagen y semejanza de Dios; y les dijo: “Creced y multiplicaos y llenad la tierra y sometedla, y dominad sobre todos los animales” Al terminar ese día vio Dios que todo lo que había hecho era muy bueno.
Así pues, acabados el cielo, la tierra y todo cuanto dejó en ellos, dio por finalizada su obra creadora y el día séptimo descansó. Dios bendijo el día séptimo y lo santificó. Por eso nosotros también descansamos cada siete días y procuramos santificar ese día, que es el domingo, yendo a Misa y dedicándoselo a Dios
La creación del Hombre
Para crear al hombre, Dios tomó polvo de la tierra y le insufló el aliento de vida, de modo que el hombre vino a ser alma viviente. Dios sembró un jardín maravilloso lleno de árboles de hermoso aspecto y de frutos buenos para comer, y de ríos que lo regaban y fecundaban. Allí puso al hombre para que lo trabajase y cuidase. Fíjate cómo Dios confía la tierra al hombre para que participe en su obra creadora mediante el trabajo que transforma la tierra y obtiene sus frutos para bien del hombre. Así, el trabajo realizado como Dios quiere, se convierte para nosotros en camino de santidad.
En el centro de este jardín llamado Paraíso Terrenal plantó Dios un árbol muy especial: El árbol de la ciencia del bien y del mal, y luego dijo al hombre: “Puedes comer lo que te apetezca de cualquier árbol del jardín, pero nunca del árbol de la ciencia del bien y del mal, porque el día que comas de ese árbol morirás sin remedio”
Luego Dios pensó: “No es bueno que el hombre esté solo, le haré una ayuda que sea semejante a él” Pasaron a desfilar delante del hombre todos los animales para que el hombre pusiera nombre a cada uno de ellos. Y así lo hizo, pero no encontró ninguno semejante a él mismo. Entonces Dios hizo caer al hombre en un profundo sueño, le quitó una de las costillas y luego cerró con carne el lugar donde estaba. De la costilla del hombre formó Dios una mujer y la condujo ante el hombre. Y dijo el hombre al verla: “Esta vez sí es hueso de mis huesos y carne de mi carne; se llamará varona –vaya nombrecito– porque del varón ha sido tomada”. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y vendrán a ser una sola carne. Estaban desnudos pero no les daba vergüenza porque no conocían el mal.
El pecado original
Pero Satanás, tomando forma de serpiente, que era el más astuto de los animales, dijo a la mujer: “¿Cómo es que Dios os ha mandado que no comáis de ningún árbol del jardín?” –Con esta treta la quiere engañar porque eso no es lo que Dios había dicho–. La mujer respondió: “Podemos comer de todos los árboles del jardín menos del que está en el medio, pues Dios nos ha dicho que si comemos de él moriremos” Pero la serpiente replicó a la mujer: “De ninguna manera moriréis; pues bien sabe Dios que el día que comáis de él se os abrirán los ojos y seréis como Dios, conocedores del bien y del mal”.
Viendo la mujer que el fruto del árbol era una delicia para los ojos y apetecible para alcanzar la sabiduría, tomó el fruto y comió de él dando también a su marido el cual comió igualmente. Al instante se dieron cuenta de lo que habían hecho: desobedecer a Dios; y sintieron vergüenza por estar desnudos, teniendo que coger hojas de higuera para cubrirse con ellas.
Cuando oyeron el rumor de Dios, que se paseaba por el jardín junto con la brisa del día, Adán y su mujer se ocultaron por entre los árboles. Dios llamó a Adán y le dijo: “¿Dónde estás?” Éste contestó: “Oí tu paso por el jardín y tuve miedo porque estoy desnudo; por eso me escondí” Pero Él le dijo: “¿Quién te ha dicho que estás desnudo?, ¿has comido del árbol del que te prohibí comer?” Respondió Adán: “La mujer que me diste por compañera me dio del árbol y comí” Entonces Dios preguntó a la mujer: “¿Qué es lo que has hecho?” Y contestó la mujer: “La serpiente me engañó y comí”.
Dios se dirigió a la serpiente y le dijo: “Por haber hecho esto serás maldita entre los animales; caminarás sobre tu vientre y comerás polvo todos los días de tu vida. Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo; éste te aplastará la cabeza mientras tú le querrás morder en el talón” –La Santa Iglesia ve en esta sentencia de Dios el anuncio del futuro nacimiento de un salvador para el mundo que vencerá al demonio por su propia virtud: El Mesías; Jesús, nacido de La Virgen María, a la que muchas veces se representa pisando la cabeza de una serpiente, que es Satanás, quien jamás pudo conseguir que Nuestra Señora desagradase a Dios–.
Después dijo a la mujer: “Multiplicaré tus dolores y con dolor darás hijos a luz; te sentirás atraída por tu marido, pero él te dominará” Y a Adán le dijo: “Por haber escuchado a tu mujer y comido del árbol prohibido será maldita la tierra por tu culpa; te costará mucho trabajo alimentarte de ella, y con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste tomado. Polvo eres y al polvo volverás”
Desde entonces todos los hombres hemos heredado de nuestros primeros padres este pecado que se llama Pecado Original, que induce a que tengamos mucha facilidad para hacer cosas malas y que las que son buenas nos cuesten más esfuerzo. La peor consecuencia para los hombres de este gran pecado es que tras la muerte, por la que, a partir de aquel momento, tendremos que pasar, no podría ya nadie entrar en el cielo. Por eso tuvo que venir después Jesús a salvarnos, porque la humanidad estaba perdida para siempre. Sólo una persona en el mundo fue redimida por Dios del pecado original en previsión de los méritos de su Hijo: se trata, ya lo sabes, de La Santísima Virgen María, la madre de Jesús.
Adán puso a su mujer un nombre más bonito: Eva, que significa “madre de todos los vivientes” y a ambos los conocemos como nuestros primeros padres.
Dios vistió a Adán y Eva con túnicas de pieles y los expulsó del paraíso, poniendo ángeles querubines ante su puerta, y una fulgurante espada que se agitaba incesantemente con el fin de guardar para siempre el camino que llevaba al árbol de la ciencia del bien y del mal.
Vocabulario
Fecundar: Aportar la humedad y nutrientes para que las tierras den muchos frutos.
Fulgurante: Brillante, resplandeciente.
Linaje: Todos los descendientes de una persona.
Querubines: Una clase de ángeles.
Satanás: Es el nombre hebreo del demonio, del ser que personifica todo lo que hay de malo y opuesto a Dios. Significa “acusador”, “adversario”.
Para la catequesis
- Enumera cinco trabajos que pueden convertirse en caminos de santidad para el hombre ¿Cómo tendrían que hacerse?
- Desde el primer momento de La Creación, Dios unió al hombre con la mujer para que formaran “una sola carne” Jesús lo confirmó. ¿Cómo se llama este sacramento? ¿Hasta cuándo dura? ¿Cuál es el fruto principal de ese sacramento?
- Dios dijo: “Llenad la tierra y sometedla” ¿Crees que a Dios le gustan los niños? ¿Tenemos responsabilidades en el cuidado de nuestro planeta?
- ¿Cuál era el atractivo de la tentación que Satanás propuso astutamente a Eva?
- Además de la muerte, ¿qué otras consecuencias nos trajo el Pecado Original? Pregúntale al sacerdote.
- Con el Pecado Original los hombres no podíamos entrar en el cielo. ¿Quién nos libró de esa grave consecuencia? ¿Cómo?
- Por último, la más difícil: Por culpa del Pecado Original los hombres padecemos una imperfección que se llama “concupiscencia” ¿Qué es eso? Pide al sacerdote que te lo explique.