
A lo largo de la Historia la música siempre ha estado muy ligada a la adoración de Dios. Desde los seis o siete años y, sobre todo, tras realizar la Primera Comunión los jóvenes cristianos se incorporan casi plenamente (lo hacen al recibir la Confirmación) a la vida de la Iglesia, especialmente al cumplimiento del mandato dominical.
* * *