
Como en otros días, ha de ser hoy el Rosario arma poderosa, para vencer en nuestra lucha interior, y para ayudar a todas las almas. Ensalza con tu lengua a Santa María: reparación te pide el Señor, y alabanzas de tu boca. Ojalá sepas y quieras tú sembrar en todo el mundo la paz y la alegría, con esta admirable devoción mariana y con tu caridad vigilante.
Roma, octubre de 1968
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Tercer Misterio Doloroso: La Coronación de espinas
Tercer Misterio Doloroso: texto original
¡Satisfecha queda el ansia de sufrir de nuestro Rey!
—Llevan a mi Señor al patio del pretorio, y allí convocan a toda la cohorte. (Marc., XV, 16) —Los soldadotes brutales han desnudado sus carnes purísimas. —Con un trapo de púrpura, viejo y sucio, cubren a Jesús. —Una caña, por cetro, en su mano derecha...
La corona de espinas, hincada a martillazos, le hace Rey de burlas... Ave Rex judæorum! —Dios te salve, Rey de los judíos. (Marc., XV, 18.) Y, a golpes, hieren su cabeza. Y le abofetean... y le escupen.
Coronado de espinas y vestido con andrajos de púrpura, Jesús es mostrado al pueblo judío: Ecce homo! —Ved aquí al hombre. Y de nuevo los pontífices y sus ministros alzaron el grito diciendo: ¡crucifícale!, ¡crucifícale! (Joann., XIX, 5 y 6.)
—Tú y yo, ¿no le habremos vuelto a coronar de espinas, y a abofetear, y a escupir?
Ya no más, Jesús, ya no más... Y un propósito firme y concreto pone fin a estas diez Avemarías.
Fuente original: Página web de las obras del fundador del Opus Dei
Agradecimientos
A la Fundación Studium, titular de los derechos de autor de esta obra, por la cesión de uso de la obra para esta producción audiovisual.
A Ediciones Rialp, editora de Santo Rosario en formato impreso y digital.
A www.escrivaobras.org página de las obras del fundador del Opus Dei, editores de la obra en internet.
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