
En el centro de una modesta plazuela de Valladolid, muy cerca del templo parroquial dedicado a la Patrona de la ciudad, la Santísima Virgen de San Lorenzo, se levanta un monasterio de religiosas cistercienses del siglo XVIII, donde existe un museo, declarado hoy día nacional por las joyas pictóricas que encierra, principalmente debidas al pincel del famoso Goya. Entre ellas se encuentra una que representa a San Bernardo acogiendo a un pobre con una dulzura y bondad tal que sin querer hay que decir: Realmente éste es el Doctor Melifluo de la Iglesia.