por Catequesis en Familia | 12 May, 2014 | Despertar religioso Juegos
Os presentamos esta dinámica para aprender el Ave María. Está dirigida a los niños más pequeños, en edad de despertar religioso y el objetivo es el aprendizaje de esta oración básica a Nuestra Señora a la vez que refuerzan el aprendizaje de la caligrafía… todo ello de forma amena y divertida coloreando la oración.
La manera más bonita de terminar esta dinámica sería la de leer (orar) y ofrecer cada trabajo terminado a la Virgen María; por ejemplo, llevando la oración a la iglesia el domingo y acompañado, además de los padres.
Podéis acceder a la lámina en tamaño real pulsando sobre la imagen y sobre su título.
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Aprende el «Ave María»
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por Florida Center for Peace | 9 May, 2014 | Primera comunión Dinámicas
Os presentamos 24 láminas que muestran la vida completa de la Virgen María para realizar una catequesis en grupos grandes de niños. Que cada niño coloree una lámina y al terminar todos, colocados en orden, lean cada uno el texto de su dibujo y de esta manera reciten la vida de Nuestra Señora para que todo el grupo lo aprenda.
También se puede hacer un libro de dibujo con todas las láminas y que cada niño individualmente lo vaya coloreando sin prisas.
Nota: podéis obtener las imágenes en tamaño real pulsando directamente sobre el título o la imagen de cada capítulo.
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– DIBUJOS PARA COLOREAR LA VIDA DE LA VIRGEN MARÍA –
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Dinámica original en el portal web Florida Center for Peace
por Hermano Roque Miguel Vernaz | 29 Abr, 2014 | Primera comunión Dinámicas
Os proponemos esta dinámica de catequesis para que los niños aprendan la vida de san José mientras disfrutan coloreando los dibujos.
Que disfrutéis con las maravillosas ilustraciones y textos del Hermano Roque Miguel Vernaz, religioso de la Congregación de los Cooperadores Parroquiales de Cristo Rey.
Nota: podéis obtener las imágenes en tamaño real pulsando directamente sobre el título o la imagen de cada capítulo.
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Vida de san José VI – La Presentación del Niño en el Templo
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José, como buen judío, cumplidor de la Ley y las costumbres, presentó a Jesús en el Templo y presentó como ofrenda un par de tórtolas. Podemos imaginarnos a esa joven pareja con el Niño en brazos, subiendo las gradas del extraordinario Templo, bajo la mirada complacida del Padre Dios. Ese día había mucha gente que iba y venía. Un anciano contemplativo, tomó al Niño con mucha emoción y alabó a Dios diciendo: «Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz, como lo has prometido, porque mis ojos han visto al Salvador que preparaste ante todos los pueblos, luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel». Después, mirando a la Madre, le dijo: «Y a ti, una espada te atravesará el Corazón». José, emocionado, sintió que esa espada clavaba también su corazón. Toda su vida, de buen esposo, será compartir y aliviar los sufrimientos de María, su esposa, haciéndolos también suyos.
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Vida de san José VII – José huye de noche a Egipto
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José se acercó presuroso a María, la despierta diciéndole con voz entrecortada: «Me llamó el Ángel del Señor, y me dijo que debemos huir rápidamente a Egipto, porque Herodes quiere matar al niño». Qué momento difícil para José, ¿qué llevar para el viaje? No tenía nada preparado, había que dejar todo nuevamente (sólo aquellos emigrantes o los que perdieron todo por una inundación, tormenta o terremoto, podrán comprenderlo). A José le latía el corazón con más rapidez que nunca, por miedo al feroz Herodes. Había que salir en silencio, y que nadie los vea, tenían que salvar al Niño. Salió José con prisa y angustia a la cerrada y oscura noche, que hacía todo más negro. Todavía les esperaba un largo camino, lleno de peligros. Peligro de asaltos, peligro de las fieras, peligro de perderse, peligro de morir de sed por no tener suficiente agua para el viaje y a esto se le sumaba la angustia de que el enemigo le siga y le alcance. Para José fue la noche más negra, dura y larga de su vida. Sus humedecidos ojos y sus labios se unían a su corazón repitiendo: «¡Hágase…!».
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Vida de san José VIII – Llegada a Egipto
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José, el hombre fiel, después de un largo y angustiado viaje, llegó con su familia al desconocido Egipto. Nuevamente sin nada, a la deriva, golpear puertas y recibir negativas, sin techo y sin trabajo. Un extranjero era mal visto y despreciado. ¿Qué hacer? ¿Dónde ir? ¿A quién recurrir?… La Sagrada Familia ha experimentado varias veces, como tantas familias de hoy, en carne propia, lo que es no tener ni techo ni trabajo, dejar su tierra e ir a otro país, con un idioma distinto y con otras costumbres. A pesar de todo, no se dejó abatir por la desolación y siguió adelante, luchando y luchando, hasta que encontró una familia judía que lo recibió en su casa por un tiempo.
José, María y Jesús, por sobre todo, hicieron la maravillosa experiencia de cumplir la voluntad del Padre, abandonados a su paternal providencia.
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Vida de san José IX – El Niño perdido y hallado en el Templo
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Jesús tenía doce años, sus padres subieron como de costumbre a Jerusalén para la fiesta de la Pascua judía. Acabada la fiesta, José y María regresaron con los otros peregrinos. Al cabo de un día de caminata, al llegar la noche, notan que el Niño no estaba en la caravana, ni con los parientes. ¡Qué angustiosa y dolorosa búsqueda! Otro sufrimiento grande para José. La espada comienza a clavarse en esos dos corazones amantes y fieles. Entonces deciden regresar a Jerusalén. Lo buscan angustiadamente entre sus familiares y amigos. Tres días y tres noches sin dormir y casi sin comer. Sólo el que ha perdido un hijo podrá comprender el sufrimiento y el dolor de José. Al tercer día, después de tanto sufrir y sufrir, lo encontraron en el Templo, entre los doctores y regresaron a su casa, guardando todo esto en su corazón.
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Vida de san José X – La muerte de José
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Sus labios cerrados, que fue una de sus grandes virtudes, sus manos encallecidas, descansan como testigos de este hombre que fuera un trabajador incansable. Sus ojos cerrados y colmada ya su esperanza, porque ya habían visto al esperado de todos los tiempos. Sus pies agotados de tanto andar, su corazón quemado de tanto amar, todo él es una ofrenda llena de humildad, de pureza, de servicio y generosidad.
San José, Patrono de la Iglesia universal. En sus letanías, encontramos estas invocaciones: José justísimo, castísimo, prudentísimo, fortísimo, obedientísimo, fidelísimo. Amante de la pobreza, ruega por nosotros. Hacele un lugar en tu corazón a San José y así podrás, imitándolo, llegar a Cristo.
Poné una imagen de San José en tu hogar, él será tu gran intercesor y protector y el de toda tu familia.
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Dibujos para colorear y aprender la vida de san José (I)
Dibujos para colorear y aprender la vida de san José (II)
por Hermano Roque Miguel Vernaz | 29 Abr, 2014 | Primera comunión Dinámicas
Os proponemos esta dinámica de catequesis para que los niños aprendan la vida de san José mientras disfrutan coloreando los dibujos.
Que disfrutéis con las maravillosas ilustraciones y textos del Hermano Roque Miguel Vernaz, religioso de la Congregación de los Cooperadores Parroquiales de Cristo Rey.
Nota: podéis obtener las imágenes en tamaño real pulsando directamente sobre el título o la imagen de cada capítulo.
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Vida de san José I – José y la aparición del Ángel
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Éste fue el origen de Jesucristo: María su madre estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto. Mientras pensaba en esto, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús» (Mt 1, 18-21). José esa noche no durmió más porque, el solo pensar que iba a ser el padre adoptivo, lo llenó de alegría y emoción; la noche parecía que no terminaría nunca. Muy temprano, buscó a María y la llevó a su casa. José, hombre justo que esperaba al Mesías, ya lo tenía con Él.
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Vida de san José II – Edicto del Emperador
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Una nueva prueba esperaba a María y a José, éste comunica a María que deben viajar a Belén para ser empadronados. Momento difícil para José, estaba por nacer el Hijo, ¿cómo viajar? Debería dejar su taller, sus clientes, sus amigos y su humilde casita. ¡Qué inoportuno el Emperador! José debía desprenderse de todos, de todo. Como buen carpintero había preparado una cunita con mucho cariño, ilusión y amor, también tuvo que dejarla. ¿Cuándo será? ¿Nacerá en el camino? ¿Llegar a Belén y adónde alojarme? ¿Quién me recibirá con una mujer en ese estado y además sin dinero? Eran éstas y muchas otras preguntas las que se hacía José angustiado por el camino desértico y polvoriento, bajo un sol sofocante que castigaba a José y a María, las duras piedras empezaban a lastimar los pies del fiel y esperanzado José. José, hombre justo, trabajador incansable, amigo de la verdad, dueño de sí, compañero inseparable del silencio y la contemplación, golpeado por la incertidumbre y el dolor. La mano amorosa del Padre los iba conduciendo
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Vida de san José III – José llega a Belén
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Hacia el atardecer, José y María llegan a Belén, después de ese viaje muy largo y peligroso. José empieza a golpear puertas y pedir posada. No hay lugar. Sigue golpeando y no hay respuesta. La noche iba cayendo y las negativas se iban sumando una tras otra y con ellas la angustia de José aumentaba hasta las lágrimas silenciosas que corrían mo-jando la barba del hombre justo que era José. No podía entender que el Hijo del eterno Dios creador de todo, no tenga un lugar digno para nacer. Entonces apresuraba el paso y seguía golpeando con sus manos callosas, sus ojos hundidos por el sueño y el cansancio acumulado. Al final de este peregrinar, unas puertas se le abren, las de un pobre y viejo establo donde dormían los animales. José, un hombre caritati-vo con todos, que nunca había dejado irse sin nada al que le pedía, hoy supo en carne propia, en lo más profundo de su corazón, lo que es la indiferencia. Los sin techo, los que no tienen trabajo pueden comprender más a José en su dolor, en sus angustias y lágrimas, pero detrás de todo al hombre que cree en las promesas del Padre.
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Vida de san José IV – Nacimiento de Jesús
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José y María penetran en el lugar donde iban a pasar la noche. El establo no es una hospedería confortable, abrigada y limpia. Había que ponerse manos a la obra, para que aquello que olía mal y estaba todo sucio, se convirtiera en un lugar al menos limpio y ordenado para cobijar al Rey del mundo, al Hijo de Dios y a su Madre. Mientras encendía un pequeño candil, crecía en el corazón de José una luz de esperanza, de paciencia, de fe inquebrantable, apoyada en la promesa del Padre, en el cumplimiento de su voluntad. Pronto, bajo las manos de este humilde carpintero, aquello quedó lo mejor y más limpio posible… El Niño está a punto de nacer. El corazón de José late más fuerte de tanta emoción, y en la oscura y silenciosa noche irrumpió el llanto del divino Niño y su Madre lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre. José, de rodillas, contemplaba en silencio al esperado de todos los tiempos. Lo esperaba el desconsolado Adán, que fue arrojado del Paraíso con toda su descendencia. Lo esperaba Abraham, Padre de la fe; lo esperaba Moisés, errante durante cuarenta años en el desierto; lo esperaba David y todos los suyos. Los animales, al calor de su aliento, contemplaban a su Creador, José y María, a su Redentor.
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Vida de san José V – Visita de los pastores
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José estaba contemplando al Dios hecho niño por amor a toda la humanidad, de pronto escucha que golpean; José, angus-tiado, se pregunta: ¿será que nos quieren echar de aquí? Sale apresurado, se encuentra con unos pastores, hombres rudos, despreciados por todos, sin cultura, haciendo un trabajo humilde; sus ropas harapientas, su pelo y barba desprolijos, su boca entreabierta por el asombro dejaba ver sus pocos dientes que lo daban a entender todo. José escuchaba emocionado los relatos de esos hombres sencillos: «se nos apareció el Ángel del Señor y la Gloria del Señor nos envolvió con una luz», y nos dijo que hoy, en la ciudad de David, nos ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor. José, con gran alegría, hizo entrar a los pastores, y juntos adoraron al Niño. José empezaba a entender por qué Jesús debía nacer tan pobre, para unirse a los más humildes, y vivir como uno de ellos. Jesús dirá: «Felices los pobres, porque de ellos es el Reino de los Cielos».
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Dibujos para colorear y aprender la vida de san José (I)
Dibujos para colorear y aprender la vida de san José (II)
por Grupo Educativo COAS | 4 Sep, 2013 | Primera comunión Dinámicas
El Departamento de Religión del Grupo Educativo COAS pone a disposición de todos los usuarios una serie de ejercicios que permitirán a los niños trabajar y aprender las parábolas de Jesús. Estos ejercicios, preparados por profesores expertos en la materia, serán de gran utilidad para catequistas y padres.
Nota: los títulos enlazan los ejercicios, los cuales están disponibles en formato pdf que os podréis descargar.
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Aprende las parábolas de Jesús
Ejercicio 1
Buscar un grupo de parábolas en el Evangelio. Identificar las parábolas con los dibujos y explicar qué sucede en las viñetas.
Ejercicio 2
Las parábolas que se proponen buscarlas en el Evangelio y luego relacionar los dibujos con la letra correcta.
Ejercicio 3
Se indican unas parábolas y hay que relacionarlas con un dibujo que representa solamente una parte de la parábola, explicando qué sucede en el dibujo.
Ejercicio 4
Aquí se trata de dibujar la parte de la parábola que no está representada en las viñetas del dibujo.
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Fuente original: Grupo Educativo COAS