Proclama la palabra, insiste a tiempo y a destiempo
La infancia es una etapa de la vida en la que se adquieren conocimientos y aptitudes fundamentales. En este sentido, la escuela ocupa un lugar privilegiado como ámbito de formación en el conocimiento de la cultura y de aquellas destrezas básicas que ayudan a comprender la vida. También en el ámbito de la educación religiosa, la infancia es una etapa especialmente privilegiada, ya sea a través de la formación en familia o de la catequesis parroquial y de la enseñanza religiosa escolar. Por ello, la Iglesia siempre ha prestado máxima atención al desarrollo de las iniciativas de educación de la fe en la infancia, que hoy adquiere un tono particular a través de la implicación de la familia.
En los próximos meses comenzará en las parroquias la catequesis de infancia, que este año contará con un nuevo instrumento para la formación. Se trata del Catecismo Jesús es el Señor. Un catecismo es un libro peculiar, pues es un texto oficial de la Iglesia, en el que se presentan de una forma sencilla pero organizada los grandes acontecimientos y verdades de la fe cristiana. La transmisión de la fe requiere sobre todo de testigos. De ahí el valor fundamental de la familia, de la comunidad cristiana, de los sacerdotes y los catequistas. Pero la fe no es patrimonio de cada uno, sino un bien que hemos recibido en la Iglesia y, por tanto, es ésta quien la propone. En este sentido, el Catecismo es el libro que presenta el mensaje de la fe bajo la autoridad de quienes en la Iglesia desempeñan el servicio de promoverla y presentarla de una forma plena: los Obispos.
El Catecismo Jesús es el Señor es un buen instrumento para la catequesis. Todos los niños deberían disponer de él, pues allí encontrarán los elementos fundamentales que ayudan a conocer a Jesucristo y su camino de vida hoy en la Iglesia. Es un texto que, apoyado en la Sagrada Escritura, presenta el proyecto salvador de Dios sobre los hombres, tal como lo hemos recibido de los Apóstoles en el Credo; introduce en la oración de muchas maneras, especialmente a través del Padrenuestro; nos ayuda a comprender que, gracias al sacramento del Bautismo, hemos adquirido una nueva vida y es posible cumplir los Mandamientos de Dios tal como nos los enseña Jesús. Así, a través de su propuesta, este nuevo libro de la fe prepara a los niños para celebrar aquellos sacramentos que constantemente nos renuevan y alimentan; la Reconciliación o Penitencia y la Eucaristía. El Catecismo es un texto de referencia, pero necesita alguien que le dé vida. De ahí la misión fundamental de los catequistas, con sus aportaciones y sugerencias; de la familia, con su propuesta concreta de vida; de la parroquia, como ámbito de celebración de la fe y de aprendizaje de vida comunitaria; del sacerdote, que hace presente la acción salvadora de Cristo entre nosotros.
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Monseñor Javier Salinas Viñals. Obispo de Tortosa
Sábado, 26 de septiembre de 2009