Evangelio del día: Coherencia de la vida cristiana

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Marcos 9, 38-43.45.47-48. Vigésimosexto Domingo del Tiempo Ordinario. En todas las cosas de la vida es necesario «pensar como cristiano, sentir como cristiano y actuar como cristiano». Ésta es la coherencia de vida de un cristiano que, cuando actúa, siente y piensa, reconoce la presencia del Señor.

Juan le dijo: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu Nombre, y tratamos de impedírselo porque no es de los nuestros». Pero Jesús les dijo: «No se lo impidan, porque nadie puede hacer un milagro en mi Nombre y luego hablar mal de mí. Y el que no está contra nosotros, está con nosotros. Les aseguro que no quedará sin recompensa el que les dé de beber un vaso de agua por el hecho de que ustedes pertenecen a Cristo. Si alguien llegara a escandalizar a uno de estos pequeños que tienen fe, sería preferible para él que le ataran al cuello una piedra de moler y lo arrojaran al mar. Si tu mano es para ti ocasión de pecado, córtala, porque más te vale entrar en la Vida manco, que ir con tus dos manos a la Gehena, al fuego inextinguible. Y si tu pie es para ti ocasión de pecado, córtalo, porque más te vale entrar lisiado en la Vida, que ser arrojado con tus dos pies a la Gehena. Y si tu ojo es para ti ocasión de pecado, arráncalo, porque más te vale entrar con un solo ojo en el Reino de Dios, que ser arrojado con tus dos ojos a la Gehena, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga».

Sagrada Escritura en el portal web de la Santa Sede

Lecturas

Primera lectura: Libro de los Números, Núm 11, 25-29

Salmo: Sal 19(18), 8-14

Segunda lectura: Carta a Santiago, Sant 5, 1-6

Oración introductoria

Gracias Señor por el don de la fe que me diste por tu bondad infinita. Ayúdame a llevar tu nombre y mensaje a todos de forma respetuosa, de tal manera que sea testimonio vivo de tu amor, de tu alegría y de tu misericordia.

Petición

Señor, que sea siempre fiel a mi fe.

Meditación del Santo Padre Francisco

Los cristianos incoherentes suscitan escándalo porque dan un antitestimonio a quien no cree. Precisamente al tema de la coherencia cristiana, sugerido por la administración del sacramento de la Confirmación, el Papa Francisco dedicó la homilía en la misa del [día de hoy]. «Ser cristiano —aclaró el Papa— significa dar testimonio de Jesucristo».

El Pontífice delineó después el perfil espiritual del cristiano, indicando precisamente en la coherencia su elemento central. En todas las cosas de la vida, dijo, es necesario «pensar como cristiano, sentir como cristiano y actuar como cristiano». Ésta es «la coherencia de vida de un cristiano que, cuando actúa, siente y piensa», reconoce la presencia del Señor.

El Papa también puso en guardia del hecho que «si falta una de estas» características, «no existe el cristiano». Por lo demás, «uno también puede decir: yo soy cristiano». Pero «si tú no vives como cristiano, si no actúas como cristiano, si no piensas como cristiano y no sientes como cristiano, hay algo que no está bien. Hay una cierta incoherencia». Todos nosotros cristianos, observó el Pontífice, «estamos llamados a dar testimonio de Jesucristo». En cambio, los cristianos que «viven ordinaria y comúnmente, con incoherencia, hacen mucho mal».

A ellos se refiere expresamente el apóstol Santiago en su carta leída en la liturgia del día (5, 1-6). Reprocha directamente «a algunos incoherentes que se enorgullecían de ser cristianos, pero explotaban a sus obreros».

«Es fuerte el Señor», comentó el Papa después de haber releído el texto de Santiago. Tan fuerte que «si uno escucha» estas palabras, «puede pensar que las pronunció un comunista. No, no —precisó el Pontífice—, las dijo el apóstol Santiago: es palabra del Señor». El problema, pues, es «la incoherencia», y «los cristianos que no son coherentes, dan escándalo».

El Pontífice, refiriéndose al pasaje evangélico de Marcos (9, 41-50) leído en la liturgia, recordó que Jesús habló con fuerza contra el escándalo y «dijo: «El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen —uno solo de estos hermanos y hermanas que tienen fe—, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y le echasen al mar»». En verdad, explicó el Papa, «el cristiano incoherente hace mucho mal», y la imagen fuerte usada por Jesús es muy elocuente. Por lo tanto, prosiguió, «la vida del cristiano está en la senda de la coherencia», pero también tiene que vérselas «con la tentación de no ser coherente y de dar tanto escándalo. Y el escándalo mata».

Las consecuencias, además, saltan a la vista. Todos los cristianos, comentó el Papa, han oído decir: «Yo creo en Dios, pero no en la Iglesia, porque vosotros cristianos decís una cosa y hacéis otra». Son palabras que «todos hemos escuchado: yo creo en Dios, pero no en vosotros». Y esto sucede «por la incoherencia» de los cristianos, explicó el Papa.

Afirmó después que las dos lecturas del día nos ayudan «a rezar por la coherencia cristiana, para actuar, sentir y pensar como cristianos». Y «para vivir con coherencia cristiana —reafirmó— es necesaria la oración, porque la coherencia cristiana es un don de Dios». Es un don que debemos esforzarnos por pedir, diciendo: «Señor, que yo sea coherente. Señor, que no escandalice nunca. Que sea una persona que piense como cristiano, que sienta como cristiano, que actúe como cristiano». Y «ésta —dijo el Papa— es la oración de hoy para todos nosotros: tenemos necesidad de coherencia».

Significativo fue el ejemplo práctico que sugirió: «Si te encuentras ante un ateo que te dice que no cree en Dios, puedes leerle toda una biblioteca donde se dice que Dios existe, y aunque se pruebe que Dios existe, él no tendrá fe». Pero, prosiguió el Papa, «si delante de este ateo das testimonio de coherencia y de vida cristiana, algo comenzará a trabajar en su corazón». Y «será precisamente tu testimonio el que le creará la inquietud sobre la cual trabajará el Espíritu Santo».

El Papa Francisco recordó que «todos nosotros, toda la Iglesia», debemos pedir al Señor «la gracia de ser coherentes», reconociéndonos pecadores, débiles, incoherentes, pero siempre dispuestos a pedir perdón a Dios.

Se trata de «ir adelante en la vida con coherencia cristiana», dando testimonio de que creemos en Jesucristo y sabiendo que somos pecadores. Pero con «la valentía de pedir perdón cuando nos equivocamos» y «teniendo mucho miedo de escandalizar». Y que «el Señor —fue el deseo conclusivo del Papa— nos conceda esta gracia a todos nosotros».

Santo Padre Francisco: El escándalo de la incoherencia

Meditación del jueves, 27 de febrero de 2014

Propósito

Trabajar siempre pensando en que somos Iglesia, no de forma individual.

Diálogo con Cristo

Señor, ayúdame a vivir siempre en clave de amor generoso, desinteresado. Tener una actitud de dar, a no buscar ser consolado, cuanto consolar; a no ser comprendido, como comprender; que no espere ser amado, sino que me dedique a amar. Tú sabes qué difícil resulta a mi naturaleza vivir en constante disposición de entrega. Dame tu gracia para poder hacer un buen examen de conciencia de todo lo bueno que he dejado de hacer.

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