
Se llamaba Juan Cuidad y nace en 1495 en Montemor-O-novo, Portugal. Pasó su niñez y juventud en continuos sacrificios trabajando como pastor, soldado, albañil y librero; abierto a Dios adquirió gran experiencia y madurez.
Se convierte escuchando a San Juan de Ávila. Con su conversión "puso a Dios sobre todas las cosas del mundo" y dedicó su vida por amor a los pobres y enfermos. Escribió: "donde no hay caridad no hay Dios, aunque Dios en todo lugar está".
Hizo del hospital una "Casa de Dios", santuario del Cristo sufriente, para asistir a la persona enferma humana, moral y técnicamente, siendo considerado "Fundador del hospital moderno"; y de la limosna, un medio de apostolado: "Haceos bien a vosotros mismos, dando limosna a los pobres".