
Era día de fiesta. El pueblo de Dios recordaba cómo los había rescatado de Egipto hacía mucho tiempo. Jesús se reunió para cenar con sus amigos.
Antes de sentarse a la mesa, Jesús cogió una palangana llena de agua y una toalla. Se arrodilló y comenzó a lavarles los pies, sucios después de haber caminado durante todo el día.