Evangelio del día: Solemnidad de la Virgen del Pilar

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Lucas 11, 27-28. Solemnidad de Nuestra Señora del Pilar. Un recuento sobre esta fiesta de la «Patrona de la Hispanidad». Luz hermosa, claro día. Amor constante de los españoles y de Hispanoamérica.

Cuando Jesús terminó de hablar, una mujer levantó la voz en medio de la multitud y le dijo: «¡Feliz el seno que te llevó y los pechos que te amamantaron!». Jesús le respondió: «Felices más bien los que escuchan la Palabra de Dios y la practican».

Sagrada Escritura en el portal web de la Santa Sede

Lecturas

Primera lectura: 1 Crón 15, 3-4.15-16; 16, 1-2 (alternativa Hch 1, 12-14)

Salmo: Sal 27(26), 1-5

Reflexión

El evangelio de hoy es bien breve, pero encierra un significado importante en el conjunto del evangelio de Lucas. Nos da la clave para entender lo que Lucas enseña respecto de María, la Madre de Jesús, en el así llamado Evangelio de la Infancia (Lc 1 y 2).

• Lucas 11,27: La exclamación de la mujer.“Estaba él diciendo estas cosas cuando alzó la voz una mujer de entre la gente y dijo: «¡Dichoso el seno que te llevó y los pechos que te criaron!» La imaginación creativa de algunos apócrifos sugiere que aquella mujer era una cecina de Nuestra Señora, allá en Nazaret. Tenía un hijo, llamado Dimas, que, como tantos otros chicos jóvenes de Galilea de aquella época, entró en la guerrilla contra los romanos, fue llevado a la cárcel y ejecutado junto con Jesús. Era el buen ladrón (Lc 23,39-43). Su madre, al oír que Jesús hablaba tan bien a la gente, recordó a María, su vecina y dijo: “¡María debe ser tan feliz teniendo a un hijo así!”.

• Lucas 11,28: La respuesta de Jesús. Jesús responde, haciendo el mayor elogio de su madre: “Dichosos más bien los que oyen la palabra de Dios y la guardan”. Lucas habla poco de María: aquí (Lc 11,28) y en el Evangelio de la Infancia (Lc 1 y 2). Para Lucas, María es la hija de Sión, imagen del nuevo pueblo de Dios. Presenta a María como modelo para la vida de las comunidades. En el Concilio Vaticano II, el documento preparado sobre María, fue inserto como capítulo final en el documento Lumen Gentium sobre la Iglesia. María es modelo para la Iglesia. Y sobre todo en la manera de relacionarse con la Palabra de Dios Lucas ve en ella el ejemplo para las comunidades. María nos enseña cómo acoger la Palabra de Dios, cómo encarnarla, vivirla, profundizarla, rumiarla, hacerla nacer y crecer, dejarnos plasmar por ella, aún cuando no la entendemos o cuando nos hace sufrir. Es ésta la visión que subyace detrás del Evangelio de la Infancia (Lc 1 e 2). La llave para entender estos dos capítulos nos es dada en el evangelio de hoy: “Dichosos, más bien, los que oyen la palabra de Dios y la guardan”.

Solemnidad del Pilar

1. La primera lectura de la fiesta del Pilar, 1 Crónicas 15, recuerda a la Virgen simbolizada por el arca de la alianza, presencia de Dios en medio de su pueblo, a través de María, lo cual es gozo para la Iglesia.

La segunda lectura (He 1,12) y el evangelio (Lc 11, 27) nos hablan también de la presencia de la Virgen en la Iglesia y de las alabanzas que el pueblo le tributa.

El prefacio celebra las maravillas que Dios ha realizado en María, «esperanza de los fieles y gozo de todo nuestro pueblo». En la oración colecta se pide por intercesión de la Virgen «fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia en el amor», y en la oración de las ofrendas, se muestra el deseo de «permanecer firmes en la fe».

La Antífona de entrada: piensa en la Virgen como «la columna que guiaba y sostenía día y noche al pueblo en el desierto», y en el salmo cantamos que «el Señor me ha coronado, sobre la columna me ha exaltado». Termina el aleluya: «afianzó mis pies sobre la roca y me puso en la boca un cántico nuevo».

Domina pues en la liturgia la idea de la presencia de María en la Iglesia y de la firmeza que su intercesión y su devoción procura al pueblo de Dios.

2. Según una piadosa y antigua tradición, ya desde los albores de su conversión, los primitivos cristianos levantaron una ermita en honor de la Virgen María a las orillas del Ebro, en la ciudad de Zaragoza.

La primitiva y pequeña capilla, con el correr de los siglos, se ha convertido hoy en una basílica grandiosa que acoge, como centro vivo de peregrinaciones, a innumerables fieles que, desde todas las partes del mundo, vienen a rezar a la Virgen y a venerar su Pilar.

3. La advocación de nuestra Señora del Pilar ha sido objeto de un especial culto por parte de los españoles: difícilmente podrá encontrarse en el amplio territorio patrio un pueblo que no guarde con amor la pequeña imagen sobre la santa columna. Muchas instituciones la veneran también como patrona.

4. Muy por encima de milagros espectaculares, de manifestaciones clamorosas y de organizaciones masivas, la Virgen del Pilar es invocada como refugio de pecadores, consoladora de los afligidos, madre de España. Su quehacer es, sobre todo, espiritual. Y su basílica, en Zaragoza, es un lugar privilegiado de oración, donde sopla con fuerza el Espíritu.

5. La devoción al Pilar tiene una gran repercusión en Hispanoamérica, cuyas naciones celebran la fiesta del descubrimiento de su continente el día doce de octubre. Como prueba de su devoción a la Virgen, los numerosos mantos que cubren la sagrada imagen y las banderas que hacen guardia de honor a la Señora ante su santa capilla, testimonian la vinculación fraterna que Hispanoamérica tiene por el Pilar, con la patria española.

Abierta la basílica durante todo el día, jamás faltan fieles que llegan al Pilar en busca de reconciliación, gracia y diálogo con Dios (LH).

6. La tradición, tal como ha surgido de unos documentos del siglo XIII que se conservan en la catedral de Zaragoza, se remonta a la época inmediatamente posterior a la Ascensión de Jesucristo, cuando los apóstoles predicaban el Evangelio. Se dice que el Apóstol Santiago el Mayor, hermano de San Juan e hijo de Zebedeo, vino a evangelizar a España.

7. Los documentos dicen que Santiago, «pasando por Asturias, llegó con sus nuevos discípulos a través de Galicia y de Castilla, hasta Aragón, Celtiberia, la la Cesaraugusta romana, hoy Zaragoza, en la ribera del Ebro. Allí predicó Santiago y, entre los muchos convertidos eligió a ocho hombres».

8. En la noche del 2 de enero del año 40, estando Santiago con sus discípulos junto al río Ebro, «oyó voces de ángeles que cantaban Ave, María, gratia plena y vio aparecer a la Virgen Madre de Cristo, de pie sobre un pilar de mármol».

La Santísima Virgen, que aún vivía en carne mortal, pidió al Apóstol que le construyese allí una iglesia, en torno al pilar donde estaba de pie y prometió que «permanecerá este sitio hasta el fin de los tiempos para que la virtud de Dios obre portentos y maravillas por mi intercesión con aquellos que en sus necesidades imploren mi patrocinio».

9. Desapareció la Virgen y quedó allí el pilar. El Apóstol Santiago y los ocho testigos del prodigio comenzaron a edificar una ermita en aquel sitio. Santiago ordenó presbítero a uno de sus discípulos para servicio de la misma y le dio el título de Santa María del Pilar, antes de regresar a Judea. Fue la primera iglesia dedicada a la Virgen Santísima.

10. Muchos historiadores e investigadores defienden esta tradición basados en una serie de monumentos y testimonios que demuestran la existencia de una iglesia dedicada a la Virgen de Zaragoza.

El más antiguo de estos testimonios es el sarcófago de Santa Engracia, que se conserva en Zaragoza desde el siglo IV, que representa, en un bajorrelieve, el descenso de la Virgen aparececiéndose al Apóstol Santiago.

11. Asimismo, hacia el año 835, Almoino, monje de San Germáin de París, redactó unos escritos en los que habla de la Iglesia de la Virgen María de Zaragoza, «donde había servido en el siglo III el gran mártir San Vicente», cuyos restos fueron depositados por el obispo de Zaragoza, en la iglesia de la Virgen María.

También está atestiguado que antes de la ocupación musulmana de Zaragoza, en 714, había allí un templo dedicado a la Virgen.

12. La devoción del pueblo a la Virgen del Pilar está tan arraigada entre los españoles y desde épocas tan remotas, que el Papa permitió el Oficio del Pilar en el que se consigna la aparición de la Virgen del Pilar como «una antigua y piadosa creencia».

El Papa Clemente XII señaló la fecha del 12 de octubre para la festividad de la Virgen del Pilar, pero ya desde siglos antes, en todas las iglesias de España y entre los pueblos hispanos, se celebraba la venida de la Madre de Dios en carne mortal.

13. Fue una venida extraordinaria de la Virgen, cuando todavía vivía en Palestina: «Con ninguna nación hizo cosa semejante», canta con razón la liturgia del 2 de enero, fiesta de la Venida de la Virgen.

Ahí nace la vinculación de la tradición pilarista con la tradición jacobea de Santiago de Compostela. Por ello, Zaragoza y Compostela, el Pilar y Santiago, han constituido dos ejes fundamentales, en torno a los cuales ha girado durante siglos la espiritualidad de España.

14. El pilar o columna: la idea de la solidez del edificio-iglesia con la de la firmeza de la columna-confianza en la protección de María. La columna es símbolo y la «manifestación de la potencia de Dios en el hombre y la potencia del hombre con el poder de Dios».

Es soporte de los sagrado y de la vida cotidiana. María, la puerta del cielo, la escala de Jacob, ha sido la mujer escogida por Dios para venir a nuestro mundo. En ella la tierra y el cielo se han unido en Jesucristo. Las columnas garantizan la solidez del edificio, sea arquitectónico o social. Quebrantarlas es amenazar el edificio entero.

La columna es la primera piedra del templo, que se desarrolla a su alrededor; es el eje de la construcción que liga entre si los diferentes niveles. María es también la primera piedra de la Iglesia, el templo de Dios; en torno a ella, lo mismo que los apóstoles reunidos el día de Pentecostés, va creciendo el pueblo de Dios; la fe y la esperanza de la Virgen alientan a los cristianos en su esfuerzo por edificar el reino de Dios.

15. Como en Ex 13, 21-22, una columna de fuego por la noche acompañaba al pueblo de Israel peregrino en el desierto, dirigiendo su itinerario. El pueblo ve en la Virgen del Pilar simbolizada «la presencia de Dios, una presencia activa que, guía al pueblo de elegido a través de las emboscadas de la ruta».

16. El Papa Juan Pablo II en 1984, al hacer escala en su viaje a Santo Domingo para iniciar la conmemoración del descubrimiento de América, reconoció a la Virgen del Pilar como «patrona de la hispanidad».

Aumentó la devoción a la Virgen del Pilar el prodigio ocurrido en la guerra civil de 1936-1939, cuando las tres bombas que cayeron sobre el templo no estallaron en lo que muchos vieron un signo de la especial protección de la Virgen sobre las tropas nacionalistas. De toda España acudían peregrinos a pie a dar gracias a la Virgen por haberlos librado de los peligros de la guerra.

17. El día 12 de octubre de 1492, precisamente cuando las tres carabelas de Cristóbal Colon avistaban las desconocidas tierras de América, al otro lado del Atlántico, los monjes jerónimos cantaban alabanzas a la Madre de Dios en su santuario de Zaragoza, por lo cual, el 12 de Octubre día de la Virgen del Pilar, es también el día de la Raza.

18. Invoquemos su intercesión para que hoy libre a España de tantos errores, siembre la verdad, barra las mentiras, desbarate las intrigas, aleje para siempre la lacra del terrorismo, eleve el nivel ético y moral de los ciudadanos, purifique la fe de los creyentes y la haga operativa por la caridad y la práctica de las virtudes cristianas, enfervorice a los tibios y haga santos a los que ya son buenos.

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