Lucas 11, 29-32. Lunes de la 28.ª semana del Tiempo Ordinario. La señal de que estamos en el buen camino es socorrer al oprimido, cuidar al prójimo, al enfermo, al pobre, a quien tiene necesidad, al ignorante…
Al ver Jesús que la multitud se apretujaba, comenzó a decir: «Esta es una generación malvada. Pide un signo y no le será dado otro que el de Jonás. Así como Jonás fue un signo para los ninivitas, también el Hijo del hombre lo será para esta generación. El día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra los hombres de esta generación y los condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón y aquí hay alguien que es más que Salomón. El día del Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás y aquí hay alguien que es más que Jonás.
Sagrada Escritura en el portal web de la Santa Sede
Lecturas
Primera lectura: Carta de san Pablo a los Gálatas, Gál 4, 22-24.26-27.31; 5, 1
Salmo: Sal 113(112), 1-7
Oración introductoria
Dios mío, creo que al invocarte te haces presente en mi oración. Tengo la certeza que quieres concederme este momento de oración para llenarme de tu gracia, para que crea y mire al futuro con confianza, para poder amar más generosamente.
Petición
Señor, ayúdame a reconocer los signos de tu presencia en lo cotidiano de mi vida.
Meditación del Santo Padre Francisco
Pero, «¿cuál es la señal de que estamos en el buen camino? Lo dice la Escritura: socorrer al oprimido, cuidar al prójimo, al enfermo, al pobre, a quien tiene necesidad, al ignorante. Esta es la piedra de toque». Y aún más: «Los hipócritas no pueden hacer esto, porque están tan llenos de sí mismos que son ciegos para mirar a los demás». Pero «cuando uno camina un poco y se acerca al Señor, la luz del Padre hace ver estas cosas y va a ayudar a los hermanos. Este es el signo de la conversión».
Cierto, añadió, esta «no es toda la conversión; porque la conversión —explicó— es el encuentro con Jesucristo. Pero la señal de que estamos con Jesús es precisamente esta: atender a los hermanos, a los pobres, a los enfermos como el Señor nos enseña en el Evangelio».
Santo Padre Francisco: Cristianos sin maquillaje
Meditación del martes, 18 de marzo de 2014
Catecismo de la Iglesia Católica, CEC
2465 El Antiguo Testamento lo proclama: Dios es fuente de toda verdad. Su Palabra es verdad (cf Pr 8, 7; 2 S 7, 28). Su ley es verdad (cf Sal 119, 142). “Tu verdad, de edad en edad” (Sal 119, 90; Lc 1, 50). Puesto que Dios es el “Veraz” (Rm 3, 4), los miembros de su pueblo son llamados a vivir en la verdad (cf Sal 119, 30).
2466 En Jesucristo la verdad de Dios se manifestó en plenitud. “Lleno de gracia y de verdad” (Jn 1, 14), él es la “luz del mundo” (Jn 8, 12), la Verdad (cf Jn 14, 6). El que cree en él, no permanece en las tinieblas (cf Jn 12, 46). El discípulo de Jesús, “permanece en su palabra”, para conocer “la verdad que hace libre” (cf Jn 8, 31-32) y que santifica (cf Jn 17, 17). Seguir a Jesús es vivir del “Espíritu de verdad” (Jn 14, 17) que el Padre envía en su nombre (cf Jn14, 26) y que conduce “a la verdad completa” (Jn 16, 13). Jesús enseña a sus discípulos el amor incondicional de la verdad: «Sea vuestro lenguaje: “sí, sí”; “no, no”» (Mt 5, 37).
2467 El hombre busca naturalmente la verdad. Está obligado a honrarla y atestiguarla: “Todos los hombres, conforme a su dignidad, por ser personas […], se ven impulsados, por su misma naturaleza, a buscar la verdad y, además, tienen la obligación moral de hacerlo, sobre todo con respecto a la verdad religiosa. Están obligados también a adherirse a la verdad una vez que la han conocido y a ordenar toda su vida según sus exigencias” (DH 2).
2468 La verdad como rectitud de la acción y de la palabra humana, tiene por nombreveracidad, sinceridad o franqueza. La verdad o veracidad es la virtud que consiste en mostrarse veraz en los propios actos y en decir verdad en sus palabras, evitando la duplicidad, la simulación y la hipocresía.
2469 “Los hombres […] no podrían vivir juntos si no tuvieran confianza recíproca, es decir, si no se manifestasen la verdad” (Santo Tomás de Aquino, Summa theologiae, 2-2, q. 109, a. 3 ad 1). La virtud de la veracidad da justamente al prójimo lo que le es debido; observa un justo medio entre lo que debe ser expresado y el secreto que debe ser guardado: implica la honradez y la discreción. En justicia, “un hombre debe honestamente a otro la manifestación de la verdad” (Santo Tomás de Aquino, Summa theologiae, 2-2, q. 109, a. 3).
2470 El discípulo de Cristo acepta “vivir en la verdad”, es decir, en la simplicidad de una vida conforme al ejemplo del Señor y permaneciendo en su Verdad. “Si decimos que estamos en comunión con él, y caminamos en tinieblas, mentimos y no obramos conforme a la verdad” (1 Jn 1, 6).
Catecismo de la Iglesia Católica
Propósito
Estar atento para aprovechar las gracias y mociones particulares que Dios me va a dar este día.
Diálogo con Cristo
Señor, todo está bajo tu dominio menos mi libertad, porque Tú respetas mi decisión de cumplir o no tu voluntad. Me has dado tu Palabra en el Evangelio, te me ofreces en la Eucaristía, para que tu presencia viva transforme todo mi ser: inteligencia, voluntad, afectos, imaginación y sentimientos. Haz, Jesús, que sepa apreciar estos dones y que aproveche todas las oportunidades, circunstancias y situaciones de mi vida para amarte más.
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