Oración en familia

por

Catequesis en familia - Inicio 5 Catequesis familiar 5 Catequesis Testimonios 5 Oración en familia

La oración en familia, como toda oración requiere un aprendizaje, y una inquietud interior que nos proporcione el sentimiento de búsqueda y acercamiento a Dios Padre.

Así pues, debemos buscar el momento, el rincón, y las condiciones que nos ayuden a ello. No es fácil, ni nuestro día a día, nos permite siempre poderlo hacer como nos gustaría. Tampoco nuestros hijos tienen siempre el mismo interés, ni nosotros la misma paciencia. No obstante hemos de tratar que sea algo gratificante para todos. A veces nos veremos forzados a abreviar, pero nunca deberemos perder de vista el sentido profundo que tiene la oración en familia. Es una huella que quedará imborrable en la memoria de los hijos.


Testimonio de una familia

Para nosotros, el mejor momento es una vez que nuestros hijos han terminado sus tareas y ha llegado el momento de que se preparen para irse a la cama. Es bueno buscar ese rincón de casa, donde podamos estar todos juntos y tengamos cerca una imagen que nos inspire alguna devoción: de la Virgen María, del Sagrado Corazón, de la Sagrada Familia, etc. Es bueno buscar una iluminación adecuada que nos permita concentrarnos en la imagen cercana, manteniendo el resto en penumbra. La luz de una sencilla vela puede ser lo más adecuado. También ayuda poner como fondo una buena música (por ejemplo, canto gregoriano) que nos acerque a Dios, nos relaje y nos ayude a orar. 

Solemos empezar con una lectura. El evangelio del día, o el Santo de cada día nos pueden ayudar en esto, ambos se pueden encontrar adaptados para niños, y con un texto no excesivamente largo que acabe dilatando la oración en exceso. Una vez realizada la lectura, intentamos concentrarnos en nuestra imagen iluminada por la vela y la música de fondo. Comentamos la lectura, comprobando si han recogido el contenido mediante preguntas sencillas y ayudándoles a descubrir el mensaje de fondo.

En este paso, deberíamos encontrarnos todos dispuestos a la oración con el corazón abierto a Dios, pero no siempre es así, o mejor dicho, no siempre lo conseguimos todos. A continuación empezamos un turno de palabra, para expresar nuestra gratitud y peticiones al Señor. De uno en uno, cada uno dice lo que siente en su corazón. Damos la posibilidad de que algún día, alguno, pueda hacerlo en silencio y para sí, pero tampoco dejamos que esto se convierta en norma. Aprovechamos este momento para “recoger el día”, ver que hubo de bueno y de malo, dónde acertamos y dónde nos equivocamos, resolver las pequeñas diferencias familiares, y los problemas de la convivencia diaria. Acostumbrándonos a reconocer nuestras faltas, pedir perdón si hemos llegado a ofender a alguien, y ayuda a Dios para ser más sensibles a nuestros hermanos. Este es el mejor momento de la oración cuando cada uno saca lo que lleva dentro de su corazón y lo comparte. Sus alegrías cuando dan gracias, su visión de los problemas de la vida, cuando piden ayuda a Dios, y el sentimiento de hermanos y familia, cuando se piden perdón y solucionan sus problemas.

Después de esto acabamos con una oración, como un Padrenuestro, Avemaría o el Ángel de la guarda. Y para finalizar, si aún queda tiempo, unos minutos de música en silencio, para irnos a la cama en paz con Dios, nuestros hermanos, y con nosotros mismos. 

Estos ratos de oración familiar, pero de un modo más informal, también intentamos buscarlos en otros momentos del día. Durante el camino al colegio, al bendecir la mesa, cuando hay algo que celebrar en casa o cuando alguna noticia nos aflige. No llegamos a interiorizar tanto, pero sí nos ayudan a tener a Jesús presente en nuestras vidas y no olvidarnos de Él.

A título de recomendación, por si a alguien le puede ser de ayuda el uso de la música, una de nuestras grabaciones favoritas son las oraciones del Monasterio de Santa María de Huerta y, para rezar por la noche, nada mejor que completas. Nos ayudan a relajarnos, dejándonos caer en los brazos de Dios Padre, y conciliar el sueño. 

Igualmente, en cuanto a las lecturas, Los Santos, un amigo para cada día, de la editorial Edibesa. Tiene una lectura fácil para los niños y, sin ser demasiado largas, nos sirven para darles a nuestros hijos, modelos cristianos de referencia, y un buen rato de reflexión y oración.

El Evangelio de cada día para niños, se titula Voy contigo y está editado en Publicaciones Claretianas. Viene adaptado a su lenguaje y lo usamos cuando no disponemos de tanto tiempo.

Esperamos que estas pautas puedan ayudar a otras familias a avanzar padres e hijos juntos, en su oración con Dios, a sentir su amor por cada uno de nosotros y a pedirle ayuda, no solo cuando nos sintamos pequeños.

*  *  *

Isa y Paco (Madrid)


Novedad
Cuadernos, recursos y guía
Amigos de Jesús
La Biblia de los más pequeños
Cuentos de Casals
Recomendamos
Editorial Combel
Editorial Casals