«Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Unigénito» (Jn 3, 16). El Padre «dio» al Hijo para salvarnos, y esto implicó la muerte de Jesús, y la muerte en la cruz. ¿Por qué? ¿Por qué fue necesaria la cruz? A causa de la gravedad del mal que nos esclavizaba. La cruz de Jesús expresa ambas cosas: toda la fuerza negativa del mal y toda la omnipotencia mansa de la misericordia de Dios. La cruz parece determinar el fracaso de Jesús, pero en realidad manifiesta su victoria. En el Calvario, quienes se burlaban de Él, le decían: «si eres el Hijo de Dios, baja de la cruz» (cf. Mt 27, 40). Pero era verdadero lo contrario: precisamente porque era el Hijo de Dios estaba allí, en la cruz, fiel hasta el final al designio del amor del Padre. Y precisamente por eso Dios «exaltó» a Jesús (Flp 2, 9), confiriéndole una realeza universal.
Y cuando dirigimos la mirada a la cruz donde Jesús estuvo clavado, contemplamos el signo del amor, del amor infinito de Dios por cada uno de nosotros y la raíz de nuestra salvación.
SS Francisco, Ángelus, 14 de septiembre de 2014.
* * *
Objetivo
Analizar la muerte de Jesús, modelo de amor heroico: una muerte por su fidelidad al Amor.
Video de ambientación
Mi Último Día, manga de la crucifixión de Cristo 9′
Canción de ambientación
Jesús Adrian Romero: Si hubiera estado allí (letra)
Charla aclaratoria para debatir en los grupos
Jesús testifica con su vida que Dios es amor para con todos, y en especial para con los despreciados y marginados. Él es siempre fiel a ésta su misión.
Los fariseos creían que sólo ellos eran los predilectos de la divinidad. Y habían enseñado a los enfermos y empobrecidos que su estado era por voluntad divina. Además, el Imperio Romano se consideraba dios todopoderoso con derecho a oprimir y matar a quienes no se sometieran.
Jesús, en cambio, predica y vive un amor universal. Él no desprecia a nadie. Dignifica a todos. Vive siempre en actitud de servicio. Insiste en que Dios es sólo amor. Rechaza a los dioses egoístas del Imperio. Predica un Dios amor para todos. Y ello no le gusta nada a las autoridades de su tiempo, ni a las religiosas, ni a las políticas. Se sienten gravemente atacados porque peligran sus privilegios: Ni ellos valen más que los demás, ni el pueblo tiene por qué ser despreciado y explotado.
Según Jesús, Papá Dios quiere a todos y su creación la ha hecho para toda la Humanidad. Todos los seres humanos somos igualmente dignos. Por esta prédica le llueven desprecios y amenazas. Pero él se mantiene heroicamente fiel a su misión. Ni la prisión, las torturas, ni siquiera la amenaza de una cruel muerte le hace cambiar. Jesús en la cruz es la imagen heroica de la fidelidad al Amor universal. Su amor hasta la muerte nos granjeó el perdón de Dios a todas nuestras infidelidades. Y abrió las puertas para la construcción de un Mundo Nuevo regido por el amor…
Jesús fue tan fiel al Amor, que el Dios-Amor lo resucitó. Y sigue vivo, acompañando a todos los que mueren, para que todos resucitemos con él. Quiere además vivir ahora en nosotros para perpetuar a través nuestro su mensaje heroico de amor universal…
PowerPoint de apoyo
Por qué mataron a Jesús.
Puedes descargártelo pulsando aquí.
Canción para escuchar como oración
Gandara: Dame tus ojos (con letra)
Textos iluminadores para orar y dialogar en grupos
Juan 19, 16-30: Crucificado.
Entonces Pilato se lo entregó para que lo crucifiquen, y ellos se lo llevaron. Jesús, cargando sobre sí la cruz, salió de la ciudad para dirigirse al lugar llamado «del Cráneo», en hebreo «Gólgota». Allí lo crucificaron; y con él a otros dos, uno a cada lado y Jesús en el medio. Pilato redactó una inscripción que decía: «Jesús el Nazareno, rey de los judíos», y la hizo poner sobre la cruz. Muchos judíos leyeron esta inscripción, porque el lugar donde Jesús fue crucificado quedaba cerca de la ciudad y la inscripción estaba en hebreo, latín y griego. Los sumos sacerdotes de los judíos dijeron a Pilato: «No escribas: «El rey de los judíos». sino: «Este ha dicho: Yo soy el rey de los judíos»». Pilato respondió: «Lo escrito, escrito está».
Después que los soldados crucificaron a Jesús, tomaron sus vestiduras y las dividieron en cuatro partes, una para cada uno. Tomaron también la túnica, y como no tenía costura, porque estaba hecha de una sola pieza de arriba abajo, se dijeron entre sí: «No la rompamos. Vamos a sortearla, para ver a quién le toca.» Así se cumplió la Escritura que dice: Se repartieron mis vestiduras y sortearon mi túnica. Esto fue lo que hicieron los soldados.
Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien el amaba, Jesús le dijo: «Mujer, aquí tienes a tu hijo». Luego dijo al discípulo: «Aquí tienes a tu madre». Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa.
Después, sabiendo que ya todo estaba cumplido, y para que la Escritura se cumpliera hasta el final, Jesús dijo: Tengo sed. Había allí un recipiente lleno de vinagre; empaparon en él una esponja, la ataron a una rama de hisopo y se la acercaron a la boca. Después de beber el vinagre, dijo Jesús: «Todo se ha cumplido». E inclinando la cabeza, entregó su espíritu.
¿Qué hubiera hecho yo si hubiera estado allá?
Analicemos por qué realmente mataron a Jesús…
Is 53,1-12: El Siervo de Yavé. Eran nuestras dolencias las que él llevaba.
¿Quién creyó lo que nosotros hemos oído y a quién se le reveló el brazo del Señor? Él creció como un retoño en su presencia, como una raíz que brota de una tierra árida, sin forma ni hermosura que atrajera nuestras miradas, sin un aspecto que pudiera agradarnos. Despreciado, desechado por los hombres, abrumado de dolores y habituado al sufrimiento, como alguien ante quien se aparta el rostro, tan despreciado, que lo tuvimos por nada. Pero él soportaba nuestros sufrimientos y cargaba con nuestras dolencia, y nosotros lo considerábamos golpeado, herido por Dios y humillado. Él fue traspasado por nuestras rebeldías y triturado por nuestras iniquidades. El castigo que nos da la paz recayó sobre él y por sus heridas fuimos sanados. Todos andábamos errantes como ovejas, siguiendo cada uno su propio camino, y el Señor hizo recaer sobre él las iniquidades de todos nosotros. Al ser maltratado, se humillaba y ni siquiera abría su boca: como un cordero llevado al matadero, como una oveja muda ante el que la esquila, él no abría su boca.
Fue detenido y juzgado injustamente, y ¿quién se preocupó de su suerte? Porque fue arrancado de la tierra de los vivientes y golpeado por las rebeldías de mi pueblo. Se le dio un sepulcro con los malhechores y una tumba con los impíos, aunque no había cometido violencia ni había engaño en su boca. El Señor quiso aplastarlo con el sufrimiento. Si ofrece su vida en sacrificio de reparación, verá su descendencia, prolongará sus días, y la voluntad del Señor se cumplirá por medio de él. A causa de tantas fatigas, él verá la luz y, al saberlo, quedará saciado. Mi Servidor justo justificará a muchos y cargará sobre sí las faltas de ellos. Por eso le daré una parte entre los grandes y él repartirá el botín junto con los poderosos. Porque expuso su vida a la muerte y fue contado entre los culpables, siendo así que llevaba el pecado de muchos e intercedía en favor de los culpables.
¿De qué me sirve a mí la Pasión de Jesús?
¿En qué Jesús es un ideal para mí?
Oración
Padre bueno, en la muerte de tu Hijo se manifiesta tu amor universal.
En Jesús te encontramos con los brazos abiertos, siempre dispuesto a perdonar y a ayudar.
Envíanos ese Espíritu que tu Hijo entrega en su muerte para que viva siempre en nosotros, / convirtiéndonos a todos en hijos tuyos, / fieles a tu amor hasta la muerte.
Jesús, en tu corazón herido se reflejan nuestra maldad, que te hiere, / y tu bondad que nos cura.
Tu muerte es el gran grito del amor universal. En tu cruz florece el dinamismo de nuestra esperanza…
Gracias a tu muerte heroica es posible la curación en nuestro mundo herido.
Tu cruz es el triunfo del amor contra el egoísmo.
Tu imagen como Crucificado simboliza la forma más sublime de amor.
Es manifestación maravillosa de tu heroica fidelidad al Amor.
Gracias, Jesús, por tu amor incondicional hacia mí y hacia toda la Humanidad.
Tarea
¿Seré capaz de realizar algo que realmente me cueste, en servicio de alguien? Concretarlo.
* * *
Para acceder a otros escritos y materiales del padre José Luis Caravias SJ,
puedes entrar en su magnífico blog en wordpress
* * *
Volver al Índice |