Confirmando nuestra fe en Jesucristo – Retiro. Sacramento de la Reconciliación

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El sacramento de la Penitencia y de la Reconciliación brota directamente del misterio pascual. En efecto, la misma tarde de la Pascua el Señor se aparece a los discípulos, encerrados en el cenáculo, y, tras dirigirles el saludo «Paz a vosotros», sopló sobre ellos y dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados» (Jn 20, 21-23). Este pasaje nos descubre la dinámica más profunda contenida en este sacramento. Ante todo, el hecho de que el perdón de nuestros pecados no es algo que podamos darnos nosotros mismos. Yo no puedo decir: me perdono los pecados. El perdón se pide, se pide a otro, y en la Confesión pedimos el perdón a Jesús. El perdón no es fruto de nuestros esfuerzos, sino que es un regalo, es un don del Espíritu Santo, que nos llena de la purificación de misericordia y de gracia que brota incesantemente del corazón abierto de par en par de Cristo crucificado y resucitado. En segundo lugar, nos recuerda que sólo si nos dejamos reconciliar en el Señor Jesús con el Padre y con los hermanos podemos estar verdaderamente en la paz. Y esto lo hemos sentido todos en el corazón cuando vamos a confesarnos, con un peso en el alma, un poco de tristeza; y cuando recibimos el perdón de Jesús estamos en paz, con esa paz del alma tan bella que sólo Jesús puede dar, sólo Él.

SS Francisco, Audiencia general, 19 de febrero de 2014.

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Objetivo

Dios misericordioso dispuesto siempre a sanarnos y fortificarnos. Preparación y recepción del sacramento de la Reconciliación.

Vídeos

Martín Valverde: No te rindas

Cristóbal Fones: Padre, vuelvo a casa

Charla preparatoria

Cuando vamos a celebrar un acontecimiento importante nos bañamos y nos vestimos bien. Ahora también, a una semana de confirmar nuestro sí oficial a Jesús, es bueno que limpiemos nuestra conciencia y nos presentemos espiritualmente elegantes.

Todos somos pecadores. Con frecuencia nos hacemos daño a nosotros mismos y a los demás. Nos ensuciamos. Podemos meternos en caminos equivocados. Somos capaces de estropear nuestro futuro. Por eso es muy importante que nos paremos a reflexionar sobre la dirección de nuestros pasos, para poder corregirlos a tiempo, ya que es fácil engañarnos.

Dios está siempre dispuesto a ayudarnos. Pero nunca se nos impone a la fuerza. Tenemos que aceptar conscientemente su ayuda. Él nos ofrece un detergente muy especial para limpiar nuestras suciedades; y un reconstituyente para desarrollar nuestras cualidades: el sacramento de la confesión.

Lo primero es examinar con sinceridad nuestra conciencia. Pero no a la luz de nuestro orgullo, sino iluminados por la bondadosa misericordia de Dios. Él nos ha dado hermosas cualidades a desarrollar y está siempre dispuesto a colaborar. Con su ayuda, todas nuestras suciedades se pueden limpiar y todos nuestros pasos equivocados se pueden corregir.

Pero es imprescindible que creamos de veras en la misericordia de Dios, manifestada de una forma especial en Jesús. Tenemos que aprender a recibir a corazón lleno el perdón de Dios, pero también saber perdonar a los demás y especialmente a nosotros mismos.

El sacerdote representa a Jesús. Él nos perdona en su nombre. Y nos puede aconsejar y ayudar a caminar más derecho hacia el Amor.

El Papa Francisco habla sobre la confesión

Examen personal de conciencia

Fijarme especialmente en mis actitudes negativas más profundas, que pueden influir en mi futuro.

¿Soy sincero(a) conmigo mismo(a)? ¿Me gusta engañarme con drogas de cualquier clase?

¿Me siento superior a los demás, y los desprecio?

¿Me respeto y me hago respetar?

¿Sé respetar a mis «mayores» y aprender de su experiencia?

¿Tiendo al lujo, al derroche, a hacer compras inútiles?

¿Me «engancha» la pornografía? ¿Me agrada experimentar sexo sin amor?

¿Soy fiel a mis amigos? ¿Sé cultivar amistades sinceras?

¿Qué es lo que más me atemoriza? ¿Tengo miedos supersticiosos o fundamentalistas?

¿Tomo con responsabilidad mis estudios?

¿Desarrollo mis cualidades para ponerlas al servicio de los demás?

¿Me esfuerzo en cultivar mi fe?

¿Me ilusiono con conocer, amar y seguir a Jesucristo?

(También puedes consultar la colección de artículos
en esta web «Soy joven y quiero confesarme».)

Mi proyecto de vida

¿Qué cosas debo corregir?

¿En qué debo insistir?

¿Cómo cultivar mejor mi fe en Jesús?

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Para acceder a otros escritos y materiales del padre José Luis Caravias SJ,
puedes entrar en su magnífico blog en wordpress

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