Significado de la Corona de Adviento

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La corona o guirnalda de Adviento es el primer anuncio de Navidad. Es un círculo de follaje verde, la forma simboliza la eternidad y el color la esperanza y la vida…

Dios se hace presente en la vida de cada ser humano y de cualquier manera le hace sentir su amor y deseo de salvarle.

La palabra Adviento es de origen latino y quiere decir ‘venida’. Es el tiempo en que los cristianos nos preparamos para la venida de Jesucristo. El tiempo de adviento abarca cuatro semanas antes de Navidad.

Actualmente hay inquietud por reavivar una costumbre muy significativa y de gran ayuda para vivir este tiempo: La corona o guirnalda de Adviento es el primer anuncio de Navidad.

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Simbología de la Corona de Adviento 

La corona de Adviento tiene su origen en una tradición pagana europea que consistía en prender velas durante el invierno para representar al fuego del dios sol, para que regresara con su luz y calor durante el invierno. Los primeros misioneros aprovecharon esta tradición para evangelizar a las personas. Partían de sus costumbres para enseñarles la fe católica. La corona está formada por una gran variedad de símbolos:

La forma circular

El círculo no tiene principio ni fin. Es señal del amor de Dios que es eterno, sin principio y sin fin, y también de nuestro amor a Dios y al prójimo que nunca debe de terminar.

Las ramas verdes

Verde es el color de esperanza y vida, y Dios quiere que esperemos su gracia, el perdón de los pecados y la gloria eterna al final de nuestras vidas. El anhelo más importante en nuestras vidas debe ser llegar a una unión más estrecha con Dios, nuestro Padre.

Las cuatro velas

Nos hace pensar en la obscuridad provocada por el pecado que ciega al hombre y lo aleja de Dios. Después de la primera caída del hombre, Dios fue dando poco a poco una esperanza de salvación que iluminó todo el universo como las velas la corona. Así como las tinieblas se disipan con cada vela que encendemos, los siglos se fueron iluminando con la cada vez más cercana llegada de Cristo a nuestro mundo.

Son cuatro velas las que se ponen en la corona y se prenden de una en una, durante los cuatro domingos de adviento al hacer la oración en familia.

Los adornos

Las manzanas rojas que adornan la corona representan los frutos del jardín del Edén con Adán y Eva que trajeron el pecado al mundo pero recibieron también la promesa del Salvador Universal.

El listón rojo representa nuestro amor a Dios y el amor de Dios que nos envuelve.

Función

Los domingos de Adviento la familia o la comunidad se reúne en torno a la corona de adviento. Luego, se lee la Biblia y alguna meditación. La corona se puede llevar al templo para ser bendecida por el sacerdote.

Sugerencias

a) Es preferible elaborar en familia la corona de Adviento aprovechando este momento para motivar a los niños platicándoles acerca de esta costumbre y su significado.
b) La corona deberá ser colocada en un sitio especial dentro del hogar, de preferencia en un lugar fijo donde la puedan ver los niños de manera que ellos recuerden constantemente la venida de Jesús y la importancia de prepararse para ese momento.
c) Es conveniente fijar con anticipación el horario en el que se prenderán las velas. Toda esta planeación hará que las cosas salgan mejor y que los niños vean y comprendan que es algo importante. Así como con anticipación preparamos la visita de un invitado importante, estamos haciendo esto con el invitado más importante que podemos tener en nuestra familia.
d) Es conveniente también distribuir las funciones entre los miembros de la familia de modo que todos participen y se sientan involucrados en la ceremonia.

Por ejemplo:

  • un encargado de tener arreglado y limpio el lugar donde irá la corona antes de comenzar con esta tradición navideña.
  • un encargado de apagar las luces al inicio y encenderlas al final.
  • un encargado de dirigir el canto o de poner la grabadora con algún villancico.
  • un encargado de dirigir las oraciones para ponerse en presencia de Dios.
  • un encargado de leer las lecturas.
  • un encargado de encender las velas.

Fuente original en Aciprensa.

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Bendición de la Corona de Adviento

En algunas parroquias o colegios se organiza la bendición de las coronas de Adviento. Si no se pudo asistir a estas celebraciones, la puede llevar a cabo el papá o la mamá con la siguiente oración:

Señor Dios
bendice con tu poder nuestra Corona de Adviento para que, al encenderla,
despierte en nosotros el deseo de esperar la venida de Cristo
practicando las buenas obras, y para que así,
cuando Él llegue, seamos admitidos al Reino de los Cielos.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Todos: Amén.

La siguiente es una fórmula de bendición comunitaria para los sacerdotes

Sacerdote: Al comenzar este nuevo año litúrgico, vamos a bendecir, como comunidad cristiana, esta corona con que inauguramos también el tiempo de Adviento. Sus luces nos recuerdan que Jesucristo es la luz del mundo. Su color verde significa la vida, nuestra vida de la gracia, y la esperanza de ser mejores y unirnos más como comunidad.

Todos: Por eso, al ir encendiendo, domingo tras domingo, los cirios de la corona, debemos significar nuestra gradual preparación para recibir la luz de Navidad: Jesucristo, Nuestro Señor, que viene para salvarnos.

Sacerdote: Démosle gracias a Dios por esta corona, pero especialmente porque nos permite estar reunidos, como comunidad, para darle gracias y bendecirlo.

Todos: Te damos gracias, Señor, porque siempre estás con nosotros en el camino de la vida y porque nos ayudas a bendecirte y a tenerte presente cada día. Te damos gracias por nuestra convivencia comunitaria y por esta corona de Adviento que hoy queremos bendecir, o sea, que queremos ponerla en tu nombre para que sea el centro de nuestra oración y reflexión comunitaria.

Escucha, pues, padre bueno, nuestras súplicas: bendice (+) esta corona de Adviento, y al bendecirla, bendícenos también a nosotros como comunidad, danos tu paz, tu amor y tu unidad. Ayúdanos a vencer las tentaciones. No nos dejes caer en el pecado que nos aparta de ti. Antes bien, ayúdanos a preparar la venida de tu hijo Jesucristo, luz del mundo, para que ilumine toda nuestra vida y nos guíe por el camino de la verdad y del bien, el que vive y reina contigo, en la unidad del espíritu santo, por los siglos de los siglos. Amén.

(Se rocía la corona con agua bendita… Y se enciende la primera vela…).

Lector: Si encendemos una vela es porque queremos alumbrar, porque queremos tener una señal que pueda ver el que viene hacia nosotros. Es un signo externo de nuestra disposición interior de esperanza.

Todos: Por eso, en este tiempo de Adviento, seguiremos con atención y con buena disposición, las enseñanzas de la palabra de Dios en las lecturas dominicales; y nos prepararemos, de todo corazón, para la venida del Señor a nuestra comunidad parroquial, a nuestra familia y a nuestra vida personal.

Lector: Su venida histórica, que recordamos cuando el hijo de Dios nace como hijo de maría, como hombre para habitar entre los hombres; su venida litúrgica en cada eucaristía, en su palabra y en la comunión; y su venida escatológica, que esperamos con viva fe, al final de los tiempos.

Todos: Por eso, encender una vela tiene sentido en la medida en que, personal, familiar y comunitariamente, nos dispongamos a recibir al Hijo de Dios, a Nuestro Señor Jesucristo, que viene a nosotros para salvarnos.

Sacerdote: Cristo, en su Evangelio, nos invita a «velar y a estar preparados, porque no sabemos cuándo llegará el momento».

Todos: Por eso, nos comprometemos a prepararnos, en familia, a través del perdón, de la comprensión y del amor entre esposo y esposa; entre padres e hijos; entre hermanos y hermanas; y entre amigos y compañeros.

Nos comprometemos, también, a manifestar nuestro cariño y buena voluntad para con los amigos y vecinos sobre todo, estando dispuestos a prestar ayuda si alguien necesita de nosotros, de nuestro tiempo, de nuestro servicio y de nuestras cosas.

Y le pedimos a Dios, Nuestro Señor, su gracia y su fuerza para cumplir fielmente estos propósitos. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.

Bendición solemne de Adviento*

Sacerdote: Que Dios, omnipotente y misericordioso.

Todos: Nos santifique con la celebración de este Adviento y nos llene de sus bendiciones, ya que creemos que Cristo vino al mundo y esperamos su retorno glorioso. Amén.

Sacerdote: Que Dios, fuente de vida y alegría.

Todos: Nos conceda permanecer firmes en la fe, alegres en la esperanza y eficaces en la caridad. Amén.

Sacerdote: Que Dios, origen de toda bondad.

Todos: Nos enriquezca con los premios eternos cuando venga de nuevo en la majestad de su gloria. Amén.

Sacerdote: Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo (+) y Espíritu Santo, descienda sobre todos ustedes.

Todos: Amén.

*Esta misma bendición se puede usar en los domingos II, III y IV de Adviento

Fuente de la bendición en Aciprensa.

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