Irene era una joven noble de Nebancia, Portugal. Era tan bella como piadosa y un joven se prendó de ella al verla en la iglesia. La pidió en matrimonio y fue rechazado, explicándole Irene que había hecho voto de virginidad y que se si seguía siendo buen cristiano, se verían en el paraíso. El joven lo aceptó, pero poco tiempo después, un maestro de Irene que intentó seducirla y fue arrojado de su casa, para vengarse, corrió a contar al joven que Irene pronto sería madre. Este, loco de rabia, la mató al salir de la iglesia y arrojó su cuerpo al río.
La encontraron en la orilla del río Tajo, frente a la villa de Scalabis que desde entonces se llama Santarem (Santa Iria o Irene). Esta santa es muy querida en Portugal y en España.