La Virgen María, intercesora de los novios cristianos y del matrimonio

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Basado en enseñanzas de los últimos pontífices, del cardenal Robert Prevost (León XIV), del padre Ángel Peña Toro, del cardenal Joseph Ratzinger (Benedicto XVI) y de San Juan Pablo II (Karol Wojtyła).

Introducción

En el corazón de la vida cristiana está el amor: el amor de Dios por la humanidad, y el amor entre los hombres que refleja esa entrega divina. Entre las muchas formas que toma este amor, el noviazgo y el matrimonio cristianos son caminos privilegiados de santificación. En este peregrinar hacia el amor verdadero, la Virgen María se presenta como Madre, modelo e intercesora. Ella, que vivió con San José un verdadero matrimonio, acompaña con ternura y fortaleza a quienes se preparan para este sacramento o lo viven en fidelidad.

María, modelo de amor y entrega

San Juan Pablo II, en su magisterio sobre la teología del cuerpo, enseñaba que el amor es don de sí, y que el cuerpo humano tiene una vocación esponsal. En este contexto, María se convierte en modelo perfecto de la entrega total, al responder con su fiat: “Hágase en mí según tu palabra” (Lc 1,38). Ella enseñó con su vida que el amor verdadero exige confianza, silencio interior, servicio y fidelidad.

Joseph Ratzinger, ya como Benedicto XVI, escribió que María es “la mujer que escucha, que guarda y que ama”. En el noviazgo cristiano, donde tantas veces surgen incertidumbres, dudas y luchas por vivir en pureza, la Virgen es ejemplo de escucha de la voluntad de Dios, de paciencia en el crecimiento del amor y de fidelidad a lo que el Señor ha comenzado.

La Virgen en la vida del matrimonio

El matrimonio cristiano es un sacramento, y como tal, necesita la gracia divina para florecer. El padre Ángel Peña Toro afirma que María está presente “en todas las etapas del amor: en su inicio, en su crecimiento y en su consumación sacramental”. Ella estuvo con los esposos en las bodas de Caná, atenta a lo que les faltaba, y sigue estando presente en cada boda cristiana.

El papa Francisco nos recuerda que María “es madre que cuida y guía a los esposos”, y añade: “La Virgen sabe transformar una situación difícil en una oportunidad para que se manifieste la gloria de su Hijo”. Así, cuando en la vida matrimonial se acabe “el vino” de la alegría, del perdón o del diálogo, María intercede ante Jesús para que renueve el milagro.

Robert Prevost, antes de ser nombrado cardenal, escribió que María “es guía segura para los que desean amar con autenticidad”. Su presencia en la vida de los novios y esposos es una garantía de que el amor puede ser más fuerte que el egoísmo, y que la fidelidad es posible con la ayuda de la gracia.

María, intercesora fiel de los novios

El noviazgo es un tiempo de discernimiento y maduración. No está exento de tentaciones, idealizaciones y pruebas. San Pablo VI animaba a los jóvenes a no tener miedo de comprometerse, sino a apoyarse en la oración y en la vida sacramental. En este proceso, María es la intercesora más eficaz.

El cardenal Ratzinger decía que “la oración a María no es una distracción, sino una profundización en el misterio de Cristo”. Por eso, los novios cristianos que rezan juntos a la Virgen están también preparando su unión con Cristo, fundamento del matrimonio.

Oración a la Virgen María por los novios y matrimonios

Virgen María, Madre del Amor Hermoso,

tú que acogiste con alegría la voluntad de Dios

y caminaste junto a San José en una alianza de amor fiel,

mira con ternura a los novios cristianos.

Enséñales a amar con un corazón puro,

a respetarse, a dialogar y a esperar con confianza.

Intercede por todos los esposos,

para que en sus hogares nunca falte el vino del amor,

de la paciencia, del perdón y de la fe.

Madre nuestra, acompáñanos en el camino del amor verdadero,

y condúcenos siempre a tu Hijo Jesús,

fuente de todo amor.

Amén.

Consejos para novios y esposos cristianos bajo el amparo de María

  1. Reza diariamente a la Virgen: aunque sea una breve jaculatoria como “María, sé nuestra madre y guía”.
  2. Invocadla juntos: rezar el Rosario en pareja es una fuente de unidad y luz en el discernimiento.
  3. Imitad su humildad y disponibilidad: el amor crece cuando cada uno se entrega sin buscar imponerse.
  4. Pedidle ayuda en las dificultades: María escucha y presenta a Jesús vuestras necesidades.
  5. Recordad que el amor necesita ser custodiado: como en Caná, María ve lo que falta y actúa si se lo pedís.
  6. Frecuentad los sacramentos: donde está Jesús, está también su Madre.
  7. Celebrad las fiestas marianas como momentos de renovación de vuestro amor: ofrecedle flores, haced una peregrinación, renovad juntos vuestro compromiso.

Conclusión

La Virgen María es mucho más que un modelo. Es Madre viva, intercesora constante y compañera en el camino del amor. En un mundo donde el amor se confunde y se desgasta, ella sostiene con su ternura y fortaleza a los que quieren amar como Cristo. Los novios y esposos que se acogen a María descubrirán que el verdadero amor es posible, y que en el centro de su unión está el Dios que es Amor.

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