¿Cómo eran los Matrimonios en los primeros siglos de la Iglesia?…
¿Cómo fue cambiando el Matrimonio cristiano hasta llegar a la forma que actualmente conocemos?…
¿Desde un principio se consideró el Matrimonio como Sacramento?…
¿Se puede decir que el Matrimonio es un sacerdocio?…
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Decía el beato Juan XXIII: “Jesucristo dignificó el Matrimonio elevando este contrato entre los bautizados a la categoría de Sacramento, y quiso también santificar con su ejemplo la convivencia familiar haciéndose miembro de un hogar, espejo de las más hermosas virtudes” (2 de octubre de 1959).
Hay un documento muy antiguo llamado Carta a Diogneto que se escribió por el año 160 de la era cristiana. Según esta Carta los cristianos “se casan como todos”, por lo judío, por lo griego, por lo romano. Aceptan las leyes imperiales, mientras no vayan en contra del Evangelio. El Matrimonio se celebra “en el Señor”, dentro de la comunidad cristiana, sin una ceremonia especial.
En el mundo judío, venían primero los esponsales y unos meses más tarde la boda tenía lugar en la casa, no en la sinagoga. Pero, como todo en Israel, tenía una dimensión religiosa ya que la celebración incluía oración y bendición.
En el mundo romano había diversas maneras, pero el consentimiento viene a constituir en la práctica lo esencial de la unión matrimonial. Decía la ley romana: “No es la unión sexual lo que hace el matrimonio, sino el consentimiento.
Los cristianos se casan como todo el mundo, pero “dan muestras de una conducta especial, admirable y, por acuerdo de todos, sorprendente”, sigue diciendo la Carta. Acogen la vida que nace, no abandonan a sus hijos y respetan el lecho matrimonial.
San Ignacio de Antioquía invita a los cristianos a casarse “con conocimiento del Obispo para que el casamiento sea conforme al Señor y no por solo deseo”.
Los Papas mostraron mucho interés por el Matrimonio cristiano, pero el reconocimiento del matrimonio como Sacramento fue muy lento. San Agustín lo llamó sacramento, en sentido de misterio, refiriéndose al plan divino sobre la unión del hombre y la mujer. No será sino hasta el Concilio II de Lyon (1274), cuando la Iglesia lo reconozca como uno de los siete Sacramentos instituidos por Cristo.
Un poco antes se dispuso que el Matrimonio fuera celebrado en la propia parroquia, con el fin de que fuera un acto conocido de toda la comunidad, lo que no sucedía cuando tenía lugar en la casa de la novia, ante pocos testigos.
La Iglesia, después del Vaticano II, ha venido estudiando juntos el Sacerdocio y el Matrimonio, porque “estos dos Sacramentos están ordenados a la salvación de los demás.
Contribuyen ciertamente a la propia salvación, pero esto lo hacen mediante el servicio que prestan a los demás. Confieren una misión particular en la Iglesia y sirven a la edificación del Pueblo de Dios” (Catecismo de la Iglesia Católica n. 1534).
El Matrimonio ha sido instituido por Dios para celebrar la realidad del amor humano entre marido y mujer, vivido bajo la acción del Espíritu Santo.
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Fuente: Red de Institutos Universitarios Latinoamericanos de Familia