[…] nuestra mirada a la Sagrada Familia se deja atraer también por la sencillez de la vida que ella lleva en Nazaret. Es un ejemplo que hace mucho bien a nuestras familias, les ayuda a convertirse cada vez más en una comunidad de amor y de reconciliación, donde se experimenta la ternura, la ayuda mutua y el perdón recíproco. Recordemos las tres palabras clave para vivir en paz y alegría en la familia: permiso, gracias, perdón. Cuando en una familia no se es entrometido y se pide «permiso», cuando en una familia no se es egoísta y se aprende a decir «gracias», y cuando en una familia uno se da cuenta que hizo algo malo y sabe pedir «perdón», en esa familia hay paz y hay alegría.
Santo Padre Francisco
Extracto del Ángelus del jueves 29 de diciembre de 2013
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Oración a la «Sagrada Familia» del Santo Padre Francisco
Jesús, María y José:
en vosotros, Sagrada Familia de Nazaret,
ponemos hoy nuestra mirada
con admiración y confianza;
en vosotros contemplamos
la belleza de la comunión en el amor verdadero;
a vosotros enconmendamos todas nuestras familias
para que se renueven en ellas las maravillas de la gracia.
Sagrada Familia de Nazaret,
atractiva escuela del santo Evangelio,
enséñanos a imitar tus virtudes
con una sabia disciplina espiritual;
danos esa mirada limpia
que sabe reconocer la obra de la Providencia
en las situaciones diarias de la vida.
Sagrada Familia de Nazaret,
custodia fiel del misterio de la salvación.
Haz que renazca en nosotros la estima del silencio,
haz de nuestras familias cenáculos de oración
y transfórmalas en pequeñas Iglesias domésticas.
Renueva el deseo de santidad,
sostén la noble fatiga del trabajo, de la educación,
de la escuela de la comprensión y del perdón recíprocos.
Sagrada Familia de Nazaret:
despierta en nuestra sociedad la consciencia
del carácter sagrado e inviolable de la familia,
bien inestimable e insustituible.
Que cada familia sea morada acogedora
de bondad y de paz
para los niños y para los ancianos,
para quien está enfermo y solo,
para quien es pobre y está necesitado.
Jesús, María y José,
con confianza os rezamos,
con alegría a vosotros nos encomendamos.
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