Este artículo recoge la experiencia didáctica concreta de una profesora de Religión con una motivadora actividad, muy apropiada también para la catequesis familiar.
* * *
Muchas veces dedicamos un gran esfuerzo a elaborar actividades que sean motivadoras, que no exijan demasiado tiempo de aprendizaje, que se refieran a objetivos valiosos… Aquí se presentan como técnicas didácticas algunos juegos que ya conocen las niñas: unas actividades que favorecen eficazmente la capacidad de síntesis, de relación y de memorización en los temas bíblicos del área de Religión.
Después de dan varias veces la clase de Religión en este nivel, pensé que las alumnas se motivarían más si conocían y utilizaban mejor la terminología y el agrupamiento de personajes y conceptos, ya que su ambiente familiar no les forma en este sentido. Para conseguirlo, ensayé la utilización de juegos, que ya conocen y que podían preparar ellas mismas, participando así con mayor interés y protagonismo. El resultado ha sido muy positivo.
* * *
Cada alumna, par turno, explicara el concepto señalado en la tarjeta que se le entregue, pero teniendo prohibido utilizar las tres palabras «tabú» que se señalan también en la ficha. Se fija un tiempo adecuado para esa explicación, en el que sus compañeras deben acertar la palabra de quo se trata.
El juego puede hacerse por equipos, con una representante que explica para sus compañeras o por otros procedimientos que favorezcan la participacíón de todas. Es conveniente repetirlo a lo largo del curso para favorecer la memorización de la terminología y la familiaridad con los conceptos.
Las tarjetas para el juego –del tamaño de un naipe– las preparan por grupos las mismas alumnas, lo cual da ocasión de que estudien con interés y detenimiento el vocabulario del tema, elijan palabras, manejen sinónimos, etc. Cada grupo marca con algún distintivo sus tarjetas para reconocerlas como suyas a la hora de jugar, de modo que, aunque se utilizan todas las tarjetas, ni la persona que explica ni las que han de descubrir el concepto explicado puedan hacerlo sobre una tarjeta elaborada en su grupo.
El Juego del Tabú ha propiciado una notable mejora en el uso de la terminología y en la asimilación do conceptos, que son los dos aspectos a valorar en la alumna que explica y en quienes tratan de acertar la palabra. Además de madurar la expresión oral, esta actividad permite saber con bastante exactitud si las alumnas tienen claros los conceptos centrales.
Como vemos que a las niñas les gusta, y que es muy eficaz, también están usando esta técnica en el Colegio algunas profesoras de sociales, lengua e inglés.
Cada «familia» se centra en un personaje, idea o acontecimiento, con cl que tienen relación las respectivas cartas. Por ejemplo, la familia de NOÉ puede estar compuesta por cartas que corresponden: al Diluvio; al Arca con animales de toda especie; al Pacto por medio del arco iris, etc.
Se puede poner al dorso de las cartas de cada familia un distintivo, si es útil para el juego que se organice.
He realizado varias actividades utilizando esta baraja:
—Distribuir las fichas en la clase, mostrar una carta y que nos avisen las alumnas que tengan cartas de esa misma familia.
—Que las alumnas, por grupos, hagan une copia de la colección de cartas, colocando de modo diferente a cada familia o ilustrando un dibujo para cada una.
—Jugar con las cartas en casa o en otros momentos, reuniendo familias completas, etc.
—Copiar todas las cartas en su cuaderno, ordenadas por familia y con sinónimos o unas palabras de explicación en cada carta.
—Saber, poco a poco, cuáles son las cartas de cada familia.
Jugando con las Cartas de Familias se consigue que las alumnas obtengan las ideas principales de cada tema y se acostumbren a relacionarlas entre sí. También comprobamos que se refuerza el vocabulario de la unidad correspondiente.
Línea del Tiempo
Se prepara la “Línea del Tiempo» en papel continuo, sobre la pizarra o en otro lugar amplio y visible del aula, y las alumnas elaboran las fichas, que sirven tanto para usarlas en “familias”, como para situarlas en su contexto temporal.
A lo largo de la línea, además de las referencias temporales, se pueden poner en los lugares correspondientes identificadores para los grupos de fichas: Creación, Éxodo, Profetas… Para facilitar la identificación de las tarjetas se pueden usar diferentes colores según el tipo de personaje de que se trate.
Con la Línea del Tiempo, las niñas aprenden pronto la localización temporal de acontecimientos y personas, facilitándose mucho su comprensión de las circunstancias históricas. También mejora su capacidad de sintesi5, relacionando grupos de personajes y su protagonismo en la Historia de la Salvación. A veces, las mismas niñas se han sorprendido de saber tanto sobre un personaje o un acontecimiento.
El hecho es que la línea del tiempo que se empezó a «rellenar» en el área de Religión, muchas veces se sigue completando con datos de otras áreas, y en un caso se ha continuado incluso en los cursos siguientes con Historia, Literatura, Arte…
A VECES, LAS MISMAS NIÑAS SE HAN SORPRENDIDO DE SABER TANTO SOBRE UN PERSONAJE O UN ACONTECIMIENTO.
Cauces de intercomunicación, n. 9, 1997, pp. 4-6