Queridas familias:
En esta catequesis vamos a conocer a un santo poco conocido en Occidente, pero muy amado en Oriente: san Chárbel Makhlouf, un monje libanés que vivió totalmente entregado a Dios en silencio, oración y penitencia. A través de su vida, aprenderemos que el amor a Jesús y la fidelidad a la oración diaria pueden transformar el corazón humano y obrar milagros.
El propósito de esta sesión es animar a los niños y a sus familias a valorar el silencio interior, la oración perseverante y la humildad, inspirándose en la vida de san Chárbel.
Pequeña biografía hagiográfica
San Chárbel Makhlouf nació en 1828 en un pequeño pueblo llamado Bekaa Kafra, en el norte del Líbano. Su nombre de pila era Youssef Antoun Makhlouf. Desde pequeño mostró una gran devoción por Dios y por la Virgen María. Pasaba horas en oración, y con frecuencia se retiraba a una gruta para estar a solas con el Señor.
A los 23 años ingresó en el monasterio maronita de Nuestra Señora de Mayfouq, y luego fue trasladado al monasterio de San Marón en Annaya, donde tomó el nombre de Chárbel, en honor a un mártir del siglo II. Fue ordenado sacerdote en 1859.
Durante 16 años vivió la vida monástica con obediencia, castidad y pobreza. Luego pidió permiso para retirarse como ermitaño, viviendo en una pequeña celda en total silencio y oración, alimentándose con lo mínimo, durmiendo en el suelo y ofreciendo su vida por la conversión de los pecadores y por la Iglesia.
Murió el 24 de diciembre de 1898. Desde entonces, su tumba ha sido fuente de numerosos milagros de curación, conversión y consuelo espiritual. En 1977, fue canonizado por el papa san Pablo VI.
Desarrollo de la sesión
Actividad 1: “Mi rincón de oración” (individual o familiar – 20 minutos)
Invita a cada niño a preparar en su casa un pequeño rincón para rezar, inspirado en la vida de san Chárbel. Puede incluir una cruz, una imagen de la Virgen, una vela (siempre bajo supervisión), una Biblia y una imagen de san Chárbel.
Luego, en familia, se puede hacer una breve oración en silencio de 5 minutos, aprendiendo a estar en silencio con Dios, como hacía san Chárbel.
Actividad 2: “Descifrando a san Chárbel” (en grupo – 20 minutos)
Entrega a los niños una hoja con frases sobre san Chárbel desordenadas (por ejemplo: “Líbano – oración – ermitaño – milagros – silencio – Virgen María – fe”), y pídeles que las ordenen o relacionen con su vida. Luego, el catequista puede explicar cada palabra y su importancia en la vida del santo.
Actividad 3: “Historias de milagros” (en familia – 25 minutos)
Leer juntos en familia un testimonio real de un milagro atribuido a san Chárbel (pueden encontrarse en las páginas oficiales de la Iglesia Maronita o en catholic.org). Después, conversar con los niños: ¿Qué hizo san Chárbel? ¿Qué hizo Dios a través de él? ¿Crees que Dios sigue actuando hoy? ¿Qué le pedirías a Dios con la fe de san Chárbel?
Conclusión
San Chárbel nos enseña que no es necesario hacer cosas extraordinarias para ser santos: basta con vivir cada día con fe, oración y entrega total a Dios. En una sociedad llena de ruido, san Chárbel nos recuerda el valor del silencio, de la humildad y de buscar a Jesús en lo profundo del corazón. Como familia, podemos acercarnos más a Dios siguiendo su ejemplo de vida sencilla y llena de fe.
Oraciones
Oración para los niños
Señor Jesús,
Tú hiciste de san Chárbel un gran amigo tuyo,
que vivió en silencio, en oración y obediencia.
Ayúdame a amar la oración como él,
a buscarte en mi corazón y en la Eucaristía,
y a seguirte con alegría todos los días de mi vida.
Amén.
Oración para la familia
Señor Dios,
Tú llamaste a san Chárbel a vivir en soledad y silencio,
para ser un testigo de tu amor en el mundo.
Te pedimos por nuestra familia:
que sepamos encontrar momentos de silencio para orar,
que vivamos en paz y unidad,
y que tú seas siempre el centro de nuestro hogar.
Por intercesión de san Chárbel,
danos la fe, la esperanza y el amor que necesitamos.
Amén.