Catequesis para niños de 6 a 9 años.
1. Introducción
Queridos niños:
Hoy vamos a conocer a un santo muy especial que vivió hace muchos años y que viajó muy lejos para hablarles a muchas personas de Jesús. Se llamaba San Francisco Solano. Era un sacerdote que cantaba, tocaba el violín y hablaba con alegría del amor de Dios. Él amaba a todos, especialmente a los pobres y a los indígenas, y les enseñó que Jesús es nuestro Salvador.
¡Vamos a conocer su historia y a aprender cómo también nosotros podemos ser misioneros de la alegría!
2. Hagiografía: ¿Quién fue San Francisco Solano?
San Francisco Solano nació en Montilla, España, en el año 1549. Desde pequeño amaba a Dios y quería ayudar a los demás. Cuando creció, se hizo fraile franciscano, es decir, un sacerdote que seguía el ejemplo de San Francisco de Asís, viviendo con sencillez y alegría.
Francisco Solano se fue como misionero a América del Sur, donde vivió en Perú, Argentina, Bolivia y Paraguay. Aprendió las lenguas de los indígenas y les predicaba el Evangelio. Lo hacía con tanto cariño, que muchos se acercaban a Jesús solo con oírlo tocar su violín o verlo sonreír.
Era muy humilde, ayudaba a los enfermos, defendía a los que sufrían y no se cansaba de hablar del amor de Dios. Murió en Lima, Perú, en el año 1610. El Papa León XIII lo declaró santo y dijo de él:
“Fue un hombre lleno del Espíritu Santo, que supo atraer los corazones a Dios por su ejemplo, su dulzura y su celo apostólico.”
3. Objetivos de la catequesis
- Que los niños conozcan la vida de San Francisco Solano.
- Que comprendan la importancia de llevar a Jesús a los demás con alegría.
- Que descubran cómo pueden ser misioneros desde su vida diaria: en casa, en la escuela y con sus amigos.
4. Actividades
Actividad 1: “La sonrisa del misionero” (20 minutos)
Pedir a los niños que dibujen a San Francisco Solano con su violín, rodeado de niños indígenas. Luego, que escriban una pequeña frase como si fueran él, por ejemplo: “Jesús te ama” o “Canta con alegría para Dios”.
Objetivo: Aprender que se puede evangelizar también con la alegría y la música.
Actividad 2: “¡Vamos de misión!” (25 minutos)
Organizar una pequeña representación teatral donde un niño hace de San Francisco Solano y los demás de niños de distintos lugares. El “santo” les habla de Jesús, los consuela o canta con ellos.
Objetivo: Comprender que ser misionero no es solo viajar lejos, sino hablar de Dios con amor.
Actividad 3: “Mi misión en casa” (15 minutos)
En una hoja, cada niño dibuja tres cosas que puede hacer para ser misionero en su casa: por ejemplo, obedecer a sus padres, rezar, compartir con un hermano, consolar a alguien triste.
Objetivo: Ver que todos, incluso los pequeños, pueden ser misioneros.
5. Oración final. Oración a San Francisco Solano
San Francisco Solano,
tú que amaste a Jesús con todo tu corazón
y lo llevaste con alegría a tantos pueblos,
enséñanos a hablar de Dios con amor,
a servir a los demás con alegría
y a cantar con todo el corazón para el Señor.
Ayúdanos a ser buenos misioneros desde ahora,
con nuestras palabras, nuestras sonrisas y nuestras acciones.
Amén.
6. Conclusión
San Francisco Solano no fue un gran guerrero ni un rey famoso, pero fue un amigo alegre de Jesús. Con su violín y su voz, con sus manos y su corazón, ayudó a muchas personas a conocer a Dios. Nosotros también podemos hacerlo, empezando por nuestra casa, nuestro colegio y nuestros amigos.
Como dijo el Papa León XIII:
“Fue luz brillante en tierras lejanas, y su voz era como un canto que guiaba hacia el cielo”.
¿Y tú? ¿Quieres también ser un misionero como él? ¡Empieza hoy mismo!
Fuentes:
- www.vatican.va
- Mercabá – Vida de San Francisco Solano
- Orden Franciscana – Textos sobre San Francisco Solano
- Homilías del Papa León XIII en su canonización