San Norberto nació hace muchos años en un lugar bonito cerca de un río, en Alemania. De joven, vivía en un castillo, vestía ropa lujosa y asistía a fiestas importantes. Le gustaba la vida cómoda y era muy inteligente, pero no pensaba mucho en Dios.
Un día, mientras montaba a caballo, cayó al suelo por una fuerte tormenta. Ese susto le hizo pensar: “¿Qué estoy haciendo con mi vida?”. Norberto entendió que Dios le estaba llamando y decidió cambiar.
Desde entonces, dejó su vida cómoda y empezó a caminar por muchos pueblos para hablar de Jesús. ¡Caminaba mucho! A veces con sol, otras veces con nieve, pero no se detenía. Sus pies se hicieron fuertes porque nunca se cansaba de ayudar.
Ayudó a la Iglesia, predicó a muchas personas, fundó un grupo de sacerdotes buenos que iban por los campos llevando alegría y enseñando a la gente a amar a Dios. Fundó una nueva familia religiosa llamada los Premonstratenses.
Al final de su vida, lo hicieron obispo. Aunque era muy importante, seguía caminando descalzo, con ropa sencilla, sirviendo a todos. Decía:
“Fui más feliz cuando no tenía riquezas, porque entonces tenía el corazón lleno de Dios.”
Actividades para Catequesis
1. Juego de los pies misioneros (manualidad + dinámica)
- Materiales: cartulina, lápices de colores, tijeras.
- Los niños dibujan el contorno de sus pies en cartulina, los recortan y escriben dentro:
“Mis pies caminarán para Jesús como San Norberto”. - Luego los colocan en el suelo como huellas por el aula, simulando que caminan evangelizando.
2. Dramatización corta
- Dividan a los niños en pequeños grupos y representen tres momentos de la vida de San Norberto:
- Antes de conocer a Dios (vida cómoda)
- El momento de la tormenta
- Norberto caminando y predicando.
- Usen telas, dibujos o gestos para representar sus emociones y cambios.
3. Dibujo libre
- Tema: “¿Cómo puedo ser como San Norberto?”
- Cada niño dibuja una escena donde hace algo bueno por amor a Dios y al prójimo: visitar a un enfermo, rezar, ayudar en casa, compartir.
Oración a San Norberto (para niños)
Querido San Norberto,
tú caminaste mucho para llevar el amor de Jesús a todos.
Enséñame a usar mis pies, mis manos y mi corazón para servir, amar y ayudar a los demás.
Ayúdame a elegir siempre el camino de Dios, aunque a veces me cueste.
Amén.