Misión de la familia

Misión de la familia

Catecismo la Familia y el Matrimonio.

8. Misión de la familia

63. ¿Cuál es la misión de la familia?

La familia tiene la misión de revelar, custodiar y comunicar el amor. Ese amor es el reflejo del Amor de Dios a los hombres y del Amor de Cristo a su Iglesia Solo en un ambiente amoroso puede el hombre aprender a desplegar plenamente su personalidad y alcanzar la meta que Dios propone a todo hombre: la santidad La familia es el medio querido por Dios para que los hombres colaboren ordenadamente en su decreto Creador y Salvador.

64. ¿Cuál es la dignidad de la familia?

Por su misión, por su origen y por su naturaleza es muy grande la dignidad de la familia. En el plano meramente natural, por voluntad expresa de Dios, es el fundamento de la sociedad ?y por eso merece especial solicitud por parte de la autoridad civil ?. Pero además, es parte del fundamento de la Iglesia y uno de los medios querido por Dios para realizar su crecimiento.

65. ¿Cuál es la fuerza que unifica a la familia?

La fuerza que unifica a la familia es el amor. El amor es mucho más que un sentimiento. Los sentimientos son pasajeros, y están relacionados con factores físicos, biológicos y emocionales que son cambiantes El verdadero amor es estable, permanente y sacrificado. Es el amor lo que convierte la mera convivencia en vida familiar.

66. ¿Cómo es el verdadero amor?

El verdadero amor abarca la totalidad de la persona: tiende a hacer a los esposos un solo corazón y una sola alma (Hch 4,32); es fiel y exclusivo hasta la muerte; es fecundo, es abnegado. Es fruto de la caridad (cf. 1 Cor 13). Y debe crecer continuamente.

67. ¿Cómo se entiende el amor de los esposos desde una perspectiva cristiana?

Los esposos deben quererse con un amor que también sea sobrenatural: porque se ven como un don de Dios del uno para el otro y porque se reconocen mutuamente colmo hijos de Dios. De este modo también en el matrimonio se puede vivir el culmen de la perfección que es la caridad.

68. ¿Cómo realiza la familia su misión?

La familia realiza su misión principalmente en cuatro áreas: a) formando una comunidad de personas; b) estando al servicio de la vida; c) participando en el desarrollo de la sociedad; d) participando en la vida y misión de la Iglesia.


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Santo Rosario: Letanías Lauretanas

Santo Rosario: Letanías Lauretanas

Como en otros días, ha de ser hoy el Rosario arma poderosa, para vencer en nuestra lucha interior, y para ayudar a todas las almas. Ensalza con tu lengua a Santa María: reparación te pide el Señor, y alabanzas de tu boca. Ojalá sepas y quieras tú sembrar en todo el mundo la paz y la alegría, con esta admirable devoción mariana y con tu caridad vigilante.

Josemaría Escrivá de Balaguer

Roma, octubre de 1968

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Letanias Lauretanas


Letanías Lauretanas: texto original

Estalla ahora la letanía lauretana, siempre con esplendor de luz nueva y color y sentido distintos.

Clamores al Señor, a Cristo; peticiones a cada una de las personas divinas, y a la Santísima Trinidad; piropos encendidos a Santa María: Madre de Cristo, Madre Inmaculada, Madre del Buen Consejo, Madre del Creador, Madre del Salvador…, Virgen prudentísima…, Asiento de la Sabiduría, Rosa mística, Torre de David, Arca de la Alianza, Estrella de la mañana…, Refugio de los pecadores, Consoladora de los afligidos, Auxilio de los cristianos…

Y el reconocimiento de su reinado —Regina! —¡Reina!— y el de su mediación: Sub tuum præsidium confugimus, —bajo tu protección nos acogemos, Santa Madre de Dios…, líbranos de todos los peligros, Virgen gloriosa y bendita.

Ruega por nosotros, Reina del Santísimo Rosario, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.

Fuente original: Página web de las obras del fundador del Opus Dei

Agradecimientos

A la Fundación Studium, titular de los derechos de autor de esta obra, por la cesión de uso de la obra para esta producción audiovisual.

Ediciones Rialp, editora de Santo Rosario en formato impreso y digital.

www.escrivaobras.org página de las obras del fundador del Opus Dei, editores de la obra en internet.


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Santo Rosario: quinto Misterio Luminoso

Santo Rosario: quinto Misterio Luminoso

Como en otros días, ha de ser hoy el Rosario arma poderosa, para vencer en nuestra lucha interior, y para ayudar a todas las almas. Ensalza con tu lengua a Santa María: reparación te pide el Señor, y alabanzas de tu boca. Ojalá sepas y quieras tú sembrar en todo el mundo la paz y la alegría, con esta admirable devoción mariana y con tu caridad vigilante.

Josemaría Escrivá de Balaguer

Roma, octubre de 1968

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Quinto Misterio Luminoso: La Institución de la Eucaristía



Quinto Misterio Luminoso: texto original

La víspera de la fiesta de Pascua, como Jesús sabía que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin (Jn 13,1).

Se hacía noche en el mundo, porque los viejos ritos, los antiguos signos de la misericordia infinita de Dios con la humanidad iban a realizarse plenamente, abriendo el camino a un verdadero amanecer: la nueva Pascua. La Eucaristía fue instituida durante la noche, preparando de antemano la mañana de la Resurrección.

Jesús se quedó en la Eucaristía por amor…, por ti.

—Se quedó, sabiendo cómo le recibirían los hombres… y cómo lo recibes tú.

—Se quedó, para que le comas, para que le visites y le cuentes tus cosas y, tratándolo en la oración junto al Sagrario y en la recepción del Sacramento, te enamores más cada día, y hagas que otras almas —¡muchas!— sigan igual camino.

Niño bueno: los amadores de la tierra ¡cómo besan las flores, la carta, el recuerdo del que aman!…

—Y tú, ¿podrás olvidarte alguna vez de que le tienes siempre a tu lado… ¡a Él!? —¿Te olvidarás… de que le puedes comer?

—¡Señor, que no vuelva a volar pegado a la tierra!, ¡que esté siempre iluminado por los rayos del divino Sol —Cristo— en la Eucaristía!, ¡que mi vuelo no se interrumpa hasta hallar el descanso de tu Corazón!


Fuente original: Página web de las obras del fundador del Opus Dei


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Santo Rosario: cuarto Misterio Luminoso

Santo Rosario: cuarto Misterio Luminoso

Como en otros días, ha de ser hoy el Rosario arma poderosa, para vencer en nuestra lucha interior, y para ayudar a todas las almas. Ensalza con tu lengua a Santa María: reparación te pide el Señor, y alabanzas de tu boca. Ojalá sepas y quieras tú sembrar en todo el mundo la paz y la alegría, con esta admirable devoción mariana y con tu caridad vigilante.

Josemaría Escrivá de Balaguer

Roma, octubre de 1968

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Cuarto Misterio Luminoso: La Transfiguración del Señor


Cuarto Misterio Luminoso: texto original

Y se transfiguró ante ellos, de modo que su rostro se puso resplandeciente como el sol, y sus vestidos blancos como la luz (Mt 17,2).

¡Jesús: verte, hablarte! ¡Permanecer así, contemplándote, abismado en la inmensidad de tu hermosura y no cesar nunca, nunca, en esa contemplación! ¡Oh, Cristo, quién te viera! ¡Quién te viera para quedar herido de amor a Ti!

Y una voz desde la nube dijo: Este es mi Hijo, el Amado, en quien me complazco; escuchadle (Mt 17, 5).

Señor nuestro, aquí nos tienes dispuestos a escuchar cuanto quieras decirnos. Háblanos; estamos atentos a tu voz. Que tu conversación, cayendo en nuestra alma, inflame nuestra voluntad para que se lance fervorosamente a obedecerte.

Vultum tuum, Domine, requiram (Sal 26, 8), buscaré, Señor, tu rostro. Me ilusiona cerrar los ojos, y pensar que llegará el momento, cuando Dios quiera, en que podré verle, no como en un espejo, y bajo imágenes oscuras… sino cara a cara (I Cor. 13, 12). Sí, mi corazón está sediento de Dios, del Dios vivo: ¿cuándo vendré y veré la faz de Dios? (Sal 41,3)


Fuente original: Página web de las obras del fundador del Opus Dei


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Santo Rosario: tercer Misterio Luminoso

Santo Rosario: tercer Misterio Luminoso

Como en otros días, ha de ser hoy el Rosario arma poderosa, para vencer en nuestra lucha interior, y para ayudar a todas las almas. Ensalza con tu lengua a Santa María: reparación te pide el Señor, y alabanzas de tu boca. Ojalá sepas y quieras tú sembrar en todo el mundo la paz y la alegría, con esta admirable devoción mariana y con tu caridad vigilante.

Josemaría Escrivá de Balaguer

Roma, octubre de 1968

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Tercer Misterio Luminoso: El Anuncio del Reino de Dios


Tercer Misterio Luminoso: texto original

— El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está al llegar; convertíos y creed en el Evangelio (Mc 1, 15).

Toda la muchedumbre iba hacia Él, y les enseñaba (Mc 2, 13).

Jesús ve aquellas barcas en la orilla y se sube a una. ¡Con qué naturalidad se mete Jesús en la barca de cada uno de nosotros!

Cuando te acerques al Señor, piensa que está siempre muy cerca de ti, en ti: regnum Dei intra vos est (Lc 17, 21). Lo encontrarás en tu corazón.

Cristo debe reinar, antes que nada, en nuestra alma. Para que El reine en mí, necesito su gracia abundante: únicamente así hasta el último latido, hasta la última respiración, hasta la mirada menos intensa, hasta la palabra más corriente, hasta la sensación más elemental se traducirán en un hosanna a mi Cristo Rey.

Duc in altum. —¡Mar adentro! —Rechaza el pesimismo que te hace cobarde. Et laxate retia vestra in capturam —y echa tus redes para pescar.

Debemos confiar en esas palabras del Señor: meterse en la barca, empuñar los remos, izar las velas, y lanzarse a ese mar del mundo que Cristo nos entrega como heredad.

«Et regni ejus non erit finis». —¡Su Reino no tendrá fin!

— ¿No te da alegría trabajar por un reinado así?


Fuente original: Página web de las obras del fundador del Opus Dei


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Santo Rosario: segundo Misterio Luminoso

Santo Rosario: segundo Misterio Luminoso

Como en otros días, ha de ser hoy el Rosario arma poderosa, para vencer en nuestra lucha interior, y para ayudar a todas las almas. Ensalza con tu lengua a Santa María: reparación te pide el Señor, y alabanzas de tu boca. Ojalá sepas y quieras tú sembrar en todo el mundo la paz y la alegría, con esta admirable devoción mariana y con tu caridad vigilante.

Josemaría Escrivá de Balaguer

Roma, octubre de 1968

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Segundo Misterio Luminoso: Las Bodas de Caná



Segundo Misterio Luminoso: texto original

Entre tantos invitados de una de esas ruidosas bodas campesinas, a las que acuden personas de varios poblados, María advierte que falta el vino (cfr. Jn 2, 3). Se da cuenta Ella sola, y en seguida. ¡Qué familiares nos resultan las escenas de la vida de Cristo! Porque la grandeza de Dios convive con lo ordinario, con lo corriente. Es propio de una mujer, y de un ama de casa atenta, advertir un descuido, estar en esos detalles pequeños que hacen agradable la existencia humana: y así actuó María.

—Haced lo que Él os diga (Jn 2, 5).

Implete hydrias (Jn 2, 7), llenad las vasijas, y el milagro viene. Así, con esa sencillez. Todo ordinario. Aquellos cumplían su oficio. El agua estaba al alcance de la mano. Y es la primera manifestación de la Divinidad del Señor. Lo más vulgar se convierte en extraordinario, en sobrenatural, cuando tenemos la buena voluntad de atender a lo que Dios nos pide.

Quiero, Señor, abandonar el cuidado de todo lo mío en tus manos generosas. Nuestra Madre —¡tu Madre!— a estas horas, como en Caná, ha hecho sonar en tus oídos: ¡no tienen!…

Si nuestra fe es débil, acudamos a María. Por el milagro de las bodas de Caná, que Cristo realizó a ruegos de su Madre, creyeron en El sus discípulos (Jn 2, 11). Nuestra Madre intercede siempre ante su Hijo para que nos atienda y se nos muestre, de tal modo que podamos confesar: Tú eres el Hijo de Dios.

— ¡Dame, oh Jesús, esa fe, que de verdad deseo! Madre mía y Señora mía, María Santísima, ¡haz que yo crea!


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Santo Rosario: primer Misterio Luminoso

Santo Rosario: primer Misterio Luminoso

Como en otros días, ha de ser hoy el Rosario arma poderosa, para vencer en nuestra lucha interior, y para ayudar a todas las almas. Ensalza con tu lengua a Santa María: reparación te pide el Señor, y alabanzas de tu boca. Ojalá sepas y quieras tú sembrar en todo el mundo la paz y la alegría, con esta admirable devoción mariana y con tu caridad vigilante.

Josemaría Escrivá de Balaguer

Roma, octubre de 1968

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Primer Misterio Luminoso: El Bautismo del Señor



Primer Misterio Luminoso: texto original

Entonces vino Jesús al Jordán desde Galilea, para ser bautizado por Juan […]. Y una voz desde los cielos dijo: —Éste es mi Hijo, el amado, en quien me he complacido (Mt 3, 13.17).

En el Bautismo, Nuestro Padre Dios ha tomado posesión de nuestras vidas, nos ha incorporado a la de Cristo y nos ha enviado el Espíritu Santo.

La fuerza y el poder de Dios iluminan la faz de la tierra.

¡Haremos que arda el mundo, en las llamas del fuego que viniste a traer a la tierra!… Y la luz de tu verdad, Jesús nuestro, iluminará las inteligencias, en un día sin fin.

Yo te oigo clamar, Rey mío, con voz viva, que aún vibra: «ignem veni mittere in terram, et quid volo nisi ut accendatur?» —Y contesto —todo yo— con mis sentidos y mis potencias: «ecce ego: quia vocasti me!»

El Señor ha puesto en tu alma un sello indeleble, por medio del Bautismo: eres hijo de Dios.

Niño: ¿no te enciendes en deseos de hacer que todos le amen?


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Santo Rosario: quinto Misterio Glorioso

Santo Rosario: quinto Misterio Glorioso

Como en otros días, ha de ser hoy el Rosario arma poderosa, para vencer en nuestra lucha interior, y para ayudar a todas las almas. Ensalza con tu lengua a Santa María: reparación te pide el Señor, y alabanzas de tu boca. Ojalá sepas y quieras tú sembrar en todo el mundo la paz y la alegría, con esta admirable devoción mariana y con tu caridad vigilante.

Josemaría Escrivá de Balaguer

Roma, octubre de 1968

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Quinto Misterio Glorioso: La Coronación de la Virgen



Quinto Misterio Glorioso: texto original

Eres toda hermosa, y no hay en ti mancha. —Huerto cerrado eres, hermana mía, Esposa, huerto cerrado, fuente sellada. —Veni: coronaberis. —Ven: serás coronada. (Cant., IV, 7, 12 y 8.)

Si tú y yo hubiéramos tenido poder, la hubiéramos hecho también Reina y Señora de todo lo creado.

Una gran señal apareció en el cielo: una mujer con corona de doce estrellas sobre su cabeza. —Vestido de sol. —La luna a sus pies. (Apoc., XII, 1.) María, Virgen sin mancilla, reparó la caída de Eva: y ha pisado, con su planta inmaculada, la cabeza del dragón infernal. Hija de Dios, Madre de Dios, Esposa de Dios.

El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo la coronan como Emperatriz que es del Universo.

Y le rinden pleitesía de vasallos los Angeles…, y los patriarcas y los profetas y los Apóstoles…, y los mártires y los confesores y las vírgenes y todos los santos…, y todos los pecadores y tú y yo.


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Santo Rosario: cuarto Misterio Glorioso

Santo Rosario: cuarto Misterio Glorioso

Como en otros días, ha de ser hoy el Rosario arma poderosa, para vencer en nuestra lucha interior, y para ayudar a todas las almas. Ensalza con tu lengua a Santa María: reparación te pide el Señor, y alabanzas de tu boca. Ojalá sepas y quieras tú sembrar en todo el mundo la paz y la alegría, con esta admirable devoción mariana y con tu caridad vigilante.

Josemaría Escrivá de Balaguer

Roma, octubre de 1968

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Cuarto Misterio Glorioso: La Asunción de la Virgen



Cuarto Misterio Glorioso: texto original

¡Assumpta est Maria in coelum: gaudent angeli! —María ha sido llevada por Dios, en cuerpo y alma, a los cielos: ¡y los Angeles se alegran!

Así canta la Iglesia. —Y así, con ese clamor de regocijo, comenzamos la contemplación en esta decena del Santo Rosario:

Se ha dormido la Madre de Dios. —Están alrededor de su lecho los doce Apóstoles. —Matías sustituyó a Judas.

Y nosotros, por gracia que todos respetan, estamos a su lado también.

Pero Jesús quiere tener a su Madre, en cuerpo y alma, en la Gloria. —Y la Corte celestial despliega todo su aparato, para agasajar a la Señora. —Tú y yo —niños, al fin— tomamos la cola del espléndido manto azul de la Virgen, y así podemos contemplar aquella maravilla.

La Trinidad beatísima recibe y colma de honores a la Hija, Madre y Esposa de Dios… —Y es tanta la majestad de la Señora, que hace preguntar a los Angeles: ¿Quién es ésta?


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