Un amor casto y fecundo: los hijos, don de Dios

Un amor casto y fecundo: los hijos, don de Dios

Catecismo la Familia y el Matrimonio.

6. Un amor casto y fecundo: los hijos, don de Dios

37. ¿Cómo se relacionan el matrimonio y la familia?

El matrimonio es el fundamento de una comunidad de amor más amplia que es la familia. El matrimonio y el amor conyugal son el cauce natural para la procreación y la educación de los hijos. Éstos son la coronación y plenitud del matrimonio.

38. ¿El matrimonio es solo para el bien de los esposos?

El amor matrimonial, que hace de los esposos «una sola carne» es un gran bien para ellos, pero Dios les reserva bienes aún mayores en los hijos, que son el fruto preciosismo de su amor. El amor conyugal confiere a los esposos la gran dignidad de ser «cooperadores de Dios» al transmitir la vida.

39. ¿Cuál es la dignidad de la procreación?

La facultad de engendrar es una participación de los esposos en el poder creador de Dios. Dios los llama a colaborar con Él en la creación de cada nueva vida que viene al mundo. Así como llamamos a Dios Padre nuestro con sentido pleno porque a Él le debemos el don de la vida, igualmente llamamos padres a quienes nos han engendrado.

40. ¿Qué significado tiene la presencia de los hijos, en cualquier matrimonio?

Los hijos son signo viviente del amor de los esposos, porque la autenticidad del amor conyugal lleva consigo que su mutua entrega esté abierta a la transmisión de la vida. También son un don excelente de Dios, que manifiesta así su bendición al amor de los esposos.

41. ¿Qué responsabilidad tienen los padres ante Dios por sus hijos?

Cada hijo supone una gran responsabilidad de los padres porque deberán colaborar con Dios en la tarea de hacerlos no solo buenos ciudadanos en la tierra, sino también ciudadanos del Cielo. Esto también se aplica a los hijos engendrados fuera del matrimonio, respecto los cuales los padres tienen graves obligaciones de justicia.

42. ¿Qué es la castidad matrimonial?

La castidad matrimonial consiste en el recto uso de la sexualidad en el matrimonio. Es una virtud que ayuda a conservar la juventud del amor en cualquier etapa de la vida. No existe un amor humano auténtico si los esposos no respetan el misterio de la sexualidad y lo orientan hacia la fecundidad y la mutua entrega. Cuando la sexualidad se pervierte, la intimidad se destroza y los esposos desvirtúan y degradan las manifestaciones más íntimas de su amor.

43. ¿Qué es la paternidad responsable?

Los padres conscientes de su gran responsabilidad ante Dios y ante la sociedad, deben decidir en conciencia el número de hijos que pueden tener y educar según sus circunstancias personales, En muchos casos, esta decisión les llevará a planificar su familia con generosidad, porque pueden mantener y sacar adelante una familia numerosa, y en otras a limitarla por motivos graves e importantes: económicos, de salud, etc.

44. ¿Qué deben hacer los matrimonios que temen tener más hijos?

Los esposos que temen tener más hijos deben examinar en la presencia de Dios los motivos de ese temor. Puede haber circunstancias en que un nuevo hijo sea peligroso para la salud de la madre, o motivo de dificultades económicas, etc., que hagan aconsejable distanciar o incluso evitar definitivamente un nuevo embarazo, Pero también deben estar atentos para que en sus vidas no se introduzca la comodidad o el egoísmo, que terminarían afectando gravemente el amor de su matrimonio e incluso su estabilidad. Nunca deben olvidar que el mayor bien para los esposos, junto con la fidelidad, es transmitir la vida y los demás valores humanos y cristianos.

45. ¿Qué deben hacer los esposos cuando en conciencia, y fruto de una prudente valoración, estiman que deben distanciar temporal o definitivamente los hijos?

Por motivos graves los esposos pueden abstenerse de tener relaciones sexuales durante los días fértiles del ciclo femenino En la actualidad, estos días se pueden saber con gran precisión usando los métodos de control natural de la ovulación que toda mujer puede y debe conocer. La abstinencia periódica de relaciones sexuales es natural en todo matrimonio y a veces viene dada por las mismas circunstancias de la vida: trabajo exigente, enfermedades, viajes, afanes comunes en la educación de los hijos, etc.

46. Para una persona honesta ¿cuáles son los modos inaceptables del control de la fertilidad?

Son aquellos métodos que artificialmente privan, al acto conyugal de la posibilidad de ser fecundo, como la esterilización anticonceptiva, el uso de aparatos intrauterinos, sustancias espermicidas, píldoras anticonceptivas preservativos, etc. La enseñanza de la Iglesia ha sido siempre que los actos propios de los esposos deben estar «abiertos a la vida». Particular gravedad tiene el crimen del aborto, donde las personas responsables de cuidar al niño (la madre, los médicos, la autoridad pública) son quienes le privan de la vida.

47. ¿Los esposos pueden usar estos métodos antinaturales para evitar los hijos?

Esos métodos antinaturales para evitar los hijos son objetivamente contrarios al plan de Dios. Aunque existan graves motivos para evitar un nuevo nacimiento, los esposos que recurren a estos métodos antinaturales para evitar los hijos ofenden gravemente a Dios.

48. ¿Por qué es una ofensa a Dios usar los métodos anticonceptivos artificiales?

Los actos conyugales son, por querer de Dios, el modo de expresar el amor de los esposos y a la vez cauce para transmitir la vida. Es antinatural separar estos fines propios del acto conyugal, desvirtuándolo, que es precisamente la acción propia de esos procedimientos anticonceptivos. Por eso, tan ilícito es buscar la unión de los esposos suprimiendo artificialmente la fertilidad como lograr la fertilidad artificialmente mediante la fecundación in vitro, por ejemplo: evitando la unión de los esposos.

49. ¿Qué diferencia hay entre practicar la anticoncepción por métodos artificiales o practicar la abstinencia de relaciones en los días fértiles?

No es lo mismo. La diferencia está en que, cuando los esposos se abstienen de tener relaciones en días fértiles, respetan lícitamente los ritmos de fertilidad que Dios mismo ha creado naturalmente, en la mujer. En cambio, en la anticoncepción se abusa de la sexualidad destruyendo la fertilidad masculina o femenina, y desvirtuando el acto conyugal al separar su significado amoroso de su significado procreador.

50. ¿Por qué, a algunas personas, les parecen excesivas las exigencias de la moral conyugal?

Dios no pide imposibles. El plan divino, tanto para la vida cristiana como para toda vida verdaderamente humana, tiene una gran elevación moral que suele ser desconocida en ambientes materialistas donde se busca exclusivamente el bienestar. La Iglesia constantemente exhorta a todos a vivir la vida de los hijos de Dios, y a superar con la ayuda de la gracia las dificultades que se puedan presentar.

51. ¿Cómo hacer para vivir digna y cristianamente la vida matrimonial y familiar?

Los esposos cristianos deben saber que siempre cuentan con la ayuda de Dios. Deben esforzarse por conocer la doctrina cristiana y formar su conciencia con criterios morales firmes. Y deben acudir a la oración y a los sacramentos para fortalecer su voluntad y poder vivir las exigencias de su vida matrimonial.

52. ¿Cómo explicar estos planteamientos a quienes no los entienden?

A estas personas hay que recordarles que en estos planteamientos sobre la vida familiar y matrimonial está la clave de la verdadera felicidad en su hogar. La verdad nos hace libres y felices. El orden moral revelado por Dios nunca es algo mortificante ni angustioso, sino que es una gran propuesta del Creador, que la Iglesia transmite a los hombres de todos los tiempos, para que puedan vivir de modo acorde con su dignidad.

53. ¿Qué pueden hacer los esposos cristianos en favor de otras familias?

Los esposos cristianos pueden ayudar mucho a otras familias si, junto al testimonio vivo de su propio hogar, difunden los argumentos humanos y sobrenaturales sobre la estabilidad del matrimonio y la paternidad responsable como el fundamento necesario para la felicidad de toda la familia.


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La vocación matrimonial

La vocación matrimonial

Catecismo la Familia y el Matrimonio.

7. La vocación matrimonial.

54. ¿Qué significado tiene el matrimonio cristiano?

El matrimonio expresa el amor de Dios por su pueblo, que es la Iglesia. Así como Cristo se entregó en sacrificio por amor a la Iglesia y permanece eternamente fiel a ella, del mismo modo los esposos se entregan uno al otro totalmente, imitando el amor de Cristo.

55. ¿Es un bien recibir el sacramento del matrimonio?

Es un gran bien recibir el sacramento del matrimonio en el caso de los bautizados, porque es el único modo de santificar el amor humano entre el hombre y la mujer.

56. ¿Qué bienes comunica el matrimonio a los esposos?

El Señor infunde su gracia en los corazones de los esposos para que cumplan los deberes propios de su estado: la fidelidad a sus promesas, la procreación y educación de sus hijos, el sostenimiento mutuo en medio de las alegrías y dificultades de su vida.

57. ¿Hay algo especial en el matrimonio entre los bautizados?

El matrimonio entre los bautizados es uno de los siete sacramentos que instituyó Jesucristo. Esto quiere decir que es un camino de santidad: Dios llama a los esposos a que ganen el Cielo santificándose en su matrimonio y en su vida familiar. Saber que el matrimonio es una vocación divina ayuda a defenderlo y a valorarlo adecuadamente respondiendo con generosidad a la voluntad de Dios.

58. ¿Están casados un hombre y una mujer bautizados, que viven juntos y no han recibido el sacramento del matrimonio?

Puede que estén casados ante el juez por el matrimonio civil, pero no lo están delante de Dios. Aunque en el lenguaje común se dice que «están casados», realmente no lo están porque entre los cristianos el amor matrimonial solo recibe la bendición de Dios y se confirma con el sacramento del matrimonio.

59. ¿Qué deben hacer las personas que estén en esa situación?

Un hombre y una mujer que siendo católicos estén viviendo juntos y quieran seguir viviendo así para siempre, deberían hablar con el párroco o sacerdote católico más cercano y exponerle su situación y procurar santificar su hogar con el sacramento del matrimonio. Si quisieran celebrarlo, no deben temer el pequeño desembolso económico que suponga la celebración; ni preocuparse aunque lleven muchos años viviendo así, incluso con hijos mayores, o de otras uniones anteriores no sacramentales: lo importante es que su hogar y su amor quede santificado y ellos tengan la conciencia de haber cumplido la voluntad amorosa de Dios.

60. ¿Tiene mérito que un hombre y una mujer, aunque no hayan recibido el sacramento del matrimonio, vivan juntos guardándose fidelidad?

Esa conducta tiene valor ejemplar. La fidelidad es un gran valor humano y una gran virtud que hace posible el despliegue auténtico de la personalidad y la felicidad familiar. Sin embargo, si ese hombre y esa mujer que viven juntos son católicos su fe y amor a Dios deben llevarlos, siempre que sea posible, a santificar su hogar con el sacramento del matrimonio.

61. ¿Por qué algunos tienen miedo de recibir el sacramento del matrimonio?

Algunas parejas que se guardan fidelidad, temen que si reciben el sacramento del matrimonio, el cónyuge va a sentirse seguro de poseer al otro y que eso puede ser el comienzo de problemas en su matrimonio. Sin embargo, deben saber que ese temor es infundado cuando hay verdadero amor, ya que el amor de los esposos y el Sacramento que santifica su hogar es el principio de la bendición de Dios para su familia.

62. ¿Cómo se puede ayudar a estas personas a salir de su equivocación?

Estas personas deben saber que el sacramento del matrimonio bendice el amor ya existente entre los esposos, les da fuerzas para vivirlo, y reciben la ayuda divina y la bendición de Dios para santificarse en su vida matrimonial.


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El amor humano

El amor humano

Catecismo la Familia y el Matrimonio.

4. El amor humano

21. ¿Se puede decir que Dios creó al hombre para el amor?

Sí. Dios creó al hombre por amor y para el amor. El amor por tanto es la vocación fundamental y original de todo hombre.

22. ¿El amor radica solo en el cuerpo?

No. El amor humano también abarca al alma, porque el hombre está llamado al amor en su totalidad: en el cuerpo y en el alma.

23. ¿Cómo puede el hombre realizar su vocación al amor?

El hombre puede realizar su vocación al amor fundamentalmente de dos modos: por el matrimonio y por la virginidad o el celibato asumido por amor a Dios y servicio a los demás.

24. ¿Cuál de los dos modos es más perfecto?

Cada hombre debe seguir su propia vocación y esa será la mejor para él. Pero, la virginidad o el celibato por amor a Dios y servicio a los demás, es más elevado porque está dirigido directa y exclusivamente a Dios.

25. ¿Qué es lo esencial en el amor humano?

El amor humano es una donación exclusiva y permanentemente de los esposos, con los actos propios y exclusivos de ellos. Ese amor también alcanza al núcleo íntimo, espiritual de la persona, y lo constituye simplemente una manifestación biológica como sería el caso de los animales.

26. La donación total del hombre y la mujer ¿solo es auténtica en el matrimonio?

La donación total de un hombre y una mujer solo es verdadero amor humano en el matrimonio. Allí se dan las condiciones de estabilidad necesarias para la procreación y educación de los hijos y para el crecimiento y despliegue del amor de los esposos.

27. ¿El amor humano es exclusivo del matrimonio?

La plenitud del amor humano es el amor conyugal, que solo se puede realizar en la unión estable y permanente del hombre y la mujer. Pero caben otras formas de amor humano, como la fraternidad, la amistad, la ayuda solidaria hacia los necesitados, etc.

28. ¿Puede darse el amor auténtico, entre un hombre y una mujer, fuera del matrimonio?

Cuando hablarnos de «amor auténtico» entre un hombre y una mujer, nos referimos solo a aquel amor que se da de manera exclusiva, fiel, fecunda y para siempre en el matrimonio. Fuera del matrimonio solo hay falsificaciones del verdadero amor, porque al carecer de sus elementos esenciales que son la estabilidad, el verdadero compromiso y la fecundidad— el amor deja de ser total y por tanto falso.

29. ¿No limita la libertad de los esposos excluir otros posibles amores extramatrimoniales?

No, porque la verdadera libertad consiste en cumplir la voluntad de Dios y elegir el bien: elegir la fidelidad a la palabra dada y a los compromisos adquiridos ante Dios y ante el otro cónyuge. La exclusividad del amor entre un hombre y una mujer defiende a los hombres de los peligros del subjetivismo y del relativismo respecto a un asunto tan importante como es la familia y el matrimonio.


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El matrimonio obra de Dios

El matrimonio obra de Dios

Catecismo la Familia y el Matrimonio.

3. El matrimonio obra de Dios

16. ¿Cuál es el origen del matrimonio?

El matrimonio ha sido establecido por Dios. La Biblia enseña que Dios después de haber creado a Adán dijo: no es bueno que el hombre esté solo. Hagámosle una compañera a él (Gn 2,18). Y añade: por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y vendrán a ser los dos una sola carne (Gn 2,24). Así quedó fundada en el inicio de la humanidad el matrimonio. Los bendijo Dios diciéndoles: creced, multiplicaos y llenad la tierra (Gn 2,28).

17. ¿Cuál es el papel de la libertad en los que contraen matrimonio?

Todo hombre y mujer es libre para casarse o no, porque Dios no obliga a nadie a contraer matrimonio, y este no se constituye sin el libre consentimiento de los novios. Pero una vez que se ha establecido la alianza conyugal, el hombre está sujeto a sus leyes divinas por las que el matrimonio se rige, y a sus propiedades esenciales.

18. ¿Por qué algunos afirman que el matrimonio es un invento de los hombres?

El carácter sagrado del matrimonio es reconocido en todas las culturas, pero en los últimos tiempos se ha difundido una visión del matrimonio sin referencia a Dios, como si fuera solo una cuestión de leyes civiles o un asunto privado entre un hombre y una mujer Esto lo dicen quienes no conocen ni aman a Dios, y piensan que la religión no debe influir en sus vidas.

19. ¿Cómo influyen estos errores sobre el matrimonio en la sociedad?

La causa de esos errores es que las personas se alejan de Dios. Cuando esto ocurre es difícil que se reconozca la dignidad del matrimonio, y fácilmente se cae en la práctica de la infidelidad, el divorcio, el amor libre y otras uniones ilícitas o irregulares. También el amor matrimonial frecuentemente queda profanado por el egoísmo, el materialismo y la anticoncepción.

20. ¿Influye esta conducta en la sociedad civil?

El alejamiento personal de Dios y la ignorancia de la doctrina de Jesucristo influye en la ruptura de gran cantidad de familias y constituye una de las causas más claras de la decadencia y moral de toda la sociedad.


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Santo Rosario: quinto Misterio Gozoso

Santo Rosario: quinto Misterio Gozoso

Como en otros días, ha de ser hoy el Rosario arma poderosa, para vencer en nuestra lucha interior, y para ayudar a todas las almas. Ensalza con tu lengua a Santa María: reparación te pide el Señor, y alabanzas de tu boca. Ojalá sepas y quieras tú sembrar en todo el mundo la paz y la alegría, con esta admirable devoción mariana y con tu caridad vigilante.

Josemaría Escrivá de Balaguer

Roma, octubre de 1968

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Quinto Misterio Gozoso: el Niño perdido y hallado en el templo


Quinto Misterio Gozoso: texto original

¿Dónde está Jesús? —Señora: ¡el Niño!… ¿dónde está?

Llora María. —Por demás hemos corrido tú y yo de grupo en grupo, de caravana en caravana: no le han visto. —José, tras hacer inútiles esfuerzos por no llorar, llora también… Y tú… Y yo.

Yo, como soy un criadito basto, lloro a moco tendido y clamo al cielo y a la tierra…, por cuando le perdí por mi culpa y no clamé.

Jesús: que nunca más te pierda… Y entonces la desgracia y el dolor nos unen, como nos unió el pecado, y salen de todo nuestro ser gemidos de profunda contrición y frases ardientes, que la pluma no puede, no debe estampar.

Y, al consolarnos con el gozo de encontrar a Jesús —¡tres días de ausencia!— disputando con los Maestros de Israel (Luc., II, 46), quedará muy grabada en tu alma y en la mía la obligación de dejar a los de nuestra casa por servir al Padre Celestial.


Fuente original: Página web de las obras del fundador del Opus Dei


Agradecimientos

A la Fundación Studium, titular de los derechos de autor de esta obra, por la cesión de uso de la obra para esta producción audiovisual.

Ediciones Rialp, editora de Santo Rosario en formato impreso y digital.

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Santo Rosario: cuarto Misterio Gozoso

Santo Rosario: cuarto Misterio Gozoso

Como en otros días, ha de ser hoy el Rosario arma poderosa, para vencer en nuestra lucha interior, y para ayudar a todas las almas. Ensalza con tu lengua a Santa María: reparación te pide el Señor, y alabanzas de tu boca. Ojalá sepas y quieras tú sembrar en todo el mundo la paz y la alegría, con esta admirable devoción mariana y con tu caridad vigilante.

Josemaría Escrivá de Balaguer

Roma, octubre de 1968

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Cuarto Misterio Gozoso: La Purificación de Nuestra Señora


Cuarto Misterio Gozoso: texto original

Cumplido el tiempo de la purificación de la Madre, según la Ley de Moisés, es preciso ir con el Niño a Jerusalén para presentarle al Señor. (Luc., II, 22.)

Y esta vez serás tú, amigo mío, quien lleve la jaula de las tórtolas. —¿Te fijas? Ella —¡la Inmaculada!— se somete a la Ley como si estuviera inmunda.

¿Aprenderás con este ejemplo, niño tonto, a cumplir, a pesar de todos los sacrificios personales, la Santa Ley de Dios?

¡Purificarse! ¡Tú y yo sí que necesitamos purificación! —Expiar, y, por encima de la expiación, el Amor. —Un amor que sea cauterio, que abrase la roña de nuestra alma, y fuego, que encienda con llamas divinas la miseria de nuestro corazón.

Un hombre justo y temeroso de Dios, que movido por el Espíritu Santo ha venido al templo —le había sido revelado que no moriría antes de ver al Cristo—, toma en sus brazos al Mesías y le dice: Ahora, Señor, ahora sí que sacas en paz de este mundo a tu siervo, según tu promesa… porque mis ojos han visto al Salvador. (Luc., II, 25-30.)


Fuente original: Página web de las obras del fundador del Opus Dei


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Santo Rosario: tercer Misterio Gozoso

Santo Rosario: tercer Misterio Gozoso

Como en otros días, ha de ser hoy el Rosario arma poderosa, para vencer en nuestra lucha interior, y para ayudar a todas las almas. Ensalza con tu lengua a Santa María: reparación te pide el Señor, y alabanzas de tu boca. Ojalá sepas y quieras tú sembrar en todo el mundo la paz y la alegría, con esta admirable devoción mariana y con tu caridad vigilante.

Josemaría Escrivá de Balaguer

Roma, octubre de 1968

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Tercer Misterio Gozoso: El nacimiento de Jesús


Tercer Misterio Gozoso: texto original

Se ha promulgado un edicto de César Augusto, y manda empadronar a todo el mundo. Cada cual ha de ir, para esto, al pueblo de donde arranca su estirpe. —Como es José de la casa y familia de David, va con la Virgen María desde Nazaret a la ciudad llamada Belén, en Judea. (Luc., II, 1-5.)

Y en Belén nace nuestro Dios: ¡Jesucristo! —No hay lugar en la posada: en un establo. —Y su Madre le envuelve en pañales y le recuesta en el pesebre. (Luc., II, 7.)

Frío. —Pobreza. —Soy un esclavito de José. —¡Qué bueno es José! —Me trata como un padre a su hijo. —¡Hasta me perdona, si cojo en mis brazos al Niño y me quedo, horas y horas, diciéndole cosas dulces y encendidas!…

Y le beso —bésale tú—, y le bailo, y le canto, y le llamo Rey, Amor, mi Dios, mi Unico, mi Todo!… ¡Qué hermoso es el Niño… y qué corta la decena!


Fuente original: Página web de las obras del fundador del Opus Dei


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Santo Rosario: segundo Misterio Gozoso

Santo Rosario: segundo Misterio Gozoso

Como en otros días, ha de ser hoy el Rosario arma poderosa, para vencer en nuestra lucha interior, y para ayudar a todas las almas. Ensalza con tu lengua a Santa María: reparación te pide el Señor, y alabanzas de tu boca. Ojalá sepas y quieras tú sembrar en todo el mundo la paz y la alegría, con esta admirable devoción mariana y con tu caridad vigilante.

Josemaría Escrivá de Balaguer

Roma, octubre de 1968

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Segundo Misterio Gozoso: La Visitación de Nuestra Señora


Segundo Misterio Gozoso: texto original

Ahora, niño amigo, ya habrás aprendido a manejarte. —Acompaña con gozo a José y a Santa María… y escucharás tradiciones de la Casa de David:

Oirás hablar de Isabel y de Zacarías, te enternecerás ante el amor purísimo de José, y latirá fuertemente tu corazón cada vez que nombren al Niño que nacerá en Belén…

Caminamos apresuradamente hacia las montañas, hasta un pueblo de la tribu de Judá. (Luc., I, 39.). Llegamos. —Es la casa donde va a nacer Juan, el Bautista. —Isabel aclama, agradecida, a la Madre de su Redentor: ¡Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre! —¿De dónde a mí tanto bien, que venga la Madre de mi Señor a visitarme? (Luc., I, 42 y 43.)

El Bautista nonnato se estremece… (Luc., I, 41.) —La humildad de María se vierte en el Magníficat… —Y tú y yo, que somos —que éramos— unos soberbios, prometemos que seremos humildes.


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Santo Rosario: primer Misterio Gozoso

Santo Rosario: primer Misterio Gozoso

Como en otros días, ha de ser hoy el Rosario arma poderosa, para vencer en nuestra lucha interior, y para ayudar a todas las almas. Ensalza con tu lengua a Santa María: reparación te pide el Señor, y alabanzas de tu boca. Ojalá sepas y quieras tú sembrar en todo el mundo la paz y la alegría, con esta admirable devoción mariana y con tu caridad vigilante.

Josemaría Escrivá de Balaguer

Roma, octubre de 1968

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Primer Misterio Gozoso: La Anunciación


Primer Misterio Gozoso: texto original

No olvides, amigo mío, que somos niños. La Señora del dulce nombre, María, está recogida en oración.

Tú eres, en aquella casa, lo que quieras ser: un amigo, un criado, un curioso, un vecino… —Yo ahora no me atrevo a ser nada. Me escondo detrás de ti y, pasmado, contemplo la escena:

El Arcángel dice su embajada… Quomodo fiet istud, quoniam virum non cognosco? —¿De qué modo se hará esto si no conozco varón? (Luc., I, 34.)

La voz de nuestra Madre agolpa en mi memoria, por contraste, todas las impurezas de los hombres…, las mías también.

Y ¡cómo odio entonces esas bajas miserias de la tierra!… ¡Qué propósitos!

Fiat mihi secundum verbum tuum. —Hágase en mí según tu palabra. (Luc., I, 38.) Al encanto de estas palabras virginales el Verbo se hizo carne.

Va a terminar la primera decena… Aún tengo tiempo de decir a mi Dios, antes que mortal alguno: Jesús, te amo.

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