Catequesis-Guía didáctica sobre el Santo Rosario: Origen espiritual y pastoral del Rosario

Catequesis-Guía didáctica sobre el Santo Rosario: Origen espiritual y pastoral del Rosario

Pero el motivo más importante para volver a proponer con determinación la práctica del Rosario es por ser un medio sumamente válido para favorecer en los fieles la exigencia de contemplación del misterio cristiano, que he propuesto en la Carta Apostólica Novo millennio ineunte como verdadera y propia ‘pedagogía de la santidad’: «es necesario un cristianismo que se distinga ante todo en el arte de la oración». Mientras en la cultura contemporánea, incluso entre tantas contradicciones, aflora una nueva exigencia de espiritualidad, impulsada también por influjo de otras religiones, es más urgente que nunca que nuestras comunidades cristianas se conviertan en «auténticas escuelas de oración».

El Rosario forma parte de la mejor y más reconocida tradición de la contemplación cristiana. Iniciado en Occidente, es una oración típicamente meditativa y se corresponde de algún modo con la «oración del corazón», u «oración de Jesús», surgida sobre el humus del Oriente cristiano.

San Juan Pablo II, Rosarium Virginis Mariae, n. 5

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El Rosario es importante

Es importante el Rosario cuando se cultiva la vida espiritual, cuando se busca salir del pecado y perseverar en la gracia sobrenatural, cuando se desea profundizar en el conocimiento, amor e imitación de Jesucristo, cuando es necesario pedir el don de la paz y cuando experimentamos necesidades espirituales y materiales.

Es importante el Rosario cuando tiene sentido acudir a la Virgen María, invocándola como Madre y Medianera y , al calor de su corazón, recordamos, meditamos o contemplamos los misterios de su Hijo Jesucrisanto

Origen del Rosario

En su fundador

Tradicionalmente atribuimos el Rosario a Santo Domingo de Guzmán y a la predicación de los dominicos.

¿Cómo surge el Rosario? El Rosario surge como método de predicación, de oración y de asociación.

El Rosario, método de predicación

Santo Domingo de Guzmán predica la vida y la doctrina de Jesucristo siguiendo los Evangelios y las cartas de San Pablo al pie de la letra. Aquí aparece el rezo intercalado y repetido del Ave María, que también se practica a nivel personal. Con ello, se pretende reconocer la devoción filial a María, así como sus privilegios y el lugar que ocupa en la historia de la salvación.

De esta manera, nos encontramos con el esquema originario del Rosario que dará lugar a sus misterios sobre la vida de Jesucristo y a las Avemarías como invocación litánica a la Virgen, así como el Padre nuestro y el Gloria.

La predicación de santo Domingo de Guzmán es esencialmente cristológica y se fundamenta en la Palabra revelada. Ello dará lugar al enunciado de los misterios del Rosario con el rezo intercalado de las Avemarias, tal como se ha ido desarrollando con el tiempo: misterios gozosos, luminosos, dolorosos y gloriosos.

La predicación de santo Domingo va dirigida a los alejados, a los herejes, buscando su conversión por medio de la Virgen María. La predicación va dirigida, también, a los cercanos para alentarlos y enfervorizarlos por medio de la Virgen Madre.

El Rosario, método de oración y asociación

Los que escuchaban la predicación de santo Domingo y se comprometían a vivir según el Evangelio, en la Iglesia, se reunían comunitariamente como medio de perseverancia en la vida cristiana, recordaban las enseñanzas recibidas sobre la vida y doctrina de Jesucristo, hacían pausas meditativas invocando a la Virgen con el rezo o el canto repetido del Ave María.

Ello dará lugar, muy pronto, al enunciado de los misterios, diríamos como puntos de meditación, al rezo del Padre Nuestro, a las decenas de avemarías y al Gloria.

También dará lugar a las Asociaciones: Cofradía del Rosario, Rosario perpetuo y Rosario viviente. Igualmente, a la practica del Rosario individual, familiar o comunitario.

El Rosario requiere siempre un ritmo tranquilo, sereno, reflexivo, que favorezca la meditación de los misterios del Señor a través del Corazón de la Virgen, como sentados a sus pies.

Acción de gracias

Damos gracias a Dios por el «amor apasionante y apasionado» de santo Domingo de Guzmán a Nuestro Señor Jesucristo y por su entrañable devoción filial a la Virgen María que le hacía repetir continuamente la invocación mariana del Ave María. Sin duda alguna, su estilo de vida cristocéntrico y mariano constituyen el origen del Rosario como método de predicación, de oración y de asociación.

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Catequesis-Guía didáctica sobre el Santo Rosario: Origen espiritual y pastoral del Rosario

Catequesis-Guía didáctica sobre el Santo Rosario: La oración del Rosario

La contemplación de Cristo tiene en María su modelo insuperable. El rostro del Hijo le pertenece de un modo especial. Ha sido en su vientre donde se ha formado, tomando también de Ella una semejanza humana que evoca una intimidad espiritual ciertamente más grande aún. Nadie se ha dedicado con la asiduidad de María a la contemplación del rostro de Cristo. Los ojos de su corazón se concentran de algún modo en Él ya en la Anunciación, cuando lo concibe por obra del Espíritu Santo; en los meses sucesivos empieza a sentir su presencia y a imaginar sus rasgos. Cuando por fin lo da a luz en Belén, sus ojos se vuelven también tiernamente sobre el rostro del Hijo, cuando lo «envolvió en pañales y le acostó en un pesebre» (Lc 2, 7).

Desde entonces su mirada, siempre llena de adoración y asombro, no se apartará jamás de Él. Será a veces una mirada interrogadora, como en el episodio de su extravío en el templo: « Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? » (Lc 2, 48); será en todo caso una mirada penetrante, capaz de leer en lo íntimo de Jesús, hasta percibir sus sentimientos escondidos y presentir sus decisiones, como en Caná (cf. Jn 2, 5); otras veces será una mirada dolorida, sobre todo bajo la cruz, donde todavía será, en cierto sentido, la mirada de la ‘parturienta’, ya que María no se limitará a compartir la pasión y la muerte del Unigénito, sino que acogerá al nuevo hijo en el discípulo predilecto confiado a Ella (cf. Jn 19, 26-27); en la mañana de Pascua será una mirada radiante por la alegría de la resurrección y, por fin, una mirada ardorosa por la efusión del Espíritu en el día de Pentecostés (cf. Hch 1, 14).

San Juan Pablo II, Rosarium Virginis Mariae, n. 10

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Necesitamos orar

Ante tantas circunstancias difíciles como estamos viviendo, recordamos la expresión san Juan Pablo II: «El Rosario es mi oración predilecta».

El Rosario es «oración sencilla y profunda»

El Rosario oración sencilla en su estructura material. Esta compuesta por las oraciones vocales más excelentes. El Padre Nuestro que nos lo enseñó Jesucristo. El Ave María que contiene la salutación del Arcángel Gabriel a la Virgen María y de Sta. Isabel a la Virgen Madre. Y finalmente, el Gloria: alabanza secular de la Iglesia a la Santísima Trinidad.

El Rosario es oración profunda en su estructura formal porque es una síntesis bíblica de los principales misterios de la Redención, de la Iglesia y de María.

El Rosario es oración adaptada a cada persona y comunidad de cualquier origen, condición y nivel cultural. Es el Evangelio de bolsillo, abreviado, fácil de memorizar. Es como una suma teológica popular…

El Rosario es oración cristológica y mariana

Rezando el Rosario, recordamos, meditamos o contemplamos la vida de Jesús por medio de María, con Ella y en Ella. Son los misterios gozosos, luminosos, dolorosos, gloriosos que nos permiten ver a Cristo con el corazón y la mirada de su Madre. Es, recordar sentados a los pies de María los misterios del Hijo como nos enseñaba el Siervo de Dios Juan Pablo II. Por el Rosario, María nos lleva a Jesús, y Jesús nos lleva a María.

El Rosario es, también, oración de súplica

Rezando el Rosario, podemos presentar a Dios, por medio de María, las necesidades propias, las del matrimonio y la familia, las de España y las de la humanidad. También podemos presentar peticiones por la salud espiritual y corporal…

Igualmente, pedimos las fuerzas que necesitamos para un compromiso evangélico más coherente, generoso y valiente.

Rezando el Rosario practicamos las virtudes

Se afianza nuestra fe en Jesucristo y en sus misterios. Jesucristo es el Hijo de Dios, Dios como el Padre, que se ha hecho hombre por nosotros y por nuestra salvación. ¡Es muestro Redentor! El Rosario nos ayuda a conocer más y mejor a Jesucristo.

Se robustece nuestra esperanza. Esperamos alcanzar la salvación porque nos apoyamos en la plena glorificación de Cristo, en su ascensión al Cielo y en la Asunción de María como fruto privilegiado de la Redención.. Repetimos en el Rosario: «Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte».

Aumenta nuestro amor a Cristo y al prójimo porque si Él se entregó «hasta el extremo» por amor a nosotros, también nosotros debemos entregarnos. El Rosario nos ayuda a profundizar en el amor que Cristo nos tiene.

Recuperemos el rezo del Rosario en familia

La oración del Rosario en familia aleja los gérmenes de disgregación y une los corazones. Es vínculo seguro de comunión y de paz. Por eso se afirma que «Familia que reza permanece unida».

La oración del Rosario construye la paz porque fomenta la paz interior. Ayuda a vivir en estado de gracia santificante y a perseverar en el bien.

Conservemos el Rosario

Conservemos el Rosario en el corazón: grabando a fuego el recuerdo-meditación-contemplación de los misterios de Cristo, nuestro Redentor, Hijo de María Virgen.

Conservemos el Rosario en los labios: repitiendo litánicamente las mejores oraciones que tenemos: Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

Conservemos el Rosario en las manos como arma segura para la conversión, la santificación, la paz… como arma privilegiada para defender la pureza del corazón y del cuerpo.

Vivamos predicando, transmitiendo y contagiando el Rosario como la mejor manera de expresar nuestro amor filial a María.

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Catequesis-Guía didáctica sobre el Santo Rosario: Origen espiritual y pastoral del Rosario

Catequesis-Guía didáctica sobre el Santo Rosario: Presentación del Rosario

El Rosario de la Virgen María, difundido gradualmente en el segundo Milenio bajo el soplo del Espíritu de Dios, es una oración apreciada por numerosos Santos y fomentada por el Magisterio. En su sencillez y profundidad, sigue siendo también en este tercer Milenio apenas iniciado una oración de gran significado, destinada a producir frutos de santidad. Se encuadra bien en el camino espiritual de un cristianismo que, después de dos mil años, no ha perdido nada de la novedad de los orígenes, y se siente empujado por el Espíritu de Dios a «remar mar adentro» (duc in altum!), para anunciar, más aún, ‘proclamar’ a Cristo al mundo como Señor y Salvador, «el Camino, la Verdad y la Vida» (Jn 14, 6), el «fin de la historia humana, el punto en el que convergen los deseos de la historia y de la civilización».

San Juan Pablo II, Rosarium Virginis Mariae, n. 1

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El don del Rosario

Agradecemos el don del Rosario

Porque es camino para conocer, amar e imitar la vida de Jesucristo: nos introduce en el recuerdo, meditación y contemplación de la infancia, vida pública, pasión, muerte y resurrección del Señor.

Porque es camino para actualizar la presencia de María. Ella es la Madre que nos ofrece el conocimiento y el amor del Hijo y, consecutivamente, la vida de la gracia. Ella es la Corredentora que vive ejemplarmente –Rosario viviente- los misterios de Cristo. Ella es la Medianera que sale al encuentro de nuestras necesidades y las presenta a su Hijo intercediendo por nosotros .

San Juan Pablo II decía a los jóvenes en su última venida a España: «Ciertamente, en el Rosario aprendemos de María a contemplar la belleza del rostro de Cristo y a experimentar la profundidad de su amor» (O.R.19. 03. 245, 2).

Agradecemos el Magisterio continuado de san Juan Pablo II

Especialmente la Carta Apostólica sobre el Rosario: «…no he dejado pasar ocasión de exhortar a rezar con frecuencia el Rosario. Esta oración ha tenido un puesto importante en mi vida espiritual desde mis años jóvenes… El Rosario es mi oración predilecta. ¡Plegaria maravillosa! Maravillosa en su sencillez y en su profundidad… Se puede decir que el Rosario es, en cierto modo, un comentario-oración sobre el capitulo final de la Constitución Lumen gentium del Vaticano II, capítulo que trata de la presencia admirable de la Madre de Dios en el misterio de Cristo y de la Iglesia… (n..2).

Agradecemos el Magisterio de Benedicto XVI

Nos dice el 16 de Octubre de 2005: «En realidad, el Rosario no se contrapone a la meditación de la Palabra de Dios y a la oración litúrgica; es más, constituye un complemento natural e ideal, en particular como preparación y como acción de gracias a la celebración eucarística. Contemplamos al Cristo encontrado en el Evangelio y en el Sacramento en los diferentes momentos de su vida gracias a los misterios gozosos, luminosos, dolorosos y gloriosos. En la escuela de la Madre, aprendemos así a conformarnos con su Hijo divino y a anunciarlo con nuestra misma vida. Si la Eucaristía es para el cristiano el centro de la jornada, el Rosario contribuye de manera privilegiada a dilatar la comunión con Cristo, y educa a vivir manteniendo fija en Él la mirada del corazón para irradiar sobre todos y sobre todo su amor misericordioso».

Qué es el Rosario

Es una forma de oración esencialmente cristológica a través de la Virgen María. Por lo tanto, tiene como contenido principal los misterios de la vida de Cristo: infancia, vida pública, pasión y muerte, y resurrección con la mirada y el corazón de la Virgen María.

El Rosario es fórmula completa de oración

El Rosario es oración vocal. Rezar «con consideración», esto es, recordando los misterios de la vida de Cristo con la mente y el corazón durante unos instantes.

El Rosario es oración mental. Esto es, reflexionar silenciosamente sobre cada misterio antes del rezo de cada misterio..

El Rosario es oración contemplativa: adorar a Cristo en cada misterio serenamente, sin prisas.

El Rosario actualiza la presencia de la Virgen María Madre, Medianera y Corredentora

María nos enseña a mirar el rostro de Cristo, a recordar, meditar y contemplar su vida de «amor hasta el extremo, a comprenderlo y acogerlo, a configurarnos con Él y a proclamarlo, dando testimonio en medio del mundo.

Entremos en la «Escuela de María» para aprender a vivir el Rosario. Ella es la Maestra eficaz que mejor conoce a Cristo y nos enseña con su vida cómo leer a Cristo en sus misterios y cómo imitar su vida. Por eso, rezamos las decenas de Ave María en forma de oración litánica y de súplica.

El Rosario es oración de súplica

En el Rosario presentamos a Dios las necesidades y aspiraciones propias, las del matrimonio y la familia, la paz del mundo, la conversión de los pecadores…

En el Rosario, pedimos las fuerzas que necesitamos para un compromiso evangélico más coherente y generoso.

El Rosario es ejercicio de virtudes

El Rosario es actualizar nuestra fe en Jesucristo y en sus misterios. Vigoriza nuestra esperanza que se apoya en la glorificación de Cristo y en la Asunción de María a los cielos… Fortalece nuestra caridad porque alienta nuestra entrega a Cristo y al prójimo por medio de María.

El Rosario marca el estilo de vida cristiano

El estilo de vida del cristiano es el estilo de Cristo. Recordar serena y repetitivamente los misterios gozosos, luminosos, dolorosos y glorioso de Cristo en el Rosario, nos ayuda a asimilar su estilo de vida y a imitarlo…

Vivamos con el Rosario

Vivamos con el Rosario en el corazón, grabando a fuego el recuerdo, meditación y contemplación de los misterios de la vida de Cristo, Hijo de María Virgen.

Vivamos con el Rosario en los labios, repitiendo serenamente las mejores oraciones que tenemos (Padre nuestro, Ave María y Gloria) con el fondo de la vida de Cristo.

Vivamos con el Rosario en las manos, como arma privilegiada para defender la pureza de corazón y de cuerpo. Que el Rosario, entre nuestras manos, sea mejor mortaja.

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Catequesis-Guía didáctica sobre el Santo Rosario: Origen espiritual y pastoral del Rosario

Catequesis-Guía didáctica sobre el Santo Rosario: Índice general

«La oración nos cambia el corazón. Nos hace comprender mejor cómo es nuestro Dios. Pero para esto es importante hablar con el Señor, no con palabras vacías. Jesús dice: ‘Como hacen los paganos. No, no: hablar con la realidad: ‘Pero, mira, Señor, que tengo este problema, en la familia, con mi hijo, con este, con el otro… ¿Qué se puede hacer? ¡Pero mira que tú no me puedes dejar así!’. ¡Ésta es la oración! ¿Pero tanto tiempo lleva esta oración? Sí, lleva tiempo […]

La Biblia dice que Moisés hablaba cara a cara con el Señor, como con un amigo. Así debe ser la oración: libre, insistente, con argumentaciones. Y también reprochando un poco al Señor: ‘Pero, tú me has prometido esto, y esto no lo has hecho…’, así, como se habla con un amigo. Abrir el corazón a esta oración. Moisés bajó del monte fortalecido: ‘He conocido más al Señor’, y con esa fuerza que le había dado la oración, retoma su trabajo de conducir al pueblo hacia la Tierra prometida. Porque la oración fortalece: fortalece. Que el Señor nos dé a todos nosotros la gracia, porque rezar es una gracia […]

En toda oración está el Espíritu Santo, no se puede rezar sin el Espíritu Santo. Es Él quien reza en nosotros, es Él quien nos cambia el corazón, es Él quien nos enseña a llamar a Dios ‘Padre’. Pidamos al Espíritu Santo que Él nos enseñe a rezar, sí, como ha rezado Moisés, a negociar con Dios, con libertad de espíritu, con coraje. Y que el Espíritu Santo, que siempre está presente en nuestra oración, nos conduzca por este camino […]

Santo Padre Francisco, Homilía del 3 de abril de 2014

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Con ocasión del mes del Santo Rosario, os ofrecemos esta catequesis sobre esta antiquísima devoción, que puede funcionar como guía didáctica apropiada para sacerdotes, religiosos, padres de famila y catequistas, escrita por Fray Carlos Lledó López OP.

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Catequesis-Guía didáctica sobre el Santo Rosario – Índice general

1Presentación del Rosario

2. La oración del Rosario

3. Origen espiritual y pastoral del Rosario

4. El Rosario en la vida de la Iglesia

5. El Rosario en la doctrina de la Iglesia

6. El Rosario: mirar a Cristo con María

7. El Rosario, oración meditativa

8. Los misterios del Rosario

9. El Rosario en familia

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Cómo rezar el Rosario y meditar sus misterios – Dinámica

Cómo rezar el Rosario y meditar sus misterios – Dinámica

Hemos rezado juntos el Santo Rosario; hemos recorrido algunos acontecimientos del camino de Jesús, de nuestra salvación y lo hemos hecho con aquella que es nuestra Madre, María. Aquella que con mano segura nos conduce a su Hijo Jesús.

Santo Padre Francisco,
Plaza de San Pedro, 31 de mayo de 2013

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El rezo del Santo Rosario es la devoción y práctica mariana de más extensión y universalidad en la Iglesia católica. Nos lleva a contemplar completos los misterios de la Vida de Jesús, pero siempre junto a Santa María, madre Suya y madre nuestra. Tradicionalmente ha unido a las familias en momentos de recogimiento inolvidables, que en muchos lugares se están perdiendo.

En esta dinámica os ofrecemos una serie de dibujos para leer y colorear, en la que los niños que preparan su primera comunión, incluso algo mayores, aprendan cómo se reza el Santo Rosario, cuáles son sus Misterios y puedan meditarlos.

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Cómo se reza el Santo Rosario

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Los Misterios del Santo Rosario

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Fuente de los dibujos aprendemosencatequesis.blogspot.com.es 

Misterios Gozosos

Se rezan lunes y sábados

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1.º La Anunciación

«El ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios, vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo (…). Dijo María: He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tú palabra» (Lucas 1, 30-32, 38).

2.º La Visitación de María a su prima Santa Isabel

«En aquellos días, se levanto María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena del Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre; y ¿de donde a mí que la madre de mi Señor venga a visitarme?» (Lucas 1, 39-43).

3.º El Nacimiento de Jesús

«Y sucedió que, mientras ellos estaban allí se cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento. Había en la misma comarca algunos pastores (…) se les presentó el Ángel del Señor, (…)y les dijo: no temáis, pues os anuncio una gran alegría, (…) os ha nacido (…) un salvador» (Lucas 2, 6-11).

4.º La Presentación de Jesús en el Templo

«Llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor. (…) Y he aquí que había en Jerusalén un hombre llamado Simeón que esperaba la consolación de Israel; y estaba en él el Espíritu Santo. (…)Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: Éste está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción- ¡y a ti misma una espada te traspasará el alma!- a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones» (Lc 2, 22-25, 34-35).

5.º El Niño perdido y hallado en el Templo

«Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. (…) Subieron ellos como de costumbre a la fiesta y, al volverse, pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres(…). Se volvieron a Jerusalén en su busca (…). Al cabo de tres días, le encontraron en el templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y preguntándoles; todos los que le oían, estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas» (Lc 2, 41-47).

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Misterios Dolorosos

Se rezan martes y viernes

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1.º Oración de Jesús en el huerto

«Va Jesús con ellos a una propiedad llamada Getsemaní, y dice a los discípulos: Sientense aquí, mientras voy allá a orar. Y tomando consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a sentir tristeza y angustia. Y adelantándose un poco, cayó rostro en tierra, y dijo: «Padre si quieres aparta de mí esta copa, pero no se haga mi voluntad sino la tuya».Y sumido en agonía, insistía más en su oración. Su sudor se hizo como gotas espesas de sangre que caían en tierra» (Mt 26, 36-37; Lc 22, 41-44; Lc 22, 39-46).

2.º Jesús es flagelado

«Pilato volvió a salir donde los judíos y les dijo: «Yo no encuentro ningún delito en él (…). ¿Quieren, pues, que lo ponga en libertad al Rey de los judíos?» Ellos volvieron a gritar diciendo: «¡A ése, no; a Barrabás!» (…) Pilato entonces tomó a Jesús y mandó azotarle».(Jn 18, 33, 19;1)

3.º La coronación de espinas

«Los soldados trenzando una corona de espinas, se la pusieron sobre su cabeza, y en su mano derecha una caña; y doblando la rodilla delante de él, le hacían burla diciendo: «¡Salve, Rey de los judíos!»; y después de escupirle, cogieron la caña y le golpeaban en la cabeza» (Mt 27, 29-30).

4.º Jesus con la cruz a cuestas y camino al Calvario

«Cuando se hubieron burlado de él, le quitaron el manto, le pusieron sus ropas y le llevaron a crucificarle. Y él cargando con su cruz, salió hacia el lugar llamado Calvario. Y obligaron a uno que pasaba, a Simón de Cirene, (…) a que llevara su cruz» (Mt, 27, 31; Jn 19, 17; Mc 15, 21).

5.º Muerte de Jesús en la cruz

«Llegados al lugar llamado Calvario, le crucificaron. (…) Jesús decía: Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen (…). Era ya cerca de la hora sexta cuando, al eclipsarse el sol, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona (…). Jesús, dando un fuerte grito, dijo: «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu» y, dicho esto, expiró. Como le vieron muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le traspasó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua» (Lc 23, 33-34, 44-46; Jn 19, 33-35).

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Misterios Luminosos

Se rezan el jueves

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1.º Bautismo en el Jordán

«Entonces aparece Jesús, que viene de Galilea al Jordán donde Juan, para ser bautizado por él. Salió luego del agua; y en esto se abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios que bajaba en forma de paloma y venía sobre él. Y una voz que salía de los cielos decía: Este es mi Hijo amado, en quien yo me complazco» (Mt 3, 13, 16-17).

2.º Milagro en las bodas del Caná

«Se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la madre de Jesús. Fue invitado también a la boda Jesús con sus discípulos. Y, como faltaba vino, porque se había acabado el vino de la boda, le dice a Jesús su madre: No tienen vino. Jesús le responde: ¿Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora. Dice su madre a los sirvientes: Haced lo que él os diga» (Jn 2,1-5).

3.º Anuncio del Reino de Dios, invitando a la conversión

«Marchó Jesús a Galilea; y proclamaba la Buena Nueva de Dios: El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva (…). Luego llegan a Cafarnaúm (…) y le vienen a traer a un paralítico. (…) Al no poder presentárselo a causa de la multitud, abrieron el techo (…) y a través de la abertura que hicieron, descolgaron la camilla donde yacía el paralítico. Viendo Jesús la fe de ellos, dice al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados (…), a ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa» (Mc 1, 15, 21; 2,3-11; Lc 7, 47-48).

«Por eso te digo que quedan perdonados sus muchos pecados, porque ha mostrado mucho amor. A quien poco se le perdona,poco amor muestra». Y le dijo a ella: «Tus pecados quedan perdonados»» (Lc 7, 47-48).

4.º La Transfiguración

«Seis días después, toma Jesús consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los lleva aparte, a un monte alto. Y se transfiguró delante de ellos: su rostro se puso brillante como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. En esto, se les aparecieron Moisés y Elías que conversaban con él. (…) Una nube luminosa los cubrió con su sombra y de la nube salía una voz que decía: Este es mi Hijo amado, en quien me complazco; escuchadle» (Mt 17, 1-3, 5).

5.º Institución de la Eucaristía

«Sabiendo Jesús, que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo». Y «mientras estaban comiendo, tomó Jesús pan y lo bendijo, lo partió y, dándoselo a sus discípulos, dijo: Tomad, comed, éste es mi cuerpo. Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio diciendo: bebed de ella todos, porque ésta es mi sangre de la Alianza que es derramada por muchos para perdón de los pecados» (Jn, 13, 1; Mt 26, 26-29).

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Misterios Gloriosos

Se rezan miércoles y domingo

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1.º La Resurrección del Señor

«El Ángel se dirigió a las mujeres y les dijo: No teman, pues sé que buscan a Jesús, el Crucificado; no está aquí, ha resucitado, como lo había dicho. Vengan, miren el lugar donde estaba. Y ahora vayan en seguida a decir a sus discípulos: Ha resucitado de entre los muertos» (Mt 28, 5-6).

2.º La Ascensión de Jesús a los cielos

Jesús los sacó hasta cerca de Betania y, alzando sus manos, los bendijo. Y sucedió que, mientras los bendecía se separó de ellos y fue llevado al cielo. Después salieron a predicar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con las señales que la acompañaban» (Lc 24, 50-51; Mc 16, 20).

3.º La Venida del Espíritu Santo

«Todos ellos perseveraban en la oración, con un mismo espíritu en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos. Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse» (Hc 1, 14; 2, 1-4).

4.º La Asunción de María a los cielos

«¡Levántate, amada mía, hermosa mía, y vente! Porque, mira, ha pasado ya el invierno, han cesado las lluvias y se han ido. Muéstrame tu semblante, déjame oír tu voz; porque tu voz es dulce, y bello tu semblante» (Can 2, 10-11, 14).

5.º La Coronación de María como Reina de todo lo creado

«Toda espléndida, la hija del rey, va adentro, con vestidos en oro recamados; con sus brocados es llevada ante el rey.» Y «una gran señal apareció en el cielo; una mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza» (Sal 45, 14-15; Ap 11, 19; 12, 1).

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Fuente de dibujos y meditaciones de los misterios en dibujosparacatequesis.blogospot.com.es

El Gran Silencio – Documental sobre la vida en la Cartuja

El Gran Silencio – Documental sobre la vida en la Cartuja

Fugitiva relinquere et aeterna captare: abandonar las realidades fugaces e intentar aferrar lo eterno. En esta expresión de la carta que vuestro fundador dirigió al preboste de Reims, Rodolfo, se encierra el núcleo de vuestra espiritualidad (cf. Carta a Rodolfo,13): el fuerte deseo de entrar en unión de vida con Dios, abandonando todo lo demás, todo aquello que impide esta comunión, y dejándose aferrar por el inmenso amor de Dios para vivir sólo de este amor. Queridos hermanos, vosotros habéis encontrado el tesoro escondido, la perla de gran valor (cf. Mt 13, 44-46); habéis respondido con radicalidad a la invitación de Jesús: «Si quieres ser perfecto, anda, vende tus bienes, da el dinero a los pobres —así tendrás un tesoro en el cielo— y luego ven y sígueme» (Mt 19, 21). Todo monasterio —masculino o femenino— es un oasis en el que, con la oración y la meditación, se excava incesantemente el pozo profundo del que podemos tomar el «agua viva» para nuestra sed más profunda. Pero la cartuja es un oasis singular, donde el silencio y la soledad son custodiados de modo muy especial, según la forma de vida iniciada por san Bruno y que ha permanecido sin cambios en el curso de los siglos. «Habito en el desierto con los hermanos», es la frase sintética que escribía vuestro fundador (Carta a Rodolfo,4).

Santo Padre emérito Benedicto XVI

Cartuja de Serra san Bruno

Homilía del domingo, 9 de octubre de 2011

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El gran silencio muestra por primera vez el día a día dentro del «Grande Chartreuse» el monasterio Cartujo en los Alpes franceses de la legendaria orden de los cartujos, una de las hermandades más estrictas de la iglesia católica. 
Una película austera, cercana a la meditación, al silencio, a la vida en estado puro. Sin música, excepto los cantos de los monjes, sin entrevistas, sin comentarios… una película sobre unos hombres que entregaron su vida a Dios en su forma más pura: la contemplación.
Dieciséis años después de su primer encuentro con el padre prior de la orden, el director Phillip Groening obtuvo permiso para rodar dentro del monasterio sobre la vida de los monjes. Phillip vivió en el monasterio y siguió a los monjes con su cámara. Se convirtió en parte del ritual, en parte de su vida cotidiana, como un monje más a caballo entre los antiguos ritos que los cartujos practican y la vida moderna que él conoce.
Premio al mejor documental 2006 de la academia europea de cine.

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El Gran Silencio, ficha en IMDb

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El Gran Silencio – Ficha del documental

Título original: Die Große Stille

Año: 2006

Duración: 164 min

Género: Documental

Director: Philip Gröning

Guión: Philip Gröning

Música: Michael Busch, Philip Gröning

Fotografía/Montaje: Philip Gröning

País: Alemania (coproducción franco-germano-suiza)

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Dos documentales sobre santa María Faustina Kowalska y la Divina Misericordia

Dos documentales sobre santa María Faustina Kowalska y la Divina Misericordia

La misericordia divina llega a los hombres a través del corazón de Cristo crucificado: «Hija mía, di que soy el Amor y la Misericordia en persona», pedirá Jesús a sor Faustina (Diario, p. 374). Cristo derrama esta misericordia sobre la humanidad mediante el envío del Espíritu que, en la Trinidad, es la Persona-Amor. Y ¿acaso no es la misericordia un «segundo nombre» del amor (cf. Dives in misericordia, 7), entendido en su aspecto más profundo y tierno, en su actitud de aliviar cualquier necesidad, sobre todo en su inmensa capacidad de perdón? .

San Juan Pablo II

Homilía en la canonización de la Santa,
Domingo, 30 de abril de 2000

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Con motivo de la memoria de santa María Faustina Kowalska, el 5 de octubre, os proponemos para esta semana el visionado de dos obras documentales acerca de la Santa y del mensaje de la Divina Misericordia.

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La Divina Misericordia – Documental sobre los mensajes de Jesús a santa Faustina Kowalska

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Sor Faustina y la Divina Misericordia – Documental

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Faustina – Película

Faustina – Película

Jesús dijo a sor Faustina: «La humanidad no encontrará paz hasta que no se dirija con confianza a la misericordia divina» (Diario, p. 132). A través de la obra de la religiosa polaca, este mensaje se ha vinculado para siempre al siglo XX, último del segundo milenio y puente hacia el tercero. No es un mensaje nuevo, pero se puede considerar un don de iluminación especial, que nos ayuda a revivir más intensamente el evangelio de la Pascua, para ofrecerlo como un rayo de luz a los hombres y mujeres de nuestro tiempo.

San Juan Pablo II

Homilía en la canonización de la Santa,
Domingo, 30 de abril de 2000

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Conmovedora película que narra la intensa pero corta vida de Santa María Faustina Kowalska. Es un retrato fiel de su vida mística y del mensaje de misericordia que recibió de Cristo.

Faustina entra en el monasterio de la Congregación de las Hermanas de Nuestra Señora de la Piedad. Allí descubre que no solo se vive la mortificación, el ayuno, o las obras buenas, sino también existen los celos, la mezquindad, el orgullo o la pereza. Faustina, sin embargo, decide quedarse. Su fe es la única fuerza y su serenidad le lleva a afrontar sin quejas los esfuerzos del trabajo en la panadería del monasterio. Entonces recibe de Dios la gracia de las visiones en las que ve a Cristo y cómo de su corazón salen resplandecientes rayos de amor y misericordia.

La película está bellamente ilustrada por una mágica y profunda música y los paisajes son excepcionales. En su estreno en 1994 el film fue un acontecimiento, tanto cultural como religioso. Su producción coincidió con el proceso de beatificación de Sor Faustina.

En el año 2000 Faustina Kowalska fue canonizada por el Papa Juan Pablo II quien instituyó para la Iglesia universal la fiesta de la Divina Misericordia, inspirada en las visiones de la Santa.

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Atención: hay muchas imágenes impactantes. Tengan discreción

Faustina, ficha en IMDb

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Faustina – Ficha de la película

Título original: Faustyna

Año: 1994

Duración: 73 min.

Género: Drama | Biográfico

Director: Jerzy Lukaszewicz

Guión: Maria Nowakowska-Majcher

Música: Wojciech Kilar

Fotografía: Zdzislaw Najda

Reparto: Dorota Segda, Danuta Szaflarska, Agnieszka Czekanska

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El «Diario» de Santa María Faustina Kowalska para descargar o leer online y en audiolibro

El «Diario» de Santa María Faustina Kowalska para descargar o leer online y en audiolibro

Sor Faustina nació en el año 1905 en la aldea de Glogowiec, cerca de Lodz, como la tercera de diez hermanos en la familia de Kowalski. Desde pequeña se destacó por el amor a la oración, laboriosidad, obediencia y sensibilidad ante la pobreza humana. Su educación escolar duró apenas tres años. Al cumplir 16 años abandonó la casa familiar para trabajar de empleada doméstica en casas de familias acomodadas. A los 20 años entró en la Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia, donde ­ como Sor María Faustina ­ vivió 13 años cumpliendo los deberes de cocinera, jardinera y portera. Su vida, aparentemente ordinaria, monótona y gris, se caracterizó por la extraordinaria profundidad de su unión con Dios. Desde niña había deseado ser una gran santa y, en consecuencia, caminó hacia este fin colaborando con Jesús en la obra de salvar a las almas perdidas, hasta ofrecerse como sacrificio por los pecadores. Los años de su vida conventual estuvieron marcados, pues, por el estigma del sufrimiento y las extraordinarias gracias místicas.

Misión de santa Faustina

La misión de sor Faustina consiste en tres tareas:

  1. Acercar y proclamar al mundo la verdad revelada en la Sagrada Escritura sobre el amor misericordioso de Dios a cada persona.
  2.  Alcanzar la misericordia de Dios para el mundo entero, y especialmente para los pecadores, por ejemplo a través de la práctica de las nuevas formas de culto a la Divina Misericordia, presentadas por el Señor Jesús: la imagen de la Divina Misericordia con la inscripción: Jesús, en ti confío, la fiesta de la Divina Misericordia, el primer domingo después de la Pascua de Resurrección, la coronilla a la Divina Misericordia y la oración a la hora de la Misericordia (las tres de la tarde). A estas formas de la devoción y a la propagación del culto a la Divina Misericordia el Señor Jesús vinculó grandes promesas bajo la condición de confiar en Dios y practicar el amor activo hacia el prójimo.
  3. La tercera tarea es inspirar un movimiento apostólico de la Divina Misericordia que ha de proclamar y alcanzar la misericordia de Dios para el mundo y aspirar a la perfección cristiana siguiendo el camino trazado por la beata sor María Faustina. Este camino es la actitud de confianza de niño hacia Dios que se expresa en cumplir su voluntad y la postura de caridad hacia el prójimo. Actualmente este movimiento dentro de la Iglesia abarca a millones de personas en el mundo entero: congregaciones religiosas, institutos laicos, sacerdotes, hermandades, asociaciones, distintas comunidades de apóstoles de la Divina Misericordia y personas no congregadas que se comprometen a cumplir las tareas que el Señor Jesús transmitió por sor María Faustina.

El Diario

Sor María Faustina manifestó su misión en el Diario que escribió por mandato del Señor Jesús y de los confesores. Registró en él con fidelidad todo lo que Jesús le pidió y describió todos los encuentros de su alma con Él. Secretaria de mi más profundo misterio —dijo el Señor Jesús a sor María Faustina— tu misión es la de escribir todo lo que te hago conocer sobre mi misericordia para el provecho de aquellos que leyendo estos escritos, encontrarán en sus almas consuelo y adquirirán valor para acercarse a mí (Diario 1693). Esta obra acerca de modo extraordinario el misterio de la misericordia Divina. Atrae no solamente a la gente sencilla sino también a científicos que descubren en ella un frente más para sus investigaciones. El Diario ha sido traducido a muchos idiomas, por citar algunos: inglés, alemán, italiano, español, francés, portugués, árabe, ruso, húngaro, checo y eslovaco.

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En este enlace puedes acceder a él en español, en formato pdf, para leer online o descargártelo, y al audiolibro:

Santa María Faustina Kowalska: Diario: La Divina Misericordia en mi alma,
Editorial de los padres marianos de la Inmaculada Concepción
de la Santísima Virgen María, 2001.

Enlace al audiolibro (recursoscatolicos.org)