Evangelio del día: Fiesta de Nuestra Señora del Carmen

Evangelio del día: Fiesta de Nuestra Señora del Carmen

Mateo 12, 46-50. 16 de julio. Fiesta de Nuestra Señora del Carmen. Estrella del Mar, Flor del Carmelo. Patrona de Chile. Patrona de los marineros y de la Armada (España). La devoción a la bienaventurada Virgen del Monte Carmelo es el modelo perfecto de oración, de contemplación y de entrega a Dios.

Todavía estaba hablando a la multitud, cuando su madre y sus hermanos, que estaban afuera, trataban de hablar con él. Alguien le dijo: «Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren hablarte». Jesús le respondió: «¿Quién es mí madre y quiénes son mis hermanos?». Y señalando con la mano a sus discípulos, agregó: «Estos son mi madre y mis hermanos. Porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre».

Sagrada Escritura en el portal web de la Santa Sede

Lecturas

Primera lectura: Libro de Zacarías, Zac 2, 14-17

Salmo: Evangelio según san Lucas, Lc 1, 46-55 

Oración introductoria

Señor, invoco a tu Santísima Madre para que me ayude a contemplar su ejemplo y virtudes; y ruego al Espíritu Santo que infunda en mí su luz y fortaleza para crecer en la caridad.

Petición

Señor, ayúdame a incrementar mi amor por Nuestra Señora del Carmen.

Meditación del Santo Padre emérito Benedicto XVI

Queridos hermanos y hermanas:

El 16 de julio es el día en que la liturgia recuerda a Nuestra Señora la Virgen del Carmen.

El Carmelo, alto monte situado en la costa oriental del mar Mediterráneo, precisamente a la altura de Galilea, tiene en sus laderas numerosas grutas naturales, predilectas por los eremitas. El más célebre de estos hombres de Dios fue el gran profeta Elías, que en el siglo IX antes de Cristo defendió valerosamente contra la contaminación de los cultos idólatras la pureza de la fe en el Dios único y verdadero. Inspirándose precisamente en la figura de Elías, surgió la Orden contemplativa de los «carmelitas», familia religiosa que cuenta entre sus miembros con grandes santos, como Teresa de Ávila, Juan de la Cruz, Teresa del Niño Jesús y Teresa Benedicta de la Cruz (en el siglo Edith Stein). Los carmelitas han difundido en el pueblo cristiano la devoción a la bienaventurada Virgen del Monte Carmelo, indicándola como modelo de oración, de contemplación y de entrega a Dios.

En efecto, María, fue la primera que creyó y experimentó, de modo insuperable, que Jesús, Verbo encarnado, es el culmen, la cumbre del encuentro del hombre con Dios. Acogiendo plenamente su Palabra, «llegó felizmente al santo monte» (cf. Oración colecta de la Memoria), y vive para siempre, en alma y cuerpo, con el Señor. A la Reina del Monte Carmelo deseo encomendar hoy a todas las comunidades de vida contemplativa esparcidas por el mundo y, de modo especial, a las de la Orden del Carmen, entre las cuales recuerdo el monasterio de Quart, no muy lejos de aquí, que he visitado en estos días. Que María ayude a todos los cristianos a encontrar a Dios en el silencio de la oración.

Santo Padre emérito Benedicto XVI

Ángelus del domingo, 16 de julio de 2006

Propósito

Acudir al templo y pedir a Nuestra Señora la Virgen María —maestra de fe— que interceda ante Nuestro Señor Jesucristo para que me ayude en mi camino de santidad.

Diálogo con Cristo

Gracias Señor porque nos dejaste a tu madre como modelo de fe, esperanza y caridad para alcanzar la salvación del Reino de los cielos. En Ella me miraré para llegar a Ti.

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Oración a la Virgen del Carmelo

Madre del Carmelo:

Tengo mil dificultades, ayúdame.

De los enemigos del alma, sálvame.

En mis desaciertos, ilumíname.

En mis dudas y penas, confórtame.

En mis enfermedades, fortaléceme.

Cuando me desprecien, anímame.

En las tentaciones, defiéndeme.

En horas difíciles, consuélame.

Con tu corazón maternal, ámame.

Con tu inmenso poder, protégeme.

Y en tus brazos de Madre, al expirar, recíbeme.

Virgen del Carmen, ruega por nosotros.

Amén.

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El Santo Ángel Custodio del Reino de España: historia, oración y marcha

El Santo Ángel Custodio del Reino de España: historia, oración y marcha

Conocer bien las necesidades, calcular bien las fuerzas disponibles, precisar bien las metas, he ahí algunas obligadas resoluciones en el plan de acción para la renovación total en el campo católico. Pero en estos tiempos, más que nunca, hace falta tener presente que nuestras armas o recursos son, sobre todo, los espirituales y que, entre ellos, hay que contar con la protección de los ángeles. Por algo la Iglesia reza constantemente: «Tú, príncipe de la celestial milicia, relega al infierno con divino imperio a Satanás y a los demás espíritus malignos que, en su intento de perder a las almas, recorren la tierra». Sí, que «no es nuestra lucha contra la carne y la sangre, sino contra los principados, contra las potestades, contra los dominadores de este mundo tenebroso, contra los espíritus malos de los aires».

Los ángeles buenos son innumerables. Millones de millones. Y el Creador de ellos les dictó instrucciones detalladísimas respecto a nosotros. Y así como la Iglesia a cada nación accede gustosa a darle algún santo patrono, así también Dios a cada una le señala su correspondiente ángel custodio. De manera que, entre todos aquellos seres a quienes puede llamárseles vicegerentes supremos del Señor, los unos son visibles, invisibles los otros. Visibles: en el orden y esfera religiosa, el Romano Pontífice; en el orden y esfera secular, el Jefe de cada Estado. Invisibles: en la esfera y orden eclesiástico, un hombre —San José, universal patrono— y un ángel —San Miguel, protector de la Iglesia como antes lo había sido del pueblo hebreo—; en la esfera y orden nacionales, un hombre —Santiago para España— y un ángel —el Ángel Custodio de la Patria».

Cuando subía España la penosa cuesta del siglo más desgraciado de su historia, obtuvo como compatrono a su ángel tutelar, en honor del cual le fueron aprobados por la Santa Sede oficio y misa propios con rito doble de segunda clase y octava, señalando la fiesta para el primero de octubre. Transcurrieron los años y se dio al olvido aquella concesión que, sin embargo, parecía ser tan providencial. Pero nuevamente un gran siervo de Dios, el sacerdote tortosino Manuel Domingo y Sol, destacado apóstol de la devoción general a los ángeles, promovió también ardorosamente la de aquel a quien llamaba con cariño sin límites «su» Santo Ángel de España. «Nadie, decía, me estima bastante a mi Ángel de España, a pesar de su patronato. Es una incuria incomprensible el olvido en que le tenemos. ¿Cómo no hemos de redoblar nuestras oraciones a él hoy que nuestra España se encuentra agitada y combatida por las sectas del infierno, que tratan de arrebatarle el tesoro de su fe y empobrecerla y humillarla? Las circunstancias críticas de España reclaman acudir a él».

Desde 1880, al menos, hasta 1909, año en que voló al cielo, se desvivió en múltiples formas para atraer la atención de España hacia el olvidado protector. Fue este entusiasmo, en el celoso sacerdote, efecto natural de su ardiente devoción a los ángeles y de su profundo patriotismo. Después de perseverantes pesquisas pudo al fin conseguir una estampa del Santo Ángel del Reino editada en Valencia en 1837. No le satisfizo cuando la hubo visto y entonces ideó otra que resultó preciosa, diseñada bajo su inspiración por el dibujante barcelonés Paciano Ros y reproducida en fototipia por los talleres, también barceloneses, Thomas Y Compañía. En lo alto del firmamento, un corazón envuelto en llamas, rodeado de esta inscripción: «¡Reinaré en España!» Debajo, la Purísima, con Santiago y Santa Teresa a sus lados. En el centro inferior, ya en tamaño grande, fina y bellamente dibujado, el Santo Ángel, lleno de majestad, una espada en la diestra y el mapa de España delicadamente protegido con la mano izquierda. En, el fondo, revolviéndose y pretendiendo erguirse, dos monstruos infernales. Finalmente, aquel texto del salmo 33: «Enviará el Señor su ángel alrededor de los que le temen y los librará». Y esta invocación: «Virgen Inmaculada, Santiago Apóstol, Santa Teresa de Jesús y Santo Ángel, patronos de España, conservadnos la fe y defendednos de los enemigos de nuestra patria». Imprimió, por lo pronto 85.000 estampas en diversos tamaños y 90.000 hojas de propaganda de esta devoción. Más tarde costeó otras cien mil estampas y hojas volanderas.

 "Tú, príncipe de la celestial milicia, relega al infierno con divino imperio a Satanás y a los demás espíritus malignos que, en su intento de perder a las almas, recorren la tierra". Sí, que "no es nuestra lucha contra la carne y la sangre, sino contra los principados, contra las potestades, contra los dominadores de este mundo tenebroso, contra los espíritus malos de los aires".El 6 de mayo de 1896 le autorizó su prelado para establecer en la diócesis una piadosa liga de oraciones al Santo Ángel del Reino. Dos días después, en los varios periódicos de Tortosa y en revistas de distintas capitales publicó ampliamente el proyecto. Escribió asimismo a todos los seminarios de España invitándoles a que fundasen otros tantos centros diocesanos para extender dicha unión. De más de doce sitios le contestaron enseguida aceptando encantados y los señores obispos indulgenciaron la inscripción. Simultáneamente hizo prender el fuego en los alumnos del Colegio de San José de Roma fundado por él hacía cuatro años. Y así lo atestiguan varios prelados que habían seguido allí sus estudios. Uno de ellos escribe: «De ti, amado padre, aprendí a venerar, a amar al Santo Ángel Custodio de España. En el Pontificio Colegio Español de San José de Roma, con fervor piadoso y con patriótico ardimiento, inculcabas a todos los alumnos esta santa devoción. Por tu amor salgo a propagarla. Mejor que antes en la tierra puedes ahora desde el cielo lograr que se extienda y arraigue». Estas palabras constituyen la «dedicatoria» de la sustanciosa y bellísima «novena» —todo un tratado de Ángelología— que en honor del Santo Ángel Custodio de España publicó en 1917 el Dr. D. Leopoldo Eijo y Garay, más tarde Excmo. Patriarca-Obispo de Madrid-Alcalá. Tal joya de novena fue reeditada el año 1936 en Vitoria por la Dirección General de la Obra Pontificia de la Santa Infancia. ¿No cabría pensar que la difusión de esa novena precisamente aquellos años pudo ser parte para la asombrosa victoria de quienes, en los humano, éramos impotentes ante los formidables enemigos de la guerra… y de la posguerra?

En 1920 el Santo Ángel Tutelar de España tenía ya un espléndido altar en la parroquia de San José de Madrid. Fue inaugurado el 13 de mayo de ese año, con asistencia de la Real Familia en pleno. Y aquel mismo día quedó también establecida, a propuesta de Su Majestad D. Alfonso XIII, la «Asociación Nacional del Santo Ángel Custodio del Reino». Alma de todo ello fue otro hijo espiritual de don Manuel Domingo y Sol: el sacerdote don Luís Íñigo, quien, como testamentario de aquél en todo lo concerniente al Santo Ángel, logró ver puesta en marcha la asociación en cuarenta provincias de España. Él fue quien una vez nos dijo: «En mi última entrevista con don Manuel, me hizo prometerle que no abandonaría el asunto del Santo Ángel mientras yo viviese. La primera parte de mi propósito está conseguida, pues en toda España se conoce y se practica la devoción al Santo Ángel. Ahora quisiera que se fomentase entre los niños esta devoción y que, en un día determinado, los niños y niñas de los colegios asistiesen a una fiesta en la que desfilasen ante la imagen del Santo Ángel y depositasen a sus pies una flor y diesen un beso a la bandera española».

Copiosa correspondencia se cruzó también entre el siervo de Dios y su joven amigo sobre otra iniciativa del primero: la de erigir en el Cerro de los Ángeles, próximo a Madrid, un monumento al Santo Ángel de España. No es posible expresar en pocas líneas todas las reservas de entusiasmo que el insigne apóstol dedicó a este proyecto. La tarde del 21 de abril de 1902 fue personalmente al Cerro de Getafe, entonó una salve a Nuestra Señora de los Ángeles en la iglesia y después, con íntima ilusión, se puso a planear y discurrir, pareciéndole todo cosa facilísima en punto a ejecución. Las enfermedades y las atenciones a sus muchas empresas le impidieron luego caminar deprisa, pero hasta tres meses antes de morir siguió escribiendo a unos y otros sobre el acariciado anhelo. Entre otros encargos hizo éste: «Que la hermandad deje aquí un recuerdo a su abogado». Se refiere a la Hermandad de Sacerdotes Operarios del Corazón de Jesús, en cuyas constituciones, redactadas por él, nombra varias veces al Santo Ángel de España, elegido para la misma como abogado especial.

Se pregunta uno ahora: ¿no sería deseable que, dentro de la más perfecta armonía arquitectónica, ese deseo de un santo quedase al fin plasmado entre las edificaciones que hoy ocupan el sagrado lugar, centro geográfico de la Península?

Cuando solamente existía allí la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, la mente de don Manuel Domingo y Sol relacionaba con dicha iglesia el soñado monumento. Ahora en cambio, ante el nuevo carácter que han revestido aquellas alturas, él, si viviese, revisaría sin duda su concepción primera, para estudiar en qué sitio preciso parecía mejor instalarlo. El no haberlo realizado medio siglo atrás puede hoy ser un bien, para que resulte posible planearlo de un modo definitivo, Una vez colocado allí el Santo Ángel del Reino, se atraería fácilmente las miradas y los corazones de toda España. Podría al mismo tiempo inspirarles a los católicos extranjeros que pasan por Madrid la magnífica idea de difundir en sus naciones la devoción al respectivo ángel tutelar de ellas.

Pocos años después de haber fallecido don Manuel Domingo y Sol, el ángel de Portugal en 1916 se apareció varias veces a los privilegiados niños de Fátima. Por conducto de ellos pidió a la humanidad oración, penitencia, reparación eucarística, recurso confiadísimo al Inmaculado Corazón de María. ¡Qué gozo ver así confirmada la designación, por parte de Dios, de ángeles custodios de las naciones! Harto bien lo sabía el apostólico varón tantas veces citado, quien hablaba de los ángeles. Como si los estuviera viendo y escribía de ellos, por ejemplo: «Hay que poner en contacto, a los ángeles de España y de Portugal. Diríase que, reñidos los españoles y los portugueses —vecinos del entresuelo y del principal—, no se cuidan para nada los unos de los otros». Ese propósito de poner en contacto a los dos celestiales confidentes y amigos suyos apuntaba en último término a su elevado plan de promover a fondo el intercambio cultural y apostólico de una y otra nación hermanas. Y así le confiaba también sus empresas de celo al Santo Ángel Custodio de Francia cuando la cruzaba muchas veces en sus viajes a Roma.

¿Qué hacer entonces para aprovechar tan útil ejemplo de santo patriotismo? Ante todo, naturalmente, ahondar en la fe de que, como dice San Pablo, «todos los ángeles son gestores de Dios, puestos al servicio de quienes hemos de lograr salvarnos». Después, recordar que la custodia de los ángeles es una admirable aplicación de la providencia divina; tener presente que en todas nuestras buenas obras intervienen los ángeles. Felicitarnos, además, de que, como advierte San Bernardo, los ángeles reúnan en sí tres magníficas dotes que siempre deseamos y exigimos en los supremos gobernantes: lealtad a toda prueba, prudencia exquisita y un poder inmenso. También son luz para las almas; su vigor nos contagia; saben, quieren y pueden defender nuestros intereses materiales. ¿Caben disposiciones más deseables en el ángel tutelar de una patria?

Lo que falta ahora es que esa patria se ejercite generosamente en aquellas virtudes en que los ángeles se complacen tanto: sumisión fiel y disciplinada a las órdenes del Altísimo; pureza e integridad cristianas; singularísima predilección por toda clase de obras consagradas a la educación e instrucción de los niños. Muy bien se ha preguntado: «¿Quién sabe si las calamidades que muchas veces llueven sobre los pueblos son la venganza de los ángeles por el abandono en que se deja a los niños, por los escándalos que se dan a los niños, por el daño que se causa a los ángeles de la tierra corrompiéndoles el corazón y la inteligencia? Espanta pensar cuán terribles deben de ser las órdenes del santo ángel de una nación a los demás ángeles, para vengar… tantos crímenes como se cometen contra los niños, aun antes de que nazcan. Quienes aman a los niños con amor cordial práctico se atraen la complacencia de los ángeles y, sobre todo, del santo ángel tutelar de la patria».

Ojalá todas las editoriales, todos los publicistas católicos, todas las familias fervorosas inunden hoy a España otra vez con estampas del Santo Ángel del Reino y con impresos explicativos de la excelsa misión que le está confiada en el plan divino. ¡Quién viera en todos los hogares, junto a la imagen del ángel individual de la guarda, venerada también la del Santo Ángel de la Nación! ¡Y quién viera que el amor a Él no sólo penetraba en las casas, sino que se adueñaba de las madres españolas y que éstas, con sus palabras, chispas de fuego del corazón, con miradas que son ráfagas de luz del entendimiento, con besos, insuperables para imprimir hondamente en el alma las ideas y afectos, grababan en las de sus hijitos, a la vez que la devoción al ángel de la guarda y al del Reino, el amor a la Iglesia y a la patria! ¡Quién pudiera lograr que simultáneamente esa devoción privada se transformase en pública y que en los templos se levantasen altares dedicados al príncipe de la milicia celestial guardiana de España, y que nuestras juventudes se congregasen en torno a esas imágenes para enardecerse en amor a la patria española y católica, a fin de estar dispuestas a derramar por ella la sangre cuantas veces fuera necesario!

Si para organizarlo todo ello se infundía vida nueva a la Asociación Nacional del Santo Ángel del Reino, mejor aún. Finalidad suya sería propagar por todas las diócesis la devoción al mismo. Fomentar en todos los españoles la santa virtud del patriotismo. Obtener del Corazón divino de Jesús por intercesión del Ángel del Reino el engrandecimiento espiritual y temporal de España. Que, al fin y al cabo, ese Corazón amabilísimo, fusilado un primer viernes de mes en su imagen, pero entronizado otra vez allí mismo en el centro de la Península, él es quien ha confiado al Ángel del Reino el mando supremo de las fuerzas angélicas encargadas de la defensa individual y social de los españoles.

«¿Con cuántas divisiones militares cuenta el Vaticano?», preguntó un día Stalin. ¿Con qué posibilidades en tierra mar y aire, con qué superproducción de armas nucleares —preguntamos nosotros—, con qué seguridades de defensa y victoria cuenta una nación como la nuestra, no opulenta ni mucho menos, en estos años explosivos de la historia del mundo?

Respuesta primerísima: por lo pronto, con aquellas armas que un ángel dejó ver a Judas Macabeo. Y después, sobre todo, con el arma de aquella fe invencible que habló así por tantos labios y que jamás dejará de hablar: «Nuestro Dios, al que servimos, puede librarnos del horno encendido. Y si no quisiere, sábete, rey, que no adoraremos a los falsos dioses ni inclinaremos la cabeza ante la estatua que has levantado.»

Fuente: Buebaventura Pujol, mercaba.org

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Oración al Santo Ángel Custodio del Reino

 "Tú, príncipe de la celestial milicia, relega al infierno con divino imperio a Satanás y a los demás espíritus malignos que, en su intento de perder a las almas, recorren la tierra". Sí, que "no es nuestra lucha contra la carne y la sangre, sino contra los principados, contra las potestades, contra los dominadores de este mundo tenebroso, contra los espíritus malos de los aires".

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Marcha al Santo Ángel Custodio, de Antonio moreno Pozo

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Los primeros mártires del Tercer Milenio – Con homilía de san Juan Pablo II

Los primeros mártires del Tercer Milenio – Con homilía de san Juan Pablo II

233 mártires durante la persecución religiosa en España.

La II República española, proclamada el 14 de abril de 1931, llegó impregnada de fuerte anticlericalismo. Apenas un mes más tarde se produjeron incendios de templos en Madrid, Valencia, Málaga y otras ciudades, sin que el Gobierno hiciera nada para impedirlos y sin buscar a los responsables para juzgarles según la ley. Los daño fueron inmensos, pero el Gobierno no los reparó ni material ni moralmente, por lo que fue acusado de connivencia. La Iglesia había acatado a la República no sólo con respeto sino también con espíritu de colaboración por el bien de España. Estas fueron las instrucciones que el Papa Pío XI y los obispos dieron a los católicos. Pero las leyes sectarias crecieron día por día. En este contexto fue suprimida 1a Compañía de Jesús y expulsados los jesuitas.

Durante la revolución comunista de Asturias (octubre de 1934) derramaron su sangre muchos sacerdotes y religiosos, entre ellos le diez Mártires de Turón (9 Hermanos de las Escuelas Cristianas y un Pasionista, canonizados el 21 de noviembre de 1999).

Durante el primer semestre de 1936, después del triunfo del Frente Popular, formado por socialistas, comunistas y otros grupos radicales, se produjeron atentados más graves, con nuevos incendios de templos, derribos de cruces, expulsiones de párrocos, prohibición de entierros y procesiones, etc., y amenazas de mayores violencias.

Éstas se desataron, con verdadero furor, después del 18 de julio d 1936. España volvió a ser tierra de mártires desde esa fecha hasta el 1 de abril de 1939, pues en la zona republicana se desencadenó la mayor persecución religiosa conocida en la historia desde los tiempos del Imperio Romano, superior incluso a la Revolución Francesa.

Fue un trienio trágico y glorioso a la vez, el de 1936 a 1939, que debe ser fielmente recordado para que no se pierda la memoria histórica.

Al finalizar la persecución, el número de mártires ascendía a casi diez mil: 13 Obispos; 4.184 Sacerdotes diocesanos y seminaristas, 2.365 Religiosos, 283 Religiosas y varios miles de seglares, de ambos sexos, militantes de Acción Católica y de otras asociaciones apostólicas, cuyo número definitivo todavía no es posible precisar.

El testimonio más elocuente de esta persecución lo dio Manuel de Irujo, ministro del Gobierno republicano, que en una reunión del mismo celebrada en Valencia -entonces capital de la República-, a principios de 1937, presentó el siguiente Memorándum:

«La situación de hecho de la Iglesia, a partir de julio pasado, en todo el territorio leal, excepto el vasco, es la siguiente:

a) Todos los altares, imágenes y objetos de culto, salvo muy contadas excepciones, han sido destruidos, los más con vilipendio.

b) Todas las iglesias se han cerrado al culto, el cual ha quedado total y absolutamente suspendido.

c) Una gran parte de los templos, en Cataluña con carácter de normalidad, se incendiaron.

d) Los parques y organismos oficiales recibieron campanas, cálices, custodias, candelabros y otros objetos de culto, los han fundido y aún han aprovechado para la guerra o para fines industriales sus materiales.

e) En las iglesias han sido instalados depósitos de todas clases, mercados, garajes, cuadras, cuarteles, refugios y otros modos de ocupación diversos.

f) Todos los conventos han sido desalojados y suspendida la vida religiosa en los mismos. Sus edificios, objetos de culto y bienes de todas clases fueron incendiados, saqueados, ocupados y derruidos.

g) Sacerdotes y religiosos han sido detenidos, sometidos a prisión y fusilados sin formación de causa por miles, hechos que, si bien amenguados, continúan aún, no tan sólo en la población rural, donde se les ha dado caza y muerte de modo salvaje, sino en las poblaciones. Madrid y Barcelona y las restantes grandes ciudades suman por cientos los presos en sus cárceles sin otra causa conocida que su carácter de sacerdote o religioso.

h) Se ha llegado a la prohibición absoluta de retención privada de imágenes y Objetos de culto. La policía que practica registros domiciliarios, buceando en el interior de las habitaciones, de vida íntima personal o familiar, destruye con escarnio y violencia imágenes, estampas, libros religiosos y cuanto con el culto se relaciona o lo recuerde ».

Y el cardenal arzobispo de Tarragona, Francisco Vidal y Barraquer (1868-1943), que se hallaba refugiado en Italia y fue invitado por el Gobierno republicano en 1938 para que regresara a su diócesis, dijo:

«¿Cómo puedo yo dignamente aceptar tal invitación, cuando en las cárceles continúan sacerdotes y religiosos muy celosos y también seglares detenidos y condenados, como me informan, por haber practicado actos de su ministerio, o de caridad y beneficencia, sin haberse entrometido en lo más mínimo en partidos políticos, de conformidad a las normas que les habían dado?».

Y añadía:

«Los fieles todos, y en particular los sacerdotes y religiosos, saben perfectamente los asesinatos de que fueron víctimas muchos de sus hermanos, los incendios y profanaciones de templos y cosas sagradas, la incautación por el Estado de todos los bienes eclesiásticos y no les consta que hasta el presente la Iglesia haya recibido de parte del Gobierno reparación alguna, ni siquiera una excusa o protesta».

Sobre esta persecución son esenciales la obra de Antonio MONTERO MORENO, Historia de la persecución religiosa en España. 19361939 (Madrid, BAC, 1960, reimpresa en 1999) y los libros de Vicente CÁRCEL ORTÍ, La persecución religiosa en España durante la Segunda República (1931-1939) (Madrid, Rialp, 1990), Mártires españoles del siglo XX (Madrid, BAC, 1995), Buio sull´altare. La persecuzione religiosa spagnola, 1931-1939 (Roma, Città Nuova, 1999), La gran persecución. España 1931-1939 (Barcelona, Planeta, 2000), Mártires del siglo XX. Cien preguntas y respuestas (Valencia, Edicep, 2001) y Persecuciones religiosas y mártires del siglo XX (Madrid, Palabra, 2001). Sobre los de Valencia cf. V. CÁRCEL ORTÍ y R. FITA REVERT, Mártires valencianos del siglo XX (Valencia, Edicep, 1998).

Los mártires

A los sacerdotes, religiosos y seglares que entregaron sus vidas por Dios el pueblo comenzó a llamarles mártires porque no tuvieron ninguna implicación política ni hicieron la guerra contra nadie. Por ello, no se les puede considerar caídos en acciones bélicas, ni víctimas de la represión ideológica, que se dio en las dos zonas, sino mártires de la fe.

Los mártires que hoy beatifica el Santo Padre demuestran la unidad y diversidad eclesial y esta celebración resulta pastoralmente significativa, porque ve unidos en un único rito a muchos mártires de una misma archidiócesis y tiene las siguientes características:

  • la representatividad eclesial del grupo de mártires, pues hay sacerdotes, religiosos y seglares, que son expresión de los numerosos carismas y familias de vida consagrada;
  • la representatividad de la Iglesia en España porque este grupo representa 37 diócesis. Todos ellos se encontraban en Valencia desarrollando sus respectivos ministerios y actividades apostólicas y algunos de ellos han sido unidos en el proceso por competencia, en base a la normativa canónica vigente;
  • el elevado número de sacerdotes seculares y de seglares, pues es la primera vez que son beatificados 40 miembros de los presbíteros diocesanos de Valencia (37) y Zaragoza (3), así como 22 mujeres y 20 hombres y jóvenes, miembros de la entonces floreciente Acción Católica Española y de otras asociaciones de apostolado seglar, de todas las edades, profesiones y estado social;
  • el actual contexto pastoral favorable, que ha despertado interés en las diócesis españolas hacia esta página gloriosa de la reciente historia. Ésta había quedado un tanto olvidada, pero testimonia la fe y la fidelidad de la Iglesia en España y, más en concreto, en Valencia que tuvo sus orígenes a principios del siglo IV en el martirio diácono Vicente. El desarrollo de los procesos, las correspondientes catequesis y la fama martyrii han llevado a las comunidades, cristianas a un mayor interés y devoción hacia los mártires.

Por ello, la beatificación de todos ellos juntos es sumamente oportuna y es de desear que susciten una vida cristiana más intensa, un mayor fervor espiritual y un renovado interés por mantener viva la memoria de estos gloriosos testigos de la Fe.

El clima espiritual favorable creado por el Gran Jubileo del 2000 ha permitido que, concluido el largo proceso canónico, pudiera celebrarse esta beatificación el 11 de marzo de 2001, como primer fruto espiritual del Año Santo apenas terminado.

Estos mártires son los primeros beatos del Tercer Milenio y  su conmemoración conjunta la celebra la Iglesia el 22 de sptiembre.

Espiritualidad de estos mártires

La mayoría de los sacerdotes y seglares no necesitaban el martirio para ser beatificados, porque ya en vida tenían famade santos algunos de ellos se llegó a decir que eran tan buenos, que precisamente por eso fueron martirizados.

Todos ellos fueron hombres y mujeres muy ejemplares, plenamente entregados a sus ministerios respectivos, Los sacerdote: de seminaristas fueron modelos por sus virtudes, por su amor Eucaristía y por su devoción a la Virgen. Se entregaron de lleno parroquias: culto litúrgico, confesiones, catequesis, apostolado los jóvenes, visitas asiduas a los enfermos, ayuda a los pobres y necesitados fueron sus principales actividades apostólicas.

Lo mismo hay que decir de los religiosos y religiosas, desarrollaban una intensa labor apostólica y social en colegios, a y hospitales; una labor que nunca fue suficientemente reconocida. Muchos de ellos, además de mártires de la fe, fueron apóstoles caridad, de la enseñanza religiosa y de la formación humana.

Los sacerdotes fueron semejantes al santo cura de Ars cumplimiento de su ministerio, semejantes en todo a otro párroco valenciano, que no fue mártir, pero tiene abierto el proceso de beatificación: el Beato José Bau Burguet, párroco de Masarrochos, fallecido en 1932. Éste influyó decisivamente en la formación espiritual de los sacerdotes valencianos del primer tercio del siglo XX.

Los hombres, mujeres y jóvenes eran muy piadosos, muy entregados a la Iglesia y a todas sus obras de caridad y apostolado; nacieron y vivieron en familias de antigua tradición cristiana, recibieron una formación religiosa muy sólida y vivieron una auténtica vida cristiana, alimentada diariamente con la Eucaristía, la devoción a la Virgen, el rezo del Santo Rosario y otras devociones particulares; vivieron entregados apostólicamente a sus respectivas parroquias a través de la Acción Católica y de otras asociaciones apostólicas; dieron siempre un testimonio coherente de vida cristiana, que culminó con el martirio. Todos ellos fueron martirizados única y exclusivamente por motivos religiosos, murieron amando y perdonando a sus verdugos y diciendo «¡Viva Cristo Rey»!, porque tuvieron un sentido teológico muy profundo de la realeza de Cristo y porque éste fue el grito con el que los cristianos hicieron frente a los totalitarismos del siglo XX.

Hoy los veneramos en los altares como mártires de la fe cristiana, porque la Iglesia ha reconocido oficialmente que entregaron sus vidas por Dios durante la persecución religiosa de 1936. No les debemos llamar caídos en guerra, porque no fueron a la guerra ni la hicieron contra nadie, pues eran personas pacíficas, que desarrollaban normalmente sus actividades en sus pueblos y parroquias; tampoco les podemos llamar víctimas de la represión política, porque los motivos fundamentales de sus muertes no fueron de carácter político o ideológico sino religioso: porque eran sacerdotes o religiosos, porque eran seglares católicos practicantes, muy comprometidos con la Iglesia en la defensa y promoción de la fe cristiana.

Los procesos canónicos

Durante la persecución religiosa republicana la Archidiócesis de Valencia pagó uno de los mayores tributos de sangre (361 sacerdotes, 373 hombres y jóvenes de Acción Católica, 93 Mujeres de Acción Católica y varios centenares de religiosos de diversos institutos masculinos y femeninos fueron martirizados) y esto explica el hecho de que en ella se abrieron la mayoría de los procesos de beatificación que hoy llegan a su punto final.

Impulsados por los arzobispos Mareclino Olaechea (1946-1966) y José María García Lahiguera (1969-1978), Siervo de Dios, así como por el Presbiterio Diocesano y el Foro de Laicos, lo mismo que por las respectivas Ordenes y Congregaciones religiosas, Valencia dedicó muchas energías humanas para que estos procesos pudieran llegar a su conclusión y fueran un instrumento de evangelización, especialmente en los campos de la catequesis, de la pastoral juvenil y de la promoción vocacional.

Todos los procesos canónicos de los Siervos de Dios que hoy son beatificados fueron instruidos en la archidiócesis de Valencia, a excepción del de los Franciscanos Conventuales (n. 99 a 104), que se hizo en Barcelona, y el del Beato Francisco Castelló Aleu (n. 233), que se instruyó en Lleida.

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Los nombres de los mártires

SACERDOTES DIOCESANOS, MUJERES, HOMBRES Y JÓVENES DE ACCIÓN CATÓLICA Y DE OTRAS ASOCIACIONES APOSTOLICAS DE LA ARCHIDIÓCESIS DE VALENCIA

(Decreto de la Congregación de las Causas de los Santos, leído ante el Santo Padre el 18 de diciembre de 2000)

SACERDOTES DIOCESANOS

1. Beato José Aparicio Sanz, Arcipreste de Enguera (* Enguera, 12-III-1893 +Picadero de Paterna, 29-XII-1936) Martirizado junto con su coadjutor (n. 12).

2. Beato Fernando González Añón, Párroco de Turís (* Turís, 17-II-1886 +27-VIII-1936).

3. Beato Juan ventura solsona, Arcipreste de Villahermosa del Río (* Villahermosa del Río, Castellón, 1875 +Castillo de Villamalefa, Castellón, 17-IX-1936).

4. Beato José ruiz bruixola, Párroco de San Nicolás, de Valencia (* Foios 1857, 30-III-1857 +Gilet, 29-X-1936).

5. Beato Ramón martí soriano, Cura Regente de Vallada (* Burjassot, 7-X-1902 +Carretera de Godella a Bétera, 27-VIII-1936).

6. Beato Joaquín vilanova camallonga,Coadjutor de lbi (* Ontinyent, 6-X-1888 + Ibi, Alicante, 29-VII-1936).

7. Beato Enrique morant pellicer, Cura de Barx (*Bellreguard, 13-X-1908 +Xeraco, 3-X-1936).

8. Beato Carmelo Sastre Sastre, Párroco de Piles (* Pego, Alicante, 21-XII-1890 +Palma de Gandía, 15-VIII-1936).

9. Beato Vicente ballester far, Capellán de las Agustinas de Xábia (*Benidoleig, Alicante, 4-II-1888 +Carretera de Teulada a Benissa, Alicante, 23-IX-1936).

10. Beato Ramón Esteban bou pascual, Cura Regente de Planes (* Benimantell, Alicante, 12-X-1906 +La Nucía, Alicante, 15-X-1936).

11. Beato Pascual ferrer botella, Capellán de San Vicente de Algemesí (* Algemesí, 9-XI-1894 +Sueca, 24-IX-1936).

12. Beato Enrique juan requena, Coadjutor de Enguera (* Aielo de Malferit, 2-III-1903 +Picadero de Paterna, 29-XII-1936). Martirizado junto con su párroco (n. l).

13. Beato Elías carbonell mollá, Coadjutor de Cocentaina (*Cocentaina, Alicante, 20-XI-1869 +Sax, Alicante, dióc. Orihuela, 2-X-1936). Martirizado junto con su hermano Juan (n. 14).

14. Beato Juan Carbonell Mollá, Coadjutor de Cocentaina (*Cocentaina, Alicante, 6-VI-1874 +Sax, Alicante, dióc. Orihuela, 2-X-1936). Martirizado junto con su hermano Elías (n. 13).

15. Beato Pascual Penadés Jornet, Regente de Bélgida (* Montaverner, 3-1-1894 +Puerto de Cárcer, 15-IX-1936).

16. Beato Salvador Ferrandis Seguí, Párroco de Pedreguer (* L´Orxa, Alicante, 25-V-1880 +Carretera del Vergel, Alicante, 3-VIII-1936).

17. Beato José Toledo Pellicer, Coadjutor de Banyeres (*Llaurí, 15-VII-1909 +El Saler de Valencia, 10-VIII-1936).

18. Beato Fernando García Sendra, Cura de Sagra (*Pego, Alicante, 31-III 1905 +La Pedrera de Gandía, 18-IX- 1936).

19. Beato José García Mas, Capellán del Ecce-Homo de Pego (* Pego, Alicante, 11-VI-1896 +La Pedrera de Gandía, 18-IX-1936).

20. Beato José María Segura Penadés, Coadjutor de Ontinyent (* Ontinyent, 13-X- 1896 +Genovés, 11 -IX- 1936).

21. Beato Salvador Estrugo Solves, Capellán del Hospital de Alberic (* Alzíra, 12-X- 1862 + Alberie, 10-VIII- 1936).

22. Beato Vicente Sicluna Hernández, Párroco de Navarrés (* Valencia, 30-IX-1859 +Bolbaite, 22-IX-1936).

23. Beato Vicente María Izquierdo Alcón, Párroco de La Pobla de Farnals (* Mosqueruela, Teruel, 25-V-1891 +Rafelbunyol, 18-VIII-1936).

24. Beato José María Ferrándiz Hernández, Arcipreste de Alcoi (* El Camp de Mirra, Alicante, 11-VIII-1879 +Rotglá, 24-IX-1936).

25. Beato Francisco Ibáñez Ibáñez, Abad de la Colegiata de Xátiva (*Penáguila, Alicante, 22-IX-1876 +Llosa de Ranes, 19-VIII-1936).

26. Beato José González Huguet, Párroco de Cheste (*Alaquás, 23-1-1874 +Ribarroja, 12-X-1936).

27. Beato José Fenollosa Alcayna, Canónigo de la Colegiata de San Bartolomé, de Valencia (* Rafelbunyol, III-1903 +Sagunto, 27-IX-1936).

28. Beato Félix Yuste Cava, Párroco de San Juan y San Vicente, de Valencia (*Chulilla, 21-II-1887 +El Saler de Valencia, 14-VIII-1936).

29. Beato Vicente Pelufo Corts, Capellán de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, de Alzíra (* Alzira, 26-11-1868 +11-IX-1936).

30. Beato José Canet Giner, Vicario de Catamarruch (*Bellreguard, 24-VIII-1903 +La Pedrera de Gandía, 4-X-1936).

31. Beato Francisco Sendra Ivars, Cura Regente de Calpe (*Benissa, Alicante, 23-1V-1899 Teulada, Alicante, 4-1X-1936).

32. Beato Diego Llorca Llopis, Coadjutor de Benissa (* Oliva, 2-VII- 1896 +Gata de Gorgos, Alicante, 6-1X- 1936).

33. Beato Alfonso Sebastiá Vinals, Director de la Escuela de Formación Social de Valencia (* Valencia, 27-V-1910 +Paterna, 1-IX-1936).

34. Beato Germán Gozalbo Andreu, Misacantano de Torrent (* Torrent, 30-VIII-1933 +Monserrat, 22-IX-1936).

35. Beato Gonzalo Viñes Masip, Canónigo de la Colegiata de Xátiva (* Xàtiva, 19-I-1883 +Valles, 10-XII- 1936).

36. Beato Vicente Rubiols Castelló, Cura Párroco de La Pobla Llarga (*Gandía, 13-III-1874 +La Pobla Llarga, 4-VIII-1936).

37. Beato Antonio Silvestre Moya, Cura Ecónomo de Santa Tecla, de Xàtiva (*L´Ollería, 26-X-1892 +El Saler de Valencia, 7-VIII-1936).

MUJERES DE ACCIÓN CATÓLICA

38. Beata Amalia Abad Casasempere. Viuda y madre de dos hijas. Dedicada a sus labores. (*Alcoi, Alicante, 11-XII-1897 +Beníllup, Alicante, 21-IX-1936).

39. Beata Ana María Aranda Riera. Soltera. Sus labores. (* Denia, Alicante, 24-1-1888 +Paterna, 14-X-1936).

40. Beata Florencia Caerols Marúnez. Soltera. Obrera textil. Caudete, Albacete, 20-II-1890 +Rotglá Corbera, 2-X-1936).

41. Beata María Climent Mateu. Martirizada junto con su madre. Sus labores. (Xàtiva, 13-V-1887 +20-VIII- 1936).

42. Beata Társila Córdoba Belda. Madre de tres hijos fallecidos, viuda. Sus labores. (*Sollana, 8-V-1861 +Algemesí, 17-X-1936).

43. Beata Francisca Cualladó Baixauli. Soltera. Modista (* Valencia 3-XII-1890+Benifaió, 19-IX-1936).

44. Siervade Dios María Teresa Ferraguid Roig. Martirizada a sus 83 añosjunto con sus cuatro hijas, religiosas de clausura (n. 117, 118, 119 y 122).Sus labores. (* Algemesí, 14-1-1853 +Alzira 25-X-1936).

45. Beata Luisa María Frias Cañizares. Soltera. Profesora de la Universidad de Valencia. (* Valencia, 20-VI-1896 +Paterna, 6-XII-1936).

46. Beata Encarnación Gil Valls. Soltera. Maestra nacional. (* Ontinyent, 27-1-1888 +Ollería, 24-IX-1936).

47. Beata María Jordá Botella. Soltera. Sus labores. (* Alcoi, Alicante, 26-1-1905 +Benifállím, Alicante, 27-IX-1936)

48. Beata Hermínia Martínez Amigó. Martirizada junto con su marido. Sus labores. (*Puzol, 31-VII-1887 +Gilet, 26-IX-1936).

49. Beata María Luisa Montesinos Orduna. Martirizada junto con su padre, sus tres hermanos y su tío. Sus labores. (* Valencia, 3-III-1901+Picassent, 31-1-1937).

50. Beata Josefina Moscardó Montalvá. Soltera. Sus labores. (* Alzira, 10-1V-1880 +22-1X-1936).

51. Beata María del Olvido Noguera Albelda. Sus labores. (* Carcaixent, 30-XII-1903 +Benífairó de Valldigna, 30-XI-1936.

52. Beata Crescencia Valis Espí. Martirizada junto con sus tres hermanas. Sus labores. (*Ontinyent, 9-VI-1863 + 20-1X-1936).

53. Beata María de la Purificación Vidal Pastor. Soltera. Sus labores. (* Alzira, 14-IX-1892 + Corbera, 21-IX-1936).

54. Beata María del Carmen Viel Ferrando. Soltera. Sus labores. (* Sueca, 27-XI-1893 +El Saler de Valencia, 4-XI-1936).

55. Beata Pilar Villalonga Villalba. Soltera. Sus labores (* Valencia, 22-1-1891 +Burjassot, 11-XII-1936).

56. Beata Sofia Ximénez Ximénez. Viuda, madre de dos hijos. Sus labores. Martirizada junto con su hermana Puri­ficación, religiosa (n. 204) y con otra religiosa (n. 205). (* Valencia, 15-X-1876 +Paterna, 23-IX-1936).

HOMBRES Y JÓVENES DE ACCIÓN CATÓLICA

57. Beato Rafael Alonso Gutiérrez. Casado, padre de seis hijos. Administrador de correos. (* Ontinyent, 14-VI-1890 +Agullent, 11-VIII-1936). Martirizado junto con Carlos Díaz (n. 60).

58. Beato Marino Blanes Giner. Casado, padre de nueve hijos. (* Alcoi, Alicante, 17-IX-1888 +8-IX-1936).

59. Beato José María Corbín Ferrer. Soltero. Univer­sitario. (* Valencia, 26-XII-1914 +Santander, en el barco-prisión «Alfonso Pérez», 27-XII-1936).

60. Beato Carlos Díaz Gandía. Casado, padre de una niña de ocho meses. (* Ontinyent, 25-XII- 1907 +Agullent, 11 -VIII- 1936). Martirizado junto con Rafael Alonso (n. 57)

61. Beato Salvador Damián Enguix Garés. Viudo, padre de seis hijos. Veterinario. (* Alzira, 27-IX- 1862 +29-X- 1936).

62. Beato Ismael Escrihuela Esteve, Casado, padre de tres hijos. (* Tavernes de Valldigna, 20-V-1902 +Picadero de Paterna 9-IX-1936).

63. Beato Juan Bautista Faubel Cano. Casado, padre de tres hijos. Pirotécnico. (* Llíria, 3-I-1889 +Paterna, 28-VIII-1936).

64. Beato José Ramón Ferragud Girbés.Casado, padre de ocho hijos. Labrador. (*Algemesí, 10-X-1887 +Alzira, 24-IX-1936).

65. Beato Vicente Galbis Gironés. Casado, padre de un hijo. Abogado. (* Ontinyent, 9-IX-1910 + Benisoda, 21-IX-1936).

66. Beato Juan Gonga Marúnez. Soltero. Oficinista. (* Carcaixent, 25-111-1911 begin_of_the_skype_highlighting 25-111-1911 end_of_the_skype_highlighting +Simat de Valldigna, 13-XI-1936).

67. Beato Carlos López Vidal. Casado, sin hijos. Segundo sacristán de la Colegiata de Gandía. (* Gandía, 15-XI- 1894 +La Pedrera de Gandía, 6-VIII- 1936).

68. Beato José Medes Ferrís. Casado, sin hijos. Martirizado junto con sus tres hermanos religiosos. (* Algernesí, 13-1-1885 +Alcudia de Carlet 12-XI-1936).

69. Beato Pablo Meléndez Gonzalo. Abogado y periodista. Casado, padre de diez hijos. Martirizado junto con su hijo Alberto. (* Valencia, 7-XI-1876 +Castellar, 23-XII-1936).

70. Beato José Perpiñá Nácher. Casado. Telegrafista y abogado. (* Sueca, 22-II-1911 +Picadero de Paterna, 29-XII-1936).

71. Beato Arturo Ros MONTALT. Casado y padre de seis hijos, Trabajador de la yutera. (* Vinalesa, 26-X-1901 + Moncada, 28-VIII-1936).

72. Beato Pascual Torres Lloret. Casado y padre de cuatro hijos. Constructor. (*Carcaixent, 23-I-1885 +6-IX-1936).

73. Beato Manuel Torró Garúa. Casado, sin hijos. Aparejador. (* Ontinyent, 2-VII-1902 +Benisoda, 21-IX-1936).

74. Beato José María Zabal Blasco. Casado, padre de tres hijos. Empleado de la Estación del Norte de Valencia. (* Valencia, 20-III-1898 + Picadero de Paterna 8-XII-1936).

CAUSA DE LA ORDEN DE PREDICADORES (DOMINICOS) O.P.

(Decreto del 20 de diciembre de 1999)

Este grupo comprende 18 frailes predicadores de la provincia religiosa de Aragón, la cual fue erigida en 1301. A esta provincia pertenecieron San Vicente Ferrer, San Luis Bertrán y los beatos Dalmacio Moner y Francisco Coll.

Son los primeros dominicos españoles víctimas de la persecución religiosa de la II República española elevados al honor de los altares.

Nueve de los nuevos beatos eran miembros del convento de Calanda (Teruel), entonces casa de Formación; cinco de Valencia y cuatro de Barcelona.

A ellos se unen dos sacerdotes de la archidiócesis de Zaragoza.

75. Beato Jacinto Serrano López, vicario provincial (*´ Urrea de Gaén, Teruel, dióc. Zaragoza, 30-VII- 1901 +Puebla de Híjar, Teruel, 25-XI-1936).

76. Beato Luis Urbano Lanaspa, vicario provincial. (* Zaragoza, 3-VI-1882 + Valencia, 25-VIII-1936).

77. Beato Constantino Fernández Álvarez (* La Vecilla, León, 7-11-1907 + Valencia, 29-VIII- 1936).

78. Beato Rafael Pardo Molina, cooperador (* Valencia, 28-X-1899 + 26-IX-1936).

79. Beato Lucio Martínez Mancebo, maestro de novicios (* Vegas del Condado, León, 28-VII-1902 + Calanda, Teruel, 29-VII-1936).

80. Beato Antonio López Couceiro (* El Ferrol, La Coruña, dióc. Mondoñedo-El Ferrol, 15-XI-1869 + Calanda, Teruel, 29-VII-1936).

81. Beato Felicísimo Díez González (* Devesa de Curueño, León, 26-XI-1907 + Calanda, Teruel 29-VII-1936).

82. Beato Saturio Rey Robles (* Devesa de Curueño, León, 21-XII-1907 +Calanda, Teruel 29-VII-1936).

83. Beato Tirso Manrique Melero (* Alfaro, La Rioja, dióc. Calahorra y La Calzada, 26-I-1877 +Calanda, Teruel, 29-VII-1936).

84. Beato Gumersindo Soto Barros, cooperador (* Amil, La Coruña, 2 1 -X- 1869 +Calanda, Teruel, 29-VII- 1936

85. Beato Lamberto De Navascués y de Juan, novicio, cooperador (* Zaragoza, 18-V-1911 + Calanda, Teruel, 29-VII-1936).

86. Beato José María Muro Sanmiguel (* Tarazona, Zaragoza, 26-X-1905 + Castelserás, Teruel , 30-VII-1936).

87. Beato Joaquín Prats Baltueña, novicio, clérigo (* Zaragoza, 5-III-1915 +Castelserás, Teruel, 30-VII-1936).

88. Beato Francisco Calvo Burillo (* Hijar, Teruel, 21-XI-1881 + 2-VIII-1936).

89. Beato Francisco Monzón Romeo (* Hijar, Teruel, 29-111-1912 + 29-VIII-1936).

90. Beato Ramón Peiró Victorí (* Aiguafreda, Barcelona, 7-III-1891 + El Morrot, Barcelona, 21-VIII-1936).

91. Beato José María Vidal Segú (* Secuita, Tarragona, 3-II-1912 + Barcelona, IX-1936)

92. Beato Santiago Meseguer Burillo (* Híjar, Teruel, 1-V-1885 + Barcelona, XI-1936).

Sacerdotes de la archidiócesis de Zaragoza, incluidos en el proceso de los dominicos:

93. Beato Manuel Albert Ginés, coadjutor de Calanda. (* Calanda, Teruel, 3-X-1867 +29-VII-1936).

94. Beato Zósimo Izquierdo Gil, párroco de Castelserás (* Víllahermosa del Campo, 17-XII-1895 +Castelserás, 30-VII-1936).

CAUSA DE LA ORDEN FRANCISCANA DE LOS FRAILES MENORES (O.F.M.)

(Decreto del 20 de diciembre de 1999)

95. Beato Pascual Fortuño Almela. Vicario del convento de Santo Espíritu del Monte. (*Villarreal de los Infantes, Castellón, dióc. Segorbe-Castellón, 5-III- 1886 + 7-IX-1936). Martirizado con un golpe de machete en el pecho.

96. Beato Plácido García Gilabert (* Benitachell, Alicante, dióc. Valencia, 1-I-1895 + Denia, Alicante, dióc. Valencia, 16-VIII-1936). Fue atrozmente mutilado y asesinado.

97. Beato Alfredo Pellicer Muñoz. Estudiante de Teología. (* Bellrreguard 10-IV-1914 + 4-X-1936). Fusilado.

98. Beato Salvador Mollar Ventura. Sacristán del colegio de Benissa. (* Manises 27-III-1896 + Paterna, 26-X-1936. Fusilado.

CAUSA DE LA ORDEN FRANCISCANA DE LOS FRAILES MENORES CONVENTUALES (O.F.M.Conv.)

(Decreto del 26 de marzo de 1999)

Estos seis mártires eran miembros de la comunidad religiosa de Granollers (Barcelona), la única que la Orden de los Frailes Menores Conventuales había erigido en España a principios del siglo XX, después de la supresión llevada a cabo por el rey Felipe II en 1567.

La violenta persecución que se levantó en el verano de 1936 sorprendió a los religiosos en sus puestos de trabajo, dispuestos a confesar su fidelidad a Cristo. En la tarde del 20 de julio, los milicianos de la F.A.I. quemaron la iglesia y el convento, mientras que todos los religiosos se dispersaron y buscaron refugio junto a amigos y bienhechores. Sin embargo, muy pronto fuero descubierto y, en fechas distintas, del 27 de julio a los primeros días de septiembre, fueron arrestados, encarcelados, juzgados sumariamente y, en fin, matados por el simple hecho de ser religiosos y sacerdotes franciscanos.

99. Beato Modesto Vegas Vegas. Sacerdote. (* La Serna, Palencia, 24-II-1912 + Llisa, Barcelona, 27-VII-1936)

100. Beato Dionisio Vicente Ramos. Sacerdote. (* Caudé, Teruel, 9-X-1871 + Granollers, Barcelona, 31-VII-1936). Martirizado junto con el siguiente.

101. Beato Francisco Remón Játiva. Hermano. (* Caudé, Teruel, 22-IX-1890 + Granollers, Barcelona, 31-VII-1936.

102. Beato Alfonso López López. Sacerdote. (* Secorún, Huesca, dióc. Jaca, 16-XI-1878 +Samalús, Barcelona, 3-VIII-1936). Martirizado junto con el siguiente.

103. Beato Miguel Remón Salvador. Hermano. (* Caudé, Teruel, 17-IX-1907 +Samalús, Barcelona, 3-VIII-1936).

104. Beato Pedro Rivera Rivera. Sacerdote. (* Villacreces, Valladolid, 3-IX-1912 + Barcelona, 1-IX-1936

CAUSA DE LA ORDEN FRANCISCANA DE LOS FRAILES MENORES CAPUCHINOS (O.F.M.Cap.)

(Decreto del 20 de diciembre de 1999)

En el grupo de los Mártires españoles de la Orden de los Frailes Capuchinos, hay 12 religiosos y 5 monjas clarisas Capuchinas. Los Capuchinos sacerdotes y hermanos, pertenecían todos a la Provincia religiosa de la « Preciosísima Sangre de Cristo » de Valencia, y fueron asesinados en distintos lugares, sin hacerles ningún proceso formal previo.

Todos ellos de edades diferentes que van de los 23 a los 80 años de edad, provenientes de las distintas fraternidades de la Provincia Religiosa, empeñados en trabajos y apostolados diversos, predicadores, confesores, profesores formadores, otros empeñados en los trabajos de servicio a la fraternidad y a la gente que se acercaba al Convento.

Se trata de los primeros Capuchinos españoles martirizados durante la persecución del 1936-1939 que son Beatificados.

A este grupo se añade una monja agustina hermana de tres de las Capuchinas con su madre que quiso estar junto a sus hijas hasta la muerte.

105. Beato Aurelio de Vinalesa (José Ample Alcaide). Sacerdote. (* Vinalesa, 3-II-1896 + Barranco de Carraixet, 28-VIII-1936).

106. Beato Ambrosio de Benaguacil (Luis Valls Ma­tamales). Sacerdote. (* Benaguasil, 3-V-1870 + Carretera de Valencia a Barcelona, 24­VIII-1936).

107. Beato Pedro de Benisa (Alejandro Mas Ginester). Sacerdote. (* Benissa, Alicante, 11 -XII- 1876 + Denia, Alicante, 26-VIII- 1936).

108. Beato Joaquín de Albocácer (José Ferrer Adell). Sacerdote. (* Albocásser, Castellón, 23-IV-1879 + Carretera de Puebla Tornesa a Villafamés, Castellón, 30-VIII- 1936).

109. Beato Modesto de Albocácer (Modesto García Martí). Sacerdote. (* Albocásser, Castellón, 18-I-1880 +13-VIII-1936).

110. Beato Germán de Carcagente (Jorge María Garrigues Hernández). Sacerdote. (*Carcaixent, 12-II-1895 +Carcaixent, junto al puente del Júcar, 9-VIII-1936).

111. Beato Buenaventura de Puzol (Julio Esteve Flores).Sacerdote. (* Puzol, 9-X-1897 + 26-IX-1936).

112. Beato Santiago de Rafelbuñol (Santiago Mestre Iborra). Sacerdote. (* Rafelbuñol, Valencia, 10-IV-1909 + Gilet, Valencia, 29-IX-1936).

113. Beato Enrique de Almazora (Enrique García Beltrán), Diácono. (*Almassora, Castellón, 16-III-1913 + Pedrera de Castellón) 16-VIII-1936).

114. Beato Fidel de Puzol (Mariano Climent Sanchis). Hermano. (* Puzol, Valencia, 8-I-1856 – Sagunto, Valencia, 27 septiembre 1936

115. Beato Berard de Lugar Nuevo de Fenollet (José Bleda Grau) Hermano. (* Lloch Nou de Fenollet, 23-VII-1867 +Genovés, 4-IX-1936)

116. Beato Pacífico de Valencia, lego (Pedro Salcedo Puchades). Hermano. (* Castellar, 24-II-1874 + Monteolivete, 12-X-1936).

Cinco religiosas capuchinas de la Orden de Santa Clara Monasterio de Agullent, incluidas en este proceso:

117. Beata María Jesús (María Vicenta Masiá Ferragud, (* Algemesí, 12-I-1882 – Cruz Cubierta de Alzira, 25 octubre 1936

118. Beata María Verónica (María Joaquina Masiá Ferragud) (* Algemesí, 15-VI-1884 – Idem).

119. Beata María Felicidad (María Felicidad Masiá Ferragud) (* Algemesí, 28-VIII-1890 – Idem).

Estas tres eran religiosas clarisas y fueron martirizadas junto con su anciana madre (n. 44) y otra hermana religiosa, agustina descalza (n. 122).

120. Beata Isabel Calduch Rovira (* Alcalá de Chivert, Castellón, dioc. Tortosa, 9-V-1882 + Cuevas de Vinromá, Castellón, dióc. Tortosa, 14 abril 1937). Del monasterio de Castellón de la Plana.

121. Beata Milagros Ortells Gimeno (* Valencia, 29-XI-1882 – Picadero de Paterna, 20 noviembre 1936). Del monasterio de capuchinas de la calle de Ruzafa, de Valencia.

122. Beata Josefa de la Purificación Masiá Ferragud. Agustina descalza (en el siglo: María Josefa Ramona). (* Algemesí, 1887). Martirizada el 25-X-1936 junto con su anciana madre (n. 44) y sus tres hermanas religiosas clarisas (n. 117, 118, 119).

CAUSA DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS (JESUITAS) S.J.

(Decreto del 20 de diciembre de 1999)

Los Beatos Mártires jesuitas pertenecían al territorio de la Provincia de Aragón de entonces; eran siete padres y cuatro hermanos. A ellos se añade un laico, D. Luis Campos Górriz, antiguo alumno, congregante mariano y dirigente nacional de Acción Católica.

La Compañía de Jesús estaba legalmente disuelta en España desde 1932; los novicios y los jóvenes en formación, con sus profesores y formadores fueron acogidos por diversas provincias europeas y pudieron proseguir en ellas su formación. Un número apreciable de padres y hermanos continuaron viviendo dispersos y en clandestinidad, realizando sus ministerios con grandes dificultades y en medio de circunstancias adversas. A partir del comienzo de la guerra civil (julio 1936) la persecución religiosa se hizo más intensa y sus vidas estaban en peligro. De hecho, más de un centenar de jesuitas sufrieron el martirio durante esos años.

Entre los que la Iglesia se dispone ahora a beatificar había superiores de comunidad y operarios, enfermeros y electricistas, rectores y profesores de Colegios, un eminente profesor de Derecho Canónico, directores de Congregaciones Marianas, así como los que se dedicaban con especial predilección a los más pobres y a trabajar con la juventud obrera. Sabían que sus vidas estaban en peligro, se les ofreció ocultarse o huir, pero prefirieron permanecer consolando a sus hermanos, celebrando la eucaristía y el ministerio de conciliación. Testimoniaron su fidelidad a Cristo y a su Iglesia no ocultaron su identidad de religiosos y jesuitas, ofreciendo sus personas a seguir al Rey eternal en la pena hasta el derramamiento de la sangre.

123. Beato Tomás Sidar Fortiá (* Girona, 1866 – Cruz Blanca, carretera de Albaida a Gandía, 19-VIII-1936), superior de la residencia de Gandía.

124. Beato Constantino Carbonell Sempere (* Alcoi, 1866 – Tavernes de Valldigna, Valencia, 23 agosto 1936)

125. Beato Pedro Gelabert Amer (* Manacor, Mallorca, 1887 – Tavernes de Valldigna, Valencia, 23-VIII-1936).

126. Beato Ramón Grimaltós Monllor (* La Pobla Llarga, Valencia, 1861 – Tavernes de Valldigna, 23 agosto 1936).

127. Beato Pablo Bori PUIG (* Vilet de Maldá, Lérida, 1864 – Benimaclet, 29 septiembre 1936).

128. Beato Vicente Sales Genovés (* El Grao de Valencia, 1881 – Picadero de Paterna, 29 septiembre 1936).

129. Beato José Tarrats Comaposada (* Manresa, Barcelona, 1878 – Barcelona, 28 septiembre 1936).

130. Beato Darío Hernández Morató (* Buñol, 1880 – Paterna, 29 septiembre 1936).

131. Beato Narciso Basté Basté (* San Andrés de Palomar, Barcelona, 1866 – Paterna, 15 octubre 1936).

132. Beato Alfredo Simón Colomina (* Valencia, 1877 – Paterna, 29 noviembre 1936).

133. Beato Juan Bautista Ferreres Boluda (* L´Ollería, 1861 – Cárcel de San Miguel de los Reyes de Valencia, 29 diciembre 1936). Murió víctima de los sufrimientos padecidos antes de que llegaran los asesinos.

134. Beato Luis Campos Górriz, Congregante mariano y antiguo alumno de los Jesuitas (* Valencia, 1905 – Picadero de Paterna, 28-XI-1936).

CAUSA DE LA SOCIEDAD SALESIANA DE SAN JUAN BOSCO (SALESIANOS) S.D.B.

(Decreto del 20 de diciembre de 1999)

Los Salesianos martirizados en la España republicana fueron 88, a los que se añaden dos Salesianas y cinco seglares Cooperadores. La mayoría fueron asesinados por separado o en grupos reducidos en lugares, situaciones y fechas muy diferentes, a causa de la dispersión obligada en diversos domicilios muchas veces en grandes ciudades. La mayor parte murieron sin ningún juicio previo, pocos con uno de mero trámite, y sólo nos consta un juicio formal en el Tribunal de Espionaje y Alta Traición de Barcelona: en él fue condenado a muerte el sacerdote don Julio Junyer Padern el 23 de marzo de 1938, sentencia que se cumplió al ser fusilado en los fosos de Montjuïe el 26 de abril de 1938.

La Provincia Salesiana Tarraconense en aquellas fechas abarcaba: Cataluña, Valencia, Baleares y Aragón. Un buen grupo de sus religiosos se hallaba en el Colegio Salesiano de Valencia, de la calle Sagunto, practicando los Ejercicios Espirituales que todos los hijos del Beato Don Bosco solían tener cada verano. Recordaremos primero a los salesianos sacrificados junto con el Provincial, después a los que sufrieron la muerte en Barcelona y por último a otros dispersos en otras diócesis.

El primer grupo de Salesianos martirizados está formado por nueve religiosos de la Comunidad de Valencia, detenidos todos ellos en julio de 1936 y ejecutados en lugares distintos:

135. Beato José Calasanz Marqués. Sacerdote, Inspector de la Provincia Tarraconense. (* Azanuy, Huesca, 23-XI-1872 + Valencia 29-VII-1936)

136. Beato Jaime Buch Canals. Coadjutor. (* Bescanó, Girona, 9-IV-1889 + El Saler de Valencia, 31-VII-1936).

137. Beato Juan Martorell Soria. Sacerdote. (* Picassent, Valencia, 1-IX-1889 +Valencia, 10-VIII-1936).

138. Beato Pedro Mesonero Rodríguez. Clérigo. (* Aldearrodrigo, Salamanca, 29-V-1912 + El Vedat de Torrent VIII-1936).

Los cinco que siguen, después de haber pasado algunos meses en San Miguel de los Reyes y en la Cárcel Modelo de Valencia, fueron fusilados en el Picadero de Paterna el 9 de diciembre de 1936.

139. Beato Antonio Marún Hernández. Sacerdote (* Calzada de Béjar, Salamanca, 18-VII-1885).

140. Beato Recaredo de los Ríos Fabregat. Sacerdote. (* Bétera, Valencia, 11-I-1893).

141. Beato Julián Rodríguez Sánchez. Sacerdote. (* Salamanca, 16-X-1896).

142. Beato José Giménez López. Sacerdote. (* Cartagena, Murcia, 31-X-1904).

143. Beato Agustín García Calvo. Coadjutor. (* Santander, 3-II-1905).

A la Comunidad Salesiana de Alcoy (Alicante) pertenecían:

144. Beato José Otín Aquilé. Sacerdote. (* Huesca, 22-XII-1901 + Valencia, 1-XI-1936).

145. Beato Alvaro Sanjuan Canet. Sacerdote. (* Alcocer de Planes, Alicante, 26-IV-1908 + Villena, 2-X-1936).

Pertenecían a la Comunidad Salesiana de Sarriá (Barcelona):

146. Beato Francisco Bandrés Sánchez. Sacerdote. (* Hecho, Huesca, 24-1V-1896 +Barcelona, 3-VIII-1936).

147. Beato Sergio Cid Pazo. Sacerdote. (* Allariz, Orense, 24-IV-1884 +Barcelona, 30-VII-1936).

148. Beato José Batalla Parramón. Sacerdote. (* Abella, Lleida, 15-1-1873 + Barcelona, 4-VIII-1936).

149. Beato José Rabasa Bentanachs. Sacerdote. (* Noves (Lleida), 26-VII-1862 +Barcelona, 8-VIII-1936).

150. 150. Beato Gil Rodicio Rodicio. Coadjutor. (* Requejo, Orense, 20-III-1888 + Barcelona, 4.VIII.1936).

151. Beato Angel Ramos Velázquez. Coadjutor. (* Sevilla, 9-III-1876 + Barcelona, 11-X- 1936)

152. Beato Felipe Hernández Martínez. Estudiante de Teología. (* Villena, Alicante, 14-III-1913 + Barcelona, 27-VII-1936).

153. Beato Zacarías Abadía Buesa. Clérigo. (*Almuniente, Huesca, 5-XI-1913 +Barcelona, 27-VII-1936).

154. Beato Jaime Ortiz Alzueta. Coadjutor. (* Pamplona, 24-V-1913 + Barcelona, 27-VII-1936).

155. Beato Javier Bordás Piferer. Clérigo. (* San Pol de Mar, Barcelona, 24-IX-14 +Barcelona, 23-VII-1936).

156. Beato Félix VIVET TRABAL. Clérigo. (* San Félix de Torelló, Barcelona, 23-I-1911 + Esplugues, Barcelona, 25-VIII-1936).

157. Beato Miguel Domingo Cendra. Clérigo. (* Caseres, Tarragona, 1-III- 1909 +Prat de Compte, Tarragona, 12-VIII-1936).

De la Comunidad Salesiana del Tibidabo, de Barcelona:

158. Beato José Caselles Moncho. Sacerdote. (* Benidoleig, Alicante, 8-VIII-1907 + Barcelona, 27-VII-1936).

159. Beato José Castell Camps. Sacerdote. (* Ciudadela, Menorca, 12-X-1902 +Barcelona, 28-VII-l936).

De la Comunidad Salesiana de la calle de Rocafort, de Barcelona:

160. Beato José Bonet Nadal. Sacerdote. (* Santa María de Montmagastrell, Lleida, 26-XII-1875 + barcelona, 13-VIII-1936).

161. Beato Jaime Bonet Nadal. Sacerdote. (* Santa María de Montmagastrell, Lleida, 4-VIII-1884 + Tárrega, 18.VIII.1936). Primo hermano del anterior.

De la Comunidad Salesiana de Sant Vicent dels Horts, Barcelona:

162. Beato Alejandro Planas Saurí Fiel laico, célibe. (* Mataró, Barcelona, 31-X-1878 +Garraf, 19-XI-1936) Conocido como El Sord, por lo que no pudo profesar salesiano, aunque lo fue por voluntad y dedicación.

163. Beato Elíseo García GarcíA. Coadjutor. (* El Manzano, Salamanca, 25-VIII-1907 + Garraf, 19-XI-1936)

De la comunidad Salesiana de Gerona:

164. Beato Julio Junyer Padern. Sacerdote. (* Vilamaniscle, Girona, 30-X-1892 +Monjuic, 26-IV-1938). Condenado a muerte el 23-X-1938, por el Tribunal de Espionaje y Alta Traición, que manifestó su odio al sacerdote.

El 6 de septiembre de 1936 alcanzaron el Martirio en Barcelona dos Hijas de María Auxiliadora, del colegio de Santa Dorotea de Sarriá (Barcelona), unidas en su renuncia a la libertad para atender a una hermana enferma, unidas también al dar la vi Cristo:

165. Beata María del Carmen Moreno Benítez, f.m.a. (* Villamartín, Cádiz, 1885).

166. Beata María Amparo Carbonell Muñoz, f.m.a (* Alboraia, Valencia, 9-XI-1893).

CAUSA DE LOS TERCIARIOS CAPUCHINOS DE LA VIRGEN DE LOS DOLORES T. C.

(Decreto del 18 de diríembre de 2000)

Guiado por el Espíritu, el padre Luis Amigo dijo a sus seguidores: Vosotros, zagales del Buen Pastor, sois los que habéis de ir en pos de la oveja descarriada hasta volverla al aprisco. Y no temáis perecer en los despeñaderos y precipicios en que os habréis de poner para salvar la oveja perdida; ni os arredren zarzales ni emboscadas. Les confió así la misión de ser, entre los niños y jóvenes desadaptados, testigos del amor misericordioso de Cristo, que vino a buscar al que estaba perdido.

Y consciente, además, de que el amor se testifica desviviéndose por la persona amada, les invitó a que estuviesen dispuestos a sacrificar incluso la propia vida en el servicio a sus muchachos. Y al trasluz de la estampa del Buen Pastor, la vida de los diecinueve amigonianos beatificados cobra un significado especial. Algo similar sucede también con la vida de la laica amigoniana Carmen García Moyón. A mediados de aquel año 1936, obligados por las autoridades, tuvieron que abandonar muchas de las instituciones que regían en favor del menor desadaptado. La mayoría de sus co­munidades fueron dispersadas y sus bienes patrimoniales enajenados, cuando no destruidos.

Todos ellos, -con su actitud de dar libremente la vida y de afrontar los últimos momentos de pie, como María, y con las sandalias puestas, al estilo de quien no huye ante las dificultades- constituyen un acabado ejemplo de lo que significa ser zagal del Buen Pastor.

167. Beato Vicente Cabanes Badenas. Sacerdote. (* Torrente, 25-II-1908 +Bilbao, 30-VIII-1936). Después de haberle disparado cuatro tiros lo dejaron por muerto, pero pudo ser llevado al hospital de Basurto, donde murió.

168. Beato José Arahal de Miguel (Bienvenido María de Dos Hermanas). Sacerdote. (* Dos Hermanas, Sevilla, 17-VI-1887 +Madrid, 1-VIII-1936). Fue martirizado bárbaramente, abierto en canal y expuesto su cuerpo al público.

169. Beato Salvador Chullá Ferrandis (Ambrosio María de Torrente). Sacerdote. (*Torrente, Valencia, 16-IV-1866 + Torrente, 18-IX-1936).

170. Beato Manuel Ferrer Jordá (Benito María de Burriana). Hermano. (* Burriana, Castellón, 26-XI-1872 + Masía de Calabra Turís, 16-IX-1936).

171. Beato Crescencio García Pobo. Sacerdote. (* Celadas, Teruel, 15-IV-1903 + Madrid, 3-X-1936).

172. Beato Vicente Gay Zarzo (Modesto Modesto María de Torrente). Hermano. (* Torrente, Valencia, 19-I-1885 + Torrente, 18-IX-1936).

173. Beato Urbano Gil Sáez (* Albarracin, Teruel, 9-111-1901 + La Pobla de Vallbona, Valencia, 23-VIII-1936).

174. Beato Agustín Hurtado Soler (Domingo Miaría de Alboraya). Sacerdote. (*Alboraya, 28-VIII-1872 + Madrid, 15-VIII-1936).

175. Beato Vicente Jaunzarás Gómez (Valentín María de Torrente). Sacerdote. (* Torrente, Valencia, 6-III-1896 + Torrente, 18-IX-1936).

176. Beato Salvador Ferrer Cardet (Laureano María de Burriana). Sacerdote (* Burriana, Castellón, 13-VIII-1884 + Masiá de Calabra 16-IX-1936).

177. Beato Manuel Legua Martí (León María de Alacuás). Sacerdote. (* Alacuás, Valencia, 23-IV-1875 + Madrid, 26-IX-1936).

178. Beato Justo Lerma Marúnez (Francisco María de Torrente). Hermano. (* Torrente, Valencia, 12-XI-1886 – Torrente, 18-IX-1936).

179. Beato José María Llópez Mora (Recaredo María de Torrente). Hermano. (* Torrente, Valencia, 22-VIII-1874 + Torrente, 18-IX-1936).

180. Beato José Llosá Balaguer. Hermano. Benaguacil, Valencia, 23-VIII-1901 +Benisanó, Valencia, 7-X-1936).

181. Beato Pablo Martínez Robles (Bernardino María de Andujar). Hermano. (* Andujar, Jaén, 28-I-1879 + Masiá de Calabra, Turís, 16-IX-1936).

182. Beato Florentin Pérez Romero. Sacerdote. (*Valdecuenca, Teruel, 14-III-1904 +La Pobla de Vallbona, Valencia, 23-VIII-1936).

183. Beato José María Sanchís Monpó (Gabriel María de Benifayó). Hermano. (*Benifayó, Valencia, 8-X-1858 + Benifayó, 16-VIII-1936).

184. Beato Francisco Tomás Serer. Sacerdote. (* Alcalalí, Alicante, 11-X-1911 + Madrid, 2-VIII-1936).

185. Beato Timoteo Valero Pérez. Sacerdote. (* Terriente, Teruel, 24-I-1901 +Vicalvaro, Madrid, 17-IX-1936).

Unida a este grupo, en el proceso canónico, está también:

186. Beata Carmela García Moyón. Cooperadora laica. (* Nantes, Francia, 13-IX- 1888 + Torrent, 30-1-1937). Después de haber intentado abusar de ella, los milicianos la rociaron de gasolina y la quemaron viva.

CAUSA DEL SACERDOTE DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS (Dehoniano o Reparador) S.C.I.

(Decreto del 18 diciembre 2000)

187. Beato Mariano Juan María de la Cruz García Méndez (* San Esteban de los Patos, Ávila, 1891 + Silla, 23-VIII-1936). Párroco en la diócesis de Ávila desde 1916. En 1926 ingresó en la Congregación de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús.

CAUSA DE LOS HERMANOS DE LAS ESCUELAS CRISTIANAS F.S.C. Y RELIGIOSAS CARMELITAS DE LA CARIDAD

(Decreto del 20 diciembre 1999)

188. Beato Leonardo Olivera Buera, Capellán del Colegio de la Bonanova (Barcelona). (* Campo, Huesca, dióc. Barbastro, 6-III-1889 + El Saler de Valencia 23-X-1936). Sacerdote de Zaragoza. Había sido Párroco de Movera en Puente Gallego.

Los tres religiosos siguientes eran hermanos que formaban parte de la Comunidad del Colegio de la Bonanova y fueron martirizados juntos el 23 de octubre de 1936 en Benimaclet (Valencia).

189. Beato Ambrosio León (Pedro Lorente Vicente) (* Ojos Negros, Teruel, dióc. Zaragoza, 7-I-1914).

190. Beato Florencio Martín (Alvaro Ibáñez Lázaro) (* Godos, Teruel, dióc. Zaragoza, 12-VI-1913).

191. Beato Honorato Andrés (Andrés Zorraquim Herrero) Los dos religiosos siguientes formaban parte de la Comunidad de Cambrils (Barcelona) y fueron martirizados juntos en Paterna (Valencia) el 22 de noviembre de 1936.

192. Beato Elías Julián (Julián Tormo Sánchez) (* Torrijo del Campo, 17-XI-1900).

193. Beato Bertrán Francisco (Francisco Lahoz Moli) (* Campos, Teruel, 14-XII-1912).

Estas nueve religiosas formaban la comunidad del Colegio-Asilo de la Purísima, de Cullera (Valencia). Fueron asesinadas todas juntas en la playa del Saler, cerca de Valencia, el 19 de agosto de 1936, por un grupo de milicianos armados, que les habían obligado a subir a un camión con la excusa de trasladarlas a Valencia, después de haber asaltado el colegio y haberlas sometido a violencias.

194. Beata Elvira Torrentallé Parairede la Natividad de Nuestra Señora (* Balsareny, Barcelona, 29-VI-1883). Superiora de la comunidad.

195. Beata Rosa Pedret Rullde Nuestra Señora del Buen Consejo (* Falset, Tarragona, 5-XII-1864). Murió en el camino cuando la llevaban el 18 de agosto, para asesinarla.

196. Beata María Calaf Miracle De Nuestra Señora de la Providencia (* Bonastre, Tarragona, 18-XII-1871).

197. Beata Francisca de Amezúa Ibaibarriagade Santa Teresa (* Abadiano, Vizcaya, 9-III-1881).

198. Beata María Desamparados Giner Lísterdel Santísimo Sacramento (*El Grao de Valencia, 13-XII- 1877).

199. Beata Teresa Chambó Palés de la Divina Pastora (* Valencia, 5-II-1889).

200. Beata Agueda Hernández Amorósde Nuestra Señora de las Virtudes (* Villena, Alicante, 5-I-1893).

201. Beata María Dolores Vidal Cervera de San Francisco JAVIER (* Valencia, 31-1-1895).

202. Beata María de las Nieves Crespo Lópezde la Santísima Trinidad (* Ciudad Rodrigo, Salamanca, 17-IX-1897).

Las tres religiosas siguientes fueron martirizadas otros en lugaresy fechas:

203. Beata Ascensión Lloret Marcode San José de Calasanz (* Gandía, 21-V-1879 +7-IX-1936). Martirizada junto con su hermano Salvador, escolapio.

204. Beata María de la Purificación Ximénez Ximénez deSan José (* Valencia, 3-II-1871 – Benicalap, Valencia, 23-IX-1936). Martirizada junto con su hermana Sofía Ximénez (n. 56) y el hijo de ésta, Luis, y con la siguiente.

205. Beata María Josefa del Río Messade Santa Soffía (*Tarragona, 29-IV-1895 – Benicalap, Valencia, 23-OX-1936)

Las siguientes doce religiosas, de la Comunidad de la Casa de la Misericordia, fueron detenidas en la Cárcel de Mujeres y después cargadas en un camión con la excusa de llevarlas a una guardería de niños evacuados, y fueron martirizadas todas juntas en el Picadero de Paterna (Valencia), el 24 de noviembre de 1936.

206. Beata Niceta Plaja, Xifrade San Prudencia (* Torrent, Girona, 31-X-1863), Superiora de la Casa Misericordia.

207. Beata Paula Isla Alonsode Santa Anastasia (* Villalaín, Burgos, 28-VI- 1863).

208. Beata Antonia Gosens Sáez de Ibarrade San Timoteo (* Vitoria, 17-I-1870).

209. Beata Daría Campillo Paniaguade Santa Sofia (* Vitoria, 1 1-IX-1873).

210. Beata Erundina Colino Vegade Nuestra Señora del Carmen (* Lagarejos, Zamora, dióc. Astorga, 23-VII-1883).

211. Beata Consuelo Cuñado Gonzálezdel Santísimo Sacramento (* Bilbao, 1-I-1884).

212. Beata Concepción Odriozola Zabaliade San Ignacio. (* Azpeitia, Guipúzcoa, dióc. Vitoria, 8-II-1882).

213. Beata Feliciana de Uribe Orbede Nuestra Señora del Carmen (* Múgica, Vizcaya, dióc. Vitoria, 8-III-1893).

214. Beata Concepción Rodríguez Fernándezde Santa Magdalena (* Santa Eulalia de las Manzanas, León, dióc. Oviedo, 13-XII-1895).

215. Beata Justa Maiza Goicoecheade la Inmaculada (* Ataún, Guipúzcoa, dióc. Vitoria, 13-VII-1897).

216. Beata Clara Ezcurra Urrutiade Nuestra Señora de la Esperanza (* Mondragón, Guipúzcoa, dióc. Vitoria, 17-VIII-1896).

217. Beata Cándida Cayuso Gonzálezde Nuestra Señora de los Ángeles (* Ubiarco, Santander, 5-I-1901).

CAUSA DE UNA RELIGIOSA SERVITA

(Decreto del 18 de diciembre de 2000)

218. Beata María Guadalupe Ricart Olmos. Del Monasterio Servita del Pie de la Cruz, de Valencia. (* Albal, Valencia, 23-II-1881 + Silla, Valencia, 2-X- 1936). Su cuerpo fue hallado monstruosamente destrozado y desfigurado.

CAUSA DE LAS RELIGIOSAS DE LAS ESCUELAS PÍAS (ESCOLAPIAS)

(Decreto del 28 de junio de 1999)

Este grupo está formado por seis religiosas de la Congregación de Hijas de María, Religiosas de las Escuelas Pías y dos exalumnas uruguayas laicas. Así pues, ocho mujeres dedicadas exclusivamente a la educación humano-cristiana de las niñas y jóvenes, a la promoción de la mujer, según su carisma, fueron martirizadas. Éstas son:

219. Beata María del Niño Jesús (María Baldillou Bullit). (* Balaguer, Lleida, dioc. La Seu de Urgel 6-11-1905).

220. Beata Presentación de la Sda. Familia (Pascuala Presentación Gallén Martí). (* Morella, Castellón de la Plana, dióc. Tortosa, 20-XI-1872).

221. Beata María Luisa de Jesús (María Luisa Girón Romera). (* Bujalance, Córdoba, 25-VIII-1887).

222. Beata Carmen de San Felipe Neri (Nazaria Gómez Lezaun). (* Eulz, Navarra, dióc. Pamplona, 27-VII-1869)

223. Beata Clemencia de San Juan Bautista (Antonia Riba Mestres). (* Igualada, Barcelona, dioc. Vich, 8-X-1893).

Estas cinco escolapias del colegio de Valencia, dada la situación persecutoria y antirreligiosa reinante en la ciudad, buscaron refugio en un piso de la calle de San Vicente, que el 8 de aosto de 1936 fue asaltado por unos milicianos. En un coche fueron llevadas a la playa del Saler, donde al amanecer de ese mismo día sellaron con su sangre su vida de fidelidad al Señor.

224. Beata María de Jesús (María de la Encarnación de la Yglesia de Varo). (* Cabra, Córdoba, 25-III-1891).

225. Beata Dolores Aguiar-Mella Díaz. (* Montevideo, Uruguay, 29-III-1897). De madre uruguaya y padre español.

226. Beata Consuelo Aguiar-Mella Díaz. (* Montevideo, Uruguay, 29-III-1898).

Madre María de la Iglesia y la laica uruguaya Dolores Aguiar-Mella desde finales de julio de 1936 vivían refugiadas en un piso en Madrid. Su hermana Consuelo Aguiar-Mella con su familia Después de haber pasado estos dos meses entre atropellos, registros domiciliarios, todo tipo de amenazas y persecución, el 19 de septiembre de 1936, Dolores fue detenida en la calle. Dos horas más tarde unos milicianos fueron a buscar a M. María de la Iglesia al piso donde estaba refugiada. Consuelo Aguiar-Mella, que momento se encontraba allí para conocer lo que había pasado con su hermana, la acompañó. Por su fe y convicciones cristianas, claramente manifestadas, las tres fueron detenidas y martirizadas a las afueras de Madrid. Dolores y Consuelo Aguiar-Mella Díaz son las primeras Beatas del Uruguay.

CAUSA DE UNA RELIGIOSA DE LA CONGREGACIÓN DE RELIGIOSAS DE MARÍA INMACULADA MISIONERAS CLARETIANAS

(Decreto del 18 de diciembre de 2000)

227. Beata María Patrocinio Giner Gomisde San Juan (Tortosa, 4-I-1874 – Portichol de Tavernes de Valldigna, 13-XI-1936). Por muchos años formadora de las jóvenes generaciones de claretianas y educadora en Carcagente. Fundadora de la comunidad y colegio en Puerto de Sagunto, Sufrió la primera persecución el año 1931. Entregó la vida por Cristo y su Evangelio ofreciéndola por la paz y reconciliación.

CAUSA DE DOS HERMANITAS DE LOS ANCIANOS DESAMPARADOS

(Decreto del 18 de diciembre de 2000)

Las dos religiosas pertenecían a la Comunidad de Requena (Valencia) y fueron martirizadas juntas en el término municipal de Buñol (Valencia) el 8 de septiembre de 1936.

228. Beata Josefa de San Juan Ruano García (* Berja, Almería, 11-VII-1854).

229. Beata Dolores de Santa Eulalia Puig Bonany (* Berga, Barcelona, 12-VII-1857).

CAUSA DE TRES TERCIARIAS CAPUCHINAS DE LA SAGRADA FAMILIA

(Decreto del 18 de diciembre de 2000)

La forma de vida que las identificó como Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia fue el seguimiento de Jesucristo como menores y penitentes, según los ideales de San Francisco de Asís y el espíritu legado por el Venerable Padre Luis Amigo, reflejado en las actitudes del Buen Pastor en la misión especifica de las obras de misericordia, corporales y espirituales, con los más pobres y necesitados.

La Sagrada Familia de Nazaret, desde su vida oculta y sencilla fue para ellas modelo de oración, humildad, vida de famila y disponibilidad a la Voluntad de Dios hasta el martirio.

En el ejercicio humilde de su apostolado fueron sorprendidas por la persecución religiosa, encontrando la muerte en Puzol y Gilet, localidades de la Provincia de Valencia (España), donde demostraron la solidez de su fe y la fidelidad a sus compromisos.

230. Beata M. Victoria Quintana Argos (Rosario de Soano) (* Soano, Santander, 13-V-1866 + Puzol, Valencia, 22-VIII­1936)

231. Beata María Fenollosa Alcaina (Francisca Javier de Rafelbuñol) (*Rafelbuñol, Valencia, 24-V-1901 + Gilet, Valencia, 27-IX-1936)

232. Beata Manuela Fernández Ibero (Serafína de Occhovi) (Ochovi, Navarra, dióc. Pamplona, 6-VIII-1872 + Puzol, Valencia, 22-VIII-1936).

CAUSA DE LA DIÓCESIS DE LÉRIDA

(Decreto del 18 de diciembre de 2000)

233. Beato Francisco de Paula Castelló Aleu (nacido el 19-IV-1914 en Alicante, + el 29-IX-1936 en Lérida, 22 años). Miembro de la Juventud de Acción Católica de Cataluña.

Nació el 19 de abril de 1914 en Alicante, donde su familia origen catalán se encontraba por motivos de trabajo del padre. Fallecido éste, su madre con los tres hijos pequeños, dos niñas y Francisco de Paula, recién nacido, retornan a Lleida (Cataluña).

Francisco realizó sus estudios en las Escuelas de los Hermanos Maristas y concluyó los estudios superiores técnicos en el Colegio «Instituto Químico» de los Padres Jesuitas en Barcelona. Estudiante Universitario en Oviedo (Asturias) participó en las obras apostólicas de los Padres Jesuitas y especialmente en la Federación de Jóvenes Cristianos de Cataluña (Franja de la Acción Católica Española). Concluido sus estudios de Licenciado en Ciencias Químicas trabajó en el Complejo Químico « Cross » de Lleida e inicio su noviazgo con la Srta. María Pelegrí.

Llamado a cumplir el Servicio militar, como soldado de cuota, se encontró en medio de los acontecimientos del 19 de julio de 1936. Encarcelado en la noche del 21 al 22 de julio por los milicianos republicanos, el 29 de septiembre fue sometido a juicio ante el Tribunal popular, donde afirmó con voz clara y precisa su condición de católico: «Lo referente al delito de ser católico, dijo, soy muy a gusto delincuente, y si mil vidas tuviera que dárselas a Dios, mil vidas le daría; así que no hace falta que me defienda».

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Homilia de san Juan Pablo II en la misa de beatificación.

Amados hermanos y hermanas:

1. «El Señor Jesucristo transformará nuestra condición humilde, según el modelo de su condición gloriosa» (Flp 3,21). Estas palabras de San Pablo que hemos escuchado en la segunda lectura de la liturgia de hoy, nos recuerdan que nuestra verdadera patria está en el cielo y que Jesús transfigurará nuestro cuerpo mortal en un cuerpo glorioso como el suyo. El Apóstol comenta así el misterio de la Transfiguración del Señor que la Iglesia proclama en este segundo domingo de Cuaresma. En efecto, Jesús quiso dar un signo y una profecía de su Resurrección gloriosa, en la cual nosotros estamos llamados también a participar. Lo que se ha realizado en Jesús, nuestra Cabeza, tiene que completarse también en nosotros, que somos su Cuerpo.

Éste es un gran misterio para la vida de la Iglesia, pues no se ha de pensar que la transfiguración se producirá sólo en el más allá, después de la muerte. La vida de los santos y el testimonio de los mártires nos enseñan que, si la transfiguración del cuerpo ocurrirá al final de los tiempos con la resurrección de la carne, la del corazón tiene lugar ya ahora en esta tierra, con la ayuda de la gracia.

Podemos preguntarnos: ¿Cómo son los hombres y mujeres «transfigurados»? La respuesta es muy hermosa: Son los que siguen a Cristo en su vida y en su muerte, se inspiran en Él y se dejan inundar por la gracia que Él nos da; son aquéllos cuyo alimento es cumplir la voluntad del Padre; los que se dejan llevar por el Espíritu; los que nada anteponen al Reino de Cristo; los que aman a los demás hasta derramar su sangre por ellos; los que están dispuestos a darlo todo sin exigir nada a cambio; los que -en pocas palabras- viven amando y mueren perdonando.

2. Así vivieron y murieron José Aparicio Sanz y sus doscientos treinta y dos compañeros, asesinados durante la terrible persecución religiosa que azotó España en los años treinta del siglo pasado. Eran hombres y mujeres de todas las edades y condiciones: sacerdotes diocesanos, religiosos, religiosas, padres y madres de familia, jóvenes laicos. Fueron asesinados por ser cristianos, por su fe en Cristo, por ser miembros activos de la Iglesia. Todos ellos, según consta en los procesos canónicos para su declaración como mártires, antes de morir perdonaron de corazón a sus verdugos.

La lista de los que hoy suben a la gloria de los altares por haber confesado su fe y dado su vida por ella es numerosa. Hay treinta y ocho sacerdotes de la Archidiócesis de Valencia, junto con un numeroso grupo de hombres y mujeres de la Acción Católica también de Valencia; dieciocho dominicos y dos sacerdotes de la Archidiócesis de Zaragoza; cuatro Frailes Menores Franciscanos y seis Frailes Menores Franciscanos Conventuales; trece Frailes Menores Capuchinos, con cuatro Religiosas Capuchinas y una Agustina Descalza; once Jesuitas con un joven laico; treinta y dos Salesianos y dos Hijas de María Auxiliadora; diecinueve Terciarios Capuchinos con una cooperadora laica; un sacerdote dehoniano; el Capellán de Colegio La Salle de la Bonanova, de Barcelona, con cinco Hermanos de las Escuelas Cristianas; veinticuatro Carmelitas de la Caridad; una Religiosa Servita; seis Religiosas Escolapias con dos cooperadoras laicas provenientes éstas últimas del Uruguay y primeras beatas de ese País latinoamericano; dos Hermanitas de los Ancianos Desamparados; tres Terciarias Capuchinas de Nuestra Señora de los Dolores; una Misionera Claretiana; y, en fin, el joven Francisco Castelló i Aleu, de la Acción Católica de Lleida.

Los testimonios que nos han llegado hablan de personas honestas y ejemplares, cuyo martirio selló unas vidas entretejidas por el trabajo, la oración y el compromiso religioso en sus familias, parroquias y congregaciones religiosas. Muchos de ellos gozaban ya en vida de fama de santidad entre sus paisanos. Se puede decir que su conducta ejemplar fue como una preparación para esa confesión suprema de la fe que es el martirio.

¿Cómo no conmovernos profundamente al escuchar los relatos de su martirio? La anciana María Teresa Ferragud fue arrestada a los ochenta y tres años de edad junto con sus cuatro hijas religiosas contemplativas. El 25 de octubre de 1936, fiesta de Cristo Rey, pidió acompañar a sus hijas al martirio y ser ejecutada en último lugar para poder así alentarlas a morir por la fe. Su muerte impresionó tanto a sus verdugos que exclamaron: «Esta es una verdadera santa». No menos edificante fue el testimonio de los demás mártires, como el joven Francisco Alacreu, de veintidós años, químico de profesión y miembro de la Acción Católica, que consciente de la gravedad del momento no quiso esconderse, sino ofrecer su juventud en sacrificio de amor a Dios y a los hermanos, dejándonos tres cartas, ejemplo de fortaleza, generosidad, serenidad y alegría, escritas instantes antes de morir, a sus hermanas, a su director espiritual y a quien fuera su novia. O también el neosacerdote Germán Gozalbo, de veintitrés años, que fue fusilado sólo dos meses después de haber celebrado su Primera Misa, después de sufrir un sinfín de humillaciones y malos tratos.

3. ¡Cuántos ejemplos de serenidad y esperanza cristiana! Todos estos nuevos Beatos y muchos otros mártires anónimos pagaron con su sangre el odio a la fe y a la Iglesia desatado con la persecución religiosa y el estallido de la guerra civil, esa gran tragedia vivida en España durante el siglo XX. En aquellos años terribles muchos sacerdotes, religiosos y laicos fueron asesinados sencillamente por ser miembros activos de la Iglesia. Los nuevos beatos que hoy suben a los altares no estuvieron implicados en luchas políticas o ideológicas, ni quisieron entrar en ellas. Bien lo sabéis muchos de vosotros que sois familiares suyos y hoy participáis con gran alegría en esta beatificación. Ellos murieron únicamente por motivos religiosos. Ahora, con esta solemne proclamación de martirio, la Iglesia quiere reconocer en aquellos hombres y mujeres un ejemplo de valentía y constancia en la fe, auxiliados por la gracia de Dios. Son para nosotros modelo de coherencia con la verdad profesada, a la vez que honran al noble pueblo español y a la Iglesia.

¡Que su recuerdo bendito aleje para siempre del suelo español cualquier forma de violencia, odio y resentimiento! Que todos, y especialmente los jóvenes, puedan experimentar la bendición de la paz en libertad: ¡Paz siempre, paz con todos y para todos!

4. Queridos hermanos, en diversas ocasiones he recordado la necesidad de custodiar la memoria de los mártires. Su testimonio no debe ser olvidado. Ellos son la prueba más elocuente de la verdad de la fe, que sabe dar un rostro humano incluso a la muerte más violenta y manifiesta su belleza aun en medio de atroces padecimientos. Es preciso que las Iglesias particulares hagan todo lo posible por no perder el recuerdo de quienes han sufrido el martirio.

Al inicio del tercer milenio, la Iglesia que camina en España está llamada a vivir una nueva primavera de cristianismo, pues ha sido bañada y fecundada con la sangre de tantos mártires. Sanguis martyrum, semen christianorum! ¡La sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos! (Tertuliano, Apol., 50,13: CCL 1,171). Esta expresión, acuñada durante las persecuciones de los primeros siglos, debe hoy llenar de esperanza vuestras iniciativas apostólicas y esfuerzos pastorales en la tarea, no siempre fácil, de la nueva evangelización. Contáis para ello con la ayuda inigualable de vuestros mártires. Acordaos de su valor, «fijaos en el desenlace de su vida e imitad su fe. Jesucristo es el mismo ayer y hoy y siempre» (Hb 13,7-8).

5. Deseo confiar a la intercesión de los nuevos beatos una intención que lleváis profundamente arraigada en vuestros corazones: el fin del terrorismo en España. Desde hace varias décadas estáis siendo probados por una serie horrenda de violencias y asesinatos que han causado numerosas víctimas y grandes sufrimientos. En la raíz de tan lamentables sucesos hay una lógica perversa que es preciso denunciar. El terrorismo nace del odio y a su vez lo alimenta, es radicalmente injusto e acrecienta las situaciones de injusticia, pues ofende gravemente a Dios y a la dignidad y los derechos de las personas. ¡Con el terror, el hombre siempre sale perdiendo! Ningún motivo, ninguna causa o ideología pueden justificarlo. Sólo la paz construye los pueblos. El terror es enemigo de la humanidad.

6. Amados en el Señor, también a nosotros la voz del Padre nos ha dicho hoy en el Evangelio: «Este es mi Hijo, el escogido; escuchadle» (Lc 9,35). Escuchar a Jesús es seguirlo e imitarlo. La cruz ocupa un lugar muy especial en este camino. Entre la cruz y nuestra transfiguración hay una relación directa. Hacernos semejantes a Cristo en la muerte es la vía que conduce a la resurrección de los muertos, es decir, a nuestra transformación en Él (cf. Flp 3,10-11). Ahora, al celebrar la Eucaristía, Jesús nos da su cuerpo y su sangre, para que en cierto modo podamos pregustar aquí en la tierra la situación final, cuando nuestros cuerpos mortales sean transfigurados a imagen del cuerpo glorioso de Cristo.

Que María, Reina de los mártires, nos ayude a escuchar e imitar a su Hijo. A Ella, que acompañó a su divino Hijo durante su existencia terrena y permaneció fiel a los pies de la Cruz, le pedimos que nos enseñe a ser fieles a Cristo en todo momento, sin decaer ante las dificultades; nos conceda la misma fuerza con que los mártires confesaron su fe. Al invocarla como Madre, imploro sobre todos los aquí presentes, así como sobre vuestras familias los dones de la paz, la alegría y la esperanza firme.

Domingo 11 de marzo de 2001


50 Preguntas a la enseñanza de la Religión Católica en la escuela (V)

50 Preguntas a la enseñanza de la Religión Católica en la escuela (V)

41.- ¿Qué razones tienen los padres para escoger la clase de religión católica para sus hijos?

Los padres no suelen formular sus razones con un discurso académico o intelectual, pero sí saben por qué optan cada año por esta enseñanza.

Saben que sus hijos están influenciados por unos contravalores que pueden crearles actitudes que ellos no desean que adquieran. Saben que la religión católica ha sido generadora de una cultura de respeto, dignidad de la

persona, derechos humanos, amor a los pobres, sensibilidad ante el dolor y la necesidad, entrega a Dios y a los hermanos más necesitados y, sobre todo, saben que sus hijos necesitan el amor del Padre Dios, el perdón y la salvación de su Hijo y la fuerza del Espíritu para vencer el mal, el pecado y la muer¬te. Saben que sus hijos necesitan respuestas a sus grandes preguntas y no sólo un discurso nuevamente racional, sino un mensaje de salvación eterna.


42.- ¿Para qué sirve la clase de religión?

Ésta es una pregunta acerca de la utilidad, que interroga sobre la eficacia, como una maquina que sirve para lo que ha sido hecha. No es eficaz la religión para construir equipamientos, ni aumentar el nivel de vida material, ni para consumir más. La religión eleva las potencialidades del ser humano para ser más humano, dándole, incluso la posibilidad de ser hijo de Dios e identificarse con Él.

La religión hace posible que el ser humano se conozca a sí mismo, pues es Dios en Jesucristo quien revela su identidad: ser creado para amar y llamado a la vida eterna.


43.- La Iglesia tiene muchos medios para predicar su evangelio y la escuela es el lugar donde se transmite la cultura académicamente. ¿No sería lógico dejar la escuela para la cultura y la religión para la parroquia?

Esta opinión denota un tipo de concepción de la cultura. A veces, hay quienes la conciben como un conjunto de saberes de cosas, hechos, personas, como un aprendizaje para el ejercicio de una profesión. La escuela no sólo ha de centrarse en el saber, también en el ser de la persona, el desarrollo de todas sus capacidades. En la escuela se han de fomentar no sólo la memoria, la inteligencia y las habilidades personales, también la sensibilidad ante los demás, los valores, el espíritu que eleva las aspiraciones del hombre, la voluntad para construir un mundo mejor, la búsqueda de sentido, de la verdad, la relación con Dios que le hace hijo, eleva su dignidad, fundamenta su relación fraterna con los otros y afianza su esperanza en el sentido último de su vida.


44.- ¿Hay alguna diferencia entre las clases de religión en la escuela católica y en la escuela pública?

Tanto en la escuela católica como en la escuela pública, la clase de religión católica es la misma y se imparte con las mismas condiciones académicas. Sin embargo, en la escuela católica no hay obligación de proponer la posibilidad de que los alumnos escojan otra enseñanza diferente a la religión católica, puesto que la opción que libremente hacen los padres de que sus hijos sean educados en un colegio católico lleva incluido, implícitamente, la enseñanza de la religión católica. Sería una contradicción que unos padres pidan la educación católica en un centro confesional y no quisieran que su hijo recibiera enseñanza religiosa. En este mismo sentido ya se pronunció el Tribunal Constitucional.


45.- ¿Por qué algunos pretenden que /a escuela sea laicista excluyendo de ella a la enseñanza de la religión?

«Con frecuencia se invoca el principio de laicidad, en sí legítimo si se concibe como distinción entre la comunidad política y las religiones (Gaudium et spes, ns 36). Pero distinción no significa ignorancia. La laicidad no es laicismo. Es el mero respeto de todas las creencias por parte del Estado que asegura el libre ejercicio de las actividades cultuales, espirituales, culturales y caritativas de las comunidades de creyentes. En una sociedad pluralista, la laicidad es un vínculo de comunicación entre las diferentes tradiciones espi¬rituales y la nación. Un diálogo sano entre el Estado y las Iglesias puede indudablemente fomentar el desarrollo integral de la persona y la armonía de la sociedad».

Sin embargo, esta concepción laica, a veces, se confunde y deriva hacia un laicismo que pretende excluir de la formación del alumno las aportaciones religiosas. Semejante concepción lleva implícita una opción, el vacío religioso, una determinada visión del hombre excluyente de cualquier otra. En tal caso, la libertad de enseñanza y el derecho de los padres quedan vulnerados.


46.- ¿Por qué ciertos sectores de la sociedad se oponen con diferentes opiniones a que la clase de religión esté en la escuela con todos los derechos, como otra área más?

Unos consideran que la enseñanza de la religión debe ser reducida a los ámbitos propios de las distintas confesiones religiosas.

Otros consideran que lo que se debe dar en la escuela pública son sólo los elementos culturales de la religión: costumbres, fiestas, lenguaje, objetos religiosos, pintura y escultura religiosa, etc.

Otros entienden que la enseñanza religiosa es un saber como los demás que forman parte de la cultura y que fomenta las capacidades del individuo que debe desarrollar la escuela. Todas las capacidades, es decir, la capacidad intelectual, afectiva, de relación, de interacción social, la capacidad espiritual y la trascendente. Si no se desarrolla esta última como cualquier otra capacidad del alumno, entonces no se puede dar una formación plena o integral.

Algunos piensan que en la escuela pública no debe haber ninguna enseñanza confesional porque nuestro Estado es laico y no cabe en la escuela pública confesión religiosa alguna. Pero conviene advertir que no es lo mismo laico que laicista. El laicismo es excluyente de toda confesión religiosa.

Todas las posturas negativas hacia la enseñanza de la religión, y de la religión católica en particular, se olvidan de que la formación religiosa y moral de los alumnos es un derecho de los padres y no del Estado; no es competencia de éste decidir qué tipo de formación religiosa o moral deba darse a los estudiantes.

Tampoco ciertos grupos minoritarios, por mucha fuerza mediática que reciban, tienen derecho a exigir la imposición de sus posturas contra la opinión y derecho de los padres.


47.- ¿Por qué en la prensa tiene tanto eco lo que concierne a la clase de religión y sus profesores?

Es noticia periódica seguramente por muchas razones. Entre otras, porque en los litigios sobre la clase de religión y sus profesores confluyen en la palestra las distintas opciones políticas, sociales y religiosas, sus modos de entender la relación con la Iglesia Católica, mayoritaria en España, ya que el 92’54 por ciento de los españoles se declara católico.

Los distintos grupos sociales, especialmente aquellos que tienen mayor influencia y poder político, social, económico y mediático, así lo expresan.

Por ello, cualquier noticia sobre la vida de la Iglesia, ya sea en educación, como en otros aspectos que suscitan el debate social, suelen tener relevancia en el tratamiento mediático. Cada vez más, los católicos españoles sabemos percibir el sentido inducido de tales intervenciones.


48.- Y si no hubiera clase de religión, ¿qué pasaría?

En principio, se privaría a los alumnos de una oportunidad para desarrollar sus facultades y capacidades básicas, las cuales quedarían adormecidas en edades fundamentales para el crecimiento personal.

Se vulneraría el derecho de los padres a la formación religiosa y moral de sus hijos, derecho consagrado en la Constitución española, artículo 27.3 y reconocido en las distintas leyes de desarrollo y en los Tratados Internacionales ratificados por España. En concreto, se conculcaría la Constitución Española en su artículo 27.3., 16 y 96; también la Ley Orgánica de libertad religiosa de 5-7- 80; el Acuerdo entre la Santa Sede y el Estado español de 3 de Enero de 1979; el «Pacto Internacional de derechos civiles políticos» (ONU, 16-12-66); el «Pacto internacional de derechos económicos, sociales y culturales» (BOE. 30-4-77), así como, la «Convención Europea para la salvaguarda de los derechos del Hombre y de las libertades fundamentales». Protocolo Adicional ns 1 ratificado por España el 8-10-79. En todos ellos, entre otros, se reconoce el derecho de los padres a que sus hijos reciban en la escuela la formación religiosa y moral que responda a sus convicciones.


49.- ¿Es una obligación de los católicos escoger la clase de religión católica?

Es un derecho que los padres y alumnos deben exigir que se pueda ejercer en la escuela. A su vez, esta enseñanza es básica para que el cristiano adquiera convenientemente la formación propia y para que conozca las raíces profundas de la fe, y la fuerza de la misma en diálogo con los demás saberes que se presentan en la escuela.


50.- Los padres, profesores y alumnos, ¿podrían hacer algo para mejorar la clase de religión?

Los padres, profesores y alumnos pueden hacer mucho por la clase de religión. No es una cuestión de responsabilidad única de los obispos, sino de responsabilidad de todos los implicados en un derecho fundamental. El dere¬cho a la educación de los hijos es de los padres, que depositan su confianza en la Iglesia y que ésta, a su vez, la ha depositado en los profesores. Es necesario defender este derecho y sus garantías constitucionales. Los padres exigiendo su verdadero cumplimiento; los profesores manteniendo su dignidad y servicio educativo con su trabajo diario en un mayor esfuerzo por mejorar la calidad de su docencia; y los alumnos estudiando con interés especial esta asignatura, cuya enseñanza es la más indicada en el servicio al crecimiento interior de la persona. El aprender a ser, no sólo aprender a hacer o aprender a estudiar sino, sobre todo, aprender a ser persona solidaria, sacrificada por este mundo, fraterna, justa, pacífica y entregada a la mejora de la humanidad que Dios nos ha confiado.

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50 Preguntas a la enseñanza de la Religión Católica en la escuela

INTERROGANTES EN TORNO A LA PRESENCIA DE LA ENSEÑANZA RELIGIOSA EN LA ESCUELA.

Presentación

Preguntas 01-10

Preguntas 11-20

Preguntas 21-30

Preguntas 31-40

Preguntas 41-50

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Documento completo en formato pdf en el portal web de la Diócesis de Canarias

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50 Preguntas a la enseñanza de la Religión Católica en la escuela (V)

50 Preguntas a la enseñanza de la Religión Católica en la escuela (IV)

31.- ¿Por qué a un profesor de religión no se le renueva la propuesta anual basándose, no en una infracción académica, sino en un hecho de vida que no es consecuente con la doctrina y moral católica que enseña en sus clases?

Hay que tener en cuenta que el profesor de religión no es sólo un profesional competente en cuanto que posee los conocimientos adecuados y sabe enseñarlos. En esta asignatura lo que se enseña es en nombre de una institución que le envía para transmitir fielmente lo que ella cree y vive. Por ello, es un acto de confianza en favor de una persona concreta y de la cual la Iglesia se fía de que va a impartir, no sus saberes individuales, sino los saberes y vida de la Iglesia Católica en cuyo nombre enseña. Por ello, se exige además de un conocimiento sobre esta materia, una identificación con lo que se imparte y una sintonía con quien le envía, la Iglesia. Una vida acorde con lo que enseña.

No es la enseñanza de la religión católica una formación aséptica como puede ser la de las matemáticas, aunque en toda enseñanza está implicado el profesor con su propia vida. En éste más que en otros, su autoridad depende mucho de su identificación con lo que enseña.

La enseñanza de la religión católica es transmisión de conocimientos, pero también es transmisión de una vida que el mismo Señor ha entregado a la Iglesia, su Cuerpo, como salvación para todos los que crean en Él.

La Iglesia Católica está firmemente convencida de que las personas idóneas para impartir la enseñanza de la religión católica no sólo han de ser fieles a su doctrina de un modo teórico, sino que deben manifestar una coherencia de vida que no entre en contradicción con ella, máxime en actuacio¬nes que; en contra de lo que a veces se dice, tienen una dimensión jurídica y social pública.


32.- ¿Por qué todos los cursos en Septiembre el profesor de religión tiene que firmar un nuevo contrato por un año?

En el profesor de religión confluyen distintos elementos básicos que es necesario conjugar y coordinar:

En primer lugar, la Iglesia propone a los profesores ¡dóneos que van a impartir la enseñanza de la religión católica y lo hace para cada curso escolar, según está establecido en el Acuerdo entre el Estado español y la Santa Sede de tres de Enero de 1979. Esto es así porque el Obispo que propone tiene también el derecho de poder dejar sin efecto la propuesta, si el profesor deja de reunir las condiciones de idoneidad por las que fue propuesto. Se trata de salvaguardar el derecho de los padres a que sus hijos reciban la formación religiosa que han elegido con todas las garantías posibles.

En segundo lugar, está el Estado que es quien contrata al profesor para enseñar en un colegio público. Los profesores de religión no son funcionarios porque no han accedido a esta tarea por los cauces por los que se accede a la función pública. Tienen un contrato laboral de naturaleza especial, con una relación no administrativa sino laboral, porque así lo establecieron varias sentencias del Tribunal Supremo. Esta relación especial obliga a que el profesor tenga que renovar su contrato con la Administración del Estado cada curso. En la práctica, raramente el profesor de religión es separado de sus clases. Un 67 por ciento de los profesores de religión Católica llevan más de 15 años dando clases de religión.

La asignatura de religión católica está sujeta a una especie de plebiscito anual. Es una enseñanza opcional que depende de la libre elección de los padres. Por ello, el número de alumnos que van a clase de religión fluctúa según circunstancias.

Cualquier modificación del estatuto jurídico actual del profesor de religión católica tendría que respetar el ejercicio de la «missio canónica» en la propuesta y la posibilidad de retirarla en el momento en el que las condiciones de idoneidad por las que el profesor fue propuesto desaparezcan o cambien sustancialmente.


33.- ¿De quién depende que los profesores de religión tengan un contrato indefinido que les dé estabilidad en el empleo?

Los contratos son competencia de la Administración Educativa que es quien designa a los profesores en sus propias escuelas, la escuela pública. La relación laboral de los profesores es con el Estado. La Iglesia prepara a los profesores y los propone ante la Administración, que es quien firma el contrato con el profesor.

Para que se logre un contrato indefinido entre el profesor y la Administración del Estado deben de conjugarse esos tres elementos de los que antes hemos hablado: Primero, el derecho de la jerarquía eclesiástica a proponer los profesores ¡dóneos y a suspender dicha propuesta cuando cambien las condiciones por las que fue propuesto; segundo, la aspiración legítima de los profesores de religión a tener un contrato que les dé mayor estabilidad; y, tercero, las dificultades de la Administración para asumir los posibles profesores cesantes en una materia como ésta, sujeta anualmente a la libre opción de los padres.

La Iglesia no se opone a mejorar la situación laboral de los profesores de religión, incluida la duración del contrato siempre que quede garantizado el derecho del Obispo a proponer al profesor idóneo y, en su caso, a dejar sin efecto dicha propuesta.


34.- ¿Tienen en otras naciones esta misma legislación para sus profesores de religión?

La legislación sobre profesores de religión varía según los casos, dependiendo del tratamiento jurídico que se dé a la enseñanza de la religión. En todas las naciones en las que se imparte la enseñanza de la religión ateniéndose a las distintas confesiones religiosas, la jerarquía eclesiástica mantiene sus derechos de propuesta y suspensión de la misma cuando el profesor deja de reunir las condiciones de idoneidad por las que fue propuesto.

Las mayores diferencias estriban en el tratamiento laboral que las distintas administraciones educativas dan al profesor de religión. Alemania y Austria los consideran funcionarios y cuando la jerarquía suspende la propuesta del profesor,

el Estado tiene que asumir a éstos con otras funciones. Italia está en trámites de reconocer un estatuto parecido al de Alemania para sus profesores de religión.

El resto de los países que presentan a los padres la posibilidad de escoger entre una u otra formación religiosa según sus convicciones, tienen estatutos jurídicos similares al de España.


35.- ¿Se les paga lo mismo a los profesores de religión que a otros profesores de otras áreas?

Los profesores de religión están equiparados a los profesores interinos, por ello, reciben la misma remuneración que éstos.

No reciben la misma remuneración que los funcionarios. Carecen de algunas compensaciones e incentivos debido básicamente a su contrato firmado por un año, según la ley actual.


36.- ¿Cuántos son los profesores que actualmente dan clases de religión católica en España?

En la enseñanza pública imparten clases de religión cerca de 14.000 profesores.

En la enseñanza concertada católica o de inspiración cristiana cada profesor en Educación Infantil y Primaria imparte clases de religión a los alumnos de su curso, como una materia más; por ello, en la práctica, todos los profesores de la Escuela Católica en Educación Infantil y Primaria imparten clase de religión católica semanal a sus alumnos. En Educación Secundaria imparten clases de religión católica cerca de 2500 profesores.


37.- ¿Pueden los profesores de religión ser tutores y ocupar cargos directivos en los colegios públicos?

Los profesores de religión católica son miembros del claustro del centro a todos los efectos, por ello, pueden ocupar todos los cargos de responsabilidad como cualquier profesor, menos aquellos que por ley están reserva-

dos a los profesores funcionarios con un mínimo tiempo de permanencia en el centro. Estos cargos son los de: Director del centro, Jefe de estudios y Secretario de estudios. Pueden ser tutores y de hecho lo son, y pueden así mismo ocupar otros cargos de responsabilidad y servicio a la comunidad educativa.


38.- ¿Qué es lo que mueve a los profesores a dar clases de religión?

Es posible que sean muy variadas las motivaciones por las que el profesor de religión se ofrece a impartir estas clases. Cualquiera podría decir que, quizá, les impulse la necesidad de trabajar; otros, puede ser su motivación el servicio a la Iglesia y a la Educación. Otros, su sentido de fe que les impulsa a evangelizar en la escuela. Podría, incluso, admitirse que algunos están simplemente porque no han encontrado otro trabajo y esperan hasta alcanzarlo.

En honor a la verdad, el 41 por ciento de los profesores actuales accedieron a esta enseñanza en una época en la que su remuneración era insignificante y sin seguridad social. Lo que recibían se consideraba sencillamente como una gratificación por su servicio a la educación. No podía ser considerado un sueldo ni su motivación podía ser económica; sólo el sentido de servicio a su fe y a la Iglesia pudo ser su motivación real y comprensible en las circunstancias en las que accedieron a esta enseñanza.


39.- ¿Cuántos sacerdotes, religiosos o religiosas dan clases de religión en la escuela pública?

En la Escuela Pública el 13 por ciento de los profesores de religión son sacerdotes o religiosos/as.

En Educación Secundaria, el 21 por ciento son sacerdotes o religiosos.

Los sacerdotes y religiosos o religiosas están impartiendo clases de religión católica en su gran mayoría en zonas rurales.


INTERROGANTES EN TORNO A LOS PADRES CON HIJOS EN LA ESCUELA.

40.- Algunos afirman que cada vez se cree menos y, según los datos, el número de padres que escoge religión católica para sus hijos se mantiene sustancialmente. ¿Cómo se explica esto?

Según algunas estadísticas parece ser que los creyentes practicantes disminuyen. Sin embargo, los resultados de estas estadísticas no guardan estricta relación con la realidad de alumnos que eligen cada curso escolar la enseñanza religiosa católica en España. En los 12 últimos años las variaciones han sido mínimas y el porcentaje de la opción por la enseñanza religiosa se mantiene cada curso. Por ejemplo, en el curso 2002-2003 en la Educación Primaria los padres que eligieron la enseñanza religiosa católica fueron el 83% en la Escuela Pública, y el 98% en la Escuela Católica. El porcentaje baja en la Educación Secundaria por otras razones académicas: los que no eligen religión católica, o no tienen durante ese tiempo otra actividad académica, o tienen repaso de otras asignaturas.

También en este caso las motivaciones de los padres pueden recibir distintas interpretaciones, pero la verdad es que los padres confían en la enseñanza religiosa católica, esperan mucho de ella y desean que sus hijos reciban esta formación.

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50 Preguntas a la enseñanza de la Religión Católica en la escuela

INTERROGANTES EN TORNO A LA PRESENCIA DE LA ENSEÑANZA RELIGIOSA EN LA ESCUELA.

Presentación

Preguntas 01-10

Preguntas 11-20

Preguntas 21-30

Preguntas 31-40

Preguntas 41-50

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50 Preguntas a la enseñanza de la Religión Católica en la escuela (V)

50 Preguntas a la enseñanza de la Religión Católica en la escuela (III)

21.- ¿Controlan los obispos si las clases de religión son como deben ser?

Los obispos, a través de sus delegados diocesanos de enseñanza, poseen algunos medios de control de la calidad de la enseñanza religiosa católica. Estos controles vienen dados con ocasión de la propuesta de profesores idóneos que realiza cada delegado diocesano de enseñanza en su diócesis. A su vez, la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis vela para que todos los libros de texto que acceden a la escuela respondan al currículo establecido por la Conferencia Episcopal Española.

El control periódico de su desarrollo en la clase es más dificultoso por la carencia de medios y legislación. Sin embargo, esta enseñanza recibe continuamente un autocontrol de los mismos profesores sobre su buen hacer en la escuela, de los mismos alumnos, hoy más exigentes de autenticidad e idoneidad en el quehacer escolar y, sobre todo, de los padres responsables de la formación religiosa y moral de sus hijos.


22.- Si un alumno suspende en Secundaria más de dos asignaturas, aunque una de ellas sea religión, no pasa al curso siguiente, ¿no es esto darle demasiada importancia a la religión?

La enseñanza de la religión católica debe ser equiparable a cualquier materia, puesto que colabora a la formación integral del alumno, por lo menos como las demás, y en un terreno específico. Por ello, el hecho de que esta enseñanza cuente para pasar de un curso a otro no es más que darle la misma importancia que tienen otras enseñanzas.

Con la propuesta de que la religión no cuente para pasar de un curso a otro se presupone que no aporta saberes importantes para los alumnos como otras áreas, o que esta enseñanza no es seria a la hora de evaluar, o bien, que es una acción de buena voluntad de la Iglesia, pero no académicamente relevante. En el fondo son imputaciones a la enseñanza religiosa católica que no tienen fundamento, pues esta materia está impartida por profesores titulados como los demás, preparados científicamente como todos,

con los instrumentos pedagógicos equiparables a los de cualquier área y con los métodos de evaluación precisos y claros como se entienden en todas las asignaturas. Su currículo está publicado en el B.O.E. y puede ser contrastado académicamente con cualquier materia.

Paralelamente, la enseñanza de la religión islámica, evangelista y judía cuentan también para pasar de un curso a otro, en cuanto que se imparta y se atenga a las leyes del Estado en lo que se refiere a la configuración de la enseñanza en la escuela. Es una enseñanza como las demás y debe contar para pasar de un curso a otro como el resto de las enseñanzas, para los alumnos que la elijan.


23.- ¿Cuenta la nota de religión para la nota media en el Bachillerato?

Sí, cuenta como nota que es de una asignatura évaluable, sistemáticamente expuesta y con aportaciones equiparables a cualquier materia en la configuración de la formación integral del alumno.

Sin embargo, según el Real Decreto de 14 de Diciembre de 1994 en el bachillerato las notas de religión no serán tenidas en cuenta para el acceso a la Universidad, ni para la obtención de becas y ayudas al estudio.


INTERROGANTES EN TORNO AL PROFESOR B . DE RELIGIÓN CATÓLICA.

24.- ¿Qué es lo que identifica a un profesor de religión?

El profesor de religión es una persona preparada académicamente con una titulación igual o equivalente a la del resto de los profesores, con un estudio de la teología y didáctica de la religión católica adecuado a la etapa en la que va a impartir las clases y con una misión canónica que el Obispo de la diócesis le otorga, por la cual el profesor participa en el ejercicio de la potestad de la Iglesia que tiene de enseñar la doctrina católica. Dicha misión canónica supone un acto de confianza del obispo en el profesor creyente católico cuya vida es consecuente con la fe que profesa y que va a enseñar en sintonía con su pastor, en sintonía con la Iglesia a la que pertenece y en sintonía con el Evangelio, teniendo en cuenta la edad de los alumnos, el ámbito escolar y las circunstancias sociales y culturales de su entorno.


25.- ¿Por qué la Iglesia propone a los profesores de religión católica y después los nombra y paga el Estado?

La Iglesia Católica, o bien, otra institución según la confesión religiosa de que se trate, es la única competente para determinar cuál es el profesor idóneo para impartir su enseñanza. El Estado, a su vez, es quien puede nombrar a los profesores en la escuela pública, ya que los colegios públicos son del Estado y él es el que posee las competencias de nombramiento de profesores en la escuela pública.

Son dos competencias que deben de hacerse compatibles, pues el Estado está obligado a impartir en sus colegios la enseñanza religiosa que demanden los padres y a su vez él no puede establecer quiénes puedan ser ¡dóneos para impartirla por ser esta materia competencia de las distintas confesiones.

Para garantizar este derecho de los padres, el Estado solicita a la Iglesia los profesores necesarios para que esta enseñanza se imparta en sus colegios. Es el Estado quien debe pagar este servicio como lo hace con cualquier enseñanza que se imparte en los centros públicos.


26.- ¿Qué títulos se exigen al profesor para dar clases de religión?

Al profesor de religión católica se le exige una titulación, al menos, igual o equivalente al resto de profesores de otras materias, más una especialización didáctica de la religión que supone 180 horas lectivas para Educación Primaria. En Educación Secundaria es necesaria una licenciatura, ya sea

civil, a la cual es necesario añadir una Diplomatura en Ciencias Religiosas, como mínimo, ya sea en Teología o Ciencias Religiosas. En todo caso, deben cursarse 180 horas de didáctica de la religión, si no la hubieran estudiado en su carrera.


27.- ¿No es muy escaso el número de horas lectivas que deben cursar los profesores para dar clases de religión?

En Educación Primaria son muy escasas las 180 horas lectivas para preparar a un profesor de religión católica. Esta carga lectiva es la que se asigna en las escuelas universitarias de Magisterio a las asignaturas optativas que después impartirán los maestros.

La Conferencia Episcopal Española, consciente de este problema, recomienda a los profesores que reciban, además, 120 horas lectivas programadas por la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis como formación complementaria y permanente de los profesores. La gran mayoría de los profesores está siguiendo estos cursos.


28.- ¿Dónde estudian la religión que van a enseñar a sus alumnos?

Los estudiantes de Magisterio suelen cursar esta especialidad en su carrera mediante la asignatura optativa «Doctrina Católica y su Pedagogía». Los maestros que no hayan cursado esta materia en su carrera podrán hacerlo en cualquiera de las Facultades de Teología de la Iglesia Católica o en los Institutos Superiores de Ciencias Religiosas, o bien, en algunas Instituciones religiosas que posean estos cursos avalados por la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis.

Los 18 créditos de pedagogía religiosa necesarios para la Educación Secundaria pueden ser recibidos en las mismas instituciones mencionadas. La licenciatura en Ciencias religiosas se puede cursar en los Institutos de Ciencias Religiosas.


29.- ¿Qué es lo que un profesor de religión sabe más que otros en esta materia religiosa?

Un profesor de religión se supone que debe ser un especialista en la enseñanza de la religión católica. No sólo debe saber más de teología católica y poseer una síntesis orgánica y razonada de ella, sino también debe saber enseñarla, es decir, debe poseer los mínimos instrumentos y destrezas propios de la pedagogía y la didáctica específica de la doctrina católica. Y, sobre todo, debe saber lo que la Iglesia pretende enseñar en la escuela mediante el conocimiento del currículo de religión católica y su desarrollo en el aula.


30.- ¿Qué es y qué significa la DEI, de la que tanto hablan los profesores de religión?

DEI significa «Declaración Eclesiástica de Idoneidad». Es una declaración oficial de la Conferencia Episcopal Española sobre la Idoneidad académica de los profesores de religión católica. Se concede a todos los profesores católicos que posean las titulaciones y cursos exigidos por la Conferencia Episcopal Española para este fin.

Esta declaración es un requisito básico para dar clases de religión católica, pero no es el único ni constituye un derecho que obligue al Ordinario diocesano a proporcionar clases a todo aquel que posea dicha declaración de Idoneidad.

Una vez adquirida esta Declaración Eclesiástica de Idoneidad académica, el Ordinario Diocesano es quien debe examinar las titulaciones, cursos, circunstancias religiosas y demás peculiaridades de cada candidato a la docencia que le ayuden a discernir cuál es el profesor, entre aquellos que poseen la idoneidad académica, que debe proponer a la Administración para impartir clases en un colegio determinado y para unos alumnos concretos.

El profesor elegido recibe la Misión Canónica de enseñar en nombre de la Iglesia que le envía y respalda. Ello no es asimilable a una habilitación, como constatación de que reúne los requisitos de competencia profesional, sino a una relación singularizada que incluye un destino determinado.

Supone la atribución al profesor de una participación en el ejercicio de la potestad de la Iglesia de enseñar su doctrina.

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50 Preguntas a la enseñanza de la Religión Católica en la escuela

INTERROGANTES EN TORNO A LA PRESENCIA DE LA ENSEÑANZA RELIGIOSA EN LA ESCUELA.

Presentación

Preguntas 01-10

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50 Preguntas a la enseñanza de la Religión Católica en la escuela (V)

50 Preguntas a la enseñanza de la Religión Católica en la escuela (II)

11.- En esta regulación de la formación religiosa en la escuela ¿qué aspectos son más negativos para el normal desarrollo de esta enseñanza?

Hay dos aspectos de este R. D. que son muy negativos para la enseñanza de la religión católica:

El primero se refiere a la alternativa propuesta. Mientras que los alumnos de religión estudian una materia seria en sus contenidos, evaluable en las etapas obligatorias y con un contenido digno de ser tenido en cuenta; los alumnos que no eligen religión tienen actividades de estudio sin evaluación alguna. Los contenidos de estas actividades no son comparables a los de la religión. El resultado es que muchos alumnos mayores toman esta opción en la que pueden repasar otras materias o estudiar lo que quieran, en muchos casos.

El segundo aspecto negativo es la evaluación de la religión en el bachillerato, cuyas notas no son tenidas en cuenta para el acceso a la universidad ni para becas y ayudas. Por tanto, no se valora la enseñanza de la religión como el estudio de otras materias.

Estos dos aspectos negativos crean una grave discriminación, por lo cual se está incumpliendo el Acuerdo firmado entre el Estado español y la Santa Sede de 3 de Enero de 1979, en el cual se determina que el hecho de recibir o no recibir esta enseñanza no debe crear discriminación alguna en la actividad escolar. Se discrimina a los alumnos de religión porque sus compañeros, que no la eligen, en el mismo horario tienen una actividad no homologable y sin ninguna exigencia de estudio académico. Se discrimina, a su vez, a los alumnos que no eligen religión porque en un horario escolar están haciendo actividades sin valor académico y sin ningún aporte curri-cular. Se les está privando en un tiempo escolar de un aprendizaje reglado y formativo.


12.- ¿Existen estas clases de religión también en otros países?

En todos los países europeos, por ejemplo Alemania, Italia, Bélgica, Portugal, etc., existen las clases de religión, en todos los cursos de la enseñanza obligatoria y equiparable a materia fundamental, con la sola excepción de Francia. En la mayoría de los países es una enseñanza evaluable, opcional, con una alternativa homologable y con profesores escogidos por las distintas confesiones religiosas, que son las que pueden garantizar que la enseñanza religiosa responda a lo que se les ha pedido.


13.- Aprender religión es aprender a ser bueno y poco más. ¿No es demasiado estudiar religión todos los años?

Todos los padres desean que la enseñanza de la religión, además de lo ya indicado, haga que sus hijos sean buenos y les enseñe los mejores valores para vivir: el respeto, la dignidad, la bondad, el perdón, el amor a los demás, el saber compartir, el amor al trabajo, el sacrificio desinteresado, la misericordia con los demás, la justicia, la honestidad… Todo ello es un trabajo educativo de mucho tiempo y de mucha profundidad. Ser bueno no es tan simple. Para ser bueno la escuela ha de dar también razones, principios y valores que fundamentan, orientan y motivan el bien y la verdad.

La educación necesita, además, ejemplos y realizaciones que inviten a los alumnos en su progreso personal.

La formación religiosa y moral católica educa en los valores más esenciales para la formación de los alumnos enraizándolos en Jesucristo, presentándolo como modelo de referencia en el que fijarse y actuar conforme a Él, aportando razones convincentes para vivir conforme a estos valores, dando pautas de comportamiento para saber aplicarlos.

Por ello, la enseñanza religiosa católica, aunque con pocas horas lectivas, debe estar en todos los cursos para que los alumnos puedan conocer, comprender y asumir los valores que nacen de la persona y vida de Jesucristo y puedan así libremente optar por ellos.


14.- ¿No sería mejor la clase de religión fuera del horario escolar, como dicen algunos?

Quienes así opinan están presuponiendo que no tiene valor para estar junto a las demás materias. Creen que la enseñanza religiosa no es necesaria para la formación integral del alumno y si no se da no pasa nada. Es decir, se la preferiría como una actividad extraescolar libre y fuera del horario escolar obligatorio.

En el fondo están diciendo que la religión no afecta a la personalidad, a la vida misma de los alumnos; que debe reducirse a la intimidad y al templo; que la vida social, moral y cultural es independiente y no influenciare por la religión. Donde esto se ha dado, ha sido grave el deterioro moral y social.

Fuera del horario escolar, la formación religiosa católica no tendría las garantías suficientes que exige la Constitución como derecho fundamental y, sobre todo, esta enseñanza no sería equiparable a una materia fundamental, por lo cual se estaría también vulnerando el Acuerdo entre el Estado español y la Santa Sede de 3 de Enero de 1979. El mismo Real Decreto de 14 de Diciembre de 1994, establece en su artículo ls que la enseñanza de la religión católica se impartirá en todas las etapas y en todos los centros en condiciones equiparables a las demás disciplinas fundamentales. Es evidente que las disciplinas fundamentales no se imparten fuera del horario escolar.


15.- ¿Por qué la Iglesia es quien establece lo que se debe aprender en la escuela sobre religión católica? ¿No sería mejor que el Estado organizara la clase de religión como hace con las demás enseñanzas?

Independientemente de que este asunto está determinado por ley, es necesario partir, de nuevo, del derecho de los padres a que sus hijos reciban la formación religiosa que responda a sus convicciones. Cuando unos padres deciden que su hijo sea formado en la religión católica, es la Iglesia Católica la única que puede garantizar que la formación religiosa que recibe su hijo es la que ha demandado. Para ello, la Iglesia Católica a través de sus obispos dispone los programas necesarios y los profesores ¡dóneos para impartir esta enseñanza. Si el Estado se arrogara esta función, entonces los padres no tendrían la seguridad de que lo que reciben sus hijos es auténtico. El Estado no es competente para establecer qué contenidos constituyen la asignatura de religión católica y así ha quedado regulado expresamente en el Acuerdo firmado con la Santa Sede de 3 de Enero de 1979.


16.- ¿No sería suficiente dar clases de cultura religiosa para que los alumnos comprendieran mejor la pintura, la escultura, las costumbres, las fiestas religiosas…?

Este tipo de enseñanza también se tiene en cuenta en la clase de religión católica, pero ésta no se limita sólo a informar sobre las fiestas, costumbres, pintura o escultura donde haya elementos religiosos y a formar culturalmente sobre ellas; además ayuda a comprender el porqué se hizo, para qué se hizo, el espíritu que animó al autor y cuál es su sentido religioso profundo. Es decir, la enseñanza de la religión católica ayuda a conocer, comprender y valorar la cultura religiosa del entorno, a la vez que aporta los elementos para interpretarla, apreciarla y recrearla.

La enseñanza de la religión católica da un paso más allá que la enseñanza de la cultura religiosa, a saber, responde a la necesidad más profunda y más

radical que tiene el ser humano: el deseo de infinito, la búsqueda de la verdad y de una Verdad universal y única. Aquello que le proporciona el mundo material e incluso intelectual no responde a todas las necesidades más profundas del ser humano. Sólo el acontecimiento del amor de Dios, amor infinito, que entra en la historia, es respuesta plena a esta sed de infinito que posee el ser humano.


17.- ¿En qué se diferencian la formación religiosa católica y una enseñanza de cultura religiosa?

Tanto la formación religiosa católica como la enseñanza de cultura religiosa aportan a los alumnos un conocimiento y comprensión de la cultura religiosa de su entorno, como hecho religioso, y de las distintas religiones que configuran el patrimonio religioso universal.

La formación religiosa católica, por su parte, propicia además y sobre todo el encuentro con la Persona de Jesucristo, en el que el alumno puede mirarse y encontrarse a sí mismo. En Él tienen al maestro, el camino, la verdad y la vida misma que le servirán en su esfuerzo por adquirir una formación plena. La formación religiosa católica aporta desde Jesucristo, razones para vivir, razones para amar y razones para esperar. En Él y desde Él surge una nueva visión de la vida, de las relaciones con los demás, de la comprensión de sí mismo, del futuro y de sus mismos orígenes.

La enseñanza sobre el hecho religioso y su presencia en la dimensión social de las religiones, culturalmente tratado, se queda en la información y comprensión sobre la religión y las religiones.

La enseñanza católica pretende que no sólo conozcan la cultura religiosa de su entorno sino también que conozcan, comprendan y valoren la persona, vida y mensaje de Jesucristo. Todo lo cual ha dado lugar a que nuestros antepasados hayan configurado las más excelsas manifestaciones de nuestra cultura occidental. Ahora la Iglesia pretende que los estudiantes busquen en el mensaje de Jesucristo el sentido de la vida y las respuestas a las grandes preguntas, así como el desarrollo a su capacidad trascendente, espiritual y religiosa.


18.- ¿No habría que enseñar más principios morales en la escuela, que es lo que ahora demanda la sociedad y que le correspondería sobre todo a la religión?

Ésta es también, como hemos dicho, una de las finalidades de la enseñanza de la religión católica. Pero hay que tener en cuenta que estos valores, actitudes, normas de convivencia y virtudes que la enseñanza religiosa propone, así como su fuente y raíz inspiradora, dependen luego de la libre aceptación, convencimiento y valoración que hagan los alumnos. Lo que la enseñanza de la Religión Católica aporta son los fundamentos básicos de la religión, la raíz y razón de la que proceden, su sentido y significado, el ejemplo de vida en el que se han inspirado y la ayuda que necesitan para ponerlos en práctica, Jesucristo, el Señor y los dones de su Iglesia. De ellos se desprende de forma coherente toda la moral individual y social, no al contrario. En Él se hacen realidad, adquieren sentido y reciben luz y gracia para llevarlos a cabo. Las capacidades espirituales, religiosas y trascendentes básicas en la formación integral tienen aquí la posibilidad de desarrollo.


19.- ¿Qué diferencia hay entre la clase de religión católica y la catequesis?

La Iglesia en su evangelización tiene varias formas de transmitir el Evangelio: -Una es el primer anuncio del evangelio a los no creyentes. Este anuncio lleva consigo una llamada a la conversión y una invitación para la fe; -otra forma es la catequesis dirigida a los que desean ser cristianos y consiste en la educación de la fe, de la entrega a Dios que uno hace; -la tercera es la enseñanza de la teología que ofrece la dimensión intelectual, objetiva, rigurosa y fundada, que ha hecho posible la teología como ciencia. La teología hace ver como es razonable tener fe, como potencia a la persona, como le proporciona un estilo de vida. La enseñanza religiosa escolar está muy próxima a esta enseñanza de la teología y se realiza muy en relación con la formación humana que el alumno recibe en la escuela, según su edad.

Catequesis y enseñanza religiosa no se identifican; son complementarias.

Hay aspectos ¡guales y hay otros que las diferencian. El contenido doctrinal en ambas es básicamente el mismo: los elementos fundamentales de la fe y de la moral católica. Sin embargo, los mismos contenidos se enseñan en la escuela con la finalidad de que se aprendan junto con otros conoci¬mientos, como un elemento necesario para comprender su cultura y fundamental para dar sentido a su vida. A su vez, estos conocimientos religiosos y morales se dan con los mismos medios que todas las áreas: sistemática, orgánica y científicamente expuestos, sujetos a las reglas de la recta razón, según la edad de los alumnos, y de forma que puedan ser contrastados con cualquiera otra ciencia.

La enseñanza religiosa católica evalúa el progreso en el aprendizaje del alumno, pero no evalúa la fe. La catequesis sí evalúa la fe de los catecúmenos que acceden al misterio de Dios, creen en El y lo reciben en los sacramentos.

La catequesis pretende iniciar en la fe y en la vida cristiana a los cate-quizandos, niños, jóvenes y mayores que la reciban, invitándoles a prepararse para recibir los sacramentos de la Iglesia. Al final del proceso catecu-menal, los responsables de la catequesis sí disciernen sobre la fe de los que asisten, pues la Iglesia debe de estar segura de que quien recibe un sacramento cree en Aquél que es fuente de los sacramentos de la Iglesia.


20.- Entonces, ¿en qué se basa la enseñanza de la religión católica para poner notas a los alumnos de religión, si no evalúa la fe?

Es posible evaluar la enseñanza de la religión en la escuela porque ésta cuenta con los mismos elementos que el resto de las áreas y exige los saberes que deben aprender los alumnos con los mismos métodos que las otras materias, como ya se ha indicado en la pregunta anterior. La enseñanza de la religión católica posee un currículo análogo al del resto de las áreas, se atiene al desarrollo de los objetivos y contenidos del currículo y los evalúa desde los criterios de evaluación establecidos.

La enseñanza de la religión católica es un proceso de aprendizaje del alumno, cuyos resultados son susceptibles de evaluación. El profesor evalúa los conocimientos que el alumno va adquiriendo, comprueba si estos conocimientos los comprende y si sabe aplicarlos a alguna realidad cultural, social, religiosa o personal.

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50 Preguntas a la enseñanza de la Religión Católica en la escuela

INTERROGANTES EN TORNO A LA PRESENCIA DE LA ENSEÑANZA RELIGIOSA EN LA ESCUELA.

Presentación

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Preguntas 11-20

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50 Preguntas a la enseñanza de la Religión Católica en la escuela (V)

50 Preguntas a la enseñanza de la Religión Católica en la escuela (I)

1.- ¿Por qué hay enseñanza de la religión católica en la escuela, si ya hay catequesis en las parroquias?

Porque es una enseñanza necesaria para que el alumno adquiera una formación plena e integral, que es lo que pretende la escuela. Para que el alumno alcance esta formación plena debe desarrollar todas sus capacidades y entre ellas está la dimensión religiosa y moral que le aporta el sentido a su vida, las respuestas a sus grandes preguntas, así como orientación, ejemplo y palabra del mismo Dios sobre su crecimiento en el bien y la verdad. Todo con el nivel científico o teológico propio de la formación escolar, distinto que el de la catequesis. La formación religiosa y moral, como la artística, ética, lingüística, etc., contribuye al crecimiento y maduración de la personalidad de los alumnos. Esta formación, por tratar de cuestiones que atañen a la conciencia del individuo, es una opción libre que los padres toman por sus hijos. Esta libertad de elección responde al derecho que tienen los padres a que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus convicciones, derecho refrendado por la Constitución española, art. 27.3.


2.- ¿Cómo contribuye a la formación plena del alumno?

La enseñanza de la religión desarrolla todas las capacidades del alumno y específicamente la capacidad trascendente. Su contribución a la formación plena del alumno se concreta así:

  • Aporta al alumno un conocimiento profundo acerca del amor de Dios Padre, llevado a su máxima realización en la muerte y resurrección de su Hijo Jesucristo y en el Espíritu Santo que lo derrama sobre nosotros.
  • Responde a sus grandes preguntas y aporta razones para amar, razones para creer y razones para esperar.
  • Ofrece una explicación ordenada y razonada de los fundamentos, contenidos y exigencias morales de la Religión Católica, donde puede encontrar el sentido de su vida.
  • Logra una comprensión de la vida religiosa adecuada a su edad y nivel de desarrollo cultural, conociendo el valor e influencia del cristianismo en la Cultura Europea.
  • Esta enseñanza se lleva a cabo en relación con los demás saberes que se transmiten en la escuela, integrándola armónicamente en el conjunto de los conocimientos y convicciones que concurren en el proceso de aprendizaje del alumno.
  • Con todo ello, a su vez, contribuye al desarrollo de la personalidad y a la formación de buenos ciudadanos, orientando la conducta humana hacia el bien y la virtud.


3.- ¿Por qué la Iglesia Católica tiene tanto interés en que se den clases de religión en la escuela?

Su interés no surge de un derecho de la Iglesia que quiera exigir, ni porque se trate de un privilegio que quiera mantener; es un derecho de los padres que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que ellos deseen. Cuando los padres optan por la formación religiosa católica saben que sólo la Iglesia Católica puede garantizar su autenticidad. La Iglesia luchará siempre para que el derecho de los padres que en ella han confiado no lo malogre nadie. La Iglesia también defiende la libertad de enseñanza, pues si no hubiera enseñanza religiosa no habría más que un tipo de educación y por tanto no habría libertad. No es el Estado quien detenta el derecho a enseñar, sino los padres. El Estado ejerce un servicio educativo subsidiario del derecho de los padres.

A su vez, la Iglesia ha recibido del Señor un claro mandato: Id y enseñad a todas las gentes. Este mandato urge a la Iglesia a hacer presente la buena noticia del Evangelio en todas partes y en toda circunstancia donde sus hijos lo necesiten, sin ninguna reserva en el diálogo con la cultura de todos los tiempos.

El creyente sabe que los contenidos de su fe no son un añadido extraño a su personalidad: son fundamentales en el crecimiento íntegro de su persona, son básicos para comprender la cultura que se le transmite en la escuela, son imprescindibles para discernir qué elementos de la cultura de su entorno son los más apropiados, y así los contenidos de su fe son valorados académica, cultural y socialmente en el ámbito donde se transmite la cultura, la escuela. La fe no es sólo sentimiento, sino también conocimiento que el creyente interioriza con ayuda de su razón y por gracia de Dios.


4.- ¿No será un privilegio de la Iglesia Católica el enseñar la religión en la escuela?

Algunos han creído que el Estado concedía un privilegio a la Iglesia Católica consintiéndole enseñar su doctrina en la escuela. Quienes así hablan olvidan que la formación religiosa es un derecho de los padres, no del Estado. El Estado tiene la obligación no sólo de permitir que este derecho se desarrolle en la escuela, sino también de que se garantice debidamente. La Iglesia realiza un servicio a la educación aportando a la formación plena todo su bagaje espiritual, humanístico, religioso, teológico y moral, seleccionando los profesores ¡dóneos y preparándolos para que impartan esta enseñanza, garantizando así la autenticidad de la formación que los padres han elegido: la formación religiosa católica, en nuestro caso.


5.- El derecho de los padres a la formación religiosa y moral de sus hijos según sus convicciones ¿se introdujo en nuestra Constitución como fruto de un privilegio de la Iglesia?

Quienes así piensan no tienen en cuenta que cuando la Constitución española refrenda este derecho lo que hace es asumir lo que ya se garantiza en los grandes Tratados internacionales como derecho fundamental de todos los padres. Así, la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) en el artículo 26.3 dice: «Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos». El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y culturales (ONU 1966), en el artículo 3.e afirma: «Los Estados parte en el presente pacto se comprometen a respetar las libertades de los padres… y a hacer que sus hijos o pupilos reciban la educación religiosa que esté de acuerdo con sus propias convicciones». El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos»(ONU 1966) dice en su artículo 18.4. «Los Estados parte en el presente pacto se comprometen a respetar la libertad de los padres y, en su caso de los tutores legales, para garantizar que los hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones». En los mismos términos se expresa la Convención relativa a la lucha contra las discriminaciones en la esfera de la enseñanza (UNESCO 1960), la Convención Europea para la salvaguarda de los derechos del Hombre y de las Libertades Fundamentales, y la misma futura Constitución Europea. Estos tratados han sido suscritos por España y son un punto de referencia para interpretar la Constitución, en nuestro caso, el derecho a la educación. Así lo afirma la propia Constitución española en su artículo 10.2.

Estos pactos internacionales lo que persiguen es lo más opuesto a la concesión de cualquier privilegio: buscan proteger a los ciudadanos de la tentación que pudieran tener algunos Estados de imponer una ideología determinada a toda una sociedad.


6.- Si el Estado español es no confesional ¿por qué permite que haya clases de religión en la escuela pública?

Que el Estado sea noconfesional no quiere decir que esté contra cualquier clase de confesión religiosa, sino que el Estado no tiene una confesionalidad religiosa propia y única a la que acudiera en su acción de gobierno. Se define como aconfesional para poder garantizar la libertad de todos los ciudadanos. Toda confesión religiosa con acuerdo o convenio con el Estado, como es el caso de la religión católica y también de la religión islámica, judía y evangélica con convenios respectivos, puede hacer presente su propia manera de entender la formación religiosa y moral de los alumnos en el ámbito de la escuela pública.

La exclusión de la enseñanza religiosa de la escuela pública vulneraría la libertad religiosa (C. E. art. 16), el derecho de los padres en la formación de sus hijos (C. E. art. 27.3.) y la formación misma de los alumnos (Const. Esp. art. 27.1), cuyas capacidades espirituales y transcendentes quedarían mermadas, si no cercenadas radicalmente. La Constitución española quedaría violada en los artículos fundamentales.

«Con frecuencia se invoca el principio de laicidad, en sí legítimo si se concibe como distinción entre la comunidad política y las religiones (Gaudium et spes, ns 36). Pero distinción no significa ignorancia. La laicidad no es laicismo. Es el mero respeto de todas las creencias por parte del Estado que asegura el libre ejercicio de las actividades cultuales, espirituales, culturales y caritativas de las comunidades de creyentes. En una sociedad pluralista, la laicidad es un vínculo de comunicación entre las diferentes tradiciones espirituales y la nación. Un diálogo sano entre el Estado y las Iglesias puede indudablemente fomentar el desarrollo integral de la persona y la armonía de la sociedad».


7.- ¿Cuáles son los derechos y leyes que justifican la presencia de la enseñanza de la religión en la escuela?

El derecho fundamental es el derecho que tienen los padres a que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones. Este derecho está refrendado por la Constitución española en el artículo 27.3. En consecuencia y por ser un derecho constitucional, el Estado está obligado a garantizar que se cumpla en todos sus términos.

Las leyes básicas que regulan la enseñanza religiosa se derivan de este derecho. Son esencialmente los Acuerdos o Convenios de carácter internacional firmados entre el Estado Español y la Santa Sede, en el caso de la religión católica, y los convenios firmados entre el Estado y los responsables de las distintas confesiones, en el caso de las religiones mencionadas anteriormente.

Teniendo en cuenta estos Acuerdos o Convenios, el Estado debe garantizar la presencia de la enseñanza de la religión en sus propias leyes de desarrollo, como son las leyes orgánicas de la Educación y los Decretos respectivos, adecuándola debidamente, sin discriminaciones y con un tratamiento equivalente al resto de las enseñanzas.


8.- ¿En qué sentido algunos piensan que la enseñanza religiosa confesional no debe estar en la escuela?

Quienes así opinan creen que el derecho de los padres a elegir libremente la formación religiosa de sus hijos se cumple estudiando la cultura religiosa al modo de otra cultura cualquiera, sin necesidad de que las religiones intervengan en la escuela. De hecho, esta formación ya se da en las áreas de «Conocimiento del medio», «Historia», «Sociales» e «Historia del arte». Con todo, en dichas materias no se alcanza a profundizar en el significado último, en el origen de esa cultura religiosa que se nos ha transmitido, ni en su alcance vital para aquellos que la aceptan; sólo informan sobre los hechos culturales generados desde la religión. Pero la razón más importante por la cual debe existir una formación confesional es que la Constitución indica que el derecho de los padres no es a que los hijos reciban una instrucción cultural, pues ésta ya se da en las asignaturas afines, sino que reciban una formación religiosa y moral, es decir, una manera de ser en la vida que responda a sus convicciones, unos principios y unos valores que les orienten en su crecimiento hacia el bien y la verdad.


9.- Actualmente, ¿qué normativa está vigente ara la enseñanza de la religión?

La norma básica es la Constitución española en la cual se refrenda el derecho de los padres a la formación religiosa y moral de sus hijos. El Estado se compromete a garantizar este derecho. Para ello, el Estado ha firmado acuerdos con las partes implicadas en su desarrollo. En concreto, ha firma¬do un Acuerdo con la Santa Sede que establece las condiciones para que se den las garantías suficientes. Así, para que esta formación religiosa responda a la opción que los padres hayan hecho, se dice en este Acuerdo que la formación religiosa católica en la escuela debe ser equiparable a cualquier materia fundamental y que el hecho de recibir o no recibir esta enseñanza no debe crear discriminación alguna en la actividad escolar; es decir, que no se debe discriminar, ni a los que eligen religión, ni a los que no la eligen. Por ello, unos y otros deben tener en la misma hora enseñanzas homologables y evaluables, equiparables al resto de las áreas.

Actualmente la religión en la escuela se rige por el Real Decreto sobre la enseñanza de la religión de 14 de Diciembre de 1994.


10.- ¿Qué dice esencialmente este Decreto?

El Decreto regula la presencia de la formación religiosa en la escuela y determina que ésta es obligatoria para los centros y voluntaria para los alumnos. Los colegios tienen obligación de ofertar esta enseñanza y recabar expresamente esta decisión de los padres al principio de cada etapa. Los alumnos que no deseen enseñanza religiosa recibirán actividades de estudio alternativas sin ningún valor académico y con unos contenidos que no son homologables al de la enseñanza religiosa. A veces, estas actividades de estudio alternativas se reducen a repaso o incluso recreos.

La enseñanza de la religión católica es evaluable a todos los efectos en Primaria, Secundaria y Bachillerato, si bien, en Bachillerato las notas de religión no son tenidas en cuenta a la hora de computarse para la obtención de becas y ayudas al estudio, así como para el acceso a la universidad. El currí- culo de religión católica es competencia de la jerarquía eclesiástica.

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50 Preguntas a la enseñanza de la Religión Católica en la escuela

INTERROGANTES EN TORNO A LA PRESENCIA DE LA ENSEÑANZA RELIGIOSA EN LA ESCUELA.

Presentación

Preguntas 01-10

Preguntas 11-20

Preguntas 21-30

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50 Preguntas a la enseñanza de la Religión Católica en la escuela (V)

Todo lo que debe saber sobre la enseñanza de la Religión Católica en la escuela (para España)

Todos somos conscientes de las dificultades por las que pasa la enseñanza de la Religión Católica en la escuela. La desvalorización de esta enseñanza como si fuera un añadido al currículo escolar, la no evaluación del estudio de la religión como demanda su equiparación a cualquier asignatura, la discriminación que sufre al proponerla como opción junto a otras actividades de estudio sin ningún valor académico y el trato discriminatorio a sus profesores, ocasionan continuos problemas a padres, profesores y alumnos a la hora de optar, impartir o recibir esta enseñanza. El derecho de los padres a la formación religiosa y moral de sus hijos es interpretado, en cuanto a las garantías exigidas por la Constitución española, con criterios restrictivos para su aplicación efectiva en la escuela.

Muchas de las actitudes negativas hacia la enseñanza religiosa católica revelan un desconocimiento de lo más básico y, en otras ocasiones, deliberadamente parecen pretender desinformar a los que de buena fe escuchan o leen sus opiniones.

Por otra parte, son muchos los que demandan a la Iglesia Católica información veraz sobre los hechos y, desde luego, su propia opinión.

En esta publicación el Secretariado de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis pretende informar de forma sencilla y directa, a quienes así lo deseen, sobre las grandes cuestiones de la enseñanza religiosa católica que están en la opinión pública periódicamente y que merecen una aclaración por nuestra parte.

No se pretende ser exhaustivos en temas tan complejos, sino sólo informar de lo esencial y de forma concisa para facilitar la lectura en un tiempo que demanda agilidad en la información.

Esperamos que esta publicación constituya un servicio para el conocimiento y comprensión de los problemas planteados y, sobre todo, una ayuda sencilla para los padres, profesores y alumnos que opten por una formación religiosa católica que responda a sus convicciones.

Agradecemos mucho la colaboración de las editoriales católicas cuya aportación ha sido decisiva para esta publicación.

Secretariado de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis

Madrid, 8 de Diciembre de 2004

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50 Preguntas a la enseñanza de la Religión Católica en la escuela

INTERROGANTES EN TORNO A LA PRESENCIA DE LA ENSEÑANZA RELIGIOSA EN LA ESCUELA.

Presentación

Preguntas 01-10

Preguntas 11-20

Preguntas 21-30

Preguntas 31-40

Preguntas 41-50

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Documento completo en formato pdf en el portal web de la Diócesis de Canarias

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