por CeF | 3 Sep, 2009 | Catequesis Metodología
Los catecismos son instrumentos oficiales de la Iglesia para la enseñanza de la doctrina cristiana. Los católicos hemos de apreciar estos textos porque, gracias a ellos, se han podido transmitir, de generación en generación, los contenidos fundamentales de nuestra fe.
La referencia principal para toda la Iglesia es el Catecismo de la Iglesia Católica (1992), inapreciable regalo del papa Juan Pablo II. Su sucesor publicó en 2005 una «síntesis fiel y segura» de ese texto fudamental: el Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica.
El papa Benedicto XVI, en el documento de aprobación del Compendio, hace una observación que, como miembros de familias católicas, debemos tener muy presente: «por su brevedad, claridad e integridad, [este Compendio] está dirigido a toda persona que, viviendo en un mundo disperso y lleno de variados mensajes, quiera conocer el Camino de la Vida y de la Verdad, entregado por Dios a la Iglesia de su Hijo».
El Catecismo de la Iglesia Católica y su Compendio han de ser la base en la que nos apoyaremos para explicar los contenidos de la fe en el ámbito familiar.
La familia, con estas «guías seguras» a mano, puede conversar, razonar y, por qué no, vivir nuestra fe, explicándola a cada miembro, según sus capacidades y su edad. Padres, pero también abuelos y hermanos de mayor edad u otras personas que se integren en nuestro grupo familiar, tienen un deber especial para con los más pequeños: que aprendan estudiando, jugando o cantando, y que vayan descubriendo la alegría del Evangelio mientras abren sus ojos al mundo.
Además de estos dos textos principales, ofrecemos a nuestros usuarios documentación sobre el catecismo para la iniciación cristiana, Jesús es el Señor (2008), elaborado por la Conferencia Episcopal Española.
Y, como complemento, una colección de enlaces a los principales catecismos católicos, adaptaciones de los textos oficiales de la Iglesia o textos anteriores a 1992, que están accesibles en la red, bien sea publicados en otros portales, bien para descarga directa.
Catecismo Mayor de san Pío X
Prescrito por San Pío X el 15 de julio de 1905 – Texto edición 1973. Se publicó para la exposición de un modo claro los rudimentos de nuestra fe católica y de aquellas divinas verdades con que debe informarse la vida de todo cristiano.
Catecismo para rezar a Dios
Devocionario que presenta una selección de Oraciones que vienen a llenar un vacío y permitirá a los fieles acercarse confiadamente a Dios. Preparado por el Pbro. Fernando Castro Aguayo (1997).
Catecismo de la Familia y el Matrimonio
Material doctrinal que recoge de manera muy fiel y bastante completa la doctrina de la Iglesia católica, contenida tanto en la Revelación como en el Magisterio, relativa al matrimonio y la familia. Preparado por los presbíteros Fernando Castro Aguayo y Jaime Molina-Niñirola.
Catecismo social
Síntesis de la Doctrina Social de la Iglesia para orientar a quienes se esfuerzan por construir una sociedad más justa y fraterna, ilustrar a todos los ciudadanos en los principios que deben iluminar una acción social a favor de los demás, impartir una formación social más profunda a los fieles católicos y ayudar a los dirigentes del Estado para que ejerciendo sus deberes y derechos puedan respetar más y mejor la dignidad humana de todos. Preparado por los presbíteros Fernando Castro Aguayo y Jaime Molina-Niñirola (1997).
Síntesis del Nuevo Catecismo de la Iglesia católica
Compendio de la Doctrina Cristiana de ayuda práctica para que las familias instruyan en la Fe a sus hijos y a muchas otras personas. Preparado por el Pbro. Fernando Castro Aguayo.
Catecismo de la Doctrina Cristiana «Astete»
Texto original del popular catecismo que es un compendio simple de lo que el cristiano debe saber y cumplir para salvarse, y de hecho este catecismo, sirvió a la gran expansión católica de la contrarreforma y la Evangelización del Nuevo Mundo. Tuvo gran difusión y se contabilizan más de mil ediciones. Fue comuesto por el Padre Gaspar Astete, nacido en 1537 y muerto en 1601. Aquí ofrecemos la parte original de Gaspar Astete con las adiciones de Gabriel Menéndez de Luarca (1742-1812) y las modificaciones de Benito Sanz y Flores.
Catecismo de la Doctrina Cristiana «Ripalda» (o explicaciones del Astete)
Compuesto por el Padre Jerónimo Ripalda (1616). Constituye una breve y clara exposición de la doctrina cristiana. Edición de 1957.
Catecismo de la Doctrina Cristiana
Primer Grado – Texto Nacional
Comprende las nociones elementales que se han de enseñar a los niños de corta edad, y en especial a los que se preparan para recibir la primera Comunión. Edición de 1964.
Catecismo de la Doctrina Cristiana
Segundo Grado – Texto Nacional
Contiene la doctrina que han de aprender los niños que hayan recibido la primera Comunión y se hallen bien instruidos en las nociones de primer grado. Edición de 1958.
* * *
por Conferencia Episcopal Española | 3 Sep, 2009 | Confirmación Catecismo
El Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica tiene la siguiente finalidad:
Presentar de forma sintética todos los contenidos esenciales y fundamentales de la fe de la Iglesia.
Constituir un vademécum que permita a todas las personas, creyentes y no creyentes, abarcar el conjunto de la fe católica.
Ofrecer la posibilidad de conocer mejor el Catecismo de la Iglesia Católica, como exposición de la fe católica, al cual remite para una lectura completa y en profundidad.
Sus características
1.ª Estrecha dependencia del Catecismo de la Iglesia Católica
2.ª Estilo dialogal
3.ª El uso de imágenes
1. Se puede decir que no se trata de un compendio de la fe católica, sino del Catecismo de la Iglesia Católica. Tal dependencia es atestiguada en tres aspectos:
- Contenidos: El Compendio presenta, de forma sintética, todos los contenidos doctrinales fundamentales y esenciales de la fe y de la moral católica, ya expuestos en el Catecismo de la Iglesia Católica, respetando la jerarquía de verdades.
- Articulación: Se mantiene la misma estructura y subdivisiones que en el Catecismo de la Iglesia Católica: Partes / Secciones / Capítulos / Artículos, dando lugar a cuatro partes:
1.º La profesión de fe
2.º La celebración del Misterio cristiano
3.º La vida en Cristo
4.º La oración cristiana
2. Su carácter dialógico o estilo dialogal. Se ha elegido este género literario, basado en preguntas y respuestas, ya que invita a la lectura mediante el establecimiento de un diálogo entre el texto y el lector, ofreciendo fórmulas breves y fácilmente asimilables, favoreciendo así, de algún modo, la eventual memorización y afianzando fórmulas que puedan perdurar.
3. La presencia de imágenes. Se ofrece, junto a la palabra, la imagen sagrada, dado su dinamismo de comunicación y transmisión del mensaje evangélico.
Destinatarios
- Toda la Iglesia y cada cristiano para renovar su compromiso de evangelización y educación de la fe.
- Toda persona, creyente o no, que quiera conocer sintéticamente la fe de la Iglesia.
Etapas de la redacción
La propuesta de elaboración del Catecismo de la Iglesia Católica (CIC) se llevó a cabo en la Asamblea Extraordinaria del Sínodo de los Obispos convocada en 1985 con ocasión del XX aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II.
- 1986: Comienza su elaboración.
- Febrero de 1992: El Catecismo de la Iglesia Católica es redactado y aprobado como proyecto definitivo y presentado al Papa Juan Pablo II para su estudio.
- 25 de junio de 1992: El CIC es aprobado por el Papa.
- 11 de octubre de 1992: El Papa Juan Pablo II promulga el Catecismo de la Iglesia Católica por la Constitución Apostólica Fidei Depositum.
- 7 y 8 de diciembre de 1992: El CIC es presentado oficialmente a toda la Iglesia. En la rueda de prensa del día 9, el Cardenal Ratzinger presenta, junto con el texto en francés, las ediciones en italiano y español.
- 15 de agosto de 1997: Se aprobó y promulgó la edición típica latina con la Carta Apostólica Laetamur Magnópere. La edición típica latina es la conclusión del camino de elaboración del Catecismo de la Iglesia Católica comenzado en 1986. Se hace una versión y edición en lengua española adaptada al texto latino.
- Octubre de 2002: El Congreso Catequético Internacional, convocado para conmemorar los 10 años del CIC, concluye formulando al Papa Juan Pablo II, entre otros asuntos, el deseo de una síntesis del Catecismo de la Iglesia Católica.
- Febrero de 2003: Comienza la preparación del Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica, confiando su redacción a una Comisión de Cardenales presidida por el Cardenal Ratzinger.
- 28 de julio de 2005: El Papa Benedicto XVI, mediante Motu Proprio, aprueba el Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica y lo presenta a toda la Iglesia.
- 13 de octubre de 2005: Presentación del Compendio en su edición del texto oficial en lengua española.
por CeF | 1 Sep, 2009 | Catequesis Artículos
Antes de trabajar las páginas del método Ven y sígueme, conviene volver a subrayar la importancia de la catequesis familiar, es decir la que deben hacer los padres cristianos con sus hijos. El niño, hijo de Dios por el don del Bautismo, es considerado por Cristo miembro privilegiado del Reino de Dios; por lo tanto, quienes le han acercado a las fuentes del Bautismo para que reciba el don de la fe tienen el deber de seguir alimentándola continuamente. Benedicto XVI enseña que «la familia cristiana es el lugar del primer anuncio de la fe a los hijos». Y Juan Pablo II escribió que la forma fundamental de catequesis es la catequesis familiar, es decir, la catequesis que hacen los padres con sus propios hijos (cfr. Encíclica Redemptor Hominis, n.º 19); y llegó a enseñar que «la catequesis familiar debe preceder, acompañar y enriquecer cualquier otra forma de catequesis» (Catechesi tradendae, ver los n.os 36, 37 y, sobre todo el 68).
El Catecismo de la Iglesia Católica enseña que «la educación en la fe por los padres debe comenzar desde la más tierna infancia». Y afirma que «los padres tienen la misión de enseñar a sus hijos a orar y a descubrir su vocación de hijos de Dios» (n.º 2226). Otros aspectos fundamentales en la formación cristiana de los hijos son la iniciación a la Sagrada Escritura, a la oración y a la participación en la vida litúrgica.
Pero, ¿cómo hacer en la práctica la catequesis familiar?
En cada tema del método «Ven y sígueme» se dedican tres páginas a la Catequesis Familiar o Catequesis en familia. Se comienza siempre con un apartado titulado «Orientaciones para los padres» en el que se recogen unas sencillas pautas para orientar a los padres sobre cada tema. En este mismo apartado se les recomienda la lectura del tema correspondiente del Catecismo Jesús es el Señor. Esta lectura será una buena ayuda para su propia formación y también para que puedan ayudar mejor a su hijo/a en la catequesis familiar. Es muy importante cuidar la preparación de esta sesión y llevarla a cabo en un ambiente de seriedad, piedad y respeto. Ayudar al niño a que haga muy bien las actividades (limpieza, buena letra…), porque eso agrada a Jesús y porque se las deberá mostrar después a sus padres y al catequista. El esquema de las dos primeras páginas es muy sencillo:
- Una oración para rezar juntos (padres e hijos) al comenzar la catequesis.
- Observación de unos dibujos alusivos al tema que se está tratando.
- La lectura y reflexión sobre la Sagrada Escritura, que es el momento más importante de la catequesis (en este punto es cuando se puede proyectar la película del DVD, si lo pide el libro).
- Unas actividades de comprensión y de aplicación a la vida a partir del texto leído o de la película visionada.
- Escuchar la canción correspondiente al tema. Si parece oportuno, se puede comentar la letra de la misma.
- Una oración final (generalmente leída del catecismo Jesús es el Señor, según se indica en el libro).
Aunque cada tema es para una quincena, conviene dedicar cada semana unos 15 minutos a la catequesis familiar. En ella, los padres leen y comentan con sus hijos los textos y actividades que se recogen en esas dos páginas. De este modo, los niños van reforzando el aprendizaje del mensaje cristiano con la ayuda inestimable de sus padres.
La oración inicial y la oración final conviene hacerlas en el «rincón de oración» que se ha preparado en la casa, que es sencillamente un cuadro piadoso de la Sagrada Familia o de la Virgen María con el Niño Jesús, ante el cual comenzamos y terminamos cada sesión de catequesis familiar. A este rincón de oración acudiremos a rezar también en otros momentos del año, como en algunas fiestas principales, en el Mes de Mayo dedicado a la Virgen, etc.
La tercera página para la catequesis familiar (que es la última página de cada tema) se dedica a un santo/a o a una fiesta litúrgica. Mediante unas simpáticas viñetas se cuenta la historia de un santo o santa (o de una fiesta litúrgica), que sea modelo o muestra de los valores cristianos expuestos en el tema. Podemos leerla con el niño en otro momento para avivar en él el deseo de imitar a los santos, que son modelos en el seguimiento de Jesucristo. De ellos podrán aprender los niños a asumir hábitos de piedad y compromisos de vida cristiana. Hay varias páginas web donde se puede encontrar amplia información sobre la vida de estos santos, por ejemplo, en Aciprensa.
* * *
por Mons. Juan Luis Cipriani, Card. Azpo. de Lima (Perú) | 11 Jul, 2009 | Catequesis Magisterio
El Gran Autor de toda Catequesis es el Espíritu Santo, que con sus palabras y gestos de amor actúa en nuestros corazones.
* * *
Queridos hermanos en Cristo:
Nos dice San Pablo en la Carta a los Romanos: «el amor a Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que habita en nosotros». Esto que es palabra de Dios es algo muy cierto, porque nos asegura que el amor de Dios ha llegado a nuestros corazones por la gracia del Espíritu Santo.
Por ello mi saludo a todas las delegaciones que están aquí presentes, y me uno a esta alegría que los acompañará a lo largo de varios días, incluido ese momento tan especial con el Cardenal Darío Castrillón. Unidos en la oración y unidos en la reflexión durante estos días, podremos valorar experiencias en el camino recorrido junto a nuestros Pastores. Les reitero mi agradecimiento y les doy la bienvenida.
Nos dice el Santo Padre que el gran autor de toda catequesis es el Espíritu Santo, que con sus palabras y sus gestos de amor actúa en nuestros corazones explicándonos las escrituras y aplicándolas a nuestra vida; y para ello se sirve del magisterio, de la enseñanza de la Iglesia.
En ese sentido, el Papa dice que debemos buscar en el catecismo de la Iglesia Católica, un texto de referencia para una catequesis renovada en las fuentes vivas de la fe; recordemos que ese catecismo tan maravilloso es el que el Santo Padre nos ha regalado como un don especial.
Y en la primera lectura del Libro de los Hechos, se dice que al llegar el día de Pentecostés estaban todos reunidos en un mismo lugar, como ahora en esta Santa Misa, y de repente se produjo un ruido del cielo, y cada uno de los allí reunidos escuchó hablar de las maravillas de Dios en su propia lengua.
Piensa que el Espíritu Santo quiere hablarte de las maravillas de Dios en el corazón de cada uno, y por ello busca esa transformación del mundo como dice el lema del Encuentro; una transformación que sólo se operará si dentro de tu corazón se produce la conversión.
Si te identificas con Cristo, entonces escucharas esas maravillas de Dios para aplicarlas en tu alma, en tu familia, en tu comunidad, para tus hijos, y así encontrarás respuestas a todas tus ansiedades, a todas tus preocupaciones; porque será el mismo Espíritu Santo quien obrará en esos silencios que conmueven.
Madres, padres, hijos, qué maravilla es que la catequesis tenga esa prioridad para todos, y sobre todo en la familia, verdaderos corazones del amor de Dios, hogares donde las maravillas de Dios toman forma de enseñanza, de catequesis del ejemplo, de testimonio vivo. Porque no hay catequesis si no hay ejemplo de la oración juntos, ejemplo del aprendizaje, de la cruz, del perdón.
Y justamente en el directorio de la catequesis se dice: «entre los elementos que componen el patrimonio cultural de un pueblo, el factor religioso y moral tiene una particular importancia». Y es que en la cultura actual hay una permanente difusión de la indiferencia religiosa, porque son muchos los que hoy en día se desentienden de esta íntima y vital unión con Dios, o la niegan de forma explícita.
Es lo que se llama el secularismo, que consiste en tener una visión en la cual el hombre y el mundo se separan de su Creador y de su Padre, y no necesitan de Dios. No es algo que uno desee, pero se logra meter en nuestras vidas, en la familia y en las costumbres del pueblo, disolviendo el mensaje de Cristo.
No dejemos que ello ocurra, defendamos la fe de nuestro pueblo, defendamos la dignidad de nuestros sacerdotes, defendamos la dignidad del Estado religioso, defendamos la dignidad y el servicio de los Pastores. No permitamos expresiones de falta de respeto a la Iglesia, que buscan que el pueblo pierda la confianza y el amor a los religiosos, los sacerdotes y los Pastores. La carga no es ligera, lo sabemos, pero con la ayuda de ustedes y de Cristo, conservaremos ese rico patrimonio de nuestro pueblo católico peruano, esa presencia viva de Cristo.
Esta es la misión primordial de la Iglesia: anunciar a Dios, ser testimonio de Dios en el mundo, dar a conocer el rostro de Dios y su designio de amor y de salvación a favor de los hombres, tal como Jesús lo reveló. Y para preparar a esos testigos, existe esta catequesis familiar, para que cada uno de ustedes sea Cristo que pasa por las escuelas, por los barrios, y para hacer ello tienes que tener a Cristo dentro de ti.
Para eso tengo que respetar aquello que Dios nos ha dado, los sacramentos; por ejemplo, el bautismo es la puerta de entrada a esa vida en Cristo, mientras que la eucaristía es la que permite a Dios habitar en nosotros y nosotros en él.
También tenemos el sacramento de la reconciliación, en donde el Señor perdona lo que yo no perdono; porque a veces nosotros no nos perdonamos, pero él perdona siempre en el sacramento de la reconciliación.
El sacramento del matrimonio, es aquel en donde el Señor garantiza un vínculo para toda la vida con su presencia, por eso es misión primordial de la Iglesia anunciar a Dios. Y el evangelio de hoy nos dice que cuando el Señor se presentó a los discípulos, les dijo «paz a vosotros», y los discípulos se alegraron al ver al Señor.
Pues yo lo que he visto al llegar aquí es ese gozo, esa alegría de estar junto a Jesús en la eucaristía. A los apóstoles les paso igual, porque los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor.
Por ello, vamos a pedirle a Jesús esa nueva experiencia de redescubrir más hondo a Cristo, no sólo en su divinidad, sino también en su verdadera humanidad. Busquemos el rostro de Cristo en el hermano, en el joven, en el niño, en el anciano, en el enfermo de toda condición y toda situación social y cultural; busquemos con los ojos de la fe el rostro de Cristo, y así tendremos esa maravillosa comunión.
Por eso, es urgente promover y ahondar una auténtica eclesiología de la comunión, para que la luz de la unidad brille al latir nuestros corazones al mismo ritmo del corazón de Cristo y del corazón del Papa Juan Pablo II. ¿No es verdad que al mirar al Santo Padre te animas a ser mejor?, pensemos entonces en la bondad y entrega del Papa.
Recuerda el pasaje del evangelio, cuando hablan de un siervo bueno y fiel; porque el Papa ha sido fiel en lo poco, y por ello entra en el gozo del Señor. Entonces, estas palabras se las dedicamos al Santo Padre con todo amor.
Que esa unidad de nuestros corazones en Cristo se refleje junto al Papa, junto a nosotros, sus obispos, y los sacerdotes, religiosas, religiosas, y todos los animadores dentro de esa metodología de la catequesis familiar, para que seamos miembros del único Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia Católica.
En este año del Rosario, pongamos en las manos de la Virgen María esta oración, la favorita del Papa. Busquemos en el Santo Rosario ese medio para impulsar la catequesis familiar los 25 años próximos, muy unidos a María, Madre de la Iglesia.
Que Dios los bendiga a todos
Así sea.
* * *
Monseñor Juan Luis Cipriani
Cardenal Arzobispo de Lima (Perú)
Homilía del Domingo, 9 de febrero de 2003