Confirmando nuestra fe en Jesucristo – Quién es Dios para mí

Confirmando nuestra fe en Jesucristo – Quién es Dios para mí

La Confirmación, como cada sacramento, no es obra de los hombres, sino de Dios, quien se ocupa de nuestra vida para modelarnos a imagen de su Hijo, para hacernos capaces de amar como Él.

SS Francisco, Audiencia general,
29 de enero de 2014
.

*  *  *

Objetivo

Rechazo las experiencias negativas de Dios: buscando al Dios de la Vida y del Amor.

Canción de reflexión

Saracini: Cómo contarle a mi gente (letra) (Seleccionar frases que me llegan)

Charla aclaratoria para debatir en los grupos

1. PowerPoint «Experiencias negativas de Dios»

(Preparar antes para borrar lo que no sirve a estos jóvenes)

Descarga la presentación aquí.

Para creer de veras en Dios, hay que ser primero ateo de los falsos dioses…

Hay quienes crecen en ciencia y en experiencia, pero su fe permanece chiquita, desfasada, y acaban por ello tirándola a la basura, como algo inútil.

Tenemos que saber arrancar y destruir nuestras imágenes falsas de Dios, pero sembrando y construyendo al mismo tiempo experiencias auténticas de Dios…

2. PowerPoint «El Dios en el que creo»

Descarga la presentación aquí.

Dos verdades fundamentales:

I. Dios es amor, y por eso está siempre a favor de una vida más plena, que alcance a todos.

II. Dios es infinito, y por ello, inabarcable del todo para nosotros…

— Rechazamos toda idea de Dios que vaya contra el amor y la vida plena de todos…

— Pero también al que crea que comprende ya del todo a Dios…

Canción resumen

Luis Enrique Ascoy: Mi Credo (letra y citas)

Reflexión y discusión en grupos

Se trata de discutir en serio en qué dios no creo, en qué Dios sí creo y todo ello por qué…

¿Cuáles son nuestras dudas de fe? ¿Qué es lo que no entendemos? ¿Cuáles son nuestras razones?

¿Qué grado de crecimiento tiene nuestra FE.

¿La dejé petrificada en la infancia? ¿Se congeló con los problemas de la pubertad?

¿No supera las crisis del colegio? ¿La acomodo a mis mediocridades o a mis suciedades?

¿Hasta qué punto busco el rostro auténtico de Dios?… Esta es la gran tarea de mi vida…

Cuanto más auténtica sea mi experiencia de Dios, más auténtica será la experiencia de mí mismo…

Las dudas de fe deben llevarnos a una purificación de nuestros pequeños “dioses de bolsillo…

Las crisis enfrentadas y superadas nos ayudan a acercarnos de nuevo con más verdad a Dios…

Oración en grupo

Creo que Dios es SIEMPRE ENTERAMENTE BUENO, / nos quiere a todos por igual / y tiene hermosos proyectos para con cada uno de nosotros.

Creo en la presencia activa de Dios donde se busca y se realiza justicia, verdad, libertad y amor.

Creo que Dios siempre respeta la dignidad y la libertad humana.

Ofrece sus dones a todos, pero a nadie se los impone.

Y ha puesto la marcha de la historia en nuestras manos.

Creo que Jesús es la imagen viva del amor de Dios para con todos, / especialmente para con los despreciados y empobrecidos.

Creo en la fuerza del Resucitado, capaz de realizar en nosotros maravillas insospechadas.

Creo que Dios está activo en toda pareja enamorada, / en el corazón de los padres y los hijos, / en la solidaridad de los amigos…

Creo que donde hay amor ahí está Dios.

                           (Añadir con sinceridad frases de mi credo y mi anticredo.)

Tarea para casa

Redactar por escrito mi propio credo, primero en qué no creo y luego en qué sí creo.

*  *  *

Para acceder a otros escritos y materiales del padre José Luis Caravias SJ,
puedes entrar en su magnífico blog en wordpress

*  *  *

 Volver al Índice 
Confirmando nuestra fe en Jesucristo – Quién es Dios para mí

Confirmando nuestra fe en Jesucristo – Quién soy yo para mí. Quién soy yo para Dios

Naturalmente es importante ofrecer a los confirmandos una buena preparación, que debe estar orientada a conducirlos hacia una adhesión personal a la fe en Cristo y a despertar en ellos el sentido de pertenencia a la Iglesia.

SS Francisco, Audiencia general,
29 de enero de 2014
.

*  *  *

Objetivos

Combato mis complejos aceptando y cultivando mis cualidades…

Videos de ambientación

Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura (Superación desde la basura)

El Rey León. Recuerda quién eres (Disney) 4′

Charla aclaratoria para debatir después en los grupos

A veces los jóvenes cargamos pesados complejos, nacidos y enraizados desde pequeños. Quizás nuestros pesimismos los sembraron retos y exigencias exageradas de nuestros padres. Puede ser que me influyeron algunos fracasos escolares. Quizás algún tipo de abuso…

O nos criaron demasiados mimados, incapaces de realizar nada por nosotros mismos. O nos metieron por caminos que no estaban de acuerdo con nuestras cualidades.

Al pretender ahora confirmar nuestra personalidad, es de suma importancia que anulemos nuestros complejos. Todo complejo encierra una mentira. Es creer que no sirvo para lo que sí sirvo: complejo de inferioridad. O pensar que sirvo para lo que no sirvo: complejo de superioridad. Con la mentira no se construye nada positivo. Por eso es tan importante que aprenda a conocerme tal como soy. Se trata de mis materiales de construcción con los que tengo que levantar el ideal de mi vida.

Todos somos obra de Dios. Cuando nacemos él nos entrega hermosas semillas: las cualidades que debemos desarrollar en la vida. Pero hay que saber reconocerlas, cultivarlas y defenderlas continuamente. De ello dependerá nuestra futura cosecha de felicidad.

No nos dejemos llevar por una “humildad de garabato”. La humildad es la verdad. Tengo que construir mi personalidad desde mis propios cimientos, con mis propios materiales, con la verdad…

Pero si no reconozco mis cualidades y no las desarrollo, mi vida será un fracaso…

Escuchar como oración este salmo

Perucho Rivera. Salmo 139 Allí estás Tú (letra) 5’

Textos iluminadores para orar y dialogar en grupos

Releer y seleccionar el Sal 139, 1-18: «Dios conoce hasta lo más íntimo de nuestro ser».

Señor, tú me sondeas y me conoces

tú sabes si me siento o me levanto;

de lejos percibes lo que pienso,

te das cuenta si camino o si descanso,

y todos mis pasos te son familiares.

Antes que la palabra esté en mi lengua,

tú, Señor, la conoces plenamente;

me rodeas por detrás y por delante

y tienes puesta tu mano sobre mí;

una ciencia tan admirable me sobrepasa:

es tan alta que no puedo alcanzarla.

¿A dónde iré para estar lejos de tu espíritu?

¿A dónde huiré de tu presencia?

Si subo al cielo, allí estás tú;

si me tiendo en el Abismo, estás presente.

Si tomara las alas de la aurora

y fuera a habitar en los confines del mar,

también allí me llevaría tu mano

y me sostendría tu derecha.

Si dijera: «¡Que me cubran las tinieblas

y la luz sea como la noche a mi alrededor!»,

las tinieblas no serían oscuras para ti

y la noche será clara como el día.

Tú creaste mis entrañas,

me plasmaste en el seno de mi madre:

te doy gracias porque fui formado

de manera tan admirable.

¡Qué maravillosas son tus obras!

Tú conocías hasta el fondo de mi alma

y nada de mi ser se te ocultaba,

cuando yo era formado en lo secreto,

cuando era tejido en lo profundo de la tierra.

Tus ojos ya veían mis acciones,

todas ellas estaban en tu Libro;

mis días estaban escritos y señalados,

antes que uno solo de ellos existiera.

¡Qué difíciles son para mí tus designios!

¡Y qué inmenso, Dios mío, es el conjunto de ellos!

Si me pongo a contarlos,

son más que la arena;

y si terminara de hacerlo,

aún entonces seguiría a tu lado.

       Dejarme mirar por Dios hasta lo más profundo de mi personalidad, y aceptarla con alegría.

Is 40, 27-31; 41, 8-14; 43, 1-5: «Tú vales mucho a mis ojos».

¿Por qué dices Jacob, y lo repites tú, Israel: «Al Señor se le oculta mi camino y mi derecho pasa desapercibido a mi Dios? ¿No lo saber acaso? ¿Nunca lo has escuchado? El Señor es un Dios eterno, él crea los confines de la tierra: no se fatiga ni se agota, su inteligencia es inescrutable. El fortalece al que está fatigado y acrecienta la fuerza del que no tiene vigor. Los jóvenes se fatigan y se agotan, los muchachos tropiezan y caen. Pero los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas, despliegan alas como las águilas; corren y no se agotan, avanzan y no se fatigan.

Pero tú, Israel, mi servidor, Jacob, a quien yo elegí, descendencia de Abraham, mi amigo; tú, a quien tomé de los confines de la tierra y llamé de las regiones más remotas, yo te dije: «Tú eres mi servidor, yo te elegí y no te rechacé». No temas, porque yo estoy contigo, no te inquietes, porque yo soy tu Dios; yo te fortalezco y te ayudo, yo te sostengo con mi mano victoriosa. Sí, quedarán avergonzados y confundidos los que se enfurecen contra ti; serán como nada y desaparecerán aquellos que te desafían. Buscarás, pero no los encontrarás, a aquellos que te provocan; serán como nada, absolutamente nada, los que te hacen la guerra. Porque yo, el Señor, soy tu Dios, el que te sostengo de la mano derecha y te digo: ¿No temas, yo vengo en tu ayuda». Tú eres un gusano, Jacob, eres una lombriz, Israel, pero no temas, yo vengo en tu ayuda –oráculo del Señor– y tu redentor es el Santo de Israel.


Este es mi Servidor, a quien yo sostengo, mi elegido, en quien se complace mi alma. Yo he puesto mi espíritu sobre él para que lleve el derecho a las naciones. Él no gritará, no levantará la voz ni la hará resonar por las calles. No romperá la caña quebrada ni apagará la mecha que arde débilmente. Expondrá el derecho con fidelidad; no desfallecerá ni se desalentará hasta implantar el derecho en la tierra, y las costas lejanas esperarán su Ley. Así habla Dios, el Señor, el que creó el cielo y lo desplegó, el que extendió la tierra y lo que ella produce, el que da el aliento al pueblo que la habita y el espíritu a los que caminan por ella.

¿Es cierto que los jóvenes tenemos complejos? ¿Podríamos describirlos?

¿Cuánto siento que valgo yo ante Dios?

Tarea en el grupo

Redactar entre todos una lista de cualidades de la juventud actual.

Oración resumen

Alguien lee cada frase y todos repiten. Luego algunos vuelven a leer la frase que más les llega.

Creador nuestro, Padre y Madre, desde nuestra gestación nos amas con un amor maravilloso / y sueñas con hermosos proyectos sobre nosotros. Mi existencia es un sueño de tu amor…

Gracias porque me has hecho amoroso(a), inteligente y lindo(a), parecido(a) a ti.

Muéstrame la verdad que ven en mí tus ojos. Sé que tus hermosos proyectos para mí son realizables.

Me das un corazón para amar a semejanza tuya, lleno de deseos y energías.

Mi inteligencia puede crecer sin fin, siempre en búsqueda de nuevas verdades…

Me das voz para cantar al amor y a la belleza, / a la amistad, a la lucha por la verdad y la justicia…

Nos haces partícipes de tu poder creador, / capaces de novedades maravillosas.

Creo en las inmensas posibilidades de desarrollo de todo ser humano.

En las capacidades de la inteligencia y el amor. Creo que otro mundo es posible.

Ayúdanos a reconocer con sencillez todas nuestras capacidades humanas, / a desarrollarlas lindamente / y a ponerlas al servicio de un mundo mejor.

Tarea en casa

Hacer una lista de mis propias cualidades: las que se mantienen aun en semilla, las que están en crecimiento y las que ya dan fruto.

Poner mi nombre y mi foto en la carpeta y una frase resumen de mis ideales.

*  *  *

Para acceder a otros escritos y materiales del padre José Luis Caravias SJ,
puedes acceder a su magnífico blog en wordpress

*  *  *

 Volver al Índice 
Confirmando nuestra fe en Jesucristo – Quién es Dios para mí

Confirmando nuestra fe en Jesucristo – Reunión previa

La Confirmación se entiende en continuidad con el Bautismo, al cual está vinculado de modo inseparable. Estos dos sacramentos, juntamente con la Eucaristía, forman un único evento salvífico, que se llama «iniciación cristiana», en el que somos introducidos en Jesucristo muerto y resucitado, y nos convertimos en nuevas creaturas y miembros de la Iglesia.

SS Francisco, Audiencia general, 29 de enero de 2014.

*  *  *

Objetivo

Anotarnos, conocernos, integrarnos…

Canción de ambientación

Himno JMJ Rio 2013, Esperanza del Amanecer, 6′

Descarga la partitura pulsando en la imagen siguiente:

himno_jmj_2013

Dinámicas de integración

Prepararlas de forma activa y creativa.

Cómo funcionarán estos encuentros de formación

Se supone que los jóvenes que vienen a la parroquia están saturados de formación ideológica en sus colegios religiosos. Por eso estas experiencias van más dirigidas a una conversión vivencial del corazón, centrado en Jesucristo. Los medios más usados son audiovisuales y diálogos.

Los grupos deben ser de diez a doce jóvenes, a ser posible que ya se conozcan entre sí. Es importante que se sientan bien entre ellos para que puedan sincerarse…

Cada confirmando debe conseguirse una carpeta para hojas tamaño A4. En ella irá archivando en orden los materiales que se le entregan y los que ellos mismos deben confeccionar. Esta carpeta será el documento que acredite su participación activa en este proceso de preparación para realizar su compromiso de Confirmación.

Cada tema se aborda primeramente con una o dos canciones, que son proyectadas en video, con la letra incluida en él. Una primera vez la escuchan, y después intentan cantarla, a ser posible danzando.

Después se proyecta algún video corto o un trozo de película, que ayude a actualizar el tema. Según la necesidad a veces es mejor empezar por el video.

Luego se les da una charla, corta y sencilla, de esclarecimiento y cuestionamiento del tema.

Después de la charla, según los casos, se puede repetir la canción primera o recitar una nueva canción tipo oración.

Van después todos a la reunión por grupos, en los que leen un par de breves citas bíblicas que puedan iluminar el tema del día. Después dialogan y debaten, con toda sinceridad, sobre la realidad del tema tratado, la luz que les puedan dar la fe y cuáles son los caminos que ellos proponen.

Para realizar esta catequesis es imprescindible tener conexión a internet y un proyector.

El o la joven que no esté dispuesto de veras a centrar su vida en Jesucristo, mejor será que abandone esta preparación que estamos realizando. Nada de hipocresías. Si no te gusta, no vengas más. No se trata de obedecer órdenes de nuestros mayores, sino de dar este paso porque realmente lo queremos dar. Esta es tarea de adultos conscientes…

Los encuentros, si son en sábado, se procurará que sean a una hora que permita a los confirmandos participar después en la Eucaristía, que en una de las sesiones podría ser sólo entre confirmandos y en los dos restantes en el templo con el pueblo, repitiendo los cantos y oraciones de cada tema.

*  *  *

Para acceder a otros escritos y materiales del padre José Luis Caravias SJ,
puedes acceder a su magnífico blog en wordpress

*  *  *

 Volver al Índice 
Confirmando nuestra fe en Jesucristo – Quién es Dios para mí

Confirmando nuestra fe en Jesucristo, catequesis vivencial audiovisual – Índice de temas

Es importante estar atentos para que nuestros niños, nuestros muchachos, reciban este sacramento. Todos nosotros estamos atentos de que sean bautizados y esto es bueno, pero tal vez no estamos muy atentos a que reciban la Confirmación. De este modo quedarán a mitad de camino y no recibirán el Espíritu Santo, que es tan importante en la vida cristiana, porque nos da la fuerza para seguir adelante. Pensemos un poco, cada uno de nosotros: ¿tenemos de verdad la preocupación de que nuestros niños, nuestros chavales reciban la Confirmación? Esto es importante, es importante. Y si vosotros, en vuestra casa, tenéis niños, muchachos, que aún no la han recibido y tienen la edad para recibirla, haced todo lo posible para que lleven a término su iniciación cristiana y reciban la fuerza del Espíritu Santo. ¡Es importante!

SS Francisco, Audiencia general, 29 de enero de 2014.

*  *  *

El padre José Luis Caravias SJ, de la Parroquia Cristo Rey de Asunción (Paraguay), nos ha ofrecido gentilmente el sistema completo de catequesis para la confirmación que utilizan en 2014. Este sistema, además de formar a nuestros muchachos, pretende tratar con ellos los problemas que los afectan especialmente en nuestros días.

*  *  *

Temas de la catequesis

0. Reunión previa. Normas. Dinámicas. Formación voluntaria de grupos.

1. Quién soy yo para mí. Quién soy yo para Dios.

2. Quién es Dios para mí.

3. Nos podemos hacer mucho daño a nosotros mismos y a los demás.

4. Cinedebate: El guerrero pacífico.

5. Los «Poderosos» nos idiotizan al servicio de su mundo injusto.

6. El gran desafío: Educar nuestra libertad.

7. Tarea básica: Cultivar amistades sinceras, múltiples y complementarias.

8. Lo definitivo: aprender a enamorarnos. De la pornografía al amor.

9. Cinedebate: Diario de una pasión.

10. La encarnación: En Jesús Dios se solidariza con toda la humanidad.

11. Jesús es nuestro amigo y compañero.

12. Jesús sana y resucita a los jóvenes.

13. Jesús prefiere a los más necesitados, y hoy nos espera en ellos.

14. Visita activa a Jesús necesitado. Día de experiencia cristológica.

15. Jesús modelo heroico de compromiso. Muere por su fidelidad al Amor.

16. Jesús resucitado vence a la maldad y a la muerte.

17. María, la Madre, nos lleva a Jesús.

18. Actualizo mi bautismo comprometiéndome en serio con Cristo.

19. Cinedebate: Jesús.

20. Eucaristía: Jesús quiere alimentar mi capacidad de compromiso.

21. Jesús nos envía al Espíritu Santo para que nos ayude a crecer en la fe en Él y capacitarnos así para comprometernos con Él.

22. Mi compromiso en la Confirmación.

23. Retiro. Sacramento de la Reconciliación.

Anexo. Canciones extra para utilizar en las sesiones.

*  *  *

Para acceder a otros escritos y materiales del padre José Luis Caravias SJ,
puedes entrar en su magnífico blog en wordpress.

Dinámicas para mejorar la fluidez verbal

Dinámicas para mejorar la fluidez verbal

«Tenemos que salir a hablarle a esta gente de la ciudad a quien vimos en los balcones. Tenemos que salir de nuestra cáscara y decirles que Jesús vive, y que Jesús vive para él, para ella, y decírselo con alegría… aunque uno a veces parezca un poco loco. El mensaje del Evangelio es locura, dice San Pablo. El tiempo de la vida no nos va a alcanzar para entregarnos y anunciar esto que Jesús está restaurando la vida. Tenemos que ir a sembrar esperanza, tenemos que salir a la calle. Tenemos que salir a buscar.

»¿Y nosotros nos vamos a quedar en casa? ¿Nos vamos a quedar en la parroquia, encerrados? ¿Nos vamos a quedar en el chimenterío parroquial, o del colegio, en las internas eclesiales? ¡Cuando toda esta gente nos está esperando! ¡La gente de nuestra ciudad! Una ciudad que tiene reservas religiosas, que tiene reservas culturales, una ciudad preciosa, hermosa, pero que está muy tentada por Satanás. No podemos quedarnos nosotros solos, no podemos quedarnos en la parroquia y en el colegio. ¡Catequista, a la calle! A catequizar, a buscar, a golpear puertas. A golpear corazones».

Papa Francisco, cuando era Arzobispo de Buenos Aires,
en carta a sus catequistas,
EAC 2000, 11 de marzo de 2000.

* * *

En este artículo recopilamos una serie de seis dinámicas útiles para utilizar en las sesiones de catequesis de postcomunión y en la preparación del sacramento de la Confirmación. Su objetivo fundamental es mejorar la fluidez verbal de los catecúmenos que forman el grupo, dotándoles de herramientas eficientes para proclamar el mensaje evangélico.

* * *

 

1. El reloj despertador

2. La gran pregunta

3. Sin quemarse los dedos

4. Ensalada de refranes

5. Concurso de canciones

6. Pictogramas

* * *

1. El reloj despertador

El grupo se sienta formando un círculo y el animador tira una pelota a uno de los participantes y se voltea; los participantes hacen circular la pelota de mano en mano.

En un momento determinado se hace sonar un pito y, al instante, se detiene el paso de la pelota.

El participante que se quede con ella, debe decir doce nombres con la letra indicada por el animador y así sucesivamente.

* * *

 

2. La gran pregunta

El director de la dinámica da a cada participante el nombre de una fruta y después responde a la pregunta formulada. Ejemplo:

El directo pregunta: «¿qué te duele?».

Y el aludido responde: «el mango».

* * *

 

3. Sin quemarse los dedos

Se escoge una letra. Se ponen de acuerdo los participantes si se van a nombrar ciudades, personas, objetos, verbos o simplemente palabras que empiecen con la letra selecciona.

Un participante enciende una cerilla y va diciendo palabras hasta que se apague el fósforo, luego sigue otro.

Se aplaude a aquel que haya dicho el mayor número de palabras sin quemarse.

* * *

 

4. Ensalada de refranes

Mientras un participante, que va a ser el adivinador de refranes, sale del lugar, los demás escogen un refrán y se reparten las palabras que lo forman.

El participante que haya salido, regresa y pregunta «¿Cuál es el refrán?»

Y todos responden al tiempo diciendo cada uno la palabra que le haya tocado.

El adivinador debe descubrir cuál fue el refrán.

* * *


5. Concurso de canciones

Se forman dos equipos. En un tiempo determinado, uno de ellos debe entonar conjuntamente una canción, que contenga la palabra que el equipo contrario le sugiera.

Tan pronto lo haga, ese equipo sugiere al otro otra palabra para que hagan lo mismo.

Se debe dar un tiempo breve a los equipo para que piense la canción.

* * *


6. Pictogramas

Se forman dos equipos. Cada uno de los participantes escribe en un papel el título de una película, de una canción o de una obra literaria. Se meten todas en un una bolsa.

Se sortea el orden de participación de los jugadores. El primero que le toque, mete la mano en la bolsa y coge un papel al azar. En un pizarrín o en un papel, hace un dibujo que represente el título que ha escogido, para que los demás intenten adivinarlo. El que haya escrito ese título no puede participar.

Se continúa con el resto de participantes. Gana quien más títulos haya adivinado.

* * *

La teología de la cruz en la predicación de san Pablo

La teología de la cruz en la predicación de san Pablo

Queridos hermanos y hermanas:

En la experiencia personal de san Pablo hay un dato incontrovertible: mientras que al inicio había sido un perseguidor y había utilizado la violencia contra los cristianos, desde el momento de su conversión en el camino de Damasco, se había pasado a la parte de Cristo crucificado, haciendo de él la razón de su vida y el motivo de su predicación. Entregó toda su vida por las almas (cf. 2 Co 12, 15), una vida nada tranquila, llena de insidias y dificultades. En el encuentro con Jesús le quedó muy claro el significado central de la cruz: comprendió que Jesús había muerto y resucitado por todos y por él mismo. Ambas cosas eran importantes; la universalidad: Jesús murió realmente por todos; y la subjetividad: murió también por mí. En la cruz, por tanto, se había manifestado el amor gratuito y misericordioso de Dios.

Este amor san Pablo lo experimentó ante todo en sí mismo (cf. Ga 2, 20) y de pecador se convirtió en creyente, de perseguidor en apóstol. Día tras día, en su nueva vida, experimentaba que la salvación era «gracia», que todo brotaba de la muerte de Cristo y no de sus méritos, que por lo demás no existían. Así, el «evangelio de la gracia» se convirtió para él en la única forma de entender la cruz, no sólo el criterio de su nueva existencia, sino también la respuesta a sus interlocutores. Entre estos estaban, ante todo, los judíos que ponían su esperanza en las obras y esperaban de ellas la salvación; y estaban también los griegos, que oponían su sabiduría humana a la cruz; y, por último, estaban ciertos grupos de herejes, que se habían formado su propia idea del cristianismo según su propio modelo de vida.

Para san Pablo la cruz tiene un primado fundamental en la historia de la humanidad; representa el punto central de su teología, porque decir cruz quiere decir salvación como gracia dada a toda criatura. El tema de la cruz de Cristo se convierte en un elemento esencial y primario de la predicación del Apóstol: el ejemplo más claro es la comunidad de Corinto. Frente a una Iglesia donde había, de forma preocupante, desórdenes y escándalos, donde la comunión estaba amenazada por partidos y divisiones internas que ponían en peligro la unidad del Cuerpo de Cristo, san Pablo se presenta no con sublimidad de palabras o de sabiduría, sino con el anuncio de Cristo, de Cristo crucificado. Su fuerza no es el lenguaje persuasivo sino, paradójicamente, la debilidad y la humildad de quien confía sólo en el «poder de Dios» (cf. 1 Co 2, 1-5).

La cruz, por todo lo que representa y también por el mensaje teológico que contiene, es escándalo y necedad. Lo afirma el Apóstol con una fuerza impresionante, que conviene escuchar de sus mismas palabras: «La predicación de la cruz es una necedad para los que se pierden; mas para los que se salvan —para nosotros— es fuerza de Dios. (…) Quiso Dios salvar a los creyentes mediante la necedad de la predicación. Así, mientras los judíos piden señales y los griegos buscan sabiduría, nosotros predicamos a Cristo crucificado, escándalo para los judíos, necedad para los gentiles» (1 Co 1, 18-23).

Las primeras comunidades cristianas, a las que san Pablo se dirige, saben muy bien que Jesús ya ha resucitado y vive; el Apóstol quiere recordar, no sólo a los Corintios o a los Gálatas, sino a todos nosotros, que el Resucitado sigue siendo siempre Aquel que fue crucificado. El «escándalo» y la «necedad» de la cruz radican precisamente en el hecho de que donde parece haber sólo fracaso, dolor, derrota, precisamente allí está todo el poder del Amor ilimitado de Dios, porque la cruz es expresión de amor y el amor es el verdadero poder que se revela precisamente en esta aparente debilidad. Para los judíos la cruz es skandalon, es decir, trampa o piedra de tropiezo: parece obstaculizar la fe del israelita piadoso, que no encuentra nada parecido en las Sagradas Escrituras.

San Pablo, con gran valentía, parece decir aquí que la apuesta es muy alta: para los judíos, la cruz contradice la esencia misma de Dios, que se manifestó con signos prodigiosos. Por tanto, aceptar la cruz de Cristo significa realizar una profunda conversión en el modo de relacionarse con Dios. Si para los judíos el motivo de rechazo de la cruz se encuentra en la Revelación, es decir, en la fidelidad al Dios de sus padres, para los griegos, es decir, para los paganos, el criterio de juicio para oponerse a la cruz es la razón. En efecto, para estos últimos la cruz es moría, necedad, literalmente insipidez, un alimento sin sal; por tanto, más que un error, es un insulto al buen sentido.

San Pablo mismo, en más de una ocasión, sufrió la amarga experiencia del rechazo del anuncio cristiano considerado «insípido», irrelevante, ni siquiera digno de ser tomado en cuenta en el plano de la lógica racional. Para quienes, como los griegos, veían la perfección en el espíritu, en el pensamiento puro, ya era inaceptable que Dios se hiciera hombre, sumergiéndose en todos los límites del espacio y del tiempo. Por tanto, era totalmente inconcebible creer que un Dios pudiera acabar en una cruz.

Y esta lógica griega es también la lógica común de nuestro tiempo. El concepto de apátheia indiferencia, como ausencia de pasiones en Dios, ¿cómo habría podido comprender a un Dios hecho hombre y derrotado, que incluso habría recuperado luego su cuerpo para vivir como resucitado? «Te escucharemos sobre esto en otra ocasión» (Hch 17, 32), le dijeron despectivamente los atenienses a san Pablo, cuando oyeron hablar de resurrección de los muertos. Creían que la perfección consistía en liberarse del cuerpo, concebido como una prisión. ¿Cómo no iban a considerar una aberración recuperar el cuerpo? En la cultura antigua no parecía haber espacio para el mensaje del Dios encarnado. Todo el acontecimiento «Jesús de Nazaret» parecía estar marcado por la más total necedad y ciertamente la cruz era el aspecto más emblemático.

¿Pero por qué san Pablo, precisamente de esto, de la palabra de la cruz, hizo el punto fundamental de su predicación? La respuesta no es difícil: la cruz revela «el poder de Dios» (cf. 1 Co 1, 24), que es diferente del poder humano, pues revela su amor: «La necedad divina es más sabia que la sabiduría de los hombres, y la debilidad divina, más fuerte que la fuerza de los hombres» (1 Co 1, 25). Nosotros, a siglos de distancia de san Pablo, vemos que en la historia ha vencido la cruz y no la sabiduría que se opone a la cruz. El Crucificado es sabiduría, porque manifiesta de verdad quién es Dios, es decir, poder de amor que llega hasta la cruz para salvar al hombre. Dios se sirve de modos e instrumentos que a nosotros, a primera vista, nos parecen sólo debilidad.

El Crucificado desvela, por una parte, la debilidad del hombre; y, por otra, el verdadero poder de Dios, es decir, la gratuidad del amor: precisamente esta gratuidad total del amor es la verdadera sabiduría. San Pablo lo experimentó incluso en su carne, como lo testimonia en varios pasajes de su itinerario espiritual, que se han convertido en puntos de referencia precisos para todo discípulo de Jesús: «Él me dijo: «Mi gracia te basta, que mi fuerza se muestra perfecta en la flaqueza»» (2 Co 12, 9); y también: «Ha escogido Dios lo débil del mundo para confundir lo fuerte» (1 Co 1, 28). El Apóstol se identifica hasta tal punto con Cristo que también él, aun en medio de numerosas pruebas, vive en la fe del Hijo de Dios que lo amó y se entregó por sus pecados y por los de todos (cf. Ga 1, 4; 2, 20). Este dato autobiográfico del Apóstol es paradigmático para todos nosotros.

San Pablo ofreció una admirable síntesis de la teología de la cruz en la segunda carta a los Corintios (cf. 2 Co 5, 14-21), donde todo está contenido en dos afirmaciones fundamentales: por una parte, Cristo, a quien Dios ha tratado como pecado en nuestro favor (v.21), murió por todos (v. 14); por otra, Dios nos ha reconciliado consigo, no imputándonos nuestras culpas (vv.18-20). Por este «ministerio de la reconciliación» toda esclavitud ha sido ya rescatada (cf. 1 Co 6, 20; 7, 23). Aquí se ve cómo todo esto es relevante para nuestra vida. También nosotros debemos entrar en este «ministerio de la reconciliación», que supone siempre la renuncia a la propia superioridad y la elección de la necedad del amor.

San Pablo renunció a su propia vida entregándose totalmente al ministerio de la reconciliación, de la cruz, que es salvación para todos nosotros. Y también nosotros debemos saber hacer esto: podemos encontrar nuestra fuerza precisamente en la humildad del amor y nuestra sabiduría en la debilidad de renunciar para entrar así en la fuerza de Dios. Todos debemos formar nuestra vida según esta verdadera sabiduría: no vivir para nosotros mismos, sino vivir en la fe en el Dios del que todos podemos decir: «Me amó y se entregó a sí mismo por mí».

*  *  *

Santo Padre emérito Benedicto XVI

La teología de la cruz en la predicación de san Pablo

Audiencia General del miércoles, 29 de octubre de 2008

El milagro de Calanda

El milagro de Calanda

Aconteció el prodigioso suceso en 1640. Un mozo de 19 años, llamado Miguel Juan Pellicer, natural de Calanda, en Aragón, hijo de Miguel Pellicer, labrador pobre y de María Blasco, su mujer, se hallaba sirviendo en Castellón de la Plana a un tío suyo que se llamaba Jaime Blasco. Llevando el mozo un carro cargado de trigo, tuvo la desgracia de caerse del carro, y cogiéndole una rueda la pierna derecha, se la quebrantó…

Le condujeron al hospital general de Valencia, en donde no acertaron a curarle, y a instancias del enfermo, le trasladaron al hospital general de Nuestra Señora de Gracia, de Zaragoza. Al llegar a esta ciudad, pidió el doliente que le llevasen al templo del Pilar, en donde confesó y comulgó, suplicando a Nuestra Señora que le favoreciese en tan grande trabajo, y, después de haber recibido los santos Sacramentos, se encaminó al hospital. Allí pareció a los cirujanos y médicos que no había más remedio que amputarle la pierna, por estar ya gangrenada; y así lo ejecutó el Licenciado Juan Estanga, catedrático de cirugía de la Universidad de Zaragoza, y se la cortó por cuatro dedos más debajo de la rodilla. La pierna amputada se enterró en el cementerio del mismo hospital. Cicatrizada la herida, acomodaron al pobre mozo una pierna de madera, con la cual, y apoyado además, sobre dos muletas, se fue al santuario de la Virgen del Pilar a encomendarse de nuevo a Nuestra Señora.

Dos años pasó en Zaragoza pidiendo limosna a las puertas del templo del Pilar, visitando muchas veces a la Virgen y ungiéndose con aceite de lámparas la cicatriz de la pierna y no perdiendo jamás la esperanza de que, por el favor de la soberana Señora, había de verse algún día remediado.

Deseoso de saber de sus padres, y que ellos supiesen de su hijo, determinó pasar de Zaragoza a Calanda, su patria, lo cual hizo con gran trabajo en el año 1640; y encontró a sus padre vivos, los cuales le recibieron con grande gozo, aunque con la pena de verle tan estropeado y sin la pierna. Estaban los padres de nuestro Miguel tan pobres, que no sólo no tenían con qué sustentarle, pues apenas podían sustentarse a sí mismos; y así, hubo de buscar el buen hijo algún modo de socorrer la necesidad de todos; e ingeniándose, llegó a procurarse una jumentilla, y, montando en ella, iba por los lugares circunvecinos a pedir limosna.

Un día, que fue el 29 de marzo, estando por la noche calentándose a la lumbre con sus padres y otros vecinos, se quitó la pierna de palo, como acostumbraba a hacerlo para irse a acostar, y arrastrando como pudo ese entró en el aposento que tenía su pobre cama, la cual se componía de un serón de esparto y una capa de su padre que le servía de manta con que cubrirse. Encomendóse como solía, a la Virgen del Pialar de Zaragoza, y le acompañó en su oración su madre, que lastimada como siempre de ver a su hijo en aquel triste estado, imploraba con sentidas exclamaciones y plegarias el remedio del cielo. Después de haberse acostado, y entre las diez y las once de la noche, entró la madre casualmente en el aposento donde su hijo estaba ya bien dormido, y echó de ver la cosa más extraña que pudiera imaginar: vio que se descubrían dos piernas, las cuales estaban bien patentes, porque la capa que servía al mozo de manto era un tanto corta. Admirada de lo que veían sus ojos, salió con presteza y avisó a su marido de tan asombrosa novedad; el cual, no creyendo lo que oía decir a su mujer, fue con ella hasta el lecho de Miguel y se certificó de que allí estaba él solo, y de que estaba con dos piernas. Es imposible decir el asombro mezclado de regocijo que sacó como fuera de sí a aquellos padres. Porque, fue tan grande, que por largo rato no se pudieron hablar uno a otro, ni articular palabra alguna, hasta que recobrados trataron de despertar al hijo que estaba profundamente dormido; y habiéndolo despertado, el padre, aunque aún no acababa de creer lo que certificaban los ojos, lleno de admiración, le dijo:

—¿Qué es esto, hijo mío, que te vemos con dos piernas?

A lo que respondió el mozo:

—Yo, padre, no sé lo que me dice; lo que sé es que estaba durmiendo y soñaba que asistía en la santa capilla de Nuestra Señora del Pilar, y que me untaba con el aceite de sus lámparas.

—Hijo, da infinitas gracias a Nuestro Señor y a esta sagrada Reina, Madre suya, que ha sido tu abogada, porque esta Señora ya te ha curado y restituido la pierna.

Reconoció entonces Miguel el admirable prodigio, y al verse con dos piernas, comenzó a bendecir a Dios y a su Santísima Madre, y no cesaba de mirar y tocar la pierna que había recobrado sin saber cómo, ni de hacer gracias a la Virgen por tan incomparable y celestial beneficio. En aquel pobre albergue se sintió desde aquella hora una fragancia extraordinaria que duró aún después por espacio de muchos días.

Corrió al instante la voz y fama de tan soberano beneficio por todo el pueblo de Calanda; y todos los vecinos vinieron luego a ver con sus ojos lo que no acababan de creer; miraban y remiraban atentamente al mozo, y al verle con dos piernas y andando sin dificultad alguna, alababan el poderoso brazo de Dios.

Viniendo después Miguel a Zaragoza a visitar en su misma Capilla a su Madre piadosísima y celestial bienhechora, la Virgen del Pilar, se divulgó rápidamente por toda la capital de Aragón el maravillosos e inaudito acontecimiento; e innumerable gente concurrió para ver a Miguel y admirar el soberano prodigio que en él se habría obrado; pues, como por espacio de dos años había estado pidiendo limosna a la puerta del templo del Pilar, muchos le conocían bien, y reconocían que era el mismo que antes andaba con dos muletas y con pierna de palo; y se llenaban de admiración al ver el grande prodigio que en él había obrado Nuestra Señora.

*  *  *

Noticias Cristianas: «Historias para amar a la virgen. IV Parte: Historia, n.º 11».

Historias para amar, páginas 69-71

*  *  *

Nota:

Posiblemente se trata del milagro más y mejor documentado de la historia de la cristiandad y uno de los pocos relacionados con la resurrección de la carne. Si queréis conocer más sobre el milagro de Calanda…

El Milagro de Calanda: información y recursos

El Milagro de Calanda: información y recursos

Decidimos, pronunciamos y declaramos que a Miguel Pellicer, natural de Calanda, de quien en este proceso se trata, le ha sido restituida milagrosamente su pierna derecha, que antes le habían cortado, y que tal restitución no ha sido obrada naturalmente, sino prodigiosa y milagrosamente, debiéndose juzgar tener por milagro, por haber concurrido en ella todas las circunstancias que el derecho exige para constituir un verdadero milagro, como por el presente lo atribuimos a milagro, y por tal milagro lo aprobamos, declaramos y autorizamos.

Sentencia del 27 de abril de 1641, firmada por D. Pedro de Apaolaza Ramírez, arzobispo de Zaragoza, conclusión del proceso canónico correspondiente que fue abierto el 5 de junio de 1640.

*  *  *

El milagro de Calanda

Sucedió el milagro entre las 10 y las 11 de la noche del jueves 29 de marzo de 1640, en la villa aragonesa de Calanda y en la persona del joven Miguel Juan Pellicer, de 23 años.

Contaba el joven Miguel Juan Pellicer 19 años cuando, trabajando en Castellón de la Plana, cayó de un carro, cargado de trigo, que conducía, y una rueda le aplastó la pierna derecha. Pasó 5 días en el Hospital de Valencia y pidió ser llevado al Hospital de Nuestra Señora de Gracia en Zaragoza.

Debido a este incidente, fue necesario amputarle dicha pierna, dos dedos más abajo de la rodilla, lo que se hizo en el Hospital de Nuestra Señora de Gracia, en Zaragoza, por el cirujano D. Juan Estanga, siendo enterrada por el practicante Juan Lorenzo García.

Tras su convalecencia durante dos años en el Hospital citado, fue mendigo en la puerta del templo de Nuestra Señora del Pilar, de la que era muy devoto desde su niñez, ya que existía una ermita con su advocación en Calanda, y a la que se había encomendado antes y después de su operación, confesando y comulgando en su santuario. Cada día, Pellicer untaba el muñón de su pierna con el aceite de las lámparas que ardían ante la Virgen del Pilar mientras pedía limosna a la puerta del templo.

Vuelto a casa de sus padres, en Calanda, a primeros de marzo de 1640, el día 29 de ese mes, habiéndose acostado en la misma habitación de sus padres, por haber un soldado alojado en casa, lo encontraron ellos dormido media hora más tarde, con dos piernas, notándose en la restituida las mismas señales de un grano y unas cicatrices que tenía antes de su amputación.

Tras su curación, Miguel Juan volvió a viajar a Zaragoza para dar gracias a la Virgen del Pilar, y, a instancias del Ayuntamiento de la ciudad, se incoó en el arzobispado un proceso el 5 de junio de 1640, pronunciando sentencia afirmativa de curación milagrosa, el Arzobispo D. Pedro Apaolaza, asesorado por nueve teólogos y canonistas, el 27 de abril de 1641. Se conserva íntegro el texto de este proceso con las declaraciones de los 25 testigos que comparecieron.

El milagro se divulgó rápidamente por la Corte, y Pellicer fue recibido en Madrid por el Rey Felipe IV. Una relación en castellano sobre el Milagro, hecha en 1641 por el carmelita Fr. Jerónimo de San José y luego traducida al italiano, difundió la noticia por España, Italia y Sur de Francia. Sobre todo una Relación en latín, escrita por el médico alemán Pedro Neurath en 1642, luego traducida al francés, alemán y holandés, lo divulgó por toda Europa. El mismo Papa Urbano VIII fue informado personalmente por el P. jesuita aragonés F. Franco en 1642.

Entre los milagros, que, por definición, son todos excepciones de las leyes de la naturaleza, el de Calanda es, a su vez, excepcional; por eso las relaciones coetáneas lo calificaron de «milagro inaudito en todos los tiempos».

El Canónigo e Historiador zaragozano D. Tomás Domingo cuenta con una obra de reciente publicación titulada «El Milagro de Calanda» en la que detalla todo el proceso, testimonios, etc. y que supone toda una vida de recopilación de datos, documentos e investigación del milagro obrado por la Virgen del Pilar en la persona de Miguel Pellicer. El libro puede adquirirse en las librerías religiosas y en la propia tienda de la Basílica del Pilar.

Artículo original: El milagro de Calanda

*  *  *

Más información sobre el milagro de Calanda en la Gran Enciclopedia Aragonesa

Más información sobre el milagro de Calanda en la web del Ayuntamiento de Calanda (Teruel)

*  *  *

Nota: la imagen el artículo es un cuadro de Sor Isabel Guerra

Evangelio del día: Amarás a Dios con todo tu corazón

Evangelio del día: Amarás a Dios con todo tu corazón

Mateo 22, 34-40. Trigésimo Domingo del Tiempo Ordinario. Ser discípulos de Cristo es poner en práctica sus enseñanzas, que se resumen en el primero y mayor de los mandamientos de la Ley divina, el mandamiento del amor.

Cuando los fariseos se enteraron de que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron en ese lugar, y uno de ellos, que era doctor de la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley?». Jesús le respondió: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu. Este es el más grande y el primer mandamiento. El segundo es semejante al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas».

Sagrada Escritura en el portal web de la Santa Sede

Lecturas

Primera lectura: Libro del Éxodo, Éx 22, 20-26

Salmo: Sal 18(17), 2-3a.3bc-4.47.51a-51b

Segunda lectura: Primera Carta de San Pablo a los Tesalonicenses, Tes 1, 5c-10

Oración introductoria

Santísima Trinidad, no puedo verte, pero sé que estás en mí. Yo no puedo tocarte, pero sé que estoy en sus manos. No puedo comprenderte totalmente, pero te amo con todo mi corazón. No hay otra cosa más importante que amarte y amar a mi prójimo como a mí mismo. Ven e ilumina mi oración para viva de acuerdo a lo que creo.

Petición

Te suplico, Jesús, me des fe para darte siempre el lugar que te corresponde en mi vida y la gracia de poder vivir la caridad de tu Evangelio.

Meditación del Santo Padre emérito Benedicto XVI

Queridos hermanos y hermanas:

La Palabra del Señor, que se acaba de proclamar en el Evangelio, nos ha recordado que el amor es el compendio de toda la Ley divina. El evangelista san Mateo narra que los fariseos, después de que Jesús respondiera a los saduceos dejándolos sin palabras, se reunieron para ponerlo a prueba (cf. Mt 22, 34-35). Uno de ellos, un doctor de la ley, le preguntó: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento mayor de la Ley?» (Mt 22, 36). La pregunta deja adivinar la preocupación, presente en la antigua tradición judaica, por encontrar un principio unificador de las diversas formulaciones de la voluntad de Dios. No era una pregunta fácil, si tenemos en cuenta que en la Ley de Moisés se contemplan 613 preceptos y prohibiciones. ¿Cómo discernir, entre todos ellos, el mayor? Pero Jesús no titubea y responde con prontitud: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el mayor y el primer mandamiento» (Mt 22, 37-38).

En su respuesta, Jesús cita el Shemá, la oración que el israelita piadoso reza varias veces al día, sobre todo por la mañana y por la tarde (cf. Dt 6, 4-9; 11, 13-21; Nm 15, 37-41): la proclamación del amor íntegro y total que se debe a Dios, como único Señor. Con la enumeración de las tres facultades que definen al hombre en sus estructuras psicológicas profundas: corazón, alma y mente, se pone el acento en la totalidad de esta entrega a Dios. El término mente, diánoia, contiene el elemento racional. Dios no es solamente objeto del amor, del compromiso, de la voluntad y del sentimiento, sino también del intelecto, que por tanto no debe ser excluido de este ámbito. Más aún, es precisamente nuestro pensamiento el que debe conformarse al pensamiento de Dios.

Sin embargo, Jesús añade luego algo que, en verdad, el doctor de la ley no había pedido: «El segundo es semejante a este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Mt 22, 39). El aspecto sorprendente de la respuesta de Jesús consiste en el hecho de que establece una relación de semejanza entre el primer mandamiento y el segundo, al que define también en esta ocasión con una fórmula bíblica tomada del código levítico de santidad (cf. Lv 19, 18). De esta forma, en la conclusión del pasaje los dos mandamientos se unen en el papel de principio fundamental en el que se apoya toda la Revelación bíblica: «De estos dos mandamientos penden toda la Ley y los Profetas» (Mt 22, 40).

La página evangélica sobre la que estamos meditando subraya que ser discípulos de Cristo es poner en práctica sus enseñanzas, que se resumen en el primero y mayor de los mandamientos de la Ley divina, el mandamiento del amor.

Santo Padre emérito Benedicto XVI

Homilía del domingo, 26 de octubre de 2008

Propósito

Asistir a la celebración de la Eucaristía, preferentemente en familia, como la actividad más importante del domingo, el Día del Señor.

Diálogo con Cristo

No existe otro camino, para ser un seguidor de Cristo, que el del amor y el del servicio. Amar quiere decir servir, servir es amar y el amor de Dios está orientado a lograr una transformación en mí. Gracias, Señor, por el don de la fe y la gracia de tu amor.

*  *  *

Evangelio en Catholic.net

Evangelio en Evangelio del día