Teatro de Navidad para jóvenes

Teatro de Navidad para jóvenes

Con este artículo queremos fomentar especialmente que niños y jóvenes sean capaces de compartir su fe aprendiendo y divirtiéndose, por qué no. El teatro es una herramienta muy adecuada en la adolescencia para que estos «cristianos en crecimiento» creen recuerdos llenos de sentido espiritual… que muchas veces puede marcar la diferencia.

Representando un personaje con valores cristianos el joven actor se identifica con ellos, los asume como propios, y es capaz de transmitirlos a los demás.

En este artículo os presentamos la obra Canción de Navidad, adaptada teatralmente por el escritor Joan Salvador e Isabel Giménez. Una obra muy adecuada para quienes preparan su Confirmación.


Canción de Navidad

Aconsejada para jóvenes de 10 a 15 años, implica 24 personajes.

Es una adaptación del cuento de Charles Dickens; Scrooge recibe la visita de tres espíritus para que reflexione sobre su forma de vivir.


Canción de Navidad: versión teatral del cuento Canción de Navidad de Charles Dickens


El enlace os dirige a la obra, la cual se encuentra en un documento en formato pdf que os podréis descargar.

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Fuente original: página web de Joan Salvador

¡Colorea la Anunciación!

¡Colorea la Anunciación!

Con motivo de la Solemnidad de la Anunciación del Señor, os presentamos las siguientes láminas para colorear la Anunciación de la Virgen María.

Podéis obtener las imágenes en tamaño real pulsando directamente sobre cada imagen o en el listado de enlaces situado debajo de las imágenes.

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Láminas sobre la Anunciación de la Virgen María

Anunciación de la Virgen María: lámina 1 Anunciación de la Virgen María: lámina 2 Anunciación de la Virgen María: lámina 3
anunciacion_04_thumbAnunciación de la Virgen María: lámina 4 Anunciación de la Virgen María: lámina 5 Anunciación de la Virgen María: lámina 6
Anunciación de la Virgen María: lámina 7 Anunciación de la Virgen María: lámina 8 Anunciación de la Virgen María: lámina 9

Listado de enlaces a las imágenes

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Fuente original: Colegio Erain


Biografía de san Alberto Magno, Doctor de la Iglesia, con recursos audiovisuales

Biografía de san Alberto Magno, Doctor de la Iglesia, con recursos audiovisuales

Alberto Magno, el científico y el santo.

San Alberto nace en el seno de la noble familia de los Ingollstad en Lauingen, Diócesis de Augsburgo en la Baviera Alemana en 1.206.

Desea cursar la carrera de Leyes por lo que sus padres le envían primero a Bolonia, que más tarde será cumbre de los estudios juristas; pasa más adelante a Venecia, para terminar en Padua. En 1.223 conoce a su compatriota el Bto. Jordán de Sajonia que sucederá a Santo Domingo de Guzmán en el gobierno de la Orden Dominicana. Queda prendado por la predicación y las cualidades de este hombre; recibe la llamada de Dios y decide ingresar en la Orden de Predicadores en 1.224. La oposición de su familia es frontal, pero él permanece fiel a su decisión.

En 1.228 es enviado a su Patria como profesor y enseña, primero en Colonia, con posterioridad en Hildesheim, Friburgo, Ratisbona, Estrasburgo y en la Sorbona de París, donde tendrá como discípulo predilecto a Santo Tomás de Aquino.

En 1.248 le encontramos, de nuevo, en Colonia dirigiendo el Estudio General de la Orden en esta ciudad. En los años 1.254 a 1.257 es elegido Provincial de la Provincia de Teutonia. En 1.256 está en Roma y allí, con San Buenaventura, franciscano, defiende los derechos de las Ordenes Mendicantes, frente a Guillermo de San Amor y otros profesores, el derecho de enseñar en las Universidades de entonces. San Alberto Magno es profesor en la Curia Pontificia.

Cuatro años más tarde el Papa Alejandro IV le nombra Obispo y, a pesar de su oposición, es consagrado Obispo de Ratisbona; organizó la Diócesis. A los dos años, con nostalgia de su vida conventual dominicana, el Papa Urbano IV le acepta la renuncia. De 1.261 al 1.263 es nombrado Predicador de la Cruzada y profesor de la Curia Pontificia.

Destaca San Alberto Magno por su capacidad, sagacidad y equilibrio en solucionar casos conflictivos como el del Obispo de Wurzburgo con sus fieles. Su misión y su campo es la enseñanza, la investigación por la que sigue dictando su sabiduría en las Cátedras Wurzburgo, Estrasburgo y Lyon. Participa en el II Concilio de Lyon, donde media para que sea reconocido como Rey de Alemania Rodolfo de Augsburgo.

En 1.279 se debilita física y mentalmente. Ese mismo año redacta su testamento y muere, con serenidad y paz, sobre su mesa de trabajo. Era el 15 de noviembre de1.280.

El Maestro General de la Orden Dominicana, Humberto de Romans, nos ha dejado estas pinceladas: «Era de buena talla y bien dotado de formas físicas. Poseía un cuerpo formado con bellas proporciones y perfectamente moldeado para todas las fatigas del servicio de Dios».

San Alberto es Magno por la grandeza de su espíritu. Era un hombre abierto a lo universal; escritor y profesor incansable. Como naturalista era un hombre de vocación analítica y observador nato. En sus obras destacan afirmaciones talas como: «Yo lo observé» «Yo hice el experimento» «Esto me lo han referido pescadores o cazadores expertos».

Pero es preciso destacar que San Alberto estudia, investiga, analiza todo en función de la Santa Predicación; por eso utiliza tanto las Ciencias Naturales, Biología, Botánica, Química, Zoología, Arqueología, como la Filosofía y la Teología.

Semblanza espiritual

San Alberto es un científico, pero ante todo es un teólogo, observante y mortificado, hombre de oración ininterrumpida. Pasa muchas noches en la oración, amante de la Eucaristía: «Celebraba los Misterios Divinos con la más grande pureza y el más ardiente amor».

Pero San Alberto Magno es un místico que descubre a Dios en el encanto de la creación. Y un místico mariano, con una sencilla y profunda devoción a la Virgen María. Su amor a la Virgen es ingenuo y profundo a la vez.

Fue canonizado por Pio XI el 16 de diciembre de 1.931. Pio XII, en 1.941, lo declara Patrono de los científicos. La gran gloria de San Alberto es sin duda su discípulo Santo Tomás de Aquino.


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Fuente original: Dominicos, Orden de Predicadores

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Otras biografías en la red

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Recursos audiovisuales

San Alberto Magno, según Benedicto XVI

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San Alberto Magno, por Encarni Llamas en DiócesisTV

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San Alberto Magno y su filosofía, en Educatina

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San Alberto Magno, en enJesusunidos (canal de Youtube)

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Santo Alberto Magno y su filosofía, en angelicamancino94 (portugués)

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Santo Alberto Magno en dibujos animados, en História de Santos (portugués)

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Catequesis de Benedicto XVI sobre san Alberto Magno, Doctor de la Iglesia

Catequesis de Benedicto XVI sobre san Alberto Magno, Doctor de la Iglesia

Queridos hermanos y hermanas:

Uno de los más grandes maestros de la teología medieval es san Alberto Magno. El título de “grande” (magnus), con el que ha pasado a la historia, indica la vastedad y la profundidad de su doctrina, que él asoció a la santidad de la vida. Pero ya sus contemporáneos no dudaban en atribuirle títulos excelentes; un discípulo suyo, Ulrico de Estrasburgo, lo definió «asombro y milagro de nuestra época».

Nació en Alemania a principio del siglo XIII, y aún muy joven se dirigió a Italia, a Padua, sede de una de las más famosas universidades de la Edad Media. Se dedicó al estudio de las llamadas “artes liberales”: gramática, retórica, dialéctica, aritmética, geometría, astronomía y música, es decir, de la cultura general, manifestando ese típico interés por las ciencias naturales, que se convertiría bien pronto en el campo predilecto de su especialización. Durante su estancia en Padua, frecuentó la iglesia de los Dominicos, a los cuales se unió después con la profesión de los votos religiosos. Las fuentes hagiográficas dan a entender que Alberto maduró gradualmente esta decisión. La relación intensa con Dios, el ejemplo de santidad de los Frailes dominicos, la escucha de los sermones del beato Jordán de Sajonia, sucesor de santo Domingo en la guía de la Orden de los Predicadores, fueron los factores decisivos que le ayudaron a superar toda duda, venciendo también resistencias familiares. A menudo, en los años de la juventud, Dios nos habla y nos indica el proyecto de nuestra vida. Como para Alberto, también para todos nosotros la oración personal nutrida por la Palabra del Señor, la frecuencia de los sacramentos y la guía espiritual de hombres iluminados son los medios para descubrir y seguir la voz de Dios. Recibió el hábito religioso del beato Jordán de Sajonia.

Tras la ordenación sacerdotal, los Superiores lo destinaron a la enseñanza en varios centros d estudios teológicos anexos a los conventos de los Padres dominicos. Las brillantes cualidades intelectuales le permitieron perfeccionar el estudio de la teología en la universidad más célebre de la ´poca, la de París. Desde entonces san Alberto emprendió esa extraordinaria actividad de escritor, que habría proseguido durante toda la vida.



Le fueron asignadas tareas prestigiosas. En 1248 fue encargado de abrir un estudio teológico en Colonia, una de las capitales más importantes de Alemania, donde vivió en muchas ocasiones y que se convirtió en su ciudad de adopción. De París llevó consigo a Colonia un alumno excepcional, Tomás de Aquino. Bastaría sólo el mérito de haber sido maestro de santo Tomás, para nutrir profunda admiración hacia san Alberto. Entre estos dos teólogos se estableció una relación de estima y amistad recíproca, actitudes humanas que ayudan mucho al desarrollo de la ciencia. En 1254 Alberto fue elegido Provincial de la Provincia Teutoniae – teutónica – de los Padres dominicos, que comprendía comunidades difundidas en un vasto territorio del Centro y del Norte de Europa. Se distinguió por el celo con el que ejerció este ministerio, visitando las comunidades y recordando constantemente a los hermanos la fidelidad a las enseñanzas y al ejemplo de santo Domingo.

Sus dotes no se le escaparon al papa de aquella época, Alejandro IV, que quiso a Alberto durante un cierto tiempo junto a sí en Anagni –donde los papas residían con frecuencia– en la misma Roma y en Viterbo, para valerse de sus asesoramiento teológico. El mismo Sumo Pontífice lo nombró obispo de Ratisbona, una diócesis grande y famosa que se encontraba, sin embargo, en un momento difícil. Entre 1260 y 1262 Alberto llevó a cabo ese ministerio con dedicación incansable, consiguiendo llevar paz y concordia a la ciudad, reorganizar parroquias y conventos, y dar un nuevo impulso a las actividades caritativas.

En los años 1263-1264, Alberto predicaba en Alemania y en Bohemia, encargado por el papa Urbano IV, para volver después a Colonia y retomar su misión de profesor, de investigador y de escritor. Siendo hombre de oración, de ciencia y de caridad, gozaba de gran autoridad en sus intervenciones, en varias circunstancias de la Iglesia y de la sociedad de la época: fue sobre todo hombre de reconciliación y de paz en Colonia, donde el arzobispo había entrado en dura confrontación con las instituciones ciudadanas; se prodigó durante el desarrollo del Concilio de Lyon, en 1274, convocado por el papa Gregorio X para favorecer la unión entre la Iglesia latina y la griega, tras la separación del gran cisma de Oriente de 1054; aclaró el pensamiento de Tomás de Aquino, que había sido objeto de objeciones e incluso de condenas del todo injustificadas.

Murió en la celda de su convento de la Santa Cruz en Colonia en 1280, y bien pronto fue venerado por sus hermanos. La Iglesia lo propuso al culto de los fieles con la beatificación, en 1622, y con la canonización, en 1931, cuando el papa Pío XI lo proclamó Doctor de la Iglesia. Se trataba de un reconocimiento sin duda apropiado para este gran hombre de Dios e insigne investigador, no sólo de las verdades de la fe, sino de muchísimos otros sectores del saber; de hecho, echando una mirada a los títulos de sus numerosísimas obras, se da uno cuenta de que su cultura tiene algo de prodigioso, y que sus intereses enciclopédicos le llevaron a ocuparse no sólo de filosofía y de teología, como otros contemporáneos, sino también de toda otra disciplina entonces conocida, de la física a la química, de la astronomía a la mineralogía, de la botánica a la zoología. Por este motivo el papa Pío XII lo nombró patrono de quienes cultivan las ciencias naturales, y se le llama también Doctor universalis, precisamente por la vastedad de sus intereses y de su saber.

Ciertamente, los métodos científicos utilizados por san Alberto Magno no son los que se afirmarían en los siglos sucesivos. Su método consistía simplemente en la observación, en la descripción y en la clasificación de los fenómenos estudiados, pero así abrió la puerta a trabajos futuros.

Él tiene mucho que enseñarnos aún. Sobre todo, san Alberto muestra que entre fe y ciencia no hay oposición, a pesar de algunos episodios de incomprensión que se han registrado en la historia. Un hombre de fe y de oración, como fue san Alberto Magno, puede cultivar serenamente el estudio de las ciencias naturales y progresar en el conocimiento del micro y del macrocosmos, descubriendo las leyes propias de la materia, ya que todo esto concurre a alimentar la sed y el amor de Dios. La Biblia nos habla de la creación como del primer lenguaje a través del cual Dios – que es suma inteligencia, que es Logos – nos revela algo de sí mismo. El libro de la Sabiduría, por ejemplo, afirma que los fenómenos de la naturaleza, dotados de grandeza y de belleza, son como las obras de un artista, a través de las cuales, por analogía, podemos conocer al Autor de la creación (cfr Sb. 13,5). Con una similitud clásica en la Edad Media y en el Renacimiento se puede comparar el mundo natural a un libro escrito por Dios, que nosotros leemos en base a las diversas aproximaciones de las ciencias (cfr Discurso a los participantes en la Plenaria de la Pontificia Academia de las Ciencias, 31 de octubre de 2008). ¡Cuántos científicos, de hecho, tras las huellas de san Alberto Magno, han llevado adelante sus investigaciones inspirados por el asombro y la gratitud frente al mundo que, a sus ojos de investigadores y de creyentes, aparecía y aparece como obra buena de un Creador sabio y amoroso! El estudio científico se transforma entonces en un himno de alabanza. Lo había comprendido bien un gran astrofísico de nuestros tiempos, del que se ha iniciado la causa de beatificación, Enrico Medi, el cual escribió: “Oh, vosotras, misteriosas galaxias …, yo os veo, os calculo, os entiendo, os estudio y os descubro, os penetro y os recojo. De vosotras tomo la luz y hago ciencia de ella, tomo el movimiento y lo hago sabiduría, tomo las chispas de colores y las hago poesía; os tomo, estrellas, en mis manos, y temblando en la unidad de mi ser os elevo sobre vosotras mismas, y en oración os pongo ante el Creador, a quien sólo por mi medio vosotras estrellas podéis adorar» (Le opere. Inno alla creazione).

San Alberto Magno nos recuerda que entre ciencia y fe hay amistad, y que los hombres de ciencia pueden recorrer, a través de su vocación al estudio de la naturaleza, un auténtico y fascinante recorrido de santidad.

Su extraordinaria apertura de mente se revela también en una operación cultural que él emprendió con éxito, es decir, en la acogida y en la valoración del pensamiento de Aristóteles. En los tiempos de san Alberto, de hecho, se estaba difundiendo el conocimiento de numerosas obras de este gran filósofo griego vivido en el siglo IV antes de Cristo, sobre todo en el ámbito de la ética y de la metafísica. Estas demostraban la fuerza de la razón, explicaban con lucidez y claridad el sentido y la estructura de la realidad, su inteligibilidad, el valor y el fin de las acciones humanas. San Alberto Magno abrió la puerta a la recepción completa de la filosofía de Aristóteles en la filosofía y teología medieval, una recepción elaborada después de modo definitivo por santo Tomás. Esta recepción de una filosofía, digamos, pagana pre-cristiana fue una auténtica revolución cultural para aquel tiempo. Y sin embargo, muchos pensadores cristianos temían a la filosofía de Aristóteles, la filosofía no cristiana, sobre todo porque ésta, presentada por sus comentaristas árabes, había sido interpretada de modo que aparecía, al menos en algunos puntos, como irreconciliable con la fe cristiana. Se planteaba entonces un dilema: fe y razón, ¿se contradicen entre ellas o no?

Aquí está uno de los grandes méritos de san Alberto: con rigor científico estudió las obras de Aristóteles, convencido de que todo lo que es realmente racional es compatible con la fe revelada en las Sagradas Escrituras. En otras palabras, san Alberto Magno contribuyó así a la formación de una filosofía autónoma, distinta de la teología y unida con ella sólo por la unidad de la verdad. Así nació en el siglo XIII una clara distinción entre estos dos saberes, filosofía y teología, que, dialogando entre sí, cooperan armoniosamente al descubrimiento de la autentica vocación del hombre, sediento de verdad y de felicidad: es sobre todo la teología, definida por san Alberto como “ciencia afectiva”, la que indica al hombre su llamada a la alegría eterna, una alegría que brota de la plena adhesión a la verdad.

San Alberto Magno fu capaz de comunicar estos conceptos de modo sencillo y comprensible. Auténtico hijo de santo Domingo, predicaba de buen grado al pueblo de Dios, que quedaba prendado de su palabra y del ejemplo de su vida.

Queridos hermanos y hermanas, oremos al Señor para que no falten nunca en la santa Iglesia teólogos doctos, píos y sabios como san Alberto Magno y que nos ayude a cada uno de nosotros a hacer propia la «fórmula de la santidad» que él siguió en su vida: “Querer todo lo que yo quiero para gloria de Dios, como Dios quiere para su gloria todo lo que él quiere”, es decir, conformarse siempre a la voluntad de Dios para querer y hacer sólo y siempre para su gloria.

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Catequesis de SS Benedicto XVI en la audiencia general del miércoles 24 de marzo de 2010.

Situación actual del matrimonio y la familia en nuestra sociedad

Situación actual del matrimonio y la familia en nuestra sociedad

Catecismo la Familia y el Matrimonio.

2. Situación actual del matrimonio y la familia en nuestra sociedad

9. ¿Cuál es la situación de la familia en nuestra sociedad?

Los cambios culturales de las últimas décadas han influido fuertemente en el concepto tradicional de la familia. Sin embargo, la familia es una institución natural dotada de una extraordinaria vitalidad con gran capacidad de reacción y defensa. No todos estos cambios han sido perjudiciales y por eso el panorama actual sobre la familia puede decirse que está compuesto de aspectos positivos y negativos.

10. ¿Qué aspectos positivos se notan en muchas familias?

El sentido cristiano de la vida ha influido para que en nuestra sociedad se promueva cada vez más: una conciencia más viva de la libertad y responsabilidad personales en el seno de las familias; el deseo de que las relaciones entre los esposos y de los padres con los hijos sean virtuosas; una gran preocupación por la dignidad de la mujer; una actitud más atenta a la paternidad y maternidad responsables; un mayor cuidado a la educación de los hijos; una mayor preocupación de las familias para relacionarse y ayudarse entre sí.

11. ¿Qué aspectos negativos encontramos en las familias de nuestro país?

Son muchos y todos ellos revelan las consecuencias que provoca el rechazo del amor de Dios por los hombres y mujeres de nuestra época. De modo resumido podemos señalar: una equivocada concepción de la independencia de los esposos; defectos en la autoridad y en la relación entre padres e hijos; dificultades para que la familia transmita los valores humanos y cristianos; creciente número de divorcios y de uniones no matrimoniales; el recurso fácil a la esterilización, al aborto y la extensión de una mentalidad antinatalista muy difundida entre los matrimonios; condiciones morales de miseria inseguridad y materialismo; la emergencia silenciosa de gran número de niños de la calle fruto de la irresponsabilidad o de la incapacidad educativa de sus padres; gran cantidad de personas abandonadas por falta de familia estable y solidaria.

12. ¿Qué podemos hacer para que los signos negativos no prevalezcan?

La única solución verdaderamente eficaz es que cada hombre y cada mujer se esfuercen por vivir en sus familias las enseñanzas del Evangelio, con autenticidad El sentido cristiano de la vida hará que siempre prevalezcan los signos positivos sobre los negativos, aunque estos nunca falten.

13. ¿Jesucristo nos dio algún ejemplo especial sobre la familia?

Sí, porque Jesucristo nació en una familia ejemplar, Sus padres fueron José y María. Les obedeció en todo (cf. Lc 2,5 1) y aprendió de ellos a crecer como verdadero hombre. Así pues la familia de Cristo es ejemplo y modelo para toda familia.

14. ¿Esas enseñanzas son válidas para la familia de nuestros días?

Los ejemplos de la Sagrada Familia alcanzan a los hombres de todas las épocas y culturas, porque el único modo de conseguir la realización personal y la de los seres amados es crear un hogar en donde la ternura, el respeto, la fidelidad, el trabajo, el servicio desinteresado sean las normas de vida.

15. ¿Quiénes deben sentirse responsables de fortalecer la institución familiar?

Cada hombre es responsable dé una manera u otra de la sociedad en que vive, y por tanto de la institución familiar, que es su fundamento. Los casados, deben responder que la familia que han formado sea según el designio de Dios; los que permanecen solteros, deben cuidar de aquella en que nacieron. Los jóvenes y adolescentes tienen una particular responsabilidad de prepararse para construir establemente su futura familia.


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El plan de Dios sobre la familia

El plan de Dios sobre la familia

Catecismo la Familia y el Matrimonio.

1. El plan de Dios sobre la familia.

1. ¿Qué enseña la Iglesia sobre la familia?

La Iglesia enseña que la familia es uno de los bienes más preciosos de la humanidad.

2. ¿Por qué es un bien tan precioso?

La familia es un don tan precioso porque forma parte del plan de Dios para que todas las personas puedan nacer y desarrollarse en una comunidad de amor, ser buenos hijos de Dios en este mundo y participar en la vida futura del Reino de los Cielos: Dios ha querido que los hombres, formando la familia, colaboren con Él en esa tarea.

3. ¿Dónde están revelados los planes de Dios sobre el matrimonio y la familia?

En la Sagrada Escritura la Biblia se narra la creación del primer hombre y de la primera mujer: Dios los creó a su imagen y semejanza; los hizo varón y mujer, los bendijo y les mandó crecer y multiplicarse para poblar la tierra (cf. Gen 1,27). Y para que esto fuera posible de un modo verdaderamente humano, Dios mandó que el hombre y la mujer se unieran para formar la comunidad de vida y amor que es el matrimonio (cf. Gen 2,19?24).

4. ¿Qué beneficios trae formar una familia como Dios, manda?

Cuando las familias se forman según la voluntad de Dios, son fuertes, sanas y felices; hacen posible la promoción humana y espiritual de sus miembros contribuyendo a la renovación de toda la sociedad y de la misma Iglesia.

5. ¿Cómo ayuda la Iglesia a los hombres para que conozcan el bien de la familia?

La Iglesia ofrece su ayuda a todos los hombres recordándoles cuál es el designio de Dios sobre la familia y el matrimonio. A los católicos corresponde de modo especial comprender Y dar testimonio de las enseñanzas de Jesucristo en este campo.

6. ¿Cómo es posible realizar plenamente el proyecto de Dios sobre el matrimonio y familia?

Solo con la ayuda de la gracia de Dios, viviendo de verdad el Evangelio, es posible realizar plenamente el proyecto de Dios sobre el matrimonio y la familia.

7. ¿Por qué hay tantas familias rotas, o con dificultades? ¿Por qué a veces parece tan difícil de cumplir la voluntad de Dios sobre el matrimonio?

Adán y Eva pecaron desobedeciendo a Dios y desde entonces todos los hombres nacen con el pecado original. Este pecado y los que comete cada persona hacen difícil conocer y cumplir la voluntad de Dios sobre el matrimonio. Por eso Jesucristo quiso venir al mundo: para redimirnos del pecado y para que pudiéramos vivir como hijos de Dios en esta vida y alcanzar el Cielo. Hace falta la luz del Evangelio y la gracia de Cristo para devolverle al hombre, y también al matrimonio y a la familia, su bondad y belleza originales.

8. ¿Qué consecuencias tiene para toda la sociedad no cumplir el plan de Dios sobre la familia y el matrimonio?

Cuando la infidelidad, el egoísmo y la irresponsabilidad de los padres respecto a los hijos son las normas de conducta, toda la sociedad se ve afectada por la corrupción, por la deshonestidad de costumbres y por la violencia.


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Jim Caviezel: el matrimonio católico en el cine

Jim Caviezel: el matrimonio católico en el cine

Son muchos los ejemplos que, a diario, conocemos de matrimonios profundamente cristianos: personas que, en cualquier ambiente, son capaces de vivir el sacramento matrimonial, sin tapujos, sin excusas. Quizá uno de los lugares en el que los matrimonios estén más expuestos a la laicización sea el mundo del Séptimo Arte, por lo que es una alegría leer el testimonio de fe de alguna de sus grandes estrellas, en este caso, el actor Jim Caviezel, que interpretó a Jesús en La Pasión de Cristo, filme producido y dirigido por Mel Gibson, y que realizó estas declaraciones cuando se encontraba en Denver para recibir, a nombre de todo el equipo de producción de La Pasión de Cristo, el Premio «Imago Dei», que otorga la Arquidiócesis de Denver.

A continuación reproducimos la entrevista:

P. Jim, respecto de tu fe, ¿cómo ha cambiado esta película tu experiencia del sufrimiento, y qué significa ahora el sufrimiento para ti?

R. Ahora entiendo el sufrimiento mucho más, como nunca antes en mi vida. Durante gran parte de la filmación no estaba seguro de poder hacerlo, no sabía si la hipotermia me iba a impedir lograrlo. Luchar con la hipotermia por un día está bien, aunque es sumamente duro. Pero intenta sobrellevarla por cinco semanas seguidas, en una cruz que sobresale por encima de los 300 metros, y cuando además tu hombro esta dislocado y estás enfermo, con neumonía y vomitando. Al mismo tiempo, eres alcanzado por un rayo. Todas estas cosas influyen en el momento en que gritas: «¿Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado?» Yo dije eso muchas, muchas veces durante la filmación. Llega un momento en que te preguntas si a Dios le importaba que hiciéramos esta película o no. Pero ese es mi lado humano, porque sé que a Él (Jesús) sí le importó. Y si yo no hubiese pasado por todo ese sufrimiento no hubiera podido lograr la actuación que puedes ver en la pantalla. Esta experiencia me arrojó a los brazos de Dios.

P. Tu fe es algo que ocupa un lugar central en tu vida. ¿Has encontrado alguna contradicción o conflicto entre tu vida de fe y tu carrera de actor?

R. Cuando trabajas en un banco, trabajas con dinero. ¿Significa eso que no puedes ser católico y trabajar en un banco? ¿Acaso no puedes ser católico y presidente de los Estados Unidos? Se puede ser católico y estar comprometido con cualquier aspecto, por ejemplo del mundo de las comunicaciones, ya sea como reportero o como cualquier otra cosa. Nosotros necesitamos [a los católicos] en toda misión, en todas las áreas. Necesitamos misioneros y buenas personas en todos los ámbitos de la vida.

P. ¿Qué papel juega tu fe a la hora de escoger las películas en las que trabajas?

R. [Mi fe] no implica que no interprete personajes pecadores. No significa que no vaya a hacer películas con calificación R. Evidentemente, esta película tiene esa calificación. De hecho, si lees la Biblia le darías una calificación más severa –tal vez hasta X–, porque se trata de un libro muy serio lleno de muchos pecadores y muchos santos. He interpretado tanto personajes pecadores como personajes que fueron personas santas, pero siempre procuro encontrar algo rescatable en las historias. Pero eso sí, no blasfemo contra nuestro Señor, y hay cosas en las películas que no haría. Y en esos casos solo espero. Dios me permite esperar. Si encuentro un guión que me gusta, pero que contiene partes inaceptables para mí, les pido que lo cambien y si realmente están interesados en mi trabajo, lo cambiarán.

P. ¿Cuán importante es tu fe en tu vida de casado, y tu matrimonio en tu fe?

R. Es fundamental, como la alimentación. Tienes que comer todos los días; tienes que recibir la Eucaristía. Dios me entregó a mi esposa. Ella es un regalo. Yo la cuido, ella me cuida a mí. Nos encanta la manera en que Dios quiere que amemos. Tratamos de ser un ejemplo para las demás personas. A veces nos equivocamos pero seguimos intentando para luego levantarnos si caemos. Permanecemos juntos y nos amamos tanto como podemos. Mi fe alimenta todo, mi actuación y todo el resto. Es el alma de mi vida.

P. ¿Cuál es tu reacción ante la cobertura que la prensa hace de ti?

R. En la prensa, muchas veces se buscan ángulos para embarrarte. Por ejemplo, continuamente se refieren a mí como «el devoto católico Jim Caviezel». Lo hacen cada vez que hablan de mí en la prensa, y uno piensa: «¿Qué hay de malo en eso?». Pero déjame preguntarte algo, ¿dicen acaso «el devoto cienciologista Tom Cruise» o «el devoto judío Adam Sandler» una y otra vez? Ellos saben lo que están haciendo cuando intentan mancharte: buscan mostrarte como un «fanático religioso» que juzga y condena a los demás. Siempre ha existido este tipo de persecución en todos los tiempos.

P. ¿Y te afecta esto?

R. Cierta prensa no está muy abierta a cómo vives tu vida. Yo no voy e impongo mi fe a los demás. Hablo sobre ella cuando me lo preguntan y algunas veces ni siquiera hablo. Pero la vivo. No se trata de lo que dices; lo importante es lo que haces. Pero no puedo andar preocupado de lo que piensan los demás. Yo tendré que responderle a Dios. Solo tengo miedo de no hacer lo correcto, porque tendré que rendirle cuentas a El algún día.

Jim Caviezel - La Pasión de Cristo

P. ¿Cómo explicas el éxito de «La Pasión de Cristo»? ¿Sabes de algún fruto espiritual que la gente haya recibido luego de ver la película?

R. Puedes navegar por las distintas páginas en Internet y leer acerca de los frutos espirituales, están en todos lados. Pero lo que escuchas en alguna prensa es solo la historia de una señora que murió a causa de un ataque cardiaco mientras veía La Pasión en Kansas. Los que quieren van a encontrar algo negativo entre los millones y millones de buenas cosas. Pero creo que esta película ayudará a promover la verdadera paz en el mundo.

P. ¿Crees que esta película tenga algún impacto en la fe de la gente?

R. Espero que sí. En muchos países alrededor del mundo, atenuamos nuestra fe para acomodarla y así llamar a la «unidad» de las iglesias, y eso está mal. Yo no estoy pidiéndole, por ejemplo, a los Bautistas que acepten la figura de María y que entiendan su significado, ese es el trabajo del Espíritu Santo. Al final, lo que pido es que un hermano evangélico rece por mi conversión y yo rezaré por la suya, pero «aguar» nuestra fe, para acomodarse el uno al otro, es solo acomodarse a una cosa: el pecado.

P. ¿Cuál es tu escena favorita en esta película?

R. En mi escena favorita, Poncio Pilatos le habla a Jesús, y Jesús dice: «Aquellos que me conocen, conocen la Verdad». Pilatos contesta: «¿Qué es la verdad?». Jesús permanece callado. Luego, Pilatos se dirige a su esposa, Claudia, y dice: «¿Qué verdad es esta?». A lo cual ella responde: «Si tú no lo sabes, yo no puedo decírtelo».

Muchas veces, la gente piensa que Jesús es un fanático intolerante; pero no lo es. El habla en verdad. Habla con la plena verdad y plena gracia.


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Fuente original: Aciprensa

Catecismo la Familia y el Matrimonio

Catecismo la Familia y el Matrimonio

En esta ocasión os presentamos un material doctrinal que recoge de manera muy fiel y bastante completa la doctrina de la Iglesia Católica, contenida tanto en la Revelación como en el Magisterio, relativa al matrimonio y la familia, elaborado a instancias de la Conferencia Episcopal Venezolana. Al ser presentado como Catecismo y por tanto, como un compendio doctrinal dirigido a la comprensión de la generalidad de la gente, se aleja de las opiniones o de cuestiones discutibles, para ofrecer solo aquello que el pueblo católico debe tener en cuenta como doctrina y como guía segura en cuestiones tan delicadas y en la sociedad actual debatidas, como es lo relativo a familia, amor y sexualidad.

Creemos que como futuro de los difíciles momentos por los que ha pasado la institución familias y el matrimonio, consecuencia de los rápidos cambios socioculturales y de la imposición de la cultura hedonista, han ido igualmente surgiendo, como respuesta cristiana, desde diversas partes de la Iglesia, múltiples publicaciones y nuevas experiencias pastorales que nos revelan la presencia siempre activa del Espíritu Santo. Todo esto hace que en el campo de la investigación pastoral y catequesis sobre la familia, se vaya atesorando un rico material doctrinal del cual ciertamente el presente trabajo podrá ser material utilísimo de estudio y consulta no solo para las familias, sino también para los agentes de pastoral familiar.

Un Catecismo para la familia y sobre la familia era una necesidad. Sentíamos que cada día que avanzaba, bajo la permanente presión de una nueva cultura, se nos iba desdibujando la imagen misma de la familia y oscureciendo el concepto mismo de verdad. Tarea bien difícil para los jóvenes es descubrir en medio de tanta tiniebla un camino que les pueda garantizar la existencia de una verdad de la que la Iglesia es maestra y garante, relativa a un diseño divino sobre el hombre, sobre la familia, sobre el uso de la sexualidad humana y sobre la tarea de la familia en el futuro mismo de la sociedad.

Particularmente para la familia, la presente publicación será sumamente útil. Es una tarea que en ningún momento puede ser descuidada por los padres, porque les compete como responsabilidad específica, la de educar a sus hijos en los valores humanos y cristianos indispensables para su futuro como personas y como cristianos. Aunque el presente trabajo no es una guía para el uso de los padres en la difícil tarea de educar para el matrimonio y para la vida de familia, los contenidos doctrinales propios de un catecismo y la disposición sistemática de los mismos les será de gran ayuda a la hora de ofrecerles respuestas precisas y seguras.

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Puerto Cabello, agosto 1997

Mons. Ramón Linares Sandoval

Obispo de Puerto Cabello

Presidente de la Comisión de Familia de la Conferencia Episcopal Venezolana.

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ÍNDICE GENERAL


Presentación

Introducción

1. El plan de Dios sobre la familia

2. Situación actual del matrimonio y la familia en nuestra sociedad

I. El Matrimonio en el Plan de Dios

3. El matrimonio obra de Dios

4. El amor humano

5. Un amor perenne y exclusivo: Lo que Dios unió no lo separe el hombre

6. Un amor casto y fecundo: los hijos, don de Dios

7. La vocación matrimonial

II. El plan de Dios sobre la familia

8. Misión de la familia

9. Formar una comunidad de personas

10. El servicio a la vida

11. La participación en el desarrollo de la sociedad

12. La participación en la vida de la Iglesia

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La Biblia más infantil: Reyes, Saúl y David

La Biblia más infantil: Reyes, Saúl y David

Saúl, primer rey de Israel

Samuel nombró a Saúl primer rey de Israel. Era muy fuerte y venció a muchos pueblos. Pero Dios no estaba contento con Saúl, porque empezó a quedarse con las cosas de los pueblos a los que ganaba, sin ofrecérselas a Él ni repartirlas con los demás. Dios le dijo a Samuel: «Te voy a enseñar a otro hombre bueno, que será mejor rey que Saúl».


«Ayúdame a ser generoso con los demás».

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David cuidando el rebaño

David cuidando el rebaño

Dios llevó a Samuel hasta donde estaba David, un joven pastor que cuidaba su rebaño, y le dijo: «Éste será el rey de mi pueblo». Entonces Samuel derramó aceite sobre la cabeza de David para indicar que él sería el rey.



«Que seas el Rey de mi corazón».

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David vence a GoliatDavid vence a Goliat

En el ejército de los filisteos, había un gigante llamado Goliat, con el que nadie se atrevía a luchar. El joven David rezó a Dios y luchó contra el gigante lanzándole una piedra con su honda. La piedra derribó a Goliat al golpearle con gran fuerza en la frente. Goliat murió y los filisteos fueron de nuevo derrotados.



«Ayúdame, porque soy pequeño como David».

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David luchandoDavid luchando

David era un buen guerrero y ganaba muchas batallas. Todo el mundo decía que era más fuerte y valiente que Saúl. Éste se enfadó y empezó a tenerle envidia.



«Quítame la envidia, Señor, que me hace malo».

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David con el arpaDavid con el arpa

Saúl murió en una batalla y David fue el rey de Israel, como Dios había dicho. Era muy bueno, sabía tocar el arpa y escribir versos y canciones, llamados Salmos, que cantaba a Dios. Dios estaba muy contento con él y era su amigo. Un día le dijo: «De tu familia nacerá el Mesías (Jesús)». David convirtió la ciudad de Jerusalén en la capital de todo el reino.


«Quiero ser tu amigo como David».

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De La Biblia más infantil, Casals, 1999. Páginas 50 a 54

Coordinador: Pedro de la Herrán

Texto: Miguel Álvarez y Sagrario Fernández Díaz

Dibujos: José Ramón Sánchez y Javier Jerez


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