por Varios en internet | 12 Mar, 2013 | Primera comunión Dinámicas
Con motivo de la próxima festividad de san José, os ofrecemos las siguientes láminas para que los más peques de la familia se diviertan coloreando la Sagrada Familia.
Podéis acceder a las láminas pulsando los enlaces de texto o las imágenes.
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Colorea a san José con la Sagrada Familia
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por Varios en internet | 12 Mar, 2013 | Despertar religioso Juegos
Con motivo de la próxima festividad de san José, os ofrecemos las siguientes láminas para que los más peques de la familia se diviertan coloreando al santo varón de la Iglesia Católica.
Podéis acceder a las láminas pulsando los enlaces de texto o las imágenes.
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Colorea a san José
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por Cardenal Joseph Ratzinger | 12 Mar, 2013 | Catequesis Magisterio
Queridos hermanas y hermanos:
Hace poco pude ver en casa de unos amigos una representación de san José que me ha hecho pensar mucho. Es un relieve procedente de un retablo portugués de la época barroca, en el que se muestra la noche de la fuga hacia Egipto. Se ve una tienda abierta, y junto a ella un ángel en postura vertical. Dentro, José, que está durmiendo, pero vestido con la indumentaria de un peregrino, calzado con botas altas como se necesitan para una caminata difícil. Si en primera impresión resulta un tanto ingenuo que el viajero aparezca a la vez como durmiente, pensando más a fondo empezamos a comprender lo que la imagen nos quiere sugerir.
Los silencios
Duerme José, ciertamente, pero a la vez está en disposición de oír la voz del ángel (Mt 2,13ss). Parece desprenderse de la escena lo que el Cantar de los Cantares había proclamado: Yo dormía, pero mi corazón estaba vigilante (Cant 5,2). Reposan los sentidos exteriores, pero el fondo del alma se puede franquear. En esa tienda abierta tenemos una figuración del hombre que, desde lo profundo de sí mismo, puede oír lo que resuene en su interior o se lo diga desde arriba; del hombre cuyo corazón está lo suficientemente abierto como para recibir lo que el Dios vivo y su ángel le comuniquen. En esa profundidad el alma de cualquier hombre se puede encontrar con Dios. Desde ella Dios nos habla a cada uno y se nos muestra cercano.
Sin embargo, la mayoría de las veces nos hallamos invadidos por cuidados, inquietudes, expectativas y deseos de todas clases; tan repletos de imágenes y apremios producidos por el vivir de cada día, que, por mucho que vigilemos externamente, se nos pide la interna vigilancia y, con ella, el sonido de las voces que nos hablan desde lo más íntimo del alma. Ésta se halla tan cargada y son tantas las murallas elevadas en su interior, que la voz suave del Dios próximo no puede hacerse oír. Con la llegada de la Edad Moderna, los hombres hemos ido dominando cada vez más el mundo, y disponiendo de las cosas a la medida de nuestros deseos; pero estos adelantos en nuestro dominio sobre las cosas, y en el conocimiento de lo que podemos hacer con ellas, ha encogido a la vez nuestra sensibilidad de tal manera, que nuestro universo se ha tornado unidimensional. Estamos dominados por nuestras cosas, por todos los objetos que alcanzan nuestras manos, y que nos sirven de instrumentos para producir otros objetos. En el fondo, no vemos otra cosa que nuestra propia imagen, y estamos incapacitados para oír la voz profunda que, desde la Creación, nos habla también hoy de la bondad y la belleza de Dios.
Ese José que duerme, pero que al mismo tiempo se halla presto para oír lo que resuene por dentro y desde lo alto -porque no es otra cosa lo que acaba de decirnos el Evangelio de este día-, es el hombre en el que se unen el íntimo recogimiento y la prontitud. Desde la tienda abierta de su vida, nos invita a retirarnos un poco del bullicio de los sentidos; a que recuperemos también nosotros el recogimiento; a que sepamos dirigir la mirada hacia el interior y hacia lo alto, para que Dios pueda tocarnos el alma y comunicarle su palabra. La Cuaresma es un tiempo especialmente adecuado para que nos apartemos de los apremios cotidianos, y dirijamos nuevamente nuestros pasos por los caminos del interior.
Se levanta y acoge el plan de Dios
Pasamos al segundo punto. Ese José que vemos está pronto para erguirse y, como dice el Evangelio, cumplir la voluntad de Dios (Mt 1,24; 2,14). Así toma contacto con el centro de la vida de María, la respuesta que iba a dar en el momento decisivo de su existencia: He aquí la sierva del Señor (Lc 1,38). San José reacciona así: Aquí tienes a tu siervo. Dispón de mí. Coincide su respuesta con la de Isaías en el instante de recibir el llamamiento: Heme aquí, Señor. Envíame (Is 6,8, en relación con 1 Sam 3,8ss). Esa llamada informará su vida entera en adelante. Pero también hay otro texto de la Escritura que viene aquí a propósito: el anuncio que Jesús hace a Pedro cuando le dice: Te llevarán adonde tú no quieras ir (Jn 21,10). José, con su presteza, lo ha hecho regla de su vida: porque se halla preparado para dejarse conducir, aunque la dirección no sea la que él quiere. Su vida entera es una historia de correspondencias de este tipo.
Comenzó con el mensaje del ángel sobre el secreto de la maternidad divina de María, el Misterio de la llegada del Mesías. De improviso, la idea que se había hecho de una vida discreta, sencilla y apacible, resulta trastornada cuando se siente incorporado a la aventura de Dios entre los hombres. Al igual que sucediera en el caso de Moisés ante la zarza ardiente, se ha encontrado cara a cara con un misterio del que le toca ser testigo y copartícipe. Muy pronto ha de saber lo que ello implica: que el nacimiento del Mesías no podrá suceder en Nazaret. Ha de partir para Belén, que es la ciudad de David; pero tampoco será en ella donde suceda: porque los suyos no le acogieron (Jn 1,11). Apunta ya la hora de la Cruz: porque el Señor ha de nacer en las afueras, en un establo. Luego viene, tras la nueva comunicación del ángel, la salida de Egipto, donde ha de correr la suerte de los sin casa y sin patria: refugiados, extranjeros, desarraigados que buscan un lugar donde instalarse con los suyos.
Volverá, pero sin que hayan terminado los peligros. Más tarde sufrirá la dolorosa experiencia de los tres días durante los que Jesús está perdido (Lc 2,46), esos tres días que son como un presagio de los que mediarán entre la Cruz y la Resurrección: días en los que el Señor ha desaparecido y se siente su vacío. Y, al igual que el Resucitado no habrá de retornar para vivir entre los suyos con la familiaridad de aquellos días que se fueron, sino que dice: No quieras retenerme, porque he de subir al Padre, y podrás estar conmigo cuando tú también subas (cfr Jn 20,17), así ahora, cuando Jesús es encontrado en el Templo, reaparece en primer plano el misterio de Jesús en lo que tiene de lejanía, de gravedad y de grandeza. José se siente, en cierto modo, puesto en su sitio por Jesús, pero a la vez encaminado hacia lo alto. Yo debía ocuparme de las cosas de mi Padre (Lc 2,19). Es como si le dijera: Tú no eres padre mío, sino guardián, que, al recibir la confianza de este oficio, has recibido el encargo de custodiar el misterio de la Encarnación.
Y morirá por fin José sin haber visto manifestarse la misión de Jesús. En su silencio quedarán sepultados todos sus padecimientos y esperanzas. La vida de este hombre no ha sido la del que, pretendiendo realizarse a sí mismo, busca en sí solamente los recursos que necesita para hacer de su vida lo que quiere. Ha sido el hombre que se niega a sí mismo, que se deja llevar adonde no quería. No ha hecho de su vida cosa propia, sino algo para dar. No se ha guiado por un plan que hubiera concebido su intelecto, y decidido su voluntad, sino que, respondiendo a los deseos de Dios, ha renunciado a su voluntad para entregarse a la de Otro, la voluntad grandiosa del Altísimo. Pero es exactamente en esta íntegra renuncia de sí mismo donde el hombre se descubre.
Porque tal es la verdad: que solamente si sabemos perdernos, si nos damos, podremos encontrarnos. Cuando esto sucede, no es nuestra voluntad quien prevalece, sino ésa del Padre a la que Jesús se sometió: No se haga mi voluntad, sino la tuya (Lc 22,42). Y como entonces se cumple lo que decimos en el Padrenuestro: Hágase tu Voluntad en la tierra como en el cielo, es una parte del Cielo lo que hay en la tierra, porque en ésta se hace lo mismo que en el Cielo. Por esto san José nos ha enseñado, con su renuncia, con su abandono que en cierto modo adelantaba la imitación de Jesús crucificado, los caminos de la fidelidad, de la resurrección y de la vida.
Siempre en camino
Nos queda un tercer aspecto. Mirando a ese José que está vestido como peregrino, comprendemos que, a partir del momento del Misterio, su existencia sería la del que está siempre en camino, en un constante peregrinar. Fue así la suya una vida marcada por el signo de Abrahán: porque la Historia de Dios entre los hombres, que es la historia de sus elegidos, comienza con la orden que recibiera el padre de la estirpe: Sal de tu tierra para ser un extranjero (Gen 12,1; Heb 9,8ss). Y por haber sido una réplica de la vida de Abrahán, se nos descubre José como una prefiguración de la existencia del cristiano. Podemos comprobarlo con viveza singular en la primera Carta de san Pedro y en la de Pablo a los Hebreos. Como cristianos que somos –nos dicen los Apóstoles– debemos considerarnos extranjeros, peregrinos y huéspedes (1 Pet 1,17; 2,11; Heb 13,14): porque nuestra morada, o como dice san Pablo en su Carta a los Filipenses, nuestra ciudadanía está en los Cielos (Phil 3,20).
Hoy suenan mal estas palabras sobre el Cielo: porque tendemos a creer que, apartarnos de cumplir nuestros deberes en la tierra, nos enajena de nuestro mundo. Tendemos a creer que nuestra vocación es solamente hacer un Paraíso de la tierra. Pero sucede en la realidad que, al comportarnos de ese modo, lo que estamos haciendo es justamente destrozar la Creación. Porque en el fondo, los anhelos del hombre apuntan en dirección al infinito. De aquí que, hoy más que nunca, comprobemos que únicamente Dios puede saciar al hombre por completo. Estamos hechos de tal forma, que las cosas finitas nos dejan siempre insatisfechos, porque necesitamos mucho más: necesitamos el Amor inagotable, la Verdad y la Belleza ilimitadas.
Aunque ese anhelo sea insuprimible, podemos desplazarlo de nuestros horizontes y buscamos lo infinito en lo que no puede darlo. Queriendo tener el Cielo ya en la tierra, esperamos y exigimos todo de ella y de la actual sociedad. Pero, en su intento de extraer de lo finito lo infinito, el hombre pisotea la tierra e imposibilita una ordenada convivencia social con los demás, porque los ve como amenaza u obstáculo. Tan sólo cuando aprendamos nuevamente a dirigir nuestras miradas hacia el Cielo, brillará también la tierra con todo su esplendor. Únicamente cuando vivifiquemos las grandes esperanzas de nuestros ánimos con la idea de un eterno estar con Dios, y nos sintamos nuevamente peregrinos hacia la Eternidad, en vez de aherrojarnos a esta tierra, sólo entonces irradiarán nuestros anhelos hacia este mundo para que tenga también él esperanza y paz.
Por todo ello, demos gracias a Dios en este día porque nos ha dado ese Santo, que nos habla de recogernos en Él; que nos enseña la prontitud, y la obediencia y la actitud de los caminantes que se dejan llevar por Dios; y que nos dice por esto mismo la manera de servir igualmente a nuestra tierra. Imploremos la gracia para que, mostrando también nosotros vigilancia y prontitud, seamos un día recibidos por Dios, que es nuestro auténtico destino de caminantes.
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Homilía del Cardenal Joseph Ratzinger
En Roma, el 19 de marzo de 1992
Fuente original: Opus Dei
por Editorial Casals | 12 Mar, 2013 | Despertar religioso Historias de la Biblia
Juan el Bautista
Juan el Bautista, hijo de Zacarías y de Isabel, la prima de la Virgen María, vivía en el desierto. Un día bajo al río Jordán y se puso a explicar a las gentes que tenían que pedir perdón por lo que hacían mal, y que la venida de Jesús, el Salvador, estaba ya próxima. Todos le escuchaban con mucha atención y Juan les bautizaba.
«Gracias, Jesús, porque yo también he recibido el Bautismo»
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El Bautismo de Jesús
Uno de esos días, mientras Juan estaba bautizando en el río, se le acercó Jesús y le pidió que le bautizara. Juan estaba asombrado por lo que le pedía Jesús, pero le obedeció. Mientras Juan bautizaba a Jesús, bajó el Espíritu Santo, en forma de paloma, y se oyó una voz que decía: «¡Éste es mi Hijo amado, escuchadle!».
«Yo también soy hijo de Dios»
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Jesús en el desierto
También Jesús vivió en el desierto cuarenta días, bebiendo sólo agua y comiendo raíces que allí había. Jesús hizo este sacrificio preparándose para el gran día, en que daría su vida por nosotros. En el desierto, el demonio le ofreció comida y tesoros si se ponía de rodillas delante de él. Pero Jesús le despreció y le ordenó que se apartase de Él.
«Jesús, te adoro porque eres mi Dios»
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Jesús en Cafarnaún
Pasados los cuarenta días, Jesús se fue a Galilea. Llega a Cafarnaún, un pueblo a orillas del lago, donde hay muchas barcas de pescadores. Desde allí, comienza a anunciar la Buena Noticia del Evangelio por aquellos pueblos.
«¡Qué alegría por la Buena Noticia del Evangelio»
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Jesús en la sinagoga
Jesús predica en las sinagogas de los pueblos, donde se reúnen los judíos para rezar y escuchar las escrituras santas. Jesús predica el Evangelio, la «buena noticia» de que Dios quiere perdonar a todos los hombres y salvarlos. Jesús está diciendo: «¡Creed en el Evangelio, pues el Reino de los Cielos está ya cerca!».
«Jesús, que crea en el Evangelio»
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Los primeros discípulos
Jesús empieza a buscar a sus primeros discípulos los que serán sus amigos. Un día se pasea por la playa del mar de Galilea y ve a Simón y a su hermano Andrés echando las redes en el mar. Jesús les dice: «Venid conmigo, yo os haré pescadores de hombres». Ellos dejaron las redes y le siguieron. Más tarde llamó a otros hombres para formar el grupo de Doce Apóstoles.
«Jesús, yo quiero ser tu amigo»
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De La Biblia más infantil, Casals, 1999. Páginas 78 a 83
Coordinador: Pedro de la Herrán
Texto: Miguel Álvarez y Sagrario Fernández Díaz
Dibujos: José Ramón Sánchez y Javier Jerez
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por P. Clemente González | Catholic.net | 9 Mar, 2013 | La Biblia
Juan 7,1-2.10.25-30. Vieres de la 4.ª semana de Cuaresma. No temamos ser fieles a Cristo, porque Él está con nosotros.
En aquel tiempo, recorría Jesús la Galilea, pues no podía andar por Judea, porque los judíos buscaban matarle. Se acercaba la fiesta judía de las Tiendas. Pero después que sus hermanos subieron a la fiesta, entonces Él también subió no manifiestamente, sino de incógnito. Decían algunos de los de Jerusalén: ¿No es a ése a quien quieren matar? Mirad cómo habla con toda libertad y no le dicen nada. ¿Habrán reconocido de veras las autoridades que este es el Cristo? Pero éste sabemos de dónde es, mientras que, cuando venga el Cristo, nadie sabrá de dónde es. Gritó, pues, Jesús, enseñando en el Templo y diciendo: Me conocéis a mí y sabéis de dónde soy. Pero yo no he venido por mi cuenta; sino que verdaderamente me envía el que me envía; pero vosotros no le conocéis. Yo le conozco, porque vengo de él y él es el que me ha enviado. Querían, pues, detenerle, pero nadie le echó mano, porque todavía no había llegado su hora.
Oración introductoria
Dios mío, no permitas que no sepa encontrarte en esta meditación. Necesito de tu misericordia. Dame tu gracia para poder dejar a un lado todo lo que pueda distraerme, realmente quiero llegar a contemplarte y reconocerte, aunque no sea digno de ello.
Petición
¡Jesús, dame el don de conocerte experimentalmente!
Meditación del Papa emérito
Todo anuncio nuestro debe confrontarse con la palabra de Jesucristo: «Mi doctrina no es mía». No anunciamos teorías y opiniones privadas, sino la fe de la Iglesia, de la cual somos servidores. Pero esto, naturalmente, en modo alguno significa que yo no sostenga esta doctrina con todo mi ser y no esté firmemente anclado en ella. En este contexto, siempre me vienen a la mente aquellas palabras de san Agustín: ¿Qué es tan mío como yo mismo? ¿Qué es tan menos mío como yo mismo? No me pertenezco y llego a ser yo mismo precisamente por el hecho de que voy más allá de mí mismo y, mediante la superación de mí mismo, consigo insertarme en Cristo y en su cuerpo, que es la Iglesia. Si no nos anunciamos a nosotros mismos e interiormente hemos llegado a ser uno con aquél que nos ha llamado como mensajeros suyos, de manera que estamos modelados por la fe y la vivimos, entonces nuestra predicación será creíble. No hago publicidad de mí, sino que me doy a mí mismo.
Benedicto XVI, 5 de abril de 2012.
Reflexión
«Los judíos trataban de matarlo». Jesús es el prototipo del justo que resulta incómodo y cuyo testimonio se quiere silenciar. Sin embargo, todas las acusaciones que le hacen son «viscerales», nacidas del odio. Por ejemplo, dicen que saben de donde viene Jesús; el Mesías, en cambio no, por lo tanto Jesús no es el Mesías porque saben de dónde viene Jesús. Otras veces le creen endemoniado, otras le critican porque por encima de la ley da más preferencia a la vida de las personas. Lo que los fariseos buscan es desacreditarle y huir para no tener que aceptar su testimonio.
No obstante, Jesús «grita» valientemente su identidad: «yo no vengo por mi cuenta, sino enviado por el que es veraz, a Ése vosotros no le conocéis; yo le conozco porque procedo de Él y Él me ha enviado.» Pero como aún no había llegado su hora, la hora de la cruz en donde los fariseos entonces empezarán a creer más en él. Y aunque se esforzarán por acabar completamente con sus enseñanzas, se darán cuenta de que efectivamente Jesús era el Mesías.
También en el mundo de hoy, junto a muchas personas que creen y aceptan a Cristo, hay otras muchas que han optado por ignorarlo, o incluso, por perseguir toda idea suya. Por esto sus seguidores corren igual suerte. En una sociedad que va perdiendo los valores fundamentales como el respeto a la vida, la caridad, el perdón, debería llevarnos a luchar y trabajar por extender el reino de Cristo y no sólo a lamentarnos por la situación. Nosotros somos los que cambiaremos el corazón de las personas con nuestro testimonio de cristianos.
Tal vez no lleguemos a ser perseguidos físicamente, pero sí desacreditados y criticados por buscar la coherencia de vida con nuestra fe. No temamos ser fieles a Cristo, porque si Él está con nosotros, ¿quién contra nosotros?
Propósito
Iniciar siempre mi oración y mis actividades invocando al Espíritu Santo.
Diálogo con Cristo
Padre y Señor mío, el poder conocerte en Jesús y poder comunicarme contigo por medio del Espíritu Santo es una gracia que no he sabido aprovechar. Te ofrezco mi libertad, permite que esta oración me lleve a la experiencia de tu amor, y que esta experiencia determine mi vida, mi comportamiento, la forma en que me relacione con los demás. Que mis debilidades no impidan que pueda darte a los demás. Que tu Palabra penetre hondamente en mi corazón y la trasmita fielmente a todas las personas que pongas en mi camino.
por buenanueva.net | 6 Mar, 2013 | Confirmación Liturgia
La conciencia es el primero de todos los vicarios de Cristo.
Cardenal John H. Newman
Este examen es para aquellos que, amando a Cristo, no se conforman con evitar pecados graves, sino que desean amarle con todo el corazón.
Amarás a Dios sobre todas las cosas (Primer mandamiento)
No tomarás el nombre de Dios en vano (Segundo Mandamiento)
- ¿Reconozco a Dios como mi Creador, como mi Dueño, Quien me ha dado la libertad para que opte libremente por El y para que lo ame con toda mi alma, con todo mi corazón y con todas mis fuerzas?
- ¿He amado a Dios sobre TODO?.
- ¿Lo he amado sobre todas las cosas y sobre todas las personas?
- ¿Es Dios lo primero y más importante en mi vida?
- ¿A quién (que) le he dado la mayor atención?
- ¿He hecho de mi familia, trabajo, apostolados, programas, ideas u otras cosas buenas mi primer amor?
- ¿Reconozco a Dios TRINIDAD: Padre, Hijo y Espíritu Santo, Tres Personas inseparables en un solo Dios?
- ¿O busco relacionarme sólo con Jesús, porque no me gusta tanto Dios Padre?
- ¿Acepto en su totalidad el mensaje de Verdad y de Vida que Jesucristo nos dejó en su Palabra?
- ¿Reconozco la acción del Espíritu Santo en mi vida y en la vida de la Iglesia?
- ¿Me reconozco y siento hijo(a) de Dios?
- ¿Me doy cuenta del altísimo privilegio de poder llamar a Dios «Padre»?
- ¿Sé en la práctica lo que es confiar en el amor y el poder de Dios?
- ¿Le confío todo a Dios o ando haciendo las cosas por mi cuenta?
- ¿Me doy cuenta y reconozco que es Dios Quien obra en mí y que sin El nada soy?
- ¿Confío en Dios cuando todo parece ir mal?
- ¿Confío en que tanto mis capacidades, como mis limitaciones, así como las situaciones personales o familiares que me tocan vivir son parte del plan de Dios para mi santificación?
- ¿Alguna vez le he reclamado a Dios por algo que me ha sucedido a mí o a alguien?
- ¿Le he protestado a Dios?
- ¿Me recuerdo de agradecer a Dios por todo lo que me ha dado y me da, y por todas las gracias que ha dispuesto a lo largo de mi vida para mi salvación eterna?
- ¿Me doy cuenta y le he pedido perdón por las veces que he desperdiciado sus gracias y por las veces que le he dado la espalda?
- ¿He caído en superstición o algún tipo de ocultismo (brujería, hechicería, poder mental, metafísica, astrología, adivinación, cartomancia, santería, magia, fetichismo, espiritismo, satanismo) u otra práctica ajena al cristianismo?
Oración Diaria
- ¿Dedico tiempo a amar a Dios dialogando con El en la oración?
- ¿Sé alabar a Dios en la oración, agradecerle, entregarme a El, pedirle perdón … o sólo sé pedirle, proponerle y hasta exigirle?
- ¿Cómo ha sido diariamente mi tiempo personal con Dios?
- ¿Cómo ha sido diariamente mi liturgia de las horas?
- ¿Cómo ha sido diariamente mi oración familiar?
- ¿He alabado a Dios; le he dado gracias o me he quejado?
- ¿Intercedo por mi familia, grupo, Iglesia, por el mundo?
- ¿He orado con el corazón, abierto al Espíritu Santo?
- ¿Tomo tiempo para discernir?
- ¿He sabido guardar silencio en la oración o hablo sólo yo?
- ¿Sé lo que es esperar al Señor, escucharlo? ¿Lo he hecho?
- ¿Cuándo me da alguna enseñanza la guardo en mi corazón y busco profundizarla?
- ¿Incluyo a mi esposo/a (u otra persona formada y prudente) en mi discernimiento o sólo les informo?
- ¿Escucho, obedezco y respeto a los que tienen legitima autoridad sobre mí (leyes justas, jefes, etc.)?
- ¿Qué criterios tengo para determinar si algo que quiero hacer es del Espíritu Santo o es mío?
- ¿Me parece importante tener y seguir siempre esos criterios?
- ¿Uso los dones que Dios me dio para su gloria?
- ¿Estoy abierto a recibir nuevos dones según Dios disponga?
- ¿He sido legalista (haciendo solo lo necesario para cumplir) o vivo mi fe en el Espíritu entregándome con todo el corazón?
Obediencia
- ¿Busco conocer en la oración la voluntad de Dios para mi vida?
- ¿Obedezco la enseñanza del magisterio o interpreto a mi manera?
- ¿Qué motiva mi vida, la voluntad de Dios o mis propios «buenos» planes (mi voluntad)?
- ¿Le permito a Dios guiarme o le «entrego» los planes ya hechos para que los bendiga y me ayude a realizarlos?
- ¿Colaboro activamente en los planes que Dios tiene para mi vida?
- ¿Sé decirle «sí» tanto en los momentos de alegría, como en los momentos de tristeza?
- ¿Busco siempre la voluntad de Dios, no sólo evitando el pecado, sino también indagando cuáles son sus designios para mi vida?
- ¿Mis gustos, criterios, dudas, confusiones, pensamientos, actitudes y valores en qué instancias no han estado bajo el Señor?
Estudio
- ¿Estudio mi fe católica (Biblia, magisterio, Catecismo de la Iglesia Católica, Compendio del Catecismo, libros sólidos) o me contento con mi propio modo de entender a Dios?, ¿Estoy avanzando en mi formación como debo?
- ¿Qué pasos prácticos doy para formarme en la fe?
Orden y Prioridades
- ¿Mi tiempo responde a las prioridades de Dios o a las presiones de cualquier persona u ocasión para ‘quedar bien’?
- ¿Interpreto lo que hago en la perspectiva de la vida eterna?
- ¿Reflexiono sobre mi muerte?
- ¿Reflexiono sobre el juicio final?
- ¿Me preparo debidamente para la Vida Eterna o sólo pienso en la vida terrena?
- ¿Tengo prioridades claras y soy firme para vivirlas?
- ¿Pierdo el tiempo (revistas, programas, internet, etc.) que no edifican?
- ¿Tengo un horario y organizo el día con disciplina, dando tiempo a cada área con sabiduría: oración, familia, trabajo…?
- ¿En qué me he desordenado?
- ¿Me quedo en algo que me gusta sabiendo que es hora de hacer otra cosa?
- ¿Respeto el tiempo y necesidades de otros: cuando busco ayuda, en el teléfono, etc..?
- ¿Cuido la salud; tengo algún vicio, falta de ejercicio, descanso, alimentación… Me cuido demasiado?
Santificarás el día del Señor (Tercer Mandamiento)
- ¿Guardo el día del Señor para el Señor o trabajo innecesariamente ese día?
- ¿Voy a misa todos los domingos?
- ¿Voy a misa diaria si puedo?
- ¿He adorado y puesto todo mi corazón en Cristo Eucarístico que me espera en el sagrario?
- ¿Lo he amado y consolado por tanto que se le ofende?
- ¿Me preparo bien para recibir al Señor en la Eucaristía?
- ¿Le agradezco al Señor su presencia viva en la Eucaristía o tomo esto como un derecho?
La Cruz
- ¿He meditado ante la cruz? ¿busco su poder transformador y su sabiduría? ¿cómo se manifiesta en mi vida?
- ¿Pido a Dios la gracia de amar la cruz o la rechazo?
- ¿Me he salido de la voluntad de Dios por evitar la cruz?
- ¿Acepto los sufrimientos como parte de su plan de salvación para mí y para otros?
- ¿Comprendo y practico el valor redentor del sufrimiento?
- ¿Uno mi cruz a la de Cristo: problemas, enfermedades, responsabilidades, personas, mi edad, mi vocación…?
- ¿Busco la satisfacción de todas mis necesidades físicas y emocionales o sé mortificarme por amor a Jesús?
- ¿Me uno a la cruz del que sufre?
- ¿Me sacrifico para amar?
Confesión
- ¿Rechazo el pecado aunque este sea aceptable según la cultura?
- ¿He pensado o actuado ligeramente como si la rectitud de los santos es «exageración»?
- ¿He evitado la ocasión de pecado: ambientes, programas, malas amistades…?
- ¿Busco que Dios me enseñe mi pecado (también pecados viejos y olvidados)?
- ¿Le pido a Dios que me muestre cómo soy verdaderamente o prefiero verme como creo que soy?
- ¿Rechazo la verdad sobre mí cuando me la muestra o la acepto con humildad?
- ¿Reconozco y reparo con responsabilidad mis pecados y faltas o me justifico?
- ¿Cuándo me corrigen, lo agradezco, dándome cuenta que es una oportunidad para verme tal cual soy y para crecer en humildad?
- ¿Cuándo fue mi última confesión? ¿Minimicé el pecado por pena? ¿han habido cambios?
- ¿Hice una confesión completa o escondí algo?
- ¿Me confieso con frecuencia o considero que no tengo pecados?
- ¿Hay algo (hábito, herida, complejo) que el enemigo usa para su provecho?
- ¿Qué hago para permitirle a Dios que me libere?
Santa Virgen María
- ¿Me he consagrado a Ella y, si lo he hecho, vivo mi consagración plenamente? ¿Cómo?
- ¿Acepto y le agradezco su cuidado maternal? ¿Me dejo formar por ella? ¿Cómo?
- ¿Recurro a ella en oración, medito su vida?
- ¿La reconozco y venero como Madre de Dios y Madre mía?
- ¿Rezo el Rosario, como medio para aprender con Ella a imitar a su Hijo?
- ¿Aprovecho las gracias del rezo del Rosario en familia … en grupo?
Relaciones con otros
- ¿Están todas mis relaciones a la luz del Señor: amorosas, castas, sanas y sinceras?
- ¿Guardo odios o enemistades?
- ¿Sé perdonar cuando me siento ofendido? ¿O soy rencoroso y resentido?
- ¿Debo reconciliarme con alguien y no lo he hecho?
- Peleas, rivalidades, violencias, ambiciones, discordias, sectarismo, disensiones, envidias, ebriedades.
- ¿He sido fiel a los compromisos con mis hermanos y con otros? ¿Estoy creciendo en estos compromisos?
- ¿Soy confiable en el hogar, grupo, trabajo…?
- ¿Cumplo mis promesas, compromisos, guardo confidencialidad?
- ¿Busco la unidad en el Señor? (Fil. 2, 111, 1 Cor. 10, 17)
- ¿Soy servicial?
- ¿Disfruto servir por el servicio mismo y porque me hace sentir bien, o lo hago por servir a Dios en los demás?
- Al servir, ¿soy portador de Dios o de mí mismo?
- ¿Soy atento sin ser curioso?
- ¿Soy prudente en lo que hablo y como actúo?
- ¿Soy agradecido por el servicio que recibo?
- ¿Pienso primero en mí o en los demás?
- ¿Busco mi propio bien o el de los demás?
En el Hogar
Honrarás a tu padre y a tu madre (Cuarto mandamiento)
- ¿Obedezco, cuido y honro a mis padres según mi edad y sus necesidades?
- ¿Doy tiempo a la familia? ¿Cenar juntos?
- ¿Diversiones?
- ¿Hospitalidad?
- ¿Relación con hermanos?
- ¿Responsabilidad en los estudios?
- ¿Ayuda económica al hogar según necesidad?
Casados: (además de lo mencionado)
- ¿Protejo mi casa y los míos de las malas influencias del ambiente? ¿Cómo?
- ¿He manipulado con mis estados de ánimo y enfados para que se haga lo que quiero?
- ¿Permito que otros (padres, amigos) manipulen o se antepongan al matrimonio?
- ¿Honro y respeto a mi esposo/a en todo momento?
- ¿He compartido con mi esposo/a la visión para la familia?; ¿le escucho con interés?;
- ¿Le expreso amor, cariño y respeto a mi esposo/a?;
- ¿Con mis hijos?
- ¿Detecto los problemas y los enfrento con sabiduría?
- ¿Qué medidas tomo para que mi casa sea un hogar?
- ¿Soy responsable y ordenado con la economía?
- ¿Les ayudo para que puedan orar, estudiar, descansar, ir a su grupo, cumplir sus responsabilidades?
Formación de los hijos
- ¿comparto con ellos, enseño y guío?
- ¿escucho?
- ¿disciplino con sabiduría?
- ¿les doy buena educación para ser buenos cristianos?
- ¿Dejo de corregirlos o los consiento para tener su aprobación y para ser preferido y no criticado por ellos?
No matarás (Quinto Mandamiento)
- ¿De algún modo he matado o atentado contra la vida? (ej.: apoyo o participación en aborto, suicidio, conducir sin cuidado, actos irresponsables que ponen una vida en peligro, agresión, violencia, etc.)
- ¿He atentado contra la dignidad de alguien?
- ¿He inducido a alguien a pecar?
- ¿He dañado la reputación de alguien?
No cometerás actos impuros (Sexto Mandamiento)
- ¿He buscado afectividad fuera del orden del Señor?
- ¿Como distingo entre sentimentalismo y una auténtica relación de amor entre hermanos?
- ¿Me relaciono según mi estado de ánimo o lo que edifica en el amor?
- ¿Fantasías o actos impuros, conmigo mismo o con otros?
- ¿Chistes, programas, actitud seductora, inmodestia en vestir?
- ¿Obedezco el plan de Dios para la sexualidad en mi estado de vida?
No robarás (Séptimo mandamiento)
- ¿De algún modo he robado?
- ¿Descuidando o no devolviendo propiedad ajena o común?
- ¿Me aprovecho de mi puesto para beneficio personal?
- ¿Me he dejado sobornar o he sobornado?
- ¿He administrado los bienes propios o ajenos con ligereza o deshonestidad?
No levantarás falsos testimonios ni mentirás (Octavo Mandamiento)
- ¿Quién inspira mis palabras: Dios o mi ego?
- ¿He querido dar mi opinión en todo?
- ¿Digo la verdad?
- ¿He revelado secretos?
- ¿He juzgado (o chismeado)?
- ¿Me he quejado buscando conmiseración o desahogo?
- ¿He puesto mi atención a lo indebido?
- ¿He hablado lo que no edifica: chistes con groserías, hirientes a una raza, nacionalidad, etc.?
- ¿Miento para quedar bien?
Obras de Misericordia
Corporales: solidaridad con enfermos/ hambrientos/ sedientos/presos/ desnudos/ forasteros/ enterrar los muertos.
- ¿Veo a estos como hermanos por los que me entrego o estadísticas?
Espirituales: dar buen consejo/ corregir/ perdonar / consolar/ sufrir con paciencia las molestias del prójimo/ rezar por los vivos y los muertos.
- ¿Estoy atento al dolor ajeno?
- ¿Hago acepción de personas según su apariencia?
- ¿Vivo en sencillez?
- ¿Imito a Cristo que fue pobre?
- ¿soy libre de apegos materiales?
- ¿Se refleja esto en mi actitud en las compras? ¿me dejo llevar por antojos? ¿cuáles?
- ¿Coopero con las obras de la Iglesia con verdadero sacrificio y amor o doy de mis sobras?
Evangelización
- ¿Soy testimonio?
- ¿Soy sal de la tierra y luz del mundo?
- ¿Me esfuerzo de todo corazón para que Cristo sea conocido y amado por todos?
- ¿Estoy en comunión con el espíritu misionero de la Iglesia?
- ¿Llevo a mis amistades al Señor o dejo que ellas me arrastren al mundo?
- Cuando evangelizo, ¿lo hago con seguridad o como si fuera una opinión cualquiera? ¿Respondo al Espíritu o me paraliza el «qué dirán'»?
Dominio de las Emociones: Resentimientos, caprichos, impulsos, miedos…
- ¿Cuáles son mis emociones más salientes?
- ¿Las someto al Señor para encauzarlas para el bien? ¿de qué forma están afectando mi comportamiento?
- ¿Busco primero mi interés y comodidad o servir con amor?
Pecados Capitales y Virtudes Contrarias (incluye pensamientos)
Soberbia / Humildad
- ¿He sido humilde al pensar, me he comparado con otros, he tratado de llamar la atención con mi sabiduría’, mi físico, etc.?
- ¿Me reconozco pequeñito?
- ¿Desprecio a otros en mi corazón?
- ¿Me he resentido por el trato o puesto recibido?
- ¿Cual es la motivación de mis aspiraciones?
- ¿Distingo entre lo que es doctrina y lo que es mi opinión?
- ¿Soy prudente al dar mi opinión; creo que es la única; creo que sin mi presencia las cosas no van bien?
- ¿Sé distinguir lo que es mi misión o me entrometo en lo que no me corresponde?
- ¿Reconozco que no tengo razón de gloriarme sino en Cristo?
- ¿Verdaderamente atribuyo toda la gloria a Dios?
- ¿En que forma mis acciones están mezcladas con orgullo, vanidad, egoísmo, engreimiento, arrogancia?
- ¿Reconozco mis errores y pido perdón?
- ¿Puedo ayudar sin mandar?
- ¿Busco aprobación, reconocimientos, honores y alabanzas?
- ¿Hago las cosas por quedar bien?
- ¿Rechazo las humillaciones o las sé aprovechar como medio para adquirir humildad?
Avaricia / Generosidad
- ¿Estoy apegado a las cosas?
- ¿Sacrifico tiempo, dinero, para servir según el plan de Dios?
- ¿Soy generoso o egoísta con los bienes materiales?
- ¿Sé dar y darme?
- ¿Juego con el dinero?
Lujuria / Castidad (ya examinado arriba)
Ira vs. Paciencia
- ¿Soy intransigente e intolerante?
- ¿Impaciente e iracundo?
- ¿Se lidiar con las cruces, enfermedades, problemas con relaciones, trabajo, etc.?
- ¿Pierdo la paz; manifiesto mal humor cuando las cosas no son como yo espero?
- ¿Le hecho la culpa a las circunstancias? (ej. «me sacaron de quicio»)
Gula vs. Templanza
- ¿Como más de lo necesario? ¿ayuno?
- ¿Estoy adicto al alcohol, la droga, píldoras?
Envidia vs. Caridad
- ¿Siento celos por posiciones, talentos… otros grupos de la Iglesia… o me alegro cuando otros mejoran? ¿qué casos puedo pensar en que no me alegre?
- ¿Codicio o envidio los bienes o las cualidades de los demás?
- ¿Distraigo mis pensamientos en comparaciones que me llevan a la envidia?
- ¿Tengo escondidos reclamos a Dios por el bienestar o cualidades de los demás?
Pereza vs. Diligencia
- ¿Me he quedado dormido como los discípulos ante lo que Jesús me pedía?
- ¿Soy atento a cumplir mis deberes?
- ¿Qué hago para edificar mi familia y grupo?
- ¿Soy rápido a servir aún cuando no tengo ganas?
- ¿»Descanso» más de lo necesario?
- ¿Dejo las cosas para más tarde?
Bienaventuranzas (Mateo 5, 12)
- ¿He sido pobre de espíritu, libre de apegos?
- ¿Me reconozco y estoy convencido de que no soy nada ante Dios?
- ¿He sido manso, paciente, edificando con medios santos?
- ¿He llorado ante los pecados que ofenden a Dios?
- ¿Me arrepiento de mis pecados porque Dios no merece estas ofensas?
- ¿He tenido hambre y sed de justicia?
- ¿Tengo deseos de santidad?
- ¿Trato de ser santo, porque Dios me quiere santo?
- ¿He sido misericordioso, comprensivo, tolerante, magnánimo, compasivo?
- ¿He sido limpio de corazón, puro de pensamiento?
- ¿Tengo rectitud de intención o hay hipocresía en mi proceder?
- ¿Hago las cosas con pureza de intención o hay dobleces en mis acciones?
- ¿Tengo «honestidad mental»?
- ¿Trabajo por la paz, en mi persona, hogar, grupo, mundo?
- ¿Sufro con gozo al ser perseguido por causa de la justicia?
- ¿Cómo reacciono ante las criticas «injustas» o incomprensiones, desprecios, acusaciones, injusticias, ataques, calumnias, agresiones? ¿Las aprovecho como medios de purificación y santificación?
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Fuente original en el portal buenanueva.net
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por buenanueva.net | 6 Mar, 2013 | Confirmación Liturgia
La conciencia es un soplo del espíritu de Dios, que reside en nosotros.
Chesuel
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Antes de confesarme
- ¿Voy al Sacramento de la Penitencia con sincero deseo de purificación y conversión, o voy obligado por alguien o por cumplir con alguien?
- ¿He dicho deliberadamente en la confesión alguna mentira o le he omitido algún pecado mortal al sacerdote por vergüenza
- ¿Cumplí la penitencia que se me fue impuesta?
- ¿Reparé las injusticias que pude haber cometido?
- ¿Me he esforzado en corregirme de mis pecados anteriores, en tratar de no volverlos a cometer?
- ¿Me he arrepentido y confesado cuando he cometido un pecado grave?
- ¿He recibido la Sagrada Comunión en estado de pecado mortal?
Amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo
Relación con Dios
- ¿Busco amar a Dios con todo mi corazón?
- ¿Trato de amarle sobre todas las cosas y personas?
- ¿Pongo a Dios primero que todo y primero que todos?
- ¿Tengo tanta preocupación por el dinero y los bienes materiales que dejo a Dios en un segundo plano o totalmente olvidado?
- ¿Vivo esta vida terrena sabiendo que hay otra Vida después de ésta o creo que al morir todo se acaba?
- ¿Dedico tiempo a amar a Dios dialogando con Él en la oración?
- ¿Sé alabar a Dios en la oración, agradecerle, entregarme a El, solicitar su perdón o sólo sé pedirle, proponerle y hasta exigirle?
- ¿Le permito a Dios guiarme o le «entrego» los planes ya hechos para que los bendiga y me ayude a realizarlos?
- ¿Alguna vez le he reclamado por algo que me ha sucedido a mí o a alguien?
- ¿Pido a Dios en los momentos de tentación?
- ¿Rechazo su voluntad?
- ¿Me he opuesto a Dios de alguna manera?
- ¿Alguna vez le he reclamado por algo que me ha sucedido a mí o a alguien?
- ¿He soportado con paciencia y serenidad los dolores y contrariedades que Dios permite para mí?
- ¿Confío en Él cuando todo parece ir mal?
- ¿Sé decirle «sí», tanto en los momentos de alegría, como en los momentos de tristeza?
- ¿Le confío todo a Dios o ando haciendo las cosas por mi cuenta?
- ¿Me doy cuenta y reconozco que es Dios quien obra en mí y que sin Él nada soy?
- ¿Confío en que tanto mis capacidades como mis limitaciones, así como las situaciones personales o familiares que me tocan vivir son parte del plan de Dios para mi santificación?
- ¿Cómo he usado mi tiempo, mis fuerzas, mis condiciones, los dones que Dios me ha dado?
- ¿Pierdo el tiempo en actividades que no edifican (revistas, televisión, Internet, etc.)?
- ¿Ignoro, rechazo o dudo acerca de las verdades de la fe?
- ¿Me comporto como cristiano en mi vida pública y privada?
- ¿Tengo recta intención en mis pensamientos y actos o tengo escondidas intenciones en mi comportamiento?
- ¿He caído en superstición o algún tipo de ocultismo (brujería, hechicería, poder mental, metafísica, astrología, adivinación, cartomancia, santería, magia, fetichismo, espiritismo –incluyendo ouija-, satanismo) u otra práctica ajena al Cristianismo?
- ¿Confío en amuletos, pirámides, cristales, etc.?
- ¿Pertenezco a sociedades secretas como la Masonería, Rosacrucismo, etc.?
Relación con el prójimo
- ¿Pienso primero en mí o en los demás?
- ¿Tengo auténtico amor por ellos?
- ¿Me preocupo por sus problemas o vivo nada más preocupado de mis asuntos?
- ¿Soy servicial?
- ¿Soy atento sin ser curioso?
- ¿Soy prudente en lo que hablo y como actúo?
- ¿Los trato como no quisiera que me trataran a mí?
- ¿Abuso de las personas utilizándolas para mis fines?
- ¿He impuesto mi voluntad a los demás contra su libertad y sus derechos?
- ¿He sido causa de pecado para alguien?
- ¿Sé perdonar cuando me siento ofendido o soy rencoroso y resentido?
- ¿Debo reconciliarme con alguien y no lo he hecho?
- ¿Cumplo mis promesas y compromisos?
- ¿Respeto el tiempo y necesidades de otros: cuando busco ayuda, en el teléfono, etc.?
- ¿He despreciado a alguien por su condición económica, social, racial, cultural o política?
- ¿Soy generoso?
- ¿Comparto mis bienes con quienes los necesitan?
No tomarás el nombre de Dios en vano
- ¿Tengo reverencia y amor por el nombre de Dios o le ofendo con juramentos falsos, blasfemias (palabras o acciones contra Él) o usando su nombre sin respeto?
- ¿He incumplido alguna promesa hecha a Dios?
- ¿He sido irreverente con la Virgen María y los Santos?
- ¿He insultado a una persona consagrada?
- ¿He rechazado o abusado de algún objeto sagrado?
- ¿He jurado hacer un mal?
- ¿Le he deseado maldad a alguna persona?
Santificar las fiestas
- ¿He faltado deliberadamente a Misa los Domingos y/o días de fiesta de la Iglesia?
- ¿Participo con atención y devoción en la Santa Misa?
- ¿He tratado de observar el Domingo como un día de familia y como día de descanso?
- ¿Guardo el día del Señor para el Señor o trabajo innecesariamente ese día?
- ¿Me adhiero firmemente a todo lo que la Iglesia me enseña y requiere?
- ¿He cumplido con el precepto de Confesión y Comunión anual?
- ¿Me confieso con frecuencia o considero que no tengo pecados?
- ¿He evitado la ocasión de pecado: ambientes, programas, personas?
- ¿Sigo las opiniones y conceptos de las mayorías, aunque esos planteamientos morales estén contra las Leyes de Dios y de la Iglesia?
- ¿He seguido tanto los errores de las mayorías que he terminado por tener una conciencia complaciente o adormecida que me impide ver mis pecados?
- ¿Pido a Dios me muestre mis pecados (también pecados viejos y olvidados)?
- ¿Le pido que me muestre cómo soy verdaderamente o prefiero verme como creo que soy?
- Cuando me muestra la verdad sobre mí -directamente o a través de otros- ¿la acepto con humildad o la rechazo?
- Cuando me corrigen, ¿lo agradezco, dándome cuenta que es una oportunidad para verme tal cual soy y para crecer en humildad?
- ¿Me preparo bien para recibir al Señor en la Eucaristía?
- ¿He observado los días de ayuno, abstinencia de carne y/o penitencia? (Ayuno y Abstinencia de carne el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo. Abstinencia de carne los Viernes de Cuaresma. Abstinencia de carne o Penitencia los demás Viernes del año).
- ¿He contribuido generosamente, en la medida de mis posibilidades, con las obras de Iglesia, a través de oración, trabajo y/o dinero?
Honrarás a tu padre y a tu madre
- ¿Respeto y obedezco a mis padres?
- ¿Los desprecio o no les demuestro amor?
- ¿Me avergüenzo de ellos?
- ¿Los insulto o trato con palabras irrespetuosas que los hacen sufrir?
- ¿Los he ayudado en sus necesidades espirituales y temporales?
- ¿Me ocupo por mis parientes de edad avanzada y/o enfermos o los he abandonado?
- Como cónyuge, ¿he sido fiel de corazón y de hecho?
- Como cónyuge, ¿He abandonado mis deberes para con mi esposa o mis hijos?
- Como padre/madre, ¿me he preocupado por educar cristianamente a mis hijos, además de dar buen ejemplo y de ejercer mi autoridad adecuadamente?
- ¿Trato de traer la paz a mi vida familiar?
- ¿He contribuido en medio de mi familia al bien y la alegría de los demás con mi paciencia y verdadero amor?
No matarás
- ¿He cometido homicidio o he herido a alguien físicamente?
- ¿He intentado o pensado en suicidarme?
- ¿He dado muerte a un hijo(a), haciéndome practicar un aborto o he apoyado a alguien para que se lo practique?
- ¿Me he practicado alguna mutilación como método de esterilización (ligadura de trompas, vasectomía, etc.?
- ¿He descuidado mi salud (incluye beber o fumar en exceso o utilizar drogas)?
- ¿He pecado de gula en comidas y bebidas?
- ¿Tengo afición especial por la velocidad y los riesgos, poniendo en peligro mi vida o la de otros?
- ¿He deseado que a los otros les vaya mal? ¿He maldecido?
- ¿He caído en peleas o insultos?
- ¿Me he dejado llevar por el resentimiento, el odio, la ira, los deseos de desquite y venganza?
- ¿He dicho o hecho cosas que ofenden al prójimo?
- ¿Induje a alguien al pecado?
- ¿He dado mal ejemplo o escandalicé a otros?
- ¿He causado algún daño a la reputación, el honor y los bienes de otros?
- ¿He ocasionado conflictos de separación con alguien?
- ¿He pedido perdón cuando he hecho algún daño?
- ¿He perdonado?
No cometerás actos impuros
- ¿He realizado acciones impuras con mi cuerpo o con otras personas?
- ¿Me he puesto en ocasión de cometer tales acciones?
- ¿He practicado la masturbación?
- ¿He fornicado? (actos impuros entre personas no casadas por la Iglesia)
- ¿He incurrido en prácticas homosexuales?
- ¿He mantenido mis sentidos y todo mi cuerpo en la pureza y castidad requerida según mi estado de vida?
- ¿He sido fiel a los votos de mi matrimonio en pensamiento y en acción?
- ¿He tenido alguna actividad sexual fuera de mi matrimonio?
- ¿He cometido adulterio? (actos sexuales de una persona casada con otra que no sea su cónyuge)
- ¿He usado algún método anticonceptivo o algún método de control artificial de natalidad en mi matrimonio?
- ¿Ha estado cada acto sexual de mi matrimonio abierto a la procreación?
- ¿Me distraigo en pensamientos y deseos impuros o trato de rechazarlos?
- ¿He respetado a todos los miembros del sexo opuesto, o he pensado en ellos como si fueran objetos?
- ¿He leído libros inadecuados, mirado revistas, películas o algún otro tipo de material pornográfico?
- ¿He disfrutado oyendo o contando chistes de doble sentido? Cantado o disfrutado de canciones inmorales?
- ¿Me cuido de vestir modestamente?
- ¿He incitado al pecado a otros con mi ejemplo y comportamiento, con mi falta de decencia?
No robarás
- ¿He robado lo que no es mío?
- ¿He restituido lo robado o reparado el daño de alguna manera?
- ¿He regresado lo prestado?
- ¿He dañado a voluntad algo que pertenezca a otra persona?
- ¿He malgastado mis bienes o derrochado dinero en cosas inútiles?
- ¿Hago apuestas excesivas, negándole a mi familia sus necesidades?
- ¿Pago mis deudas oportunamente?
- ¿Desperdicio el tiempo en el trabajo, en la escuela o en la casa?
- ¿Me aprovecho de mi puesto para beneficio personal?
- ¿He hecho trampa en los negocios?
- ¿Me he dejado sobornar o he sobornado?
- ¿Pago a los obreros puntualmente el salario justo?
- ¿Busco compartir lo que tengo con los necesitados?
No levantarás falsos testimonios ni mentirás
- ¿He sido fiel a la verdad?
- ¿He dicho mentiras? (decir lo que no es cierto)
- ¿He actuado alguna vez contra mi conciencia por temor?
- ¿Miento para quedar bien?
- ¿He incurrido en chismes? (contar a otra persona lo malo que dicen de ella)
- ¿He calumniado? (inventar contra otro lo que no han hecho)
- ¿He murmurado? (decir lo malo que otra persona ha hecho y que quizás no se sabía)
- ¿He dado falso testimonio? (declarar contra otro lo que no es verdad)
- ¿He juzgado a las personas? (dedicarse a opinar y pensar en contra de los demás)
- ¿Soy crítico, negativo o falto de caridad en mis pensamientos de los demás?
- ¿Mantengo secreto lo que debería ser confidencial?
- ¿He perjudicado a alguien con mentiras, calumnias o violación de algún secreto?
- ¿He caído en la hipocresía?
No consentirás pensamientos impuros
- ¿He consentido pensamientos y deseos impuros?
- ¿He causado estos pensamientos con lecturas impuras, películas, Internet, conversaciones o curiosidad?
- ¿Trato de controlar mi imaginación?
- ¿Rezo inmediatamente para desvanecer pensamientos impuros o tentaciones?
No desearás los bienes ajenos
- ¿Envidio las pertenencias o posesiones de los demás?
- ¿Siento tristeza por el bien ajeno?
- ¿Soy ambicioso y tengo un deseo exagerado de poseer bienes materiales?
- ¿Soy egoísta?
- ¿Son las posesiones materiales el propósito de mi vida?
- ¿Confío en que Dios cuida de todas mis necesidades materiales y espirituales?
Pecados Capitales y Virtudes Contrarias
1. Soberbia / Humildad
- ¿He sido humilde al pensar?
- ¿Me he comparado con otros?
- ¿He tratado de llamar la atención con mi sabiduría, mi físico, etc.?
- ¿Busco aprobación, reconocimientos, honores y alabanzas?
- ¿Hago las cosas por quedar bien?
- ¿Desprecio a otros en mi corazón?
- ¿Me he resentido por el trato o puesto recibido?
- ¿Soy prudente al dar mi opinión? ¿Creo que es la única?
- ¿Reconozco que no tengo razón de gloriarme sino en Cristo?
- ¿Verdaderamente atribuyo toda la gloria a Dios?
- ¿Consiento en pensamientos de orgullo, vanidad, egoísmo, engreimiento, arrogancia?
- ¿Están mis acciones mezcladas de tales motivaciones?
- ¿Reconozco mis errores y pido perdón?
- ¿Puedo ayudar sin mandar?
2. Avaricia / Generosidad
- ¿Estoy apegado a las cosas?
- ¿Sacrifico tiempo y dinero para servir?.
- ¿Sé dar y darme?
- ¿Soy generoso o egoísta con los bienes materiales?
3. Lujuria/ Castidad
(ya examinado en 6º y 9º Mandamientos)
4. Ira / Paciencia
- ¿Soy intransigente e intolerante? ¿Impaciente e iracundo?
- ¿Pierdo la paz y manifiesto mal humor cuando las cosas no son como yo espero?
- ¿Sé lidiar con los problemas, con relaciones, trabajo, etc. sin perder la paz?
- ¿Le echo la culpa a las circunstancias cuando pierdo el control (ej: «me sacaron de quicio») o asumo mi responsabilidad?
5. Gula / Templanza
- ¿Como más de lo necesario?
- ¿Estoy adicto al alcohol, drogas, píldoras, juego?
6. Envidia / Caridad
- ¿Envidio los bienes o las cualidades de los demás?
- ¿Distraigo mis pensamientos en comparaciones que me llevan a la envidia?
- ¿Tengo escondidos reclamos a Dios por el bienestar o cualidades de los demás?
7. Pereza / Diligencia
- ¿Cumplo con mis deberes oportunamente?
- ¿Dejo las cosas para más tarde?
- ¿Soy rápido a servir aún cuando no tenga ganas?
- ¿Descanso más de lo necesario?
- ¿Tengo pereza o desinterés por las cosas de Dios?
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Fuente original en el portal buenanueva.net
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por buenanueva.net | 6 Mar, 2013 | Confirmación Liturgia
La buena conciencia es tan alegre, que hace alegres a todas las molestias de la vida.
Fray Luis de Granada
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Al confesarme
- ¿Voy al Sacramento de la Penitencia con sincero deseo de purificación, conversión, renovación espiritual y amistad más profunda con Dios, o, por el contrario, lo considero como una carga impuesta por la Iglesia?
- ¿Callé voluntariamente algún pecado grave en alguna confesión anterior?
- ¿Cumplí la penitencia que se me fue impuesta?
- ¿Reparé las injusticias que pude haber cometido?
- ¿Me he esforzado en corregirme mis pecados anteriores, en tratar de no volverlos a cometer?
- ¿He tratado de corregir las faltas que impiden que ame a Dios y a mis hermanos?
Amar a Dios sobre todas las cosas
- ¿Trato de amar a Dios sobre todas las cosas y personas?
- ¿O me preocupo más por las cosas materiales y temporales, dejando a Dios en un segundo plano o tal vez totalmente olvidado?
- ¿Pongo a Dios primero que todo y primero que todos?
- ¿Tengo recta intención en mis pensamientos y actos o tengo escondidas intenciones en mi comportamiento?
- ¿Creo firmemente en Dios?
- ¿Creo en Jesucristo, Hijo de Dios que vino a salvarnos?
- ¿Creo en el Espíritu Santo?
- ¿En el Misterio de la Santísima Trinidad?
- ¿Me adhiero firmemente a todo lo que la Iglesia me enseña y requiere?
- ¿Tomo interés en instruirme sobre las verdades de la Fe, en leer la Palabra de Dios?
- ¿Evito programas, publicaciones, etc. que pudieran poner en peligro mi fe?
- ¿He tenido temor de dar a conocer mi fe en Dios y en la Iglesia?
- ¿Me comporto como cristiano en mi vida pública y privada?
- ¿He orado con la frecuencia necesaria?
- ¿Trato de conversar con Dios?
- ¿Pido a Dios en los momentos de tentación?
- ¿Acepto los sufrimientos que Dios permite para mí sin protestar?
- ¿Tengo reverencia y amor por el nombre de Dios o le ofendo con blasfemias, juramentos falsos o usando su nombre en vano?
- ¿He sido irreverente con la Virgen María y los Santos?
- ¿Voy a Misa los Domingos y días de fiesta de la Iglesia?
- ¿Participo con atención y devoción en la Santa Misa?
- ¿He cumplido el precepto de Confesión y Comunión anual?
- ¿Me he arrepentido y confesado cuando he cometido un pecado grave?
- ¿He recurrido a la magia, brujería, adivinación, espiritismo y otros recursos ocultistas?
- ¿Tengo tanta preocupación por el dinero y los bienes materiales que los pongo por encima de Dios?
Amaos los unos a los otros como Yo os he amado
- ¿Tengo auténtico amor por los demás o los trato como no quisiera que me trataran a mí?
- ¿Abuso de ellos utilizándolo para mis fines?
- ¿He sido causa de pecado para alguien?
- ¿He contribuido en medio de mi familia al bien y alegría de los demás con mi paciencia y mi verdadero amor?
- ¿Pienso primero en mí o en los demás?
- Como hijo(a) ¿he sido obediente, le he profesado respeto y los he ayudado en sus necesidades espirituales y temporales?
- Como padre/madre ¿me he preocupado por educar cristianamente a mis hijos, además de dar buen ejemplo y de ejercer mi autoridad adecuadamente?
- Como cónyuge ¿he sido fiel de corazón y de hecho?
- ¿Comparto mis bienes con quienes lo necesitan?
- ¿He despreciado a alguien por su condición económica, social o racial?
- ¿Realizo en mi vida la misión que acepté en mi Confirmación de dar testimonio de Cristo?
- ¿Participo en obras de apostolado y de caridad en la Iglesia, en mi Parroquia?
- ¿He ayudado de alguna manera en remediar las necesidades de la Iglesia, de los pobres y del mundo?
- ¿Oro por los problemas del mundo y de la Iglesia?
- ¿Me preocupo por los problemas de los demás, de mi comunidad, de mi país, o vivo nada más preocupado de mis asuntos?
- ¿He cumplido con mis deberes cívicos?
- ¿He cumplido mis compromisos y contratos?
- En mi trabajo ¿soy justo, honesto, trabajador, prestando mis servicios con dedicación?
- En mi trabajo ¿He dado a mis empleados el salario justo y los trato bien?
- Si tengo alguna responsabilidad de autoridad ¿la uso para provecho propio o para bien de los demás, en espíritu de servicio?
- ¿He mantenido la verdad y la fidelidad o he perjudicado a alguien con mentiras, calumnias o violación de algún secreto?
- ¿He producido algún daño a la vida, la integridad física, la reputación, el honor y los bienes de otros?
- ¿He procurado o inducido al aborto?
- ¿Odio a alguien?
- ¿He causado conflictos de separación con alguien?
- ¿He robado?
- ¿He restituido lo robado o reparado el daño de alguna manera?
- ¿He envidiado a otros o a sus bienes?
- ¿He pedido perdón cuando he hecho algún daño?
- Si he sido injuriado, ¿he perdonado o he estado dispuesto a perdonar?
- Si he sido injuriado, ¿Mantengo deseos de venganza?
Sean perfectos como su Padre es perfecto
- ¿Cuál es la dirección fundamental de mi vida?
- ¿Vivo esta vida terrena sabiendo que hay otra Vida después de ésta o creo que al morir todo se acaba?
- ¿Me aplico a avanzar en la vida espiritual con la oración, los Sacramentos, la lectura de la Palabra de Dios, la instrucción religiosa y tratando de ser cada vez mejor a los ojos de Dios?
- ¿De veras me esfuerzo en superar mis vicios, mis malas inclinaciones, mis pecados?
- ¿He pecado de gula en comidas y bebidas?
- ¿Me he drogado?
- ¿Me he opuesto a Dios de alguna manera?
- ¿He reclamado algo a Dios?
- ¿He pecado de orgullo, engreimiento, vanidad, jactancia?
- ¿He impuesto mi voluntad a los demás contra su libertad y sus derechos?
- ¿Cómo he usado mi tiempo, mis fuerzas, mis condiciones, los dones que Dios me ha dado?
- ¿He soportado con paciencia y serenidad los dolores y contrariedades que he tenido?
- ¿He ofrecido a Dios esos dolores y contrariedades?
- ¿He observado la ley de ayuno y abstinencia?
- ¿He mantenido mis sentidos y todo mi cuerpo en la pureza y castidad requerida según mi estado de vida?
- ¿He observado la ley moral dentro del Matrimonio?
- ¿He fornicado?
- ¿Me distraigo en pensamientos, deseos y acciones impuras?
- ¿He consentido en la búsqueda desordenada de placer?
- ¿Me he distraído con la pornografía?
- ¿He incitado al pecado a otros con mi ejemplo y comportamiento, con mi falta de decencia?
- ¿He caído en la hipocresía?
- ¿He actuado alguna vez contra mi conciencia por temor?
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Fuente original en el portal buenanueva.net
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por buenanueva.net | 5 Mar, 2013 | Confirmación Liturgia, Postcomunión Liturgia
Para tu examen diario: ¿he dejado pasar alguna hora, sin hablar con mi Padre Dios?… ¿He conversado con El, con amor de hijo? ¡Puedes!
San Josemaría Escrivá de Balaguer
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Examen de Conciencia para Jóvenes
Antes de confesarme
- ¿Voy al Sacramento de la Penitencia con sincero deseo de arrepentimiento y de cambiar o voy por cumplir con alguien?
- ¿He mentido deliberadamente en alguna confesión o no le he dicho algún pecado mortal al Sacerdote por vergüenza?
- ¿Me he esforzado en corregirme de mis pecados anteriores y en tratar de no volverlos a cometer?
- ¿Me he arrepentido y confesado cuando he cometido un pecado grave?
- ¿He recibido la Sagrada Comunión sin haber confesado antes algún pecado mortal, o sea, alguna falta grave contra la Ley de Dios?
Primer mandamiento: Amará a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a tí mismo
Relación con Dios
- ¿Busco amar a Dios con todo mi corazón?
- ¿Pongo a Dios primero que todo en mi vida y primero que todas las personas?
- ¿Dedico tiempo a amar a Dios hablando con Él en la oración?
- ¿Pido ayuda a Dios en los momentos de tentación?
- ¿Me he opuesto a Dios de alguna manera?
- ¿Alguna vez le he reclamado por algo que me ha sucedido a mí o a alguien?
- ¿He usado bien mi tiempo, mis fuerzas, mis capacidades, los dones que Dios me ha dado?
- ¿Pierdo el tiempo en actividades que no edifican (revistas, televisión, Internet, etc.)?
- ¿He caído en superstición o algún tipo de ocultismo (brujería, hechicería, poder mental, metafísica, astrología, adivinación, lectura de las cartas, santería, magia, fetichismo, espiritismo –incluyendo ouija-, satanismo) u otra práctica ajena al Cristianismo?
- ¿Confío en amuletos, pirámides, cristales, etc.?
Relación con el prójimo
- ¿Pienso primero en mí o en los demás?
- ¿Me preocupo por sus problemas o vivo nada más preocupado de mis asuntos?
- ¿Soy servicial?
- ¿Los trato como no quisiera que me trataran a mí?
- ¿Alguien ha cometido pecado por culpa mía?
- ¿Perdono cuando me siento ofendido o soy rencoroso y resentido?
- ¿Debo hacer las paces con alguien y no lo he hecho?
- ¿Cumplo mis promesas y compromisos?
- ¿He despreciado a alguien por su condición económica, social, racial, cultural o política?
- ¿Busco compartir lo que tengo con otros quetienen menos que yo?
Segundo mandamiento: No tomarás el nombre de Dios en vano
- ¿Tengo reverencia y amor por el nombre de Dios o le ofendo con juramentos falsos, blasfemias (palabras o acciones contra Él) o usando su nombre sin respeto?
- ¿He incumplido alguna promesa hecha a Dios?
- ¿He rechazado o abusado de algún objeto sagrado?
- ¿Le he deseado maldad a alguna persona?
- ¿He jurado hacer un mal?
Tercer mandamiento: Santificarás las fiestas
- ¿He faltado deliberadamente a Misa los Domingos?
- ¿Participo con atención y devoción en la Santa Misa o estoy distraído, tal vez hasta comiendo chicle?
- ¿He cumplido con el precepto de confesarme y comulgar al menos una vez al año?
- ¿Me confieso con frecuencia (una vez al mes) o considero que no hace falta porque creo que no tengo pecados?
- ¿He evitado las situaciones que podrían llevarme a pecar: ambientes, programas, personas, Internet, revistas?
- ¿Sigo las opiniones y conceptos de los demás, aunque esos planteamientos morales estén contra las Leyes de Dios y de la Iglesia (Por ej: practicar la masturbación, tener otro tipo de actividad sexual, seguir el horóscopo, tomar en exceso)?
- ¿Acepto con humildad los consejos y correcciones de personas con buen criterio o tiendo a rebelarme?
- ¿Me preparo bien para recibir al Señor en la Eucaristía o voy a comulgar por rutina y hasta en pecado mortal?
Cuarto mandamiento: Honrarás a tu padre y a tu madre
- ¿Respeto y obedezco a mis padres?
- ¿Los desprecio o no les demuestro amor?
- ¿Me avergüenzo de ellos?
- ¿Los insulto o trato con palabras irrespetuosas que los hacen sufrir?
- ¿Los he ayudado en sus trabajos y necesidades?
- ¿He contribuido en medio de mi familia a la armonía y alegría de los demás con mi actitud o he generado conflictos por mi rebeldía?
Quinto mandamiento: No matarás
- ¿He herido a alguien físicamente?
- ¿He intentado o pensado en suicidarme?
- ¿He caído en excesos que pueden dañar mi cuerpo (beber o fumar en exceso, utilizar drogas o comer más de lo necesario)?
- ¿He caído en peleas o insultos?
- ¿Me he dejado llevar por el resentimiento, el odio, la ira, los deseos de desquite y venganza?
- ¿He dicho o hecho cosas que ofenden al prójimo?
- ¿He llevado a alguien al pecado?
- ¿He causado algún daño a la fama de otros?
- ¿He dañado las cosas de otros?
- ¿He ocasionado conflictos de separación con alguien?
- ¿He pedido perdón cuando he hecho algún daño?
- ¿He perdonado?
Sexto mandamiento: No cometerás actos impuros
Noveno mandamiento: No consentirás pensamientos ni deseos impuros
- ¿He practicado la masturbación?
- ¿He tenido alguna actividad sexual con otra persona?
- ¿He incurrido en prácticas homosexuales?
- ¿Me he puesto en situaciones que me llevan a cometer tales acciones?
- ¿Me distraigo en pensamientos y deseos impuros o trato de rechazarlos?
- ¿Me he causado estos pensamientos con lecturas impuras, películas, internet o algún otro tipo de material pornográfico?
- ¿He disfrutado oyendo o contando chistes de doble sentido; cantado o disfrutado de canciones inmorales?
- ¿Me visto modestamente?
- ¿He incitado a otros al pecado con mi ejemplo y comportamiento, con mi falta de decencia?
- ¿Rezo inmediatamente para que se vayan los pensamientos impuros y las tentaciones?
Séptimo mandamiento: No robarás
- ¿He robado algo alguna vez?
- ¿He devuelto lo robado? Si esto no ha sido posible, he reparado el daño de alguna manera?
- ¿He regresado lo prestado?
- ¿He dañado a propósito algo que pertenezca a otra persona?
- ¿Desperdicio el tiempo en la escuela o en la casa?
Octavo mandamiento: No levantarás falsos testimonios ni mentirás
- ¿He dicho mentiras? (decir lo que no es cierto)
- ¿He actuado alguna vez contra mi conciencia para ser aceptado y reconocido por mis amigos?
- ¿Miento para quedar bien?
- ¿He incurrido en chismes? (contar a otra persona lo malo que dicen de ella)
- ¿He calumniado? (inventar contra otro lo que no han hecho)
- ¿He murmurado? (decir lo malo que otra persona ha hecho y que quizás no se sabía)
- ¿He juzgado a las personas? (dedicarse a opinar y pensar en contra de los demás)
- ¿Soy crítico, negativo o falto de caridad en mis pensamientos de los demás?
- ¿Mantengo los secretos que me han confiado?
Décimo mandamiento: No desearás los bienes ajenos
- ¿Envidio las pertenencias o posesiones de los demás?
- ¿Tengo un deseo exagerado de poseer bienes materiales?
- ¿Soy egoísta?
- ¿Confío en que Dios se ocupa de todas mis necesidades aunque no lo parezca?
Pecados Capitales y Virtudes Contrarias
1. Soberbia / Humildad
- ¿Me comparo con otros?
- ¿He tratado de llamar la atención con mis conocimientos, mi físico, etc.?
- ¿Busco aprobación, reconocimientos, honores y alabanzas?
- ¿Desprecio a otros en mi corazón?
- ¿Me he resentido por el trato recibido?
- ¿Me dejo llevar por pensamientos de orgullo, de creerme gran cosa, de ser muy importante, de querer lucirme?
- ¿Reconozco mis errores y pido perdón?
2. Avaricia / Generosidad
- ¿Estoy apegado a las cosas y al dinero?
- ¿Sacrifico mi tiempo para ayudar a los demás?
- ¿Soy generoso o egoísta con lo que tengo?
3. Lujuria/Castidad
(ya examinado en el sexto y noveno mandamiento)
4. Ira / Paciencia
- ¿Soy intransigente e intolerante? ¿Impaciente e iracundo?
- ¿Me pongo de mal humor cuando las cosas no salen como yo quiero?
- ¿Le echo la culpa a otras personas o a otras cosas cuando pierdo el control (ej: «me sacaron de quicio», «fue que él me hizo tal cosa»)? ¿O asumo mi responsabilidad?
5. Gula / Templanza
- ¿Como más de lo necesario?
- ¿Estoy adicto al alcohol, drogas, juego?
6. Envidia / Caridad
- ¿Soy celoso de mis hermanos(as), compañeros, etc.?
- ¿Envidio los bienes o las cualidades de los demás?
- ¿Distraigo mis pensamientos en comparaciones que me llevan a la envidia?
- ¿Le reclamo a Dios en mi interior por el bienestar o cualidades de los demás?
7. Pereza / Diligencia
- ¿Cumplo con mis deberes estudiantiles y familiares?
- ¿Dejo las cosas para más tarde?
- ¿Descanso más de lo necesario?
- ¿Tengo pereza o desinterés por las cosas de Dios?
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Fuente original en el portal buenanueva.net
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