por Catequesis en Familia | 24 Sep, 2015 | La Biblia
Lucas 1, 26-38. Fiesta de Nuestra Señora del Rosario (7 de octubre). El Santo Rosario es un medio que nos ofrece la Virgen para contemplar a Jesús y, meditando su vida, amarlo y seguirlo cada vez con más fidelidad.
En el sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María. El Angel entró en su casa y la saludó, diciendo: «¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo». Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo. Pero el Angel le dijo: «No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin». María dijo al Angel: «¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?». El Angel le respondió: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios». María dijo entonces: «Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho».Y el Angel se alejó.
Sagrada Escritura en el portal web de la Santa Sede
Lecturas
Primera lectura: Libro de los Hechos de los Apóstoles, Hch 1, 12-14
Salmo (tomado del Evangelio según san Lucas): Lc 1, 46-55
Oración introductoria
María, acompáñame en esta oración para que sepa estar dispuesto, con una gran fe, a escuchar y acoger hoy el llamado de Dios. Que con confianza y con amor, responda con prontitud y generosidad.
Petición
María, enséñame a amar sin medida.
Meditación del Santo Padre emérito Benedicto XVI
Queridos hermanos y hermanas:
Este [mes de octubre] nos ofrece dos motivos de oración y de reflexión: la memoria de la Bienaventurada Virgen María del Rosario, que se celebra precisamente hoy, y el compromiso misionero, al que está dedicado este mes de modo especial. La imagen tradicional de la Virgen del Rosario representa a María que con un brazo sostiene al Niño Jesús y con el otro presenta el rosario a santo Domingo. Esta significativa iconografía muestra que el rosario es un medio que nos ofrece la Virgen para contemplar a Jesús y, meditando su vida, amarlo y seguirlo cada vez con más fidelidad. Es la consigna que la Virgen dejó también en diversas apariciones. Pienso, de modo particular, en la de Fátima, acontecida hace 90 años. A los tres pastorcillos Lucía, Jacinta y Francisco, presentándose como «la Virgen del Rosario», les recomendó con insistencia rezar el rosario todos los días, para obtener el fin de la guerra. También nosotros queremos acoger la petición materna de la Virgen, comprometiéndonos a rezar con fe el rosario por la paz en las familias, en las naciones y en el mundo entero.
Sin embargo, sabemos que la verdadera paz se difunde donde los hombres y las instituciones se abren al Evangelio. El mes de octubre nos ayuda a recordar esta verdad fundamental mediante una especial animación que tiende a mantener vivo el espíritu misionero en todas las comunidades y a sostener el trabajo de todos aquellos —sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos— que trabajan en las fronteras de la misión de la Iglesia.
Santo Padre emérito Benedicto XVI
Ángelus del domingo, 7 de octubre de 2007
El Rosario, oración contemplativa
El Rosario, precisamente a partir de la experiencia de María, es una oración marcadamente contemplativa. Sin esta dimensión, se desnaturalizaría, como subrayó Pablo VI: «Sin contemplación, el Rosario es un cuerpo sin alma y su rezo corre el peligro de convertirse en mecánica repetición de fórmulas y de contradecir la advertencia de Jesús: «Cuando oréis, no seáis charlatanes como los paganos, que creen ser escuchados en virtud de su locuacidad» (Mt 6, 7). Por su naturaleza el rezo del Rosario exige un ritmo tranquilo y un reflexivo remanso, que favorezca en quien ora la meditación de los misterios de la vida del Señor, vistos a través del corazón de Aquella que estuvo más cerca del Señor, y que desvelen su insondable riqueza» (Pablo VI).
Es necesario detenernos en este profundo pensamiento de Pablo VI para poner de relieve algunas dimensiones del Rosario que definen mejor su carácter de contemplación cristológica.
San Juan Pablo II
Carta Apostólica Rosarium Virginis Mariae sobre el Santo Rosario, nº. 12
Propósito
Meditar los misterios dolorosos del Santo Rosario reflexionando sobre la calidad de mi respuesta a Dios.
Diálogo con Cristo
Gracias, María, por enseñarme la forma en que debo responder al llamado que día a día me hace Dios nuestro Señor. Intercede ante tu Hijo para que mi amor crezca y así pueda avanzar en el abandono en la Divina Providencia, sin pedir señales ni poner excusas para disculpar mi mediocridad.
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por Catequesis en Familia | 23 Sep, 2015 | La Biblia
Mateo 7, 7-11. Témporas de Acción de Gracias y de Petición. Jesús es el compañero de camino que nos da lo que pedimos.
Jesús dijo a sus discípulos: «Pidan y se les dará; busquen y encontrarán; llamen y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá. ¿Quién de ustedes, cuando su hijo le pide pan, le da una piedra? ¿O si le pide un pez, le da una serpiente? Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará cosas buenas a aquellos que se las pidan!».
Sagrada Escritura en el portal web de la Santa Sede
Lecturas
Primera lectura: Libro de Deuteronomio, Det 8, 7-18
Salmo (tomado del Primer Libro de Crónicas): 1 Cro 29, 10-12
Segunda lectura: Segunda Carta a los Corintios, 2 Cor 5, 17-21
Oración introductoria
Gracias, Padre, por el don de mi fe que me lleva a buscarte humildemente en la oración. Busco la fuerza de voluntad para vivir auténticamente mi fe, porque te amo con todo mi corazón y con toda mi mente. Confío plenamente en que me mostrarás el camino para conocer la voluntad de Dios.
Petición
Señor, dame un corazón abierto a las inspiraciones de tu Santo Espíritu.
Meditación del Santo Padre Francisco
«Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá, porque todo el que pide recibe, y el que busca halla, y al que llama se le abre». Partiendo del pasaje evangélico de san Lucas (11, 9-10), en la misa celebrada en Santa Marta el jueves 9 de octubre, el Papa Francisco volvió a meditar sobre el tema de la oración, deteniéndose en la condición del hombre que pide y el amor de Dios que responde y da sobreabundantemente.
Tras recordar el texto de la oración colecta pronunciada antes de la liturgia de la palabra —«Dios todopoderoso y eterno, que con amor generoso desbordas los méritos y deseos de los que te suplican; derrama sobre nosotros tu misericordia, para que libres nuestra conciencia de toda inquietud y nos concedas aun aquello que no nos atrevemos a pedir»— el Pontífice inició su reflexión resaltando que «es propio de la misericordia de Dios no sólo perdonar —eso todos lo sabemos— sino ser generoso y dar más y más…». Deteniéndose en particular en la invocación «y nos concedas aun aquello que no nos atrevemos a pedir», el Papa Francisco destacó: «Nosotros quizá en la oración pedimos esto y esto, y ¡Él nos da más siempre! Siempre, siempre de más».
Retomando posteriormente la idea del pasaje evangélico, el Papa recordó cómo, algún versículo antes del pasaje propuesto por la liturgia, los apóstoles le habían pedido a Jesús que les enseñase a rezar como Juan había enseñado a sus discípulos. «Y el Señor —dijo— les enseñó el Padrenuestro». Después el Evangelio comienza a hablar de la «generosidad de Dios», de la «misericordia que da siempre de más, más de aquello que nosotros creemos que se pueda hacer».
El Papa Francisco entró en el corazón del texto: «Si uno de vosotros tiene un amigo, a medianoche… Hay tres palabras, tres palabras clave en este pasaje: el amigo, el Padre y el regalo». Es la ocasión para unirse a la experiencia cotidiana de cada persona: en nuestra vida, dijo el Pontífice, hay amigos de oro, «que dan la vida por el amigo», y hay también otros más o menos buenos, pero algunos son amigos de manera más profunda. No hay muchísimos: «La Biblia dice «uno, dos o tres… no más». Los demás son amigos, pero no como estos».
Siguiendo la pauta del pasaje de Lucas, el Papa prosiguió: «Yo voy a su casa y pido, pido, y al final se siente molesto por la importunación; se levanta y da lo que el amigo le pide». Precisamente «el vínculo de amistad hace que se nos dé lo que pedimos». Pero, explicó, «Jesús se adelanta y habla del Padre», haciendo estas preguntas a sus oyentes: «¿Qué padre entre vosotros, si su hijo le pide un pez, le dará una serpiente en lugar del pez? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión?». De aquí la sucesiva certeza: «Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?». Esto significa que «no sólo el amigo que nos acompaña en el camino de la vida nos ayuda y nos da lo que nosotros pedimos; también el Padre del cielo, este Padre que nos ama tanto», hasta preocuparse —dice Jesús— por dar de comer a los pajarillos del cielo.
De este modo el Señor, hizo notar el Papa Francisco, «quiere despertar la confianza en la oración». Y citando de nuevo el Evangelio de san Lucas —«Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá, porque todo el que pide recibe, y el que busca halla, y al que llama se le abre» (11, 9-10)— el Pontífice explicó: «esta es la oración: pedir, buscar el cómo y tocar a la puerta del corazón de Dios, el amigo que nos acompaña, el Padre» que ama a todas sus creaturas.
Al final del pasaje, puso de relieve el Papa, hay una frase que «parece un poco críptica: «Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo piden? ¡Sí! Dará el Espíritu Santo a los que se lo piden». Precisamente «este es el regalo, este es el de más de Dios». Porque el Padre, destacó, «jamás te da un regalo, lo que le pides, así, sin envolverlo bien, sin algo más que lo haga más bello». Y «lo que el Señor, el Padre nos da de más, es el Espíritu: el verdadero don del Padre es lo que la oración no se atreve a esperar». El hombre toca a la puerta de Dios con la oración para pedir una gracia. Y «Él que es el Padre, me da ese de más: el regalo, el Espíritu Santo».
Es esta, resaltó el Papa, la dinámica de la oración, que «se hace con el amigo, que es el compañero de camino de la vida, se hace con el Padre y se hace en el Espíritu Santo». El amigo verdadero es Jesús: es Él, en efecto, «quien nos acompaña y enseña a rezar. Y nuestra oración debe ser así, trinitaria». Se trata de un relieve importante para el Papa Francisco quien, al concluir, recordó un típico diálogo que tuvo muchas veces con los fieles: «Pero ¿usted cree? Sí, sí. ¿En qué cree? ¡En Dios! Pero, ¿quién es Dios para usted? ¡Dios, Dios!». Un concepto un tanto general, abstracto, que para el obispo de Roma no corresponde a la realidad. Porque, afirmó, «existe el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo: son personas, no son una idea en el aire». En resumen, precisó, «este Dios spray no existe: ¡existen personas!».
Este es en síntesis el mensaje final del Pontífice: «Jesús es el compañero de camino que nos da lo que pedimos; el Padre que se preocupa de nosotros y nos ama; y el Espíritu Santo que es el regalo, es ese de más que da el Padre, lo que nuestra consciencia no se atreve a pedir».
Santo Padre Francisco: El «de más» de Dios
Meditación del jueves, 9 de octubre de 2014
Propósito
Imitar el modelo de evangelización de María: una fe recia, una esperanza viva y una caridad ardiente.
Diálogo con Cristo
Gracias, Espíritu Santo, por tus dones de entendimiento, sabiduría y ciencia. Permite que, siguiendo el ejemplo de Maria, los use para el bien, no para encerrarme en mi orgullo, autosuficiencia o soberbia, queriendo depender de mí mismo en vez de abandonarme en la misericordia de tu amor, con la confianza con que un niño se sosiega en los brazos de sus padres.
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por Catequesis en Familia | 22 Sep, 2015 | La Biblia
Marcos 10, 2-16. Vigésimo séptimo domingo del Tiempo Ordinario. Cuando un amor fracasa las personas no se deben condenar sino acompañar.
Se acercaron algunos fariseos y, para ponerlo a prueba, le plantearon esta cuestión: «¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer?». El les respondió: «¿Qué es lo que Moisés les ha ordenado?». Ellos dijeron: «Moisés permitió redactar una declaración de divorcio y separarse de ella». Entonces Jesús les respondió: «Si Moisés les dio esta prescripción fue debido a la dureza del corazón de ustedes. Pero desde el principio de la creación, Dios los hizo varón y mujer. Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre. y los dos no serán sino una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Que el hombre no separe lo que Dios ha unido». Cuando regresaron a la casa, los discípulos le volvieron a preguntar sobre esto. El les dijo: «El que se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra aquella; y si una mujer se divorcia de su marido y se casa con otro, también comete adulterio». Le trajeron entonces a unos niños para que los tocara, pero los discípulos los reprendieron. Al ver esto, Jesús se enojó y les dijo: «Dejen que los niños se acerquen a mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios pertenece a los que son como ellos. Les aseguro que el que no recibe el Reino de Dios como un niño, no entrará en él». Después los abrazó y los bendijo, imponiéndoles las manos.
Sagrada Escritura en el portal web de la Santa Sede
Lecturas
Primera lectura: Libro del Génesis, Gén 2, 18-24
Salmo: Sal 128(127), 1-6
Segunda lectura: Carta a los Hebreos, Heb 2, 9-11
Oración introductoria
Señor, quiero encontrarme contigo en este momento de oración, esperando tener la docilidad de corazón para no convertir esta meditación en un interrogatorio, en exigencias, en quejas o para pedirte lo que creo necesitar. ¡Ven Espíritu Santo!
Petición
Jesús, ayúdame a nunca ser duro de corazón.
Meditación del Santo Padre Francisco
Cuando un amor fracasa las personas no se deben condenar sino acompañar. Lo recomendó el Papa Francisco en la misa del [día de hoy]. La belleza y la grandeza del amor, explicó el Pontífice, se reconocen desde la obra maestra de la creación, narrada en el Génesis, y elegido por Dios mismo como «icono» para explicar la esencia del amor entre el hombre y la mujer. Pero también entre Cristo y la Iglesia.
«Jesús estaba siempre con la gente», explicó el Papa refiriéndose al pasaje evangélico de Marcos (10, 1-12) propuesto por la liturgia. Y en medio de la gente el Señor enseñaba, escuchaba y curaba a los enfermos. Alguna vez, sin embargo, entre la multitud, se presentaban también los doctores de la ley que querían, en realidad, «ponerlo a prueba», buscando, en cierto sentido, hacerle caer. La razón se dice inmediatamente: «Ellos —destacó el Pontífice— veían la autoridad moral que tenía Jesús». Un hecho evidente que, sin embargo, percibían como «un reproche para ellos». Y así, «buscaban hacerlo caer para quitarle esa autoridad moral».
El Evangelio de san Marcos relata que los fariseos, precisamente «para ponerlo a prueba», plantearon a Jesús «esta cuestión sobre el divorcio». Una cuestión con su acostumbrado «estilo» basado en la «casuística». Quienes querían poner en dificultad a Jesús, en efecto, no le planteaban jamás «una problemática abierta». Preferían recurrir a la «casuística, siempre al caso pequeño», preguntándole: «¿Es lícito esto o no?».
La «trampa» que querían tender a Jesús está implícita en este modo de ver las cosas. Porque, advirtió el Papa, «detrás de la casuística, detrás del pensamiento casuístico, siempre hay una trampa, siempre». Una trampa, prosiguió, «contra la gente, contra nosotros y contra Dios, siempre». Así, relata el evangelista Marcos, la pregunta que los fariseos hicieron a Jesús: «si era lícito a un marido repudiar a la propia mujer». Y Jesús respondió ante todo preguntándoles «lo que decía la ley y explicando por qué Moisés hizo esa ley de ese modo».
El Señor no se detiene en esta primera respuesta y «de la casuística va al centro del problema». Es más, precisó el Santo Padre, «va precisamente a los días de la creación»: «Desde el inicio de la creación, Dios los hizo varón y mujer; por ello el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y los dos serán una sola carne. Así ya no son dos, sino una sola carne».
El Papa Francisco releyó este pasaje, explicando que «el Señor se refiere a la obra maestra de la creación». En efecto, Dios «creó la luz y vio que era buena». Luego «creó los animales, los árboles, las estrellas: todo era bueno». Pero «cuando creó al hombre» llegó a decir «que era muy bueno». En efecto, «la creación del hombre y de la mujer es la obra maestra de la creación». También porque Dios «no quería al hombre solo: lo quería con su compañera, su compañera de camino».
Éste es también el momento, dijo el Pontífice, del «inicio del amor». Y «muy poético» es precisamente el encuentro entre Adán y Eva. A ellos Dios les recomendó seguir adelante juntos «como una sola carne». He aquí entonces que «el Señor toma siempre el pensamiento casuístico y lo conduce al inicio de la revelación». Pero, advirtió el Papa, «esta obra maestra del Señor no acabó allí, en los días de la creación». En efecto, el Señor eligió precisamente «esta imagen para explicar el amor que Él tiene hacia su pueblo, el amor que Él tiene con su pueblo». Un amor grande «hasta el punto que cuando el pueblo no es fiel», de todos modos «Él habla con palabras de amor».
Así «el Señor —explicó— toma este amor de la obra maestra de la creación para explicar el amor que tiene con su pueblo. Y un paso más: cuando Pablo necesitó explicar el misterio de Cristo, lo hizo también en relación, en referencia a su esposa. Porque Cristo está casado: se casó con la Iglesia, su pueblo». Y precisamente «como el Padre se había casado con el pueblo de Israel, Cristo se casó con su pueblo».
«Ésta —afirmó el Papa— es la historia del amor. Ésta es la historia de la obra maestra de la creación. Y ante este itinerario de amor, ante este icono, la casuística cae y se convierte en dolor». Dolor ante el fracaso: «Cuando dejar al padre y la madre para unirse a una mujer, hacerse una sola carne y seguir adelante, cuando este amor fracasa —porque muchas veces fracasa— debemos sentir el dolor del fracaso». Y precisamente en ese momento debemos también «acompañar a esas personas que tuvieron ese fracaso en su amor». No hay que «condenar» sino «caminar con ellos». Y sobre todo «no hacer casuística con su situación».
Todo esto, continuó el Pontífice, hace pensar en un «designio de amor», en el «camino de amor del matrimonio cristiano que Dios bendijo en la obra maestra de su creación, con una bendición que jamás fue retirada. Ni siquiera el pecado original la destruyó». Y «cuando uno piensa en esto», precisó el Papa, encuentra natural reconocer «cuán hermoso es el amor, cuán hermoso es el matrimonio, cuán hermosa es la familia, cuán hermoso es este camino». Pero también «cuánto amor, y cuánta cercanía, también nosotros debemos tener con los hermanos y la hermanas que en su vida tuvieron la desgracia de un fracaso en el amor». Un amor, recordó, que «comienza poéticamente, porque la segunda narración de la creación del hombre es poética, en el libro del Génesis». Y que «termina en la Biblia, poéticamente, en las cartas de san Pablo, cuando habla del amor que Cristo tiene por su esposa, la Iglesia».
Sin embargo, alertó el Papa, «también aquí debemos estar atentos que no fracase el amor», terminando tal vez por «hablar de un Cristo demasiado «soltero»: Cristo se casó con la Iglesia. Y no se puede comprender a Cristo sin la Iglesia» como «no se puede comprender a la Iglesia sin Cristo». Precisamente «esto —afirmó— es el gran misterio de la obra maestra de la creación». El Papa Francisco concluyó su meditación pidiendo al Señor la gracia de comprender este misterio «y también la gracia de no caer nunca en estas actitudes casuísticas de los fariseos y de los doctores de la ley».
Santo Padre Francisco: Cuando fracasa un amor
Meditación del viernes, 28 de febrero de 2014
Propósito
Concretar algunos medios para propiciar la oración familiar: bendecir los alimentos, reflexionar el Evangelio del domingo, rezar el rosario, ir a misa juntos, peregrinación a un santuario mariano, etc.
Diálogo con Cristo
Jesús, concédeme vivir la auténtica caridad fraterna, especialmente con mi familia y amigos. Que nos ayudemos unos a otros a vivir santamente y a perseverar en nuestra vocación cristiana.
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por Catequesis en Familia | 22 Sep, 2015 | La Biblia
Mateo 18, 1-5.10. Fiesta de los Santos Ángeles Custodios. Todos tenemos un ángel siempre al lado, que jamás nos deja solos, y nos ayuda a no errar el camino. Y si somos como niños lograremos evitar la tentación de bastarnos a nosotros mismos, que desemboca en la soberbia.
En aquel momento los discípulos se acercaron a Jesús para preguntarle: «¿Quién es el más grande en el Reino de los Cielos?». Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y dijo: «Les aseguro que si ustedes no cambian o no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los Cielos. Por lo tanto, el que se haga pequeño como este niño, será el más grande en el Reino de los Cielos. El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí mismo. Cuídense de despreciar a cualquiera de estos pequeños, porque les aseguro que sus ángeles en el cielo están constantemente en presencia de mi Padre celestial.
Sagrada Escritura en el portal web de la Santa Sede
Lecturas
Primera lectura: Libro del Éxodo, Éx 23, 20-23a
Salmo: Sal 91(90), 1-6.10-11
Oración introductoria
Señor, como los Ángeles Custodios, quiero ser sincero y auténtico, en mi mente y en mi corazón, para tener la posibilidad real de tener un encuentro de amor contigo en esta oración. Tú sabes que trato de ser fiel a mi fe, que confío en tu providencia y misericordia, y que te amo con todo mi corazón. Envía tu Espíritu Santo para que ilumine y guíe esta meditación.
Petición
Ángel de mi guarda, ayúdame a ser un auténtico discípulo y misionero de Cristo.
Meditación del Santo Padre Francisco
Todos tenemos un ángel siempre al lado, que jamás nos deja solos, y nos ayuda a no errar el camino. Y si somos como niños lograremos evitar la tentación de bastarnos a nosotros mismos, que desemboca en la soberbia y también en el carrerismo exacerbado. Es precisamente el papel decisivo de los ángeles custodios en la vida de los cristianos lo que el Papa Francisco recordó, el día de la fiesta litúrgica, durante la misa celebrada el [día de hoy] en Santa Marta.
Son dos las imágenes —el ángel y el niño— que, evidenció inmediatamente el Papa, «la Iglesia nos hace ver en la liturgia de hoy». El libro del Éxodo (23, 20-23a), especialmente, nos propone «la imagen del ángel», que «el Señor da a su pueblo para ayudarlo en su camino». Se lee en efecto: «Voy a enviarte un ángel por delante, para que te cuide en el camino y te lleve al lugar que he preparado». Por lo tanto, comentó, «la vida es un camino, nuestra vida es un camino que termina en ese lugar que el Señor nos ha preparado».
Pero, observó, «nadie camina solo: ¡nadie!». Porque «nadie puede caminar por sí solo». Y «si uno de nosotros creyese que puede caminar solo, se equivocaría mucho» y «caería en ese error, tan feo, que es la soberbia: creer ser grande». Terminando por tener esa actitud de «suficiencia» que le lleva a decirse así mismo: «Yo puedo, yo lo hago» solo.
Sin embargo, el Señor da una clara indicación a su pueblo: «Ve, harás lo que yo te diga. Seguirás tu vida, pero te daré una ayuda que te recordará continuamente lo que debes hacer». Y así «dice a su pueblo cómo debe ser la actitud con el ángel». La primera recomendación es: «Respeta su presencia». Y luego: «Escucha su voz y no te rebeles». Por ello, además de «respetar» se debe también saber «escuchar» y «no rebelarse».
En el fondo, explicó el Papa, «es esa actitud dócil, pero no precisamente, de la obediencia hacia al padre, que es justo la obediencia del hijo». Se trata en esencia de «esa obediencia de la sabiduría, esa obediencia de escuchar los consejos y elegir lo mejor según los consejos». Y se necesita, añadió, «tener el corazón abierto para pedir y escuchar consejos».
El pasaje del Evangelio de san Mateo (18, 1-5.10) propone en cambio la segunda imagen, la del niño. «Los discípulos —dijo el obispo de Roma comentando el pasaje— discutían sobre quién era el más grande entre ellos. Había una disputa interna: el carrerismo. Estos que son los primeros obispos tenían esta tentación del carrerismo» y decían entre ellos: «¡Yo quiero llegar a ser más grade que tú!». Al respecto el Papa señaló: «No es un buen ejemplo que los primeros obispos hayan hecho esto, pero es la realidad».
Por su parte «Jesús les enseña la verdadera actitud»: llama a un niño, lo pone en medio de ellos —refiere san Mateo— y haciendo así indica explícitamente «la docilidad, la necesidad de consejo, la necesidad de ayuda, porque el niño es precisamente el símbolo de quien necesita ayuda, de docilidad para ir adelante».
«Este es el camino», afirmó el Pontífice, y no el de determinar «quién es el más grande». En realidad, confirmó repitiendo las palabras de Jesús, «será el más grande» aquel que llegue a ser como un niño. Y aquí el Señor «hace ese vínculo misterioso que no se puede explicar, pero es verdad». Dice en efecto: «Cuidado con despreciar a uno de estos niños pequeños, porque os digo que sus ángeles están viendo siempre en los cielos el rostro de mi Padre celestial».
En concreto, sugirió el Pontífice, «es como si dijera: si vosotros tenéis esa actitud de docilidad, esa actitud de estar y escuchar los consejos, de corazón abierto, de no querer ser el más grande, esa actitud de no querer caminar solo el camino de la vida, estaréis más cerca a la actitud de un niño y más cercano a la contemplación del Padre».
«Todos nosotros según la tradición de la Iglesia —explicó de nuevo el Papa— tenemos un ángel con nosotros, que nos protege, nos hace oír las cosas». Por lo demás, dijo, «cuántas veces hemos escuchado: «Pero, esto… debería hacer así… esto no está bien… ¡ten cuidado!»». Es precisamente «la voz de este compañero nuestro de viaje». Y podemos estar «seguros que él nos llevará al final de nuestra vida con sus consejos». Por eso se necesita «escuchar su voz, no rebelarnos». Sin embargo, «la rebelión, las ganas de ser independiente, es algo que todos tenemos: es la misma soberbia, la que tuvo nuestro padre Adán en el paraíso terrestre». De aquí la invitación del Papa a cada uno: «¡No te rebeles, sigue sus consejos!».
En realidad, confirmó el Pontífice, «nadie camina solo y nadie de nosotros puede pensar que está solo: está siempre este compañero». Cierto, sucede que «cuando no queremos escuchar su consejo, escuchar su voz, le decimos: «¡Bah desaparece!»». Pero «poner de patitas en la calle al compañero de camino es peligroso, porque ningún hombre, ninguna mujer puede aconsejarse a sí mismo: yo puedo aconsejar a otro, pero no aconsejarme a mí mismo». En efecto, recordó el Papa, «Está el Espíritu Santo que me aconseja, está el ángel que me aconseja» y por eso lo «necesitamos».
El Papa invitó a no considerar «esta doctrina de los ángeles algo fantasiosa». Se trata, por el contrario, de una «realidad». Es «lo que Jesús, lo que Dios dijo: Voy enviarte un ángel por delante, para que te cuide, para que te acompañe en el camino, para que no te equivoques».
Al concluir el Papa Francisco propuso una serie de preguntas para que cada uno pueda hacer un examen de conciencia consigo mismo: «¿Cómo es mi relación con mi ángel custodio? ¿Lo escucho? ¿Le doy los buenos días en la mañana? ¿Le digo que me proteja durante el sueño? ¿Hablo con él? ¿le pido consejo? ¿Está a mi lado?». A estas preguntas, dijo, «podemos responder hoy»: cada uno de nosotros puede hacerlo para comprobar «cómo es la relación con este ángel que el Señor ha enviado para protegerme y acompañarme en el camino, y que ve siempre el rostro del Padre que está en el cielo».
Santo Padre Francisco: Todos tenemos un ángel
Meditación del jueves, 2 de octubre de 2014
Meditación de san Juan Pablo II
Despreciar a los pequeños significa en cierto modo, despreciar nuestra misma humanidad.
Vuestra presencia me invita a hacer una vez más un llamamiento apremiante a todos los hombres de buena voluntad, en particular a los que desempeñan una función gubernativa y legislativa, a reavivar la conciencia y la humanidad, para que se proteja toda vida humana, sobre todo la de los más débiles, la de los más pequeños y los más pobres, y para que cesen todas las acciones encaminadas a eliminar a los niños concebidos y aún no nacidos, indefensos, convirtiéndose así el hombre en dueño de la vida. Despreciar a los pequeños significa, en cierto modo, despreciar nuestra misma humanidad, puesto que entre todos nosotros existe una misma fraternidad y una misma solidaridad.
San Juan Pablo II
Discurso del sábado, 13 de noviembre de 2004
Propósito
Aprender de los ángeles el deseo de servir siempre.
Diálogo con Cristo
Jesús, no quiero aparecer ni hacer más, mi aspiración es amarte más, y como consecuencia, a los demás. No pretendo conocer más, sino tener una relación íntima contigo. Por ello quiero ofrecerte mi esfuerzo de perseverar en la oración, de acrecentar mi vida sacramental y de meditar más tu Palabra, sólo así lograré mi anhelo y podré dar un testimonio que atraiga a los demás.
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por Carlo Carlei | 21 Sep, 2015 | Confirmación Vida de los Santos
Reza, espera y no te preocupes. La preocupación es inútil. Dios es misericordioso y escuchará tu oración… La oración es la mejor arma que tenemos; es la llave al corazón de Dios. Debes hablarle a Jesús, no solo con tus labios sino con tu corazón. En realidad, en algunas ocasiones debes hablarle solo con el corazón.
San Pío de Pietrelcina
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Francesco Forgione, es un muchacho nacido en el seno de una pobre familia campesina que desde niño ha tenido visiones de la Virgen María, de Jesús y también del Diablo. Todo ello forja en él el deseo de llegar a ser sacerdote. Tras entrar en la orden de los Capuchinos con el nombre de Pío de Pietrelcina, se hace evidente para los miembros del convento que tiene unos poderes para los que no hay explicación científica: sana a enfermos, conoce el nombre y los problemas de desconocidos a quines predice el futuro… Todo ello empieza a movilizar a la gente que acude al Padre Pío en busca de milagros. Cuando en 1918 aparecen estigmas en sus manos y pies, los devotos seguidores se multiplican, provocando en el Vaticano una reacción de acoso y desprestigio, acusándole de embaucador.
A pesar de no permitírsele ejercer como sacerdote, la gente sigue creyendo en sus milagros. Poco antes de su muerte en 1968, la Iglesia reconoce una obra que lo llevará a ser santificado en 2002 por Juan Pablo II, el mismo a quien décadas atrás, cuando sólo era Karol Wojtyla, el Padre Pío le predijo que llegaría a ser Papa.
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Esta miniserie televisiva se articula en torno a la visita que un obispo hace al Padre Pío, ya anciano y enfermo; su encuentro se convierte en un verdadero «tour de force», pues el visitante toma al monje capuchino por un farsante, y pone mil pegas a su trayectoria, lo que sirve de excusa argumental para desplegar ante el espectador lo que ha sido su vida. El padre Pío fue canonizado por Juan Pablo II en 2002. Esta emotiva película recoge los hechos más relevantes de su vida, de modo convincente y respetuoso. Interpreta de modo genial, en uno de sus mejores trabajos, Sergio Castellitto (Deliciosa Martha). El actor sabe recoger la veta espiritual del santo con su prodigiosa humanidad, que le hace tener un corazón grande, y un divertido sentido del humor.
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Padre Pío, en IMDb
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Ficha de la película
País: Italia
Año de producción: 2000
Dirección: Carlo Carlei
Intérpretes: Sergio Castellitto, Gianni Bonagura, Andrea Buscemi, Lorenza Indovina, Pietro Biondi, Jürgen Prochnow
Guión: Carlo Carlei, Massimo De Rita, Mario Falcone
Música: Paolo Buonvino
Fotografía: Gino Sgreva
Duaración: 200 Minutos.
por Catequesis en Familia | 21 Sep, 2015 | La Biblia
Lucas 10, 1-12. Jueves de la 26.ª semana del Tiempo Ordinario. Cristo necesita de nuestra ayuda, necesita de nuestra vocación de católicos.
Después de esto, el Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde él debía ir. Y les dijo: «La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha. ¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos. No lleven dinero, ni alforja, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Al entrar en una casa, digan primero: «¡Que descienda la paz sobre esta casa!». Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes. Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa. En las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan; curen a sus enfermos y digan a la gente: «El Reino de Dios está cerca de ustedes». Pero en todas las ciudades donde entren y no los reciban, salgan a las plazas y digan: ¡Hasta el polvo de esta ciudad que se ha adherido a nuestros pies, lo sacudimos sobre ustedes! Sepan, sin embargo, que el Reino de Dios está cerca». Les aseguro que en aquel Día, Sodoma será tratada menos rigurosamente que esa ciudad.
Sagrada Escritura en el portal web de la Santa Sede
Lecturas
Primera lectura: Neh 8, 1-4a.5-6.7b-12
Salmo: Sal 19(18), 8-11
Oración introductoria
Señor Jesús, gracias por esta oportunidad de poder dialogar contigo en la oración. Tú lo sabes todo, sabes que quiero responder a la misión que me has encomendado, porque la cosecha es mucha para tan pocos misioneros. Te ofrezco toda mi atención y confío en que me darás las gracias necesarias para dedicarme a trabajar con mucho entusiasmo y amor en la extensión de tu Reino.
Petición
Señor, concédeme la gracia de aceptar tus indicaciones para ser un auténtico discípulo y misionero de tu Iglesia.
Meditación del Santo Padre emérito Benedicto XVI
Jesús envía a setenta y dos discípulos a la gran mies que es el mundo, invitándoles a rezar para que el Señor de la mies, mande obreros a su mies; pero no les envía con medios potentes sino «como corderos en medio de lobos», sin bolsa ni cayado, ni sandalias. San Juan Crisóstomo, en una de sus homilías, comenta: Siempre que seamos corderos, venceremos y aunque estemos rodeados de muchos lobos, conseguiremos superarlos. Pero si nos convertimos en lobos, seremos derrotados, porque nos faltará la ayuda del Pastor. Los cristianos no deben ceder nunca a la tentación de convertirse en lobos entre lobos; el reino de paz de Cristo no se extiende con el poder, con la fuerza, con la violencia sino con el don de uno mismo, con el amor llevado al extremo, también a los enemigos. Jesús no vence al mundo con la fuerza de las armas, sino con la fuerza de la Cruz, que es la verdadera garantía de la victoria. Y esto tiene como consecuencia para quien quiere ser discípulo del Señor, su enviado, el estar preparado para la pasión y para el martirio, para perder la propia vida por Él, para que en el mundo triunfe el bien, el amor, la paz. Esta es la condición para poder decir, entrando en toda realidad: «Paz a esta casa».
Santo Padre emérito Benedicto XVI
Audiencia General del 26 de octubre de 2011
Propósito
Acompañemos nuestras actividades de este día con cinco minutos de oración pidiendo también a Dios por las vocaciones, para que envíe más obreros a su mies.
Diálogo con Cristo
Jesús, Tú me enseñas que quien te lleva en el corazón se llena de paz y transmite la paz. Necesito crecer en la paciencia y la humildad para ser ese instrumento que pueda llevar tu paz, donde haya desunión, egoísmo, tristeza, etc., como nos dice san Francisco de Asís que celebramos hoy. No permitas que me autoengañe «aparentando» seguir tu voluntad cuando en el fondo busco hacer siempre mi parecer.
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Evangelio del día en «Catholic.net»
Evangelio del día en «Evangelio del día»
Evangelio del día en «Orden de Predicadores»
Evangelio del día en «Evangeli.net»
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por Juan Jáuregui | CeF | 15 Sep, 2015 | Postcomunión Liturgia
Hemos redescubierto que también en la catequesis tiene un rol fundamental el primer anuncio o «kerygma», que debe ocupar el centro de la actividad evangelizadora y de todo intento de renovación eclesial. El kerygma es trinitario. Es el fuego del Espíritu que se dona en forma de lenguas y nos hace creer en Jesucristo, que con su muerte y resurrección nos revela y nos comunica la misericordia infinita del Padre. En la boca del catequista vuelve a resonar siempre el primer anuncio: «Jesucristo te ama, dio su vida para salvarte, y ahora está vivo a tu lado cada día, para iluminarte, para fortalecerte, para liberarte». Cuando a este primer anuncio se le llama «primero», eso no significa que está al comienzo y después se olvida o se reemplaza por otros contenidos que lo superan. Es el primero en un sentido cualitativo, porque es el anuncio principal, ese que siempre hay que volver a escuchar de diversas maneras y ese que siempre hay que volver a anunciar de una forma o de otra a lo largo de la catequesis, en todas sus etapas y momentos[126]. Por ello, también «el sacerdote, como la Iglesia, debe crecer en la conciencia de su permanente necesidad de ser evangelizado»
SS Francisco, Evangeli Gaudium, n 164.
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En este artículo os presentamos un ejemplo de celebración para el inicio de la catequesis para niños, en cualquiera de sus etapas.
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Celebración del comienzo de la catequesis
Monición de entrada
En esta Misa del Domingo vamos a hacer una celebración especial dedicada a las personas que van a ser catequistas de niños de nuestra comunidad parroquial.
Ser catequista es una labor muy importante dentro de una comunidad cristiana.
Es compromiso para trabajar en la tarea que Jesús nos ha confiado a sus seguidores: ser luz para los demás, servir a los más pequeños y necesitados, ejercer nuestros dones y carismas en bien de toda la comunidad creyente.
Estos catequistas se han mostrado dispuestos a aceptar este compromiso de servir con alegría y esmero a nuestra Comunidad. Nos alegramos por su decisión, y también queremos que cuenten con todos nosotros para ayudarles en esta misión.
Saben que no son honores ni favores lo que van a recibir, sino una tarea que les va a llevar trabajo, tiempo y entrega.
Por nuestra oración al Espíritu Santo van a recibir fuerzas para cumplir con la misión que Jesús dio a sus discípulos: “Como el Padre me ha enviado, así os envío yo…Id por todo el mundo y anunciad el Evangelio a todos los hombres enseñándoles a guardar todo lo que os he anunciado..”
Comenzamos la Eucaristía cantando…
Saludo del sacerdote
Hermanos , es una suerte para la Iglesia, y para nuestra parroquia en particular, tener personas como vosotros que están dispuestas a dedicar parte de su tiempo a una misión tan importante como es la de catequista. Os lo agradecemos de todo corazón y le damos gracias a Dios por haberos escogido para esta tarea.
Reunidos en el nombre del Señor, celebramos esta acción de gracias al Padre y pedimos por nuestros hermanos. El Dios que nos salva, que nos transmite su palabra a través de personas y se hace presente con su Espíritu, esté con todos vosotros.
Nos pedimos perdón
Todos empezamos con muchas ganas el curso de Catequesis, pero a medida que pasa el tiempo, nos desanimamos. Muchas veces es porque no somos fieles a lo que Jesús espera de nosotros. Por eso pedimos su perdón al empezar esta celebración.
— A ti, Señor, te pedimos perdón por no responder a tu llamada. Señor, ten piedad…
— A ti, Señor, te pedimos perdón por nuestra falta de compromiso. Cristo, ten piedad…
— A ti, Señor, te pedimos perdón por nuestra pereza y desgana por extender tu Reino entre los hombres. Señor, ten piedad…
Gloria
En el Padre confiamos y en Jesús, que es su Palabra, y el Hijo del Eterno Padre. Por eso le decimos: Gracias, mil gracias, Señor, por tu inmenso y tierno amor.
Oración
Oh Dios, fuente de luz y de bondad,
que has mandado a tu único Hijo, Palabra de vida,
a revelar a los hombres el Misterio de tu Amor,
bendice a estos miembros de nuestra comunidad,
elegidos para el ministerio de catequistas.
Ayúdales a meditar tu Palabra,
para que la anuncien fielmente a sus hermanos.
Por nuestro….
Liturgia de la Palabra del día…
Homilía
La mano
A la pregunta del Escriba ¿Qué mandamiento es el primero de todo?. Jesús no duda. Lo primero de todo es amar. El amor es lo que justifica la existencia. De tal forma que se puede decir que quien ama acierta en la vida y quien no ama se equivoca, por muchos que sean sus logros en otros campos…
Cada día vamos construyendo en nosotros o un pequeño monstruo de egoísmo, frialdad e insensibilidad o un ser tierno, fraterno y solidario…Porque el amor es algo que no se improvisa, sino algo que hay que ir construyendo cada día..
El amor hay que aprenderlo y contagiarlo a los seres que tenemos a nuestro lado… especialmente con los gestos y obras…. y no tanto con palabras, porque el amor no es para hablarlo sino para vivirlo…
Son los gestos los que educan y marcan a las personas… Como el caso de Martín…
Se acercaba el día de Acción de Gracias y la maestra pidió a sus alumnos de primer grado que dibujaran algo por lo que estuvieran muy agradecidos. Pensó que esos niños, en su mayoría muy pobres, no tendrían muchas cosas que agradecer: Sabía que la mayoría de ellos pintarían pavos horneados, tortas, helados, tal vez la playa…
La maestra se quedó helada con el dibujo que le entregó Martín: una simple mano dibujada con dificultad, sin gracia.
¿Qué querría expresar con esa mano? ¿De quién sería esa mano? La clase quedó cautivada con el dibujo de Martín. .
— Maestra, esa es la mano de Dios que nos da la comida —dijo un alumno.
— Yo creo que es la mano del señor que vende los gallitos en el portón de la escuela —aventuró una niña.
— Es la mano del panadero que hace el pan y las tortas —expresó otra.
— Es la mano del médico que curó a Martín cuando estuvo hospitalizado —gritó con entusiasmo un niño. Martín permanecía en silencio negando con su cabeza. La maestra se acercó a él, se inclinó cariñosamente sobre su pupitre y le preguntó de quién era esa mano.
— Es su mano, señorita —dijo ruborizado. Entonces recordó la maestra que muchas veces, a la hora del recreo, había llevado a Martín, un niño muy débil y desamparado, de la mano. Y comprendió que ese gesto tan simple para ella era la experiencia más placentera en la vida de Martín.
Ser educador (padre, catequista, sacerdote, profesor…) es tener la mano siempre abierta, dispuesta a ayudar al que lo necesite. Frente a una cultura que separa, excluye, rechaza o convierte la mano en puño que golpea, abramos manos y corazones, enseñemos con la palabra y el ejemplo, el valor de la aceptación que crea alegría y esperanza.
Convirtámonos todos hoy en esa mano que acompaña, que apoya y que sostiene… Y así expresaremos el amor que hay en nuestro corazón y haremos este mundo más habitable y más bonito.
Oración de los fieles
— Para que nuestra catequesis sea un gran hogar donde se viva el espíritu de amistad y trabajo, y donde quepan todos los niños y los jóvenes. ROGUEMOS AL SEÑOR…
— Para que logremos crecer a lo largo del curso como personas y como cristianos. ROGUEMOS AL SEÑOR…
— Para que nos ayudemos entre todos, cada uno con las cualidades que tiene. ROGUEMOS AL SEÑOR…
— Para que nos respetemos y no haya entre nosotros abusos, ni peleas, ni marginaciones. Y que sepamos perdonar las ofensas de los demás, como Dios nos perdona a nosotros. ROGUEMOS AL SEÑOR…
— Empezar el curso como si nuestra parroquia fuera una isla perdida en el océano, ignorando la cruda realidad del resto de niños y niñas que nada tienen de lo mucho que tenemos nosotros, sería una gran injusticia, un gran olvido, una mala forma de empezar el curso. Te pedimos que todos los niños del mundo tengan escuela, familia, pan y cariño. ROGUEMOS AL SEÑOR…
— Para que Jesús sea nuestro amigo a lo largo del curso. ROGUEMOS AL SEÑOR…
Llamada y presentación de los catequistas
Ahora, van a ser llamados los que durante este curso impartirán la catequesis en nuestra parroquia.
Nuestros catequistas van a recibir ahora la Biblia y el Catecismo que van a utilizar en la catequesis. El sacerdote se los va a entregar y a la vez va a pronunciar una oración:
“Transmite fielmente la Palabra de Dios”
Todos seguiremos con mucha atención este momento tan importante de la entrega de la palabra de Dios.
Sacerdote: N., recibe el Libro de la Sagrada Escritura y el Catecismo para la Vida Cristiana. Transmite fielmente la Palabra de Dios para que tome fuerza y vigor en tu grupo de amigos de Jesús.
(Los catequistas se quedan haciendo un semicírculo enfrente del altar para recibir la bendición)
Sacerdote: El Señor esté en vuestro corazón y en vuestros labios, para que podáis anunciar dignamente su Evangelio….Amén.
María, Madre y modelo de los catequistas, os acompañe con su protección… Amén.
Id y enseñad lo que el Señor nos ha mandado, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Asamblea: (da un aplauso en señal de aceptación)
Hermanos, estos son los que van a recibir la misión de catequistas durante este curso. Demos gracias a Dios.
Todos: Demos gracias a Dios.
Rito de las ofrendas
Gesto simbólico
Cirio Pascual encendido. Un niño realiza el gesto mientras se va explicando
Vamos a hacer un gesto simbólico. Ahí está el Cirio Pascual que representa a Jesús y se enciende el Sábado de Resurrección. El es la luz que ilumina a todo hombre que quiere escucharle y ser su discípulo.
Ahora encendemos con su luz tres cirios que están en este lado del altar.
- un cirio representa a los chicos y chicas que vais a participar en catequesis: que la luz de Jesús os aclare para que este año sepáis elegir bien, os eduquéis y hagáis lo que es bueno;
- otro cirio representa al catequista: que la luz de Jesús le ilumine para que enseñe bien;
- el otro cirio representa al grupo: que entre todos nos demos buenos ejemplos para aprender y hacer lo mejor.
Para una celebración de catequistas
Se entrega a cada uno una pequeña vela encendida del Cirio Pascual
La llama encendida simboliza luz y calor. Nosotros, los catequistas, llevamos luz y calor a los niños y debemos darnos cuenta de la importancia de nuestra acción en las vidas de los niños.
Como educadores cristianos, la luz que llevamos es la misma luz de Cristo.
¿Qué pasaría ahora si alguna vela se os apaga? Sin duda, los compañeros de al lado os la volverían a encender:
De la misma manera, si alguna vez a lo largo del curso nuestra luz se empieza a apagar, no estaremos solos, somos una comunidad de compañeros que nos podemos dar luz y nos podemos ayudar.
Prefacio
Te damos las gracias, Padre de bondad,
por habernos dado a Jesús, tu Hijo,
amigo y hermano nuestro.
Su amor se manifestó a los pobres y enfermos,
a los pequeños y sencillos.
Su vida y su mensaje son para nosotros la prueba
de que eres un Dios que cuidas de los hombres,
como un padre se preocupa de sus hijos.
Por eso te alabamos y glorificamos,
y con los ángeles y los santos
proclamamos y cantamos tu bondad…
Santo, Santo, Santo…
Preparamos el banquete
Pedimos el pan
De todas las oraciones que aprendemos en la catequesis, la más bonita es el Padrenuestro. Una oración que rezaba Jesús, se la enseñó a sus amigos y se ha ido transmitiendo de generación en generación hasta llegar a nosotros. Es la más bonita porque en ella decimos que todos somos una gran familia y tenemos un Padre extraordinario, que nos da el pan de cada día. Por eso unidos decimos: Padre nuestro…
Sellamos la Paz
“Mi paz os dejo, mi paz os doy”, son las palabras de Jesús al enviar a sus Apóstoles a anunciar el Evangelio. Ese va a ser nuestro saludo de hoy y el de todos los días.
— Que la paz de Jesús esté con vosotros…
— Nos damos como amigos y hermanos la paz…
(Los niños van a dar la paz a los catequistas)
Compartimos el pan
Jesús es un pan distinto al de todos los días. Si alguien come de ese pan, vivirá para siempre, porque el pan de Jesús es su amor, su vida entregada por nosotros.
— Dichosos los invitados a su mesa…
Ritos finales
Gracias a los catequistas
No hace falta ser rico para ser agradecido, sino tener un corazón que sepa reconocer lo que otros hacen por ti. Por eso decimos:
Todos: Gracias, Señor, por la gente que nos quiere.
Quiero ser agradecido, por los vestidos que llevo, por el alimento que como y por todas las cosas que tengo.
Todos: Gracias, Señor, por la gente que nos quiere.
Gracias, Señor, por las personas que me quieren y cuidan todos los días. Porque tengo una casa y una familia, para descansar y disfrutar.
Todos. Gracias, Señor, por la gente que nos quiere.
Gracias por los ratos que paso en la Iglesia. Por los catequistas, por el cura y los amigos. Gracias por tratarnos con tanto cariño.
Todos: Gracias, Señor, por la gente que nos quiere.
Entrega de los Catecismos
Celebrante: (Llama a un niño/a y le entrega el catecismo)
Recibid este catecismo. Durante el curso, en él encontraréis la luz del Evangelio. Descubrirla y vivirla cada día.
(Se va llamando a los niños y entregándoles el Catecismo…)
Celebrante: (Llama a un padre o madre de familia y le entrega la Biblia)
En nombre de todos los padres de familia de la parroquia, recibid el Libro de la Palabra de Dios. Que ella os ilumine para guiar a vuestros hijos por el camino de la fe y hacer de vuestra familia una familia cristiana.
Oración del Catequista:
Señor,
tu elección llega por caminos insospechados.
Nos llamas a través de otras personas.
Nos llamas, sobre todo, por medio de los niños.
Te doy gracias, porque me has llamado y me has elegido
para acompañar a unos niños
en su despertar a la vida y a la fe.
¿Sabré corresponder a tu confianza?
Envía tu lluvia y tu sol
sobre el desierto de mi tierra
para que produzca flores y frutos de vida.
Agarra mi mano con tu mano
para que juntos, agarremos muchas manos
y alcemos muchas vidas hacia las alturas.
Gracias porque nos has llamado
y nos has elegido.
Canto de acción de gracias:
Oración final
La recitan todos a dos coros… Con niños, conviene leérsela antes y glosarla levemente para que entiendan lo que rezan. Motivarles también a que rezar es más que leer, es decirlo dirigiéndose a Jesús, no hace falta gritar:
Aquí estoy, Señor,
junto a ti que eres la luz.
Miro tu luz y, a veces, apenas la veo
porque me ciegan otras cosas.
Pero yo te busco y te quiero.
Yo te necesito, Jesús.
Quiero tu luz más que ninguna.
Abre mis ojos, Señor,
y alumbra mi mirada.
Aquí estoy, Señor, con mis amigos
y mi curso recién estrenado. Me gusta estrenar.
Aquí estoy, Señor,
junto a ti que eres la luz.
Miro tu luz y, a veces, apenas la veo
porque me ciegan otras cosas.
Pero yo te busco y te quiero.
Yo te necesito, Jesús.
Quiero tu luz más que ninguna.
Abre mis ojos, Señor,
y alumbra mi mirada.
Quiero que tu luz crezca dentro de mí.
Quiero que mi cerilla sea antorcha un día,
y la antorcha, hoguera que dé calor, el calor de la alegría y la amistad.
Yo te prometo, Señor, esforzarme
en no dejar que se apague la luz y en hacerla crecer día a día
a lo largo del curso y de la vida.
Quiero ver con tu luz
en cada hombre un hermano,
en la naturaleza un regalo de tu parte,
y en cada día otra oportunidad para saber corresponderte.
Señor, quiero amarte y servirte en todo y en todos.
Alumbra mi vida con la tuya
y ayúdame a ser antorcha encendida
por tu amor.
Bendición
— Dios Padre, que nos ha enviado a su Hijo para revelarnos su plan de amor, os colme de toda bendición. Amén.
— Jesús, salvador, que llama a los hombres a vivir en comunión con el Padre y con el Espíritu, os acompañe con su gracia. Amén.
— El Espíritu del Señor Resucitado, que concede a la Iglesia sus carismas para el bien de todos, os conceda su luz y el gozo de actuar en comunión con los demás ministerios de la comunidad. Amén.
La bendición de Dios todopoderoso…
Artículo original de Juan Jáuregui
por Cef | Aciprensa | 14 Sep, 2015 | Primera comunión Dinámicas
El corazón del catequista vive siempre este movimiento de «sístole y diástole»: unión con Jesús y encuentro con el otro. Son las dos cosas: me uno a Jesús y salgo al encuentro con los otros. Si falta uno de estos dos movimientos, ya no late, no puede vivir. Recibe el don del kerigma, y a su vez lo ofrece como don. Esta palabrita: don. El catequista es consciente de haber recibido un don, el don de la fe, y lo da como don a los otros. Y esto es hermoso. ¡Y no se queda para sí su tanto por ciento! Todo lo que recibe lo da. No se trata de un negocio. No es un negocio. Es puro don: don recibido y don transmitido. Y el catequista se encuentra allí, en ese intercambio del don. La naturaleza misma del kerigma es así: es un don que genera la misión, que empuja siempre más allá de uno mismo. San Pablo decía: «El amor de Cristo nos apremia», pero este «nos apremia» también puede traducirse como «nos posee». Así es: el amor te atrae y te envía, te atrapa y te entrega a los demás. En esta tensión se mueve el corazón del cristiano, especialmente el corazón del catequista. Preguntémonos todos: ¿Late así mi corazón de catequista: unión con Jesús y encuentro con el otro? ¿Con este movimiento de “sístole y diástole”? ¿Se alimenta en la relación con Él, pero para llevarlo a los demás y no para quedárselo él? Les digo una cosa: no entiendo cómo un catequista puede permanecer firme sin este movimiento. No lo entiendo.
SS Francisco
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En este segundo artículo os presentamos las restantes dinámicas de catequesis para niños, especialmente recomendadas para la preparación de la Primera Comunión. Las primeras 25 las encontraréis en este enlace: http://catequesisenfamilia.org/primera-comunion/dinamicas/3675-50-dinamicas-para-catequesis-de-primera-comunion-i.html
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26. Contenidos de los libros de la Biblia
27. Jesucristo es…
28. Mis carismas
29. Tus carismas
30. Dones, carismas y ministerios
31. El cofre espiritual
32. Jesucristo: palabras y obras
33. Los siete sacramentos
34. En mi parroquia hay… (Sacramentos)
35. Se iba a celebrar un bautismo, pero…
36. Ministerios para la celebración eucarística
37. El baúl de las oraciones
38. Teología de los sacramentos
39. En mi parroquia hay un señor que… (Mandamientos)
40. Mi madrina
41. La señora Caridad
42. Escuchando problemas
43. Uno, dos, tres, cristianos
44. Persignándose
45. Dones y frutos del Espíritu Santo
46. Contenido de los libros de la Biblia
47. María, Nuestra Patrona
48. Libros y personajes
49. La unidad entre los dos testamentos
50. María, la Nueva Eva
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26. Contenidos de los libros de la Biblia
Es para grupos avanzados y comprometidos. Se elige un determinado libro, que todos han leído previamente.
El catequista puede iniciar diciendo: Estoy leyendo el libro tal y encontré esto, luego los demás por turno van diciendo: no solamente trata de eso, yo también encontré tal cosa.
Ejemplo: Libro del Génesis
Catequista: Leí el libro del Génesis y encontré la historia del diluvio universal.
Catequizando 1: En el Génesis no solamente está la historia del diluvio universal, yo también encontré la historia de Abraham.
Catequizando 2: En el Génesis no solamente está la historia de Abraham, yo también encontré la creación.
Catequizando 3: En el Génesis no solamente está la creación, yo también encontré la historia de Esaú y Jacob.
Y así sucesivamente.
Si al catequista le parece, puede indicar qué libro se va a tratar en la siguiente sesión, para que lo lean o repasen el resumen, de acuerdo a la edad y condición de los catequizandos.
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27. Jesucristo es…
Se distribuyen entre los participantes las diferentes frases: Jesucristo es el camino, Jesucristo es la verdad, Jesucristo es el buen pastor, Jesucristo es la Palabra de Dios, y otras.
El que inicia dice por ejemplo: Jesucristo es el camino.
El que tiene esa frase interviene: Jesucristo es el camino y también Jesucristo es la vida.
El que tiene la vida, dice: Jesucristo es la vida y también Jesucristo es el buen pastor.
Y así continúa la dinámica.
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28. Mis carismas
Se reparten a todos pequeñas llamitas de papel, para que cada uno reflexione unos momentos sobre lo que es el carisma. El catequista puede ir orientando la reflexión, para que cada uno de los catequizando reconozca los carismas que le ha regalado el Espíritu Santo. Cada uno escribe su carisma en la llamita.
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29. Tus carismas
Se reparten a los catequizandos llamitas con los nombres, procurando que a nadie le toque el suyo. Cada uno debe escribir un carisma que ha descubierto en el compañero. Después se les pide que roten la llamita dos o tres puestos a su derecha, el que la recibe observa y escribe lo que considere conveniente. Así se procede una o dos veces más. Luego se recoge todo y se le entrega a cada uno su llamita.
Variante: Primero cada cual escribe su carisma, y luego se rotan las llamitas.
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30. Dones, carismas y ministerios
Cuando el grupo ya ha madurado, y se reconocen bien los dones y carismas de los participantes, se pueden realizar las anteriores dinámicas y añadir cómo puede usarse para servir a su comunidad. Según sea el grupo, pueden conformarse diversos ministerios, ya sea al interior del mismo grupo, ya para trabajos en su parroquia, en su colegio o en su comunidad.
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31. El cofre espiritual
Cuando ya se han descubierto los dones y carismas, cada uno escribe en una hoja aquello que puede hacer por el grupo o por su comunidad, ofreciéndose para ello cuando lo necesiten. Por ejemplo: servir de monaguillo, visitar a los enfermos, orar en los velorios, elaborar carteleras….
Cualquiera puede ir a buscar al cofre cuando necesite un servicio. El catequista debe conocer bien el contenido del cofre, para ayudar a todos a ubicarse como servidores de la comunidad.
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32. Jesucristo: palabras y obras
Jesucristo confirmaba con sus milagros las enseñanzas que impartía y explicaba con sus enseñanzas el sentido de sus milagros. Entonces, buscamos por ejemplo: Jesucristo afirmó «Yo soy la luz» y dio la vista al ciego de nacimiento.
Se puede organizar con dos equipos:
La primera persona del equipo uno dice: Jesucristo afirmó «Yo soy la luz»; y la primera persona del equipo dos responde: Y dio la vista al ciego de nacimiento.
Asimismo puede hacerse con otras frases:
¾ Dijo «Yo soy el camino» e hizo caminar al paralítico
¾ Dijo «Yo soy la vida» y resucitó a Lázaro
¾ Y otras más
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33. Los siete sacramentos
Se asignan sacramentos a las personas, de manera que estén representados todos siete. Cuando el sacramento se mencione, ellos deben cambiar de puesto. Cuando se diga «sacramentos», todos deben cambiar.
Quien dirige el juego, va inventando una pequeña historia, o frases sueltas, nombrando los sacramentos:
Ejemplo:
El guía dice: El domingo pasado en la Parroquia hubo Primeras Comuniones. (Todos los que tiene el sacramento de la Eucaristía cambian de puesto).
El guía continúa: pero se habían confesado el sábado. (Todos los que tiene la confesión cambian de puesto). Y en esta Misa un adulto recibió el Bautismo, la Confirmación y la Primera Comunión. (Los que tienen esos sacramentos cambian).
Se puede observar quién se equivoca, o no cambia y tener una penitencia al final.
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34. En mi parroquia hay… (Sacramentos)
Deben participar en el juego siete niños. Si son más. Algunos actúan como observadores y llevan la cuenta de las equivocaciones.
Se le asigna a cada uno un sacramento. Puede iniciar el juego el catequista, o alguno de los miembros.
Ejemplo:
Alguien dice: En mi parroquia hubo un bautismo.
El que tiene el bautismo responde: No fue un bautismo, sino un matrimonio.
El que tiene el matrimonio dice: No fue un matrimonio, sino solamente una misa.
El que tiene la eucaristía dice: No fue una misa, sino la ordenación de un sacerdote.
Es mejor dejarlos jugar, aunque se equivoquen. Ir corrigiendo, pero sin sacarlos, para que se graben bien los sacramentos.
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35. Se iba a celebrar un bautismo, pero…
Se asigna a cada uno algo de lo que es necesario para la celebración del bautismo: sacerdote, padrino, bautizando, agua, cirio, crisma, etc.
El que guía, o uno de los miembros dice: Se iba a celebrar un bautismo, pero faltó…
Ejemplo:
Se iba a celebrar un bautismo, pero faltó el padrino. Al que le correspondió el padrino, dice: El padrino sí estaba, pero faltó el sacerdote. El otro dice: el sacerdote sí estaba, pero faltó el agua, y así sucesivamente.
No deben sacarse cuando se equivocan, pues se trata de que recuerden bien lo necesario para el bautismo.
Asimismo puede procederse con los demás sacramentos.
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36. Ministerios para la celebración eucarística
Se asignan a los miembros los diferentes ministerios: presbítero, lector, salmista, comentador, monaguillo, recolector, cantor, etc.
El que comienza dice: Estábamos listos para la misa del domingo, pero faltaba…
Y se procede igual que en el anterior.
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37. El baúl de las oraciones
En un pequeño baúl se recogen papeletas con solicitud de oración de los mismos catequizandos, de sus familias, o de la comunidad. Por ejemplo: por la señora que está operada, por el papá que no tiene trabajo, por la conversión de alguien. Y en el momento de orar cada uno toma una papeleta y ora por esas necesidades.
Variante: Cada uno se lleva a la casa el papelito y ora por esa intención durante la semana.
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38. Teología de los sacramentos
Se puede practicar con grupos avanzados, con un sacramento cada vez, destacando lo esencial del sacramento a través de frases clave.
Ejemplo:
El Bautismo.
Frases: el bautismo borra el pecado original, el bautismo une a Cristo muerto y resucitado, por el bautismo somos hijos de Dios, por el bautismo somos miembros de la Iglesia… A cada participante se le asigna una frase.
Si el que comienza dice: por el bautismo soy hijo de Dios. El que tenga esa frase interviene para decir: por el bautismo soy hijo de Dios y además participo de la misión mesiánica de Cristo. El que tiene esta frase la escucha, la repite y añade otra. Y así se continúa.
* * *
39. En mi parroquia hay un señor que… (Mandamientos)
Es similar al anterior, pero con los mandamientos, indicando algo que el mandamiento prohíbe, es decir, nombrando los pecados.
Ejemplo:
El que inicia dice: En mi parroquia hay un señor que roba
El que tiene el 7.º mandamiento dice: El no roba, lo que pasa es que no va a misa.
El que tiene el 3.º dice: El sí va a misa, lo que pasa es que practica el espiritismo.
El que tiene el 1.º dice: el no practica el espiritismo, lo que pasa es que…
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40. Mi madrina
Similar al anterior, pero con lo que los mandamientos ordenan.
Ejemplo:
El que inicia dice: Mi madrina va todos los domingos a misa.
El que tiene el tercer mandamiento dice: Y mi madrina siempre dice la verdad
El que tiene el octavo mandamiento dice: Y mi madrina es fiel a su esposo.
Y así se continúa.
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41. La señora Caridad
Con esta dinámica se repasan las obras de misericordia. A cada cual se le asigna una.
Se puede trabajar de varias maneras, tal como se hizo con los mandamientos y los sacramentos.
También al terminar cada cual puede comunicar al grupo su compromiso para realizar esta semana un acto de caridad, por ejemplo: visitar a un enfermo, ayudar a un pobre, aconsejar a un amigo que anda en malos pasos, participar en un novenario de difuntos, tener paciencia con su vecino, etc.
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42. Escuchando problemas
Se expone un caso de la vida real, algo que se escogerá de acuerdo a las condiciones del grupo. Por ejemplo: el caso de una hija rebelde, de un niño ladrón.
Cada caso debe estar bien detallado, «con pelos y señales», ya sea que se tome de algo que sabemos, o que sea un relato verosímil preparado por el catequista. El grupo en plenario, o dividido en grupitos pequeños, reflexiona y luego se busca entre todos, a la luz de la Palabra de Dios, con todo lo que hemos aprendido, cuál es la actitud más conveniente para tomar ante este caso.
Puede usarse con grupos de adultos, pero también con adolescentes, pues a ellos les ayuda cuando se tratan cosas de la vida corriente y a veces es un punto de partida para empezar a confiar sus problemas.
Si hay miembros del grupo que conocen algún caso especial, pueden traerlo escrito y detallado para que sirva de tema a todos. Siempre se debe presentar por escrito, para que quede muy claro y tenga seriedad.
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43. Uno, dos, tres, cristianos
Es una dinámica que se usa con niños, para afianzar en ellos que la cruz es la señal del cristiano.
Se reparten los niños en un espacio más o menos grande. El que dirige se pone de espaldas, contra la pared o contra un árbol, o simplemente vendado, y dice: uno, dos, tres, cristiano. Entretanto, los otros se vienen caminando o corriendo hacia él, pero mientras habla deben ponerse en cruz. Cuando él vuelva la cara, todos deben estar quietos y en cruz. Si alguno todavía se mueve, o no está en cruz, se le corrige para que lo haga bien. Vuelven a jugar, hasta que alguno logre llegar por detrás y tocar al líder, pasando inmediatamente a dirigir el juego.
Variante: Cuando el líder se vuelve y un niño aún se está moviendo, o no está en cruz, mandarlo para atrás, al sitio del inicio.
Después, uno de los niños puede ponerse de espaldas.
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44. Persignándose
Variante del anterior.
Cuando todos están en cruz, se les ordena: santiguarse, signarse o persignarse y se observa cómo lo hacen, corrigiendo los errores.
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45. Dones y frutos del Espíritu Santo
Pueden distribuirse entre los presentes, e irlos repitiendo como se hizo con los libros de la Biblia, o adaptarse otras dinámicas.
Ejemplo:
Se reparten entre los participantes los dones del Espíritu.
El que inicia dice: Estoy pidiéndole al Espíritu Santo el don de fortaleza.
El que lo tiene, responde: Yo también le estoy pidiendo el don de consejo
Y así se continúa.
En la misma forma puede hacerse con los frutos, o con los carismas.
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46. Contenido de los libros de la Biblia
Es para grupos avanzados y comprometidos. Se elige un determinado libro, que todos han leído previamente.
El catequista puede iniciar diciendo: Estoy leyendo el libro tal y encontré esto, luego los demás por turno van diciendo: no solamente trata de eso, yo también encontré tal cosa.
Ejemplo:
Libro del Génesis
Catequista: Leí el libro del Génesis y encontré la historia del diluvio universal.
Catequizando 1: En el Génesis no solamente está la historia del diluvio universal, yo también encontré la historia de Abraham.
Catequizando 2: En el Génesis no solamente está la historia de Abraham, yo también encontré la creación.
Catequizando 3: En el Génesis no solamente está la creación, yo también encontré la historia de Esaú y Jacob.
Y así sucesivamente.
Si al catequista le parece, puede indicar qué libro se va a tratar en la siguiente sesión, para que lo lean o repasen el resumen, de acuerdo a la edad y condición de los catequizandos.
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47. María, Nuestra Patrona
Puede prepararse durante el mes de mayo, o para alguna fiesta de la Virgen.
Se preparan las banderas de los diferentes países, departamentos o poblaciones, según se organice; y aparte están unas papeletas con las advocaciones de Nuestra Señora: Inmaculada Concepción Patrona de España, Chiquinquirá Patrona de Colombia, Coromoto Patrona de Venezuela, etc., cada catequizando saca una y la coloca junto a la bandera correspondiente.
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48. Libros y personajes
Se puede realizar con grupos bastante avanzados. Hay que elegir un personaje bíblico que sea muy conocido e importante, buscando lo que se dice de él en los diversos libros de la Biblia. Si se quiere, se anuncia con anticipación, para que todos busquen, ayudándose de las concordancias bíblicas.
Ejemplo: Moisés
El primer participante dice: En el libro del Exodo se relata cómo llamó Dios a Moisés cuando vio la zarza ardiente.
El segundo dice: En el Deuteronomio aparece que Moisés murió en el Monte Nebo.
El tercero dice: En los evangélicos sinópticos se afirma que Moisés apareció junto con Elías en la Transfiguración
Y así se continúa.
Si se quiere, se hace repitiendo lo que dijo el anterior: En el libro del Exodo se relata cómo llamó Dios a Moisés cuando vio la zarza ardiente; y también en el Deuteronomio aparece que Moisés murió en el Monte Nebo.
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49. La unidad entre los dos testamentos
Con grupos avanzados, cuando se estudia la unidad entre los dos testamentos, se toman los grandes personajes, explicando por qué son figuras de Cristo.
¾ Jesucristo es el nuevo Adán, porque….
¾ Jesucristo es el nuevo Isaac….
¾ Jesucristo es el nuevo Moisés…
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50. María, la Nueva Eva
En forma similar al anterior:
¾ María es la nueva Eva porque es la madre de la humanidad redimida
¾ María es la nueva Ester…
¾ María es la nueva Judit…
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Fuente original en Aciprensa.
por Cef | Aciprensa | 14 Sep, 2015 | Primera comunión Dinámicas
Aunque a veces pueda ser difícil, se trabaje mucho, con mucho empeño, y no se vean los resultados deseados, educar en la fe es hermoso. Es, quizás, la mejor herencia que podemos dejar: la fe. Educar en la fe, para hacerla crecer. Ayudar a niños, muchachos, jóvenes y adultos a conocer y amar cada vez más al Señor, es una de las más bellas aventuras educativas: se construye la Iglesia. «Ser» catequistas. No trabajar como catequistas: eso no vale. Uno trabaja como catequista porque le gusta la enseñanza… Pero si tú no eres catequista, ¡no vale! No serás fecundo, no serás fecunda. Catequista es una vocación: “ser catequista”, ésta es la vocación, no trabajar como catequista. ¡Cuidado!, no he dicho «hacer» de catequista, sino «serlo», porque incluye la vida.
SS Francisco
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Presentamos en dos artículos una serie de 50 dinámicas de catequesis para niños, especialmente recomendadas para la preparación de la Primera Comunión. En este documento ofrecemos las primeras 25, y el resto las encontraréis en este enlace: http://catequesisenfamilia.org/primera-comunion/dinamicas/3676-50-dinamicas-para-catequesis-de-primera-comunion-ii.html
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1. Junto a mi casa vive un señor que no cree
2. Cabeza y cola
3. Dramatizaciones bíblicas
4. Dramatizaciones para analizar la realidad
5. El bautismo de emergencia
6. Venimos de Jerusalén
7. La Biblia incompleta
8. La biblioteca del catequista
9. Un profeta
10. Hablando con los personajes de la Biblia
11. El personaje desconocido
12. Béisbol bíblico
13. Bolsitas de sorpresa
14. Alcance la estrella
15. Coleccionando estrellas
16. Orden del día
17. Descubriendo a los personajes de la Biblia
18. Que me pueden decir
19. Que tenemos en común
20. Adivina el personaje
21. Los libros de la Biblia
22. Contenido de los libros de la Biblia
23. Por qué se llaman así
24. A quién te pareces
25. Dones y frutos del Espíritu Santo
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1. Junto a mi casa vive un señor que no cree
Con este juego se afianza el Credo.
Se reparte a los miembros el credo, una parte para cada uno. Por ejemplo:
. Creo en Dios Padre Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra
. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo
. Y nació de Santa María Virgen
Y así, de acuerdo al número de miembros. Un miembro comienza diciendo: Junto a mi casa vive un señor que no cree en… El miembro que tiene la parte del Credo que se ha mencionado responde: El sí cree en… (lo dicho), pero no cree en…
Ejemplo:
El que inicia dice: Junto a mi casa vive un señor que no cree en la Virgen
El que tiene «y nació de Santa María Virgen» responde: Él sí cree en la Virgen, pero no cree en la Iglesia
El que tiene «creo en la santa Iglesia Católica» responde: Él sí cree en la Iglesia, pero no cree en la vida eterna.
Y así sucesivamente.
No hay que sacar a los que pierden, pues se trata de que repasen bien y ellos son los que más necesitan afianzarse. Solamente alguna vez, cuando ya todos están peritos, podría jugarse retirando a los que pierdan, se equivoquen, o se demoren, y otorgando un premio al que gana.
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2. Cabeza y cola
Es bueno especialmente para aquello que hay que aprender de memoria, o para las oraciones comunes. Igualmente, pueden prepararse preguntas para respuesta breve, a juicio del catequista.
Los niños se sientan en semicírculo. En un extremo está la cabeza y en otro la cola. La primera pregunta se le dirige al niño de la cabeza, si responde bien se queda ahí, pero si no sabe se le pregunta al segundo y a los que siguen, hasta que alguno responda bien. Cuando eso sucede, el que respondió bien sube al puesto del primero que recibió la pregunta y todos se corren un puesto hacia la cola. Se siguen haciendo preguntas y así los niños pueden conservar el puesto, subir o bajar.
Esta dinámica nos permite detectar quiénes son los que generalmente se quedan cerca de la cola, o sea los que saben menos, los distraídos, los que tienen dificultad para aprender. Al darse cuenta, hay que tomar a estos niños en tiempo extra para buscar la forma de afianzar en ellos el conocimiento.
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3. Dramatizaciones bíblicas
Puede dramatizarse algún pasaje de la Biblia, por ejemplo: el llamado de Dios a Samuel, o la visita de Jesús a la casa de Marta y María, o cualquier texto que pueda servir para el mensaje que se presenta.
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4. Dramatizaciones para analizar la realidad
También pueden dramatizarse hechos de la vida real, que puedan servir para iniciar la catequesis o realizar el análisis de la realidad. Por ejemplo: relaciones entre padres e hijos.
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5. El bautismo de emergencia
En la misma forma que el anterior.
Es bueno que los catequizandos aprendan cómo se bautiza a un niño en peligro de muerte. Esto desde cuando se preparan para la primera comunión.
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6. Venimos de Jerusalén
Se reparte a los miembros en dos bandos, o en más si son muchas personas. Cada equipo debe ir preparando la mímica de un pasaje de la Biblia, para que el otro pueda descubrir de qué se trata.
Al principio, pueden ser sólo pasajes del Evangelio. Y con grupos más avanzados, de toda la Biblia.
Los que van a representar llegan y los otros les preguntan: De dónde vienen?
Respuesta: De Jerusalén.
Pregunta: Qué oficio traen?
Respuesta: Ya lo verán.
E inmediatamente comienzan a representar su mímica. Los otros observan y cuando crean que ya saben de qué se trata, lo dicen en voz alta. Si está correcto, ahí se termina y pasan a actuar ellos. Si no lograron saber, pierden un miembro y el equipo que actuó dice a quién deben dar.
Se pueden dar una, dos, o tres posibilidades de «adivinar», según el grupo.
Los equipos siguen actuando en forma alterna. Cuando el tiempo termine, gana el equipo que tenga mayor número de miembros.
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7. La Biblia incompleta
Se distribuyen entre los participantes los nombres de los libros de la Biblia, o de una parte de la Biblia, por ejemplo: los profetas.
El que inicia dice: Esta Biblia está incompleta porque le falta el libro de Jeremías.
El que tiene asignado ese libro dice: El libro de Jeremías no le falta, el que le falta es el libro de Amós.
El otro dice: El libro de Amós no le falta, el que le falta es el libro de Sofonías.
Y así se continúa.
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8. La biblioteca del catequista
Es muy similar al de la Biblia incompleta, pero con los libros que debe tener un catequista. Por ejemplo: La Biblia, Vaticano II, Medellín, Puebla, Catecismo de la Iglesia Católica y otros.
A cada uno se le asigna el nombre de un libro.
El que inicia dice: Yo quiero comprar una Biblia. Al que le corresponde la Biblia interviene: Yo ya tengo la Biblia, pero quiero comprar el libro de Medellín. El otro dice: Yo ya tengo el libro de Medellín, pero quiero comprar el Catecismo de la Iglesia Católica, etc.
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9. Un profeta
Se van nombrando las diferentes clases de personajes que aparecen en la Biblia: profetas, reyes, apóstoles, evangelistas, patriarcas, fariseos, etc.
Se ponen todos en círculo. El primero dice: Un profeta
El que sigue dice: Un profeta y dos…
El que sigue dice: Un profeta, dos… y tres…
Y así sucesivamente.
Ejemplo
¾ Un profeta
¾ Un profeta y dos apóstoles
¾ Un profeta, dos apóstoles y tres reyes
¾ Un profeta, dos apóstoles, tres reyes y cuatro evangelistas
Cuando alguien pierde, se vuelve a comenzar.
Gana el que queda de último.
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10. Hablando con los personajes de la Biblia
A uno de los miembros se le asigna con tiempo un personaje bíblico, conocido por todos, para que se estudie bien quién fue ese personaje, qué hizo, cómo fue su vida, etc.
La persona se presenta, ojalá vestida como el personaje, y les comienza a contar su vida. También, si se quiere, se permite a los asistentes que le hagan preguntas.
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11. El personaje desconocido
Variante del anterior.
Cuando se quiere presentar a un personaje desconocido por los participantes, para que así lo conozcan.
Por ejemplo: Si se está estudiando los jueces de Israel, alguien -en algunos casos el mismo catequista y en otros algún estudiantes que se ha preparado con tiempo-
Se presenta ante los demás, si quiere ataviado como el personaje y comienza a contarles de su vida.
Por ejemplo: Yo me llamo Gedeón, estaba trabajando cuando el Señor me llamó de tal y tal manera, yo le pedí una señal, etc.
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12. Béisbol bíblico
Se reparten en dos o más equipos. Cada equipo elige su líder.
Debe haber tres clases de preguntas: hit, doble y jonrón. Estas preguntas se habrán preparado y clasificado con anterioridad, revisadas por el catequista.
El líder de un grupo dirige una pregunta al primer miembro del equipo que está jugando. Si responde bien, se anota un hit, doble, o jonrón. Si no responde, puede responder el segundo miembro, si no sabe puede responder el tercero y así sucesivamente. Si nadie responde, es un out y ahí termina la ronda, pero un miembro del equipo del líder debe responder correctamente o de lo contrario también e out.
Se inicia entonces la segunda ronda, cambiando de equipo. Y así se continúa de acuerdo al tiempo que se programe.
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13. Bolsitas de sorpresa
Se tiene una bolsita, con diversas preguntas sobre los temas de la catequesis. Cada miembro va sacando una y la debe responder. Si no la responde, el compañero puede hacerlo y se va llevando la cuenta de las respuestas correctas.
Es preferible que todos participen durante todo el tiempo, sin sacarlos, para que los que no saben mucho escuchen y así tengan la oportunidad de repasar lo que no saben bien.
Cuando están ya muy adelantados, se puede alguna vez ir sacando a los que fallan y dar un premiecito al ganador.
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14. Alcance la estrella
Se realiza en forma de concurso, con dos o tres equipos, que deben tener igual número de miembros.
Las estrellas estarán prendidas en un tablero un poco alejado de los asientos. Por detrás cada estrella lleva una pregunta.
Los miembros se numeran: 1, 2, 3… Y cuando sea el momento, quien dirige el juego indica: salgan los números tal. El primero que llegue, coge la estrella que desee, lee en voz alta la pregunta y da su respuesta. Si no lo sabe, no o responde bien, otro de su mismo número puede responder. De lo contrario, devuelve la estrella a su sitio. Se va notando la puntuación, para saber al final cuál es el equipo ganador.
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15. Coleccionando estrellas
Es una variante del anterior. No hay equipos. Es personal.
En cada estrella figuran la pregunta y la respuesta correcta. Todos se sientan en rueda. El primero alcanza la estrella, lee la pregunta y se la lanza al segundo. Si este responde correctamente recibe su estrella y pasa a tomar otra para seguir el juego. Si no responde bien, el que trajo la estrella le dice la respuesta y regresa la estrella a su sitio. El segundo, aunque no hubiera respondido bien, pasa a buscar otra estrella y le hace la pregunta al tercero y así se continúa.
Gana el que haya recogido más estrellas.
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16. Orden del día
Se puede usar especialmente para un día de encuentro o convivencia.
El catequista, de acuerdo a la programación, prepara tarjetas con diversos servicios o ministerios. Por ejemplo: adornar el salón, dirigir la oración inicial, preparar una dinámica, mantener todo en orden, repartir algo, encargarse de distribuir el refrigerio, explicar un tema, preparar una cartelera, etc. Guarda estas tarjetas en una bolsa. Cada catequizando saca una y se preparar para hacer lo indicado.
Esto ayuda a fomentar la responsabilidad y el espíritu de servicio y además permite ver que uno es capaz de hacer las cosas bien, si se preparara convenientemente.
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17. Descubriendo a los personajes de la Biblia
Uno de los catequizandos, o el propio catequista, representa a un personaje de la Biblia, que sea bastante conocido. Les va indicando algunas cosas sobre su vida, de manera que ellos puedan descubrir de quién se trata.
Si hay varios participantes, el que logró descubrir pasa a representar a otro personaje.
De acuerdo a la madurez del grupo, esto puede traerse preparado, o repartir y dejar unos momentos para prepararse, o cuando la persona deba actuar, saca a la suerte la papeleta con el nombre del personaje que deberá representar.
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18. Que me pueden decir
Uno de los miembros sale del salón y los demás seleccionan un personaje de la Biblia, que sea muy conocido.
Cuando regresa, pregunta: Del Antiguo o del Nuevo Testamento? Y cuando le responden, continúa: Qué me saben decir?
Cada miembro le dice, sin repeticiones, algo sobre el personaje, hasta que logre detectar quién es.
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19. Que tenemos en común
Cada miembro saca una papeleta, en la cual figura el nombre de un personaje de la Biblia y reflexiona qué tiene en común con ese personaje: por ejemplo: que es varón, que el joven, que es tímido, que vive en el campo, que se desanima fácilmente.
Después hay socialización.
En grupos adelantados, los otros miembros pueden intervenir diciéndole en qué más se parece.
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20. Adivina el personaje
Se tiene ya preparadas unas series de «pistas» sobre diferentes personajes de la Biblia. Puede ser verbalmente o con papeletas, para que se pueda descubrir de quién se trata. De acuerdo a la madurez del grupo, se puede preguntar a todos en general, o a cada uno en particular. Es posible establecer quipos.
Ejemplo:
¾ Un profeta
¾ Tuvo un encuentro especial con Dios en el monte Horeb
¾ Puso en ridículo a los sacerdotes de Baal
¾ Fue arrebatado en un carro de fuego.
Las pistas se escogen de acuerdo con la madurez del grupo y su conocimiento de la Biblia.
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21. Los libros de la Biblia
Se toma un grupo de libros de la Biblia, por ejemplo los profetas o las epístolas paulinas. Se sientan todos en rueda y a cada uno se le asigna el nombre de un libro (puede ser en el orden en que aparecen en la Escritura). El primero lo dice, el segundo repite ese y dice el siguiente, y así se continúa.
Ejemplo: Epístolas Católicas
El primero dice: Primera de Pedro
El segundo dice: Primera de Pedro, segunda de Pedro
El tercero dice: Primera de Pedro, segunda de Pedro, carta de Santiago
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22. Contenido de los libros de la Biblia
Cuando el grupo ya conoce, aunque sea a grandes rasgos, el contenido de los libros de la Biblia, se puede realizar la siguiente dinámica:
El que inicia menciona un libro y su contenido general, pero luego añade: me gustaría saber de qué se trata el libro tal, mencionando otro. El que sigue debe responder, y así sucesivamente. Si alguno no sabe, se da la oportunidad de que el siguiente responda, pero sin retirar a nadie, pues lo que necesitamos es que afiancen y memoricen los contenidos.
También se puede jugar entre dos o más equipos, anotando qué equipo ha respondido mejor.
Ejemplo:
¾ Yo se que el libro del Éxodo narra cómo Dios sacó al pueblo de la esclavitud en Egipto y lo puso en camino hacia la tierra prometida. Me gustaría saber de qué trata el libro de los jueces.
¾ El libro de los jueces trata sobre el pueblo establecido ya en la tierra prometida, liderado por hombres carismáticos llamados jueces. Me gustaría saber de qué trata el libro de la Sabiduría.
¾ El libro de la sabiduría trata de…
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23. Por qué se llaman así
Esta dinámica está relacionada con la anterior y permite memorizar la razón por la cual cada libro lleva su nombre.
El catequista y en grupos más avanzados los mismos catequizandos, pueden referirse al libro, para que el que va a contestar lo identifique.
Ejemplo:
¿Por qué se llama así el libro de los Números?
O bien:
¿Qué libro lleva un nombre que significa «segunda ley»?
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24. A quién te pareces
Se selecciona a uno de los miembros y los demás le van diciendo a qué personaje de la Biblia se parece y por qué.
También se le puede pedir a uno que se retire unos momentos del salón, mientras todos deciden a qué personaje se parece. Cuando llega, cada uno le va diciendo una característica y él debe detectar de quién se trata.
Ejemplo: El grupo lo encuentra parecido a San Pedro.
Cuando llega le van diciendo: eres entusiasta, te gusta hablar en nombre de todos, a veces eres imprudentes, eres, líder, tienes suegra…
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25. Dones y frutos del Espíritu Santo
Pueden distribuirse entre los presentes, e irlos repitiendo como se hizo con los libros de la Biblia, o adaptarse otras dinámicas.
Ejemplo:
Se reparten entre los participantes los dones del Espíritu.
El que inicia dice: Estoy pidiéndole al Espíritu Santo el don de fortaleza.
El que lo tiene, responde: Yo también le estoy pidiendo el don de consejo
Y así se continúa.
En la misma forma puede hacerse con los frutos, o con los carismas.
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Fuente original en Aciprensa.