Colorea la vida de san Pedro

Colorea la vida de san Pedro

Con motivo de la Solemnidad de san Pedro y san Pablo el día 29 de junio, os presentamos estos dibujos para colorear algunos pasajes de la vida de san Pedro. Que disfrutéis con las maravillosas ilustraciones del Hermano Roque Miguel Vernaz, religioso de la Congregación de los Cooperadores Parroquiales de Cristo Rey.

Nota: podéis obtener las imágenes en tamaño real pulsando directamente sobre el título de cada advocación.

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Colorea la vida de san Pedro

El encuentro con el maestro

(Marcos 10)

Tú eres Pedro

(Mateo 16)

El encuentro con el maestro Tú eres Pedro

Pentecostés

(Hechos de los Apóstoles 2)

Curación de un paralítico

(Hechos de los Apóstoles 3)

Pentecostés Curación de un paralítico

Les prohíben enseñar en nombre de Jesús

(Hechos de los Apóstoles 4)

Les prohíben enseñar en nombre de Jesús

(Hechos de los Apóstoles 5)

Les prohíben enseñar en nombre de Jesús

Pedro y Juan ante el Sanedrín

Prisión de Pedro

(Hechos de los Apóstoles 12)

Pedro en libertad

(Hechos de los Apóstoles 12)

Prisión de Pedro Pedro en libertad

Pedro, obispo de Roma

Crucifixión y muerte de Pedro

(2 Pedro 2)

Pedro, obispo de Roma Crucifixión y muerte de Pedro

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¿Quién es el Papa Francisco? – Primer documental sobre el Santo Padre

¿Quién es el Papa Francisco? – Primer documental sobre el Santo Padre

Este vídeo de 45 minutos lleva por título ¿Quién es el Papa Francisco? Contiene entrañables imágenes y grabaciones inéditas de la vida del hasta hace poco Cardenal Bergoglio. Sus gestos y anécdotas transmiten el excepcional carisma del papa argentino que está rompiendo todos los esquemas. Además, este DVD ofrece como extra una entrevista suya realizada por el canal internacional EWTN.

El documental recoge opiniones de los provinciales de la Compañía de Jesús en Argentina y España, así como de periodistas y profesores de universidades pontificias. Un obispo español cuenta sus impresiones de los ejercicios espirituales que le predicó el Cardenal Bergoglio.

El video recoge desde las imágenes más impresionantes del cónclave que derrotó todas las quinielas, y los detalles más emotivos de las primeras apariciones del Papa Francisco, salpicados de humor, sencillez y cercanía, hasta la escena de Angela Merkel y otros gobernantes haciendo cola para felicitarle.

Después del éxito del documental «El Cónclave: cómo se elige un papa», realizado por Goya Producciones y emitido por numerosas televisiones nacionales y extranjeras, la productora nos ofrece un trabajo de alta calidad técnica, con un guión y una realización que mantienen la atención en todo momento.

Para obtener el video directamente desde internet

Para solicitar más información pueden escribir a goya@goyaproducciones.es

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DVD ¿Quién es el Papa Francisco?

Trailer


Sinopsis

Nadie le conocía hasta el 13 de marzo. ¿Quién es este Papa inesperado que ha sorprendido al mundo? ¿Cómo ha sido su vida? ¿Qué piensa? ¿Cómo actúa? ¿Es combativo? ¿Va a dar un vuelco a la Iglesia?

Todas estas cuestiones y muchas más se responden en el primer gran documental realizado sobre el carismático nuevo Pontífice. Se titula ¿Quién es el Papa Francisco?

Ha sido realizado en un tiempo récord por Goya Produciones, tras un intenso trabajo de investigación, haciendo acopio de imágenes emotivas y sorprendentes desde su niñez hasta su entronización como Papa. Un guión ágil y un montaje brillante mantienen el interés durante los 45 minutos.

El programa muestra al entonces cardenal Bergoglio fustigando a las mafias del trabajo esclavo y la prostitución en Buenos Aires, arengando a los jóvenes, lavando los pies a pobres, circulando en metro y autobús por Buenos Aires, o pagando su hotel después de ser Papa. Estas y otras anécdotas salpicadas de humor transmiten el excepcional carisma del papa argentino que está rompiendo todos los esquemas.

El documental recoge opiniones de los provinciales de la Compañia de Jesús en Argentina y España, así como de periodistas y profesores de universidades pontificias. Un obispo español cuenta cómo quedó marcado por los ejercicios espirituales que le predicó el Cardenal Bergoglio.

El DVD recoge las imágenes más impresionantes del cónclave que derrotó todas las quinielas, y los detalles más entrañables de las primeras apariciones del Papa Francisco hasta la escena de Angela Merkel y otros gobernantes haciendo cola para felicitarle.


Ficha técnica

TITULO: ¿Quién es el Papa Francisco?

GÉNERO: Inspiracional. Documental.

PÚBLICO: Recomendado para todos los públicos

PRODUCTORA: Goya Producciones

DURACIÓN: 45 min. aprox. + 15 min. de entrevista

IDIOMAS: Español

CALIFICACIÓN DE EDADES: Todos los públicos

FORMATO VENTA: DVD

VENTA DVD: a partir del 3 de abril de 2013.

DISTRIBUIDORA: Goya Producciones.

DISPONIBILIDAD: a partir del 2 de abril.

CÓDIGO EAN: 8426262606163

PVP: 9,95 €

PRECIO SIN IVA: 8,223 €


Equipo técnico

DIRECCIÓN Y PRODUCCIÓN: Andrés Garrigó.

GUIÓN: Andrés Garrigó y Josemaría Muñoz.

REALIZACIÓN: Josemaría Muñoz.

FOTOGRAFÍA Y POSPRODUCCIÓN: Daniel Fernández Vidou.

GRABACIONES: Chechu García, Josemaría Muñoz.

EDICIÓN: Chechu García y José Luis Martínez Castilla.

LOCUCIÓN: Nacho Aramburu.

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Solemnidad de san Pedro y san Pablo

Solemnidad de san Pedro y san Pablo

San Pedro y san Pablo, apóstoles y mártires. Fiesta el 29 de junio.

Origen de la fiesta: san Pedro y san Pablo son apóstoles, testigos de Jesús que dieron un gran testimonio. Se dice que son las dos columnas del edificio de la fe cristiana. Dieron su vida por Jesús y gracias a ellos el cristianismo se extendió por todo el mundo.

Los cadáveres de san Pedro y san Pablo estuvieron sepultados juntos por unas décadas, después se les devolvieron a sus sepulturas originales. En 1915 se encontraron estas tumbas y, pintadas en los muros de los sepulcros, expresiones piadosas que ponían de manifiesto la devoción por san Pedro y san Pablo desde los inicios de la vida cristiana. Se cree que en ese lugar se llevaban a cabo las reuniones de los cristianos primitivos. Esta fiesta doble de san Pedro y san Pablo ha sido conmemorada el 29 de Junio desde entonces.

El sentido de tener una fiesta es recordar lo que estos dos grandes santos hicieron, aprender de su ejemplo y pedirles en este día especialmente su intercesión por nosotros.

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San Pedro

San Pedro fue uno de los doce apóstoles de Jesús. Su nombre era Simón, pero Jesús lo llamó Cefas que significa «piedra» y le dijo que sería la piedra sobre la que edificaría Su Iglesia. Por esta razón, le conocemos como Pedro. Era pescador de oficio y Jesús lo llamó a ser pescador de hombres, para darles a conocer el amor de Dios y el mensaje de salvación. Él aceptó y dejó su barca, sus redes y su casa para seguir a Jesús.

Pedro era de carácter fuerte e impulsivo y tuvo que luchar contra la comodidad y contra su gusto por lucirse ante los demás. No comprendió a Cristo cuando hablaba acerca de sacrificio, cruz y muerte y hasta le llegó a proponer a Jesús un camino más fácil; se sentía muy seguro de sí mismo y le prometió a Cristo que nunca lo negaría, tan sólo unas horas antes de negarlo tres veces.

Vivió momentos muy importantes junto a Jesús:

  • Vio a Jesús cuando caminó sobre las aguas. Él mismo lo intentó, pero por desconfiar estuvo a punto de ahogarse.
  • Prensenció la Transfiguración del Señor.
  • Estuvo presente cuando aprehendieron a Jesús y le cortó la oreja a uno de los soldados atacantes.
  • Negó a Jesús tres veces, por miedo a los judíos y después se arrepintió de hacerlo.
  • Fue testigo de la Resurrección de Jesús.
  • Jesús, después de resucitar, le preguntó tres veces si lo amaba y las tres veces respondió que sí. Entonces, Jesús le confirmó su misión como jefe Supremo de la Iglesia.
  • Estuvo presente cuando Jesús subió al cielo en la Ascensión y permaneció fiel en la oración esperando al Espíritu Santo.
  • Recibió al Espíritu Santo el día de Pentecostés y con la fuerza y el valor que le entregó, comenzó su predicación del mensaje de Jesús. Dejó atrás las dudas, la cobardía y los miedos y tomó el mando de la Iglesia, bautizando ese día a varios miles de personas.
  • Realizó muchos milagros en nombre de Jesús.

En los Hechos de los Apóstoles, se narran varias hazañas y aventuras de Pedro como primer jefe de la Iglesia. Nos narran que fue hecho prisionero con Juan, que defendió a Cristo ante los tribunales judíos, que fue encarcelado por orden del Sanedrín y librado milagrosamente de sus cadenas para volver a predicar en el templo; que lo detuvieron por segunda vez y aún así, se negó a dejar de predicar y fue mandado a azotar.

Pedro convirtió a muchos judíos y pensó que ya había cumplido con su misión, pero Jesús se le apareció y le pidió que llevara esta conversión a los gentiles, a los no judíos.

En esa época, Roma era la ciudad más importante del mundo, por lo que Pedro decidió ir allá a predicar a Jesús. Ahí se encontró con varias dificultades: los romanos tomaban las creencias y los dioses que más les gustaban de los distintos países que conquistaban. Cada familia tenía sus dioses del hogar. La superstición era una verdadera plaga, abundaban los adivinos y los magos. Él comenzó con su predicación y ahí surgieron las primeras comunidades cristianas. Estas comunidades daban un gran ejemplo de amor, alegría y de honestidad, en una sociedad violenta y egoísta. En menos de trescientos años, la mayoría de los corazones del imperio romano quedaron conquistados para Jesús. Desde entonces, Roma se constituyó como el centro del cristianismo.

En el año 64, hubo un incendio muy grande en Roma que no fue posible sofocar. Se corría el rumor de que había sido el emperador Nerón el que lo había provocado. Nerón se dio cuenta que peligraba su trono y alguien le sugirió que acusara a los cristianos de haber provocado el incendio. Fue así como se inició una verdadera «cacería» de los cristianos: los arrojaban al circo romano para ser devorados por los leones, eran quemados en los jardines, asesinados en plena calle o torturados cruelmente. Durante esta persecución, que duró unos tres años, murió crucificado Pedro por mandato del emperador Nerón.

Pidió ser crucificado de cabeza, porque no se sentía digno de morir como su Maestro. Treinta y siete años duró su seguimiento fiel a Jesús. Fue sepultado en la Colina Vaticana, cerca del lugar de su martirio. Ahí se construyó la Basílica de San Pedro, centro de la cristiandad.

San Pedro escribió dos cartas o epístolas que forman parte de la Sagrada Escritura.

¿Qué nos enseña la vida de Pedro?

Nos enseña que, a pesar de la debilidad humana, Dios nos ama y nos llama a la santidad. A pesar de todos los defectos que tenía, Pedro logró cumplir con su misión. Para ser un buen cristiano hay que esforzarse por ser santos todos los días. Pedro concretamente nos dice: «Sean santos en su proceder como es santo el que los ha llamado» (1 Pedro 1, 15)

Cada quien, de acuerdo a su estado de vida, debe trabajar y pedirle a Dios que le ayude a alcanzar su santidad.

Nos enseña que el Espíritu Santo puede obrar maravillas en un hombre común y corriente. Lo puede hacer capaz de superar los más grandes obstáculos.

La Institución del Papado

Toda organización necesita de una cabeza y Pedro fue el primer jefe y la primera cabeza de la Iglesia. Fue el primer Papa de la Iglesia Católica. Jesús le entregó las llaves del Reino y le dijo que todo lo que atara en la Tierra quedaría atado en el Cielo y todo lo que desatara quedaría desatado en el Cielo. Jesús le encargó cuidar de su Iglesia, cuidar de su rebaño. El trabajo del Papa no sólo es un trabajo de organización y dirección. Es, ante todo, el trabajo de un padre que vela por sus hijos.

El Papa es el representante de Cristo en el mundo y es la cabeza visible de la Iglesia. Es el pastor de la Iglesia, la dirige y la mantiene unida. Está asistido por el Espíritu Santo, quien actúa directamente sobre Él, lo santifica y le ayuda con sus dones a guiar y fortalecer a la Iglesia con su ejemplo y palabra. El Papa tiene la misión de enseñar, santificar y gobernar a la Iglesia.

Nosotros, como cristianos debemos amarlo por lo que es y por lo que representa, como un hombre santo que nos da un gran ejemplo y como el representante de Jesucristo en la Tierra. Reconocerlo como nuestro pastor, obedecer sus mandatos, conocer su palabra, ser fieles a sus enseñanzas, defender su persona y su obra y rezar por Él.

Cuando un Papa muere, se reúnen en el Vaticano todos los cardenales del mundo para elegir al nuevo sucesor de San Pedro y a puerta cerrada, se reúnen en Cónclave (que significa: cerrados con llave). Así permanecen en oración y sacrificio, pidiéndole al Espíritu Santo que los ilumine. Mientras no se ha elegido Papa, en la chimenea del Vaticano sale humo negro y cuando ya se ha elegido, sale humo blanco como señal de que ya se escogió al nuevo representante de Cristo en la Tierra.

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San Pablo

Su nombre hebreo era Saulo. Era judío de raza, griego de educación y ciudadano romano. Nació en la provincia romana de Cilicia, en la ciudad de Tarso. Era inteligente y bien preparado. Había estudiado en las mejores escuelas de Jerusalén.

Era enemigo de la nueva religión cristiana ya que era un fariseo muy estricto. Estaba convencido y comprometido con su fe judía. Quería dar testimonio de ésta y defenderla a toda costa. Consideraba a los cristianos como una amenaza para su religión y creía que se debía acabar con ellos a cualquier costo. Se dedicó a combatir a los cristianos, quienes tenían razones para temerle. Los jefes del Sanedrín de Jerusalén le encargaron que apresara a los cristianos de la ciudad de Damasco.

En el camino a Damasco, se le apareció Jesús en medio de un gran resplandor, cayó en tierra y oyó una voz que le decía: «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?» ( Hechos de los Apóstoles 9, 1-9.20-22).

Con esta frase, Pablo comprendió que Jesús era verdaderamente Hijo de Dios y que al perseguir a los cristianos perseguía al mismo Cristo que vivía en cada cristiano. Después de este acontecimiento, Saulo se levantó del suelo, y aunque tenía los ojos abiertos no veía nada. Lo llevaron a Damasco y pasó tres días sin comer ni beber. Ahí, Ananías, obedeciendo a Jesús, hizo que Saulo recobrara la vista, se levantara y fuera bautizado. Tomó alimento y se sintió con fuerzas.

Estuvo algunos días con los discípulos de Damasco y después empezó a predicar a favor de Jesús, diciendo que era el Hijo de Dios. Saulo se cambió el nombre por Pablo. Fue a Jerusalén para ponerse a la orden de San Pedro.

La conversión de Pablo fue total y es el más grande apóstol que la Iglesia ha tenido. Fue el «apóstol de los gentiles» ya que llevó el Evangelio a todos los hombres, no sólo al pueblo judío. Comprendió muy bien el significado de ser apóstol, y de hacer apostolado a favor del mensaje de Jesús. Fue fiel al llamado que Jesús le hizo en al camino a Damasco.

Llevó el Evangelio por todo el mundo mediterráneo. Su labor no fue fácil. Por un lado, los cristianos desconfiaban de él, por su fama de gran perseguidor de las comunidades cristianas. Los judíos, por su parte, le tenían coraje por «cambiarse de bando». En varias ocasiones se tuvo que esconder y huir del lugar donde estaba, porque su vida peligraba. Realizó cuatro grandes viajes apostólicos para llevar a todos los hombres el mensaje de salvación, creando nuevas comunidades cristianas en los lugares por los que pasaba y enseñando y apoyando las comunidades ya existentes.

Escribió catorce cartas o epístolas que forman parte de la Sagrada Escritura.

Al igual que Pedro, fue martirizado en Roma. Le cortaron la cabeza con una espada pues, como era ciudadano romano, no podían condenarlo a morir en una cruz, ya que era una muerte reservada para los esclavos.

¿Qué nos enseña la vida de San Pablo?

Nos enseña la importancia de la labor apostólica de los cristianos. Todos los cristianos debemos ser apóstoles, anunciar a Cristo comunicando su mensaje con la palabra y el ejemplo, cada uno en el lugar donde viva, y de diferentes maneras.

Nos enseña el valor de la conversión. Nos enseña a hacer caso a Jesús dejando nuestra vida antigua de pecado para comenzar una vida dedicada a la santidad, a las buenas obras y al apostolado.

Esta conversión siguió varios pasos

1. Cristo dio el primer paso: Cristo buscó la conversión de Pablo, le tenía una misión concreta.

2. Pablo aceptó los dones de Cristo: El mayor de estos dones fue el de ver a Cristo en el camino a Damasco y reconocerlo como Hijo de Dios.

3. Pablo vivió el amor que Cristo le dio: No sólo aceptó este amor, sino que los hizo parte de su vida. De ser el principal perseguidor, se convirtió en el principal propagador de la fe católica.

4. Pablo comunicó el amor que Cristo le dio: Se dedicó a llevar el gran don que había recibido a los demás. Su vida fue un constante ir y venir, fundando comunidades cristianas, llevando el Evangelio y animando con sus cartas a los nuevos cristianos en común acuerdo con San Pedro.

Estos mismos pasos son los que Cristo utiliza en cada uno de los cristianos. Nosotros podemos dar una respuesta personal a este llamado. Así como lo hizo Pablo en su época y con las circunstancias de la vida, así cada uno de nosotros hoy puede dar una respuesta al llamado de Jesús.

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Fuente original: Solemnidad de san Pedro y san Pablo


Aprende y colorea las Advocaciones de la Virgen María (VI)

Aprende y colorea las Advocaciones de la Virgen María (VI)

Os proponemos esta catequesis sobre las advocaciones a la Madre de Dios para que los niños conozcan mejor a Nuestra Señora.

La catequesis se realiza en tres pasos:

– El primero es el de explicar qué significa «advocación» para los católicos, de tal manera que los niños comprendan que, aunque nombramos de múltiples y diferentes maneras a la Virgen María (Virgen de Lourdes, Virgen de Fátima, Nuestra Señora de la Paz, Madre de la Eucaristía, etc.) siempre nos referimos a la misma y única Madre de Dios; y que esto constituye una de las mayores riquezas de la Iglesia.

– El segundo es el de explicar la «advocación» concreta que se vaya a tratar. Para ello, basta con utilizar los textos que acompañan a cada imagen.

– El tercero es el de imprimir los dibujos para que los niños coloreen cada «advocación».

Para tener bien preparada esta catequeis, y ante cualquier pregunta que pueda surgir, os recomendamos apoyaros en el artículo: Catecismo mariano: todo lo que has de saber sobre la Virgen María.

Os deseamos que disfrutéis con las maravillosas ilustraciones y textos del Hermano Roque Miguel Vernaz, religioso de la Congregación de los Cooperadores Parroquiales de Cristo Rey.

Nota: podéis obtener las imágenes en tamaño real pulsando directamente sobre el título de cada advocación.

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Advocaciones de la Virgen María (VI)

Natividad de la Santísima Virgen

8 de septiembre

Natividad de la Santísima Virgen

El nacimiento de la Virgen María anuncia la llegada de Cristo, Sol de Justicia. La Iglesia contempla a esta niña, cuya alma inmaculada nunca conoció el pecado, y la felicita porque se asoció de manera especialísima al ministerio de la Redención.

Nuestra Señora de los Dolores

15 de septiembre

Nuestra Señora de los Dolores

Esta memoria de la Santísima Virgen fue introducida por los Servitas —orden religiosa consagrada a la Virgen María— en el siglo XIII. Tiene como fin honrar y meditar todos los dolores de la Santísima Virgen, y no solamente los que sufrió al pie de la Cruz («No te olvides de los dolores de tu Madre, anunciados por el anciano Simeón»).

Nuestra Señora de la Merced

24 de septiembre

Nuestra Señora de la Merced

En el siglo XIII gemían muchos cristianos bajo el yugo de los sarracenos. La Santísima Virgen María pidió a algunas personas a las que se les apareció, que fundaran un Instituto para liberar a los cautivos.

Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás

25 de septiembre

Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás

En 1983, en la localidad de San Nicolás de los Arrollos —provincia de Buenos Aires, Argentina— la Santísima Virgen se le apareció a una humilde mujer, pidiendo oración y conversión a todos los cristianos. Actualmente, un santuario ha sido levantado en su honor y se honra la imagen de la Virgen María bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás.

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Las ilustraciones y los textos son autoría del Hermano Roque Miguel Vernaz, religioso de la Congregación de los Cooperadores Parroquiales de Cristo Rey.


Pornografía: Conclusión

Pornografía: Conclusión

Por ventura, ¿No sabéis que vuestros cuerpos son templos del Espíritu Santo, que habita en vosotros, el cual habéis recibido de Dios, y que ya no sois de vosotros, puesto que fuisteis comprados a gran precio? Glorificad a Dios y llevadle en vuestro cuerpo.

1 Cor. 6, 19-20

Estamos en un umbral… podemos seguir permitiendo que esta plaga se propague con menos y menos controles o tomar medidas concretas para desarraigarla de nuestra vida, nuestra familia, nuestro vecindario y nuestra cultura.

Somos un pueblo llamado a compartir la visión pura y noble de Dios y de su creación. También somos un pueblo cuya futura gloria ha sido comprada con el invalorable sacrificio de Nuestro Señor Jesucristo. No debemos olvidar el alto costo de esta compra.

Como pueblo libre, podemos combatir con valentía el grave peligro moral, social y espiritual de la pornografía. Elevo mi ferviente oración para que los católicos, otros cristianos y todo el pueblo de bien entiendan esta amenaza y la combatan; para que faciliten la verdadera sanación y, más que nunca, practiquen plenamente el uso de la vista humana como don de Dios.

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 Fuente original: Pornografía: un ataque al templo de Dios vivo


Pornografía: Conclusión

Pornografía: El don de la vista

Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios.

Mateo 5, 8

En medio del sufrimiento y del dolor causados por el mal de la pornografía, somos llamados a ser un pueblo de esperanza, a contemplar la imagen de Dios en otros y a restituir nuestro uso de la vista enfocándonos en la meta de nuestra fe y el destino final de nuestra vista.

La Iglesia siempre ha descrito al cielo como el estado de contemplación del Señor cara a cara. «Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios» (Mt 5, 8). Nuestro Señor pronuncia estas palabras al comienzo de su ministerio público; por lo tanto, Él mismo revela la conexión entre la virtud de la pureza y la facultad de la vista. Según la explicación de esta beatitud dada en el Catecismo, la pureza de corazón es el preámbulo de la visión de Dios (CEC, 2519).

Esta beatitud describe primero una característica esencial de los bienaventurados, de quienes han entrado en el gozo de la vida trinitaria (CEC, 1721): son limpios de corazón. Esta descripción también sirve como exhortación moral: debemos buscar esa limpieza de corazón. En sentido general, la limpieza de corazón se refiere a la capacidad de amar que tiene la persona humana.

Indica un corazón dedicado por completo al Señor, no dividido por pasiones ni deseos contrarios a Él. Puesto que «el corazón es la sede de la personalidad moral» (CEC, 2517), la limpieza de corazón significa rectitud moral.

Con todo, la limpieza de corazón guarda una relación particularmente estrecha con la sexualidad humana, ese aspecto esencial de la persona humana que «concierne particularmente a la afectividad, a la capacidad de amar y de procrear y, de manera más general, a la aptitud para establecer vínculos de comunión con otro» (CEC, 2332).

En este contexto, la beatitud indica específicamente un corazón purificado de deseos sexuales egoístas o rudimentarios; un corazón que no ve ni desea a otra persona con fines de placer o de ganancia egoístas. La limpieza de corazón se refiere a la integración de los deseos y acciones sexuales de una persona con la verdad de la sexualidad humana y una auténtica capacidad para dar de sí misma.

La segunda parte de la beatitud describe la recompensa para los limpios de corazón: ellos verán a Dios. Cada beatitud expresa algún aspecto del cielo, en este caso la visión de Dios. «Ver a Dios» tiene, ante todo, un significado metafórico. Se refiere al conocimiento de Dios, a la capacidad de «verlo» intelectualmente. Con todo, «ver a Dios» o tener la «visión de Dios» no es solamente una analogía del cielo. Más bien, tiene un profundo sentido literal también. Como el cuerpo humano resucitará el último día, los justos literalmente «verán» a Dios con sus propios ojos. Como tal, la expresión «ver a Dios» describe el anhelo definitivo de cada corazón humano y la finalidad de la vista humana.

La Encarnación de Nuestro Señor trae al ser humano la capacidad de satisfacer el deseo de ver a Dios. En su Evangelio, san Juan da testimonio elocuente de ello: «Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros: y hemos visto su gloria, como de Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad» (Jn 1, 14). En su primera carta, también san Juan presta testimonio de «lo que fue desde el principio o desde la eternidad, lo que oímos, lo que vimos con nuestros ojos y contemplamos, y palparon nuestras manos tocante al verbo de la vida» (1 Jn 1, 1). En la Persona de Jesucristo, Dios habla al ser humano cara a cara y el ser humano ve el rostro de Dios. En realidad, no sería demasiado decir que Nuestro Señor vino al mundo precisamente para que pudiéramos verlo.

Por lo tanto, al sanar al ciego (cf. Mt 9, 27-28; 12, 22; Mc 8, 22-23; Jn 9), Él revela que ha venido a restituir la finalidad original de nuestra vista. Ante todo, con su muerte y resurrección, Nuestro Señor nos redime y, por lo tanto, nos permite entrar al cielo, a la propia presencia de Dios.

San Juan, de hecho, iguala la visión de Dios a la salvación propiamente dicha: «sabemos que cuando se manifieste claramente Jesucristo, seremos semejantes a Él porque lo veremos tal cual es» (1 Jn 3, 2). Por medio de nuestra visión de Él seremos como Él.

Al mirarlo, recibiremos salvación. Por lo tanto, la Iglesia habla del cielo como de la «visión beatífica», es decir, la visión que nos hace bienaventurados. Por eso escribió san Ireneo que «La vida del hombre es la visión de Dios». «Al presente no vemos a Dios sino como en un espejo y bajo imágenes oscuras, pero entonces lo veremos cara a cara» (1 Cor 13, 12). Sobre la base de la Sagrada Escritura, la Iglesia ha reflexionado continuamente sobre este deseo y esta promesa de la visión de Dios. Describe la virtud de la fe como una forma de ver a Dios y de ver su verdad. Describe la contemplación, el punto culminante de la oración, en términos similares:

«La contemplación es una mirada de fe, fijada en Jesús. «Yo le miro y Él me mira», decía, a su santo cura, un campesino de Ars que oraba ante el Sagrario. Esta atención a Él es renuncia a «mí». Su mirada purifica el corazón. La luz de la mirada de Jesús ilumina los ojos de nuestro corazón; nos enseña a ver todo a la luz de su verdad y de su compasión por todos los hombres. La contemplación dirige también su mirada a los misterios de la vida de Cristo. Aprende así el «cono La oración contemplativa es mirada de fe, fijada en Jesús. «Yo le miro y él me mira», decía a su santo cura un campesino de Ars que oraba ante el Sagrario (cf F. Trochu, Le Curé d’Ars Saint Jean-Marie Vianney). Esta atención a Él es renuncia a «mí». Su mirada purifica el corazón. La luz de la mirada de Jesús ilumina los ojos de nuestro corazón; nos enseña a ver todo a la luz de su verdad y de su compasión por todos los hombres. La contemplación dirige también su mirada a los misterios de la vida de Cristo. Aprende así el «conocimiento interno del Señor» para más amarle y seguirle (cf San Ignacio de Loyola, Exercitia spiritualia, 104)» (CEC, 2715).

Esta capacidad de «ver» espiritualmente tiene repercusiones para la vida moral: «nos concede ver según Dios, recibir al otro como un prójimo; nos permite considerar el cuerpo humano, el nuestro y el del prójimo, como un templo del Espíritu Santo, una manifestación de la belleza divina» (CEC, 2519).

Nuestra vista, más que una capacidad física, también es un medio importante para entender la fe, el cielo y la salvación. En realidad, su verdadero fin y su satisfacción es la visión de Dios mismo. La finalidad del ser humano está vinculada a su capacidad de ver. Con esta profunda verdad en mente, podemos apreciar mejor la grave amenaza que presenta la pornografía para el alma humana, la familia y la sociedad.

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 Fuente original: Pornografía: un ataque al templo de Dios vivo


Pornografía: Conclusión

Pornografía: Orientación para los sacerdotes

Que no queden defraudados por mi culpa los que esperan en ti, Señor del universo; que no queden humillados por mi causa los que te buscan, Dios de Israel.

Salmo 69, 7

Me dirijo ahora a mis hermanos en Cristo, a mis hermanos sacerdotes, que deben realizar la ardua tarea de dirigir al pueblo cristiano en su lucha contra los males de la pornografía. Quienes hemos sido llamados a compartir el sagrado sacerdocio de Cristo también debemos compartir su pureza. Esta es una tarea vitalicia y realizada con amor, que debe traernos mucha alegría y gran humildad. Al alabar y glorificar a Dios en nuestros éxitos en este ministerio, también debemos arrepentirnos y hacer penitencia por nuestras propias faltas y por las faltas de nuestros hermanos.

Como sacerdotes, nos encontramos sumergidos en una cultura que es a menudo diametralmente opuesta a la virtud. Al ser estudiantes de la cultura, para poder capacitarnos mejor para la evangelización, debemos estar siempre alerta para impedir que nos asombren los mismos elementos que deseamos hacer desaparecer.

Tanto ustedes como yo somos hombres solteros para el Reino de Dios. Este gran don del celibato es una invitación a la intimidad que Cristo comparte con su Iglesia. Siempre debemos aceptar este don con alegría y crecer en el amor con capacidad para dar de nosotros mismos; ese amor es nuestra herencia. La sumisión a los falsos encantos de la pornografía es un pecado grave contra el don de la castidad del celibato.

Si un sacerdote es parte de este pecado, debe buscar la asistencia del obispo o de su superior religioso. Esa falta no significa necesariamente el final de su ministerio. Quisiera ayudarles a lograr la sanación espiritual, psicológica y sacramental necesaria para que vuelvan a su labor.

Todos los sacerdotes deben ser parte de una dirección espiritual permanente y frecuente. Estos encuentros con su director son una oportunidad invalorable e íntima de oír la voz del Maestro y de responder a su voluntad. Las conversaciones con los directores deben ser siempre francas y completas, sin esconder ninguna de las frustraciones y tentaciones de su ministerio, y revelar todas sus faltas. La humilde aceptación de dirección es una defensa segura contra los peligros de la impureza.

Ningún sacerdote puede ser un ministro de reconciliación idóneo si no busca con frecuencia la absolución. Los sacerdotes deben practicar con frecuencia la confesión en el Sacramento de la Penitencia. La demora o la disminución de la importancia de la confesión es señal de un corazón impenitente.

Todos los sacerdotes deben rendir cuentas de sus actos privados y públicos. En realidad, como ministros de Cristo, ningún acto es verdaderamente privado, con excepción de su oración personal, y aun los frutos de ella deben ser discutidos abiertamente con su director. No permitan nunca que surja una vida privada que deban mantener en secreto de sus hermanos. Los sacerdotes deben ser particularmente diligentes en este campo cuando se trate del uso de tecnología moderna de comunicación. Insto a cada sacerdote a que rinda cuentas a sus hermanos sacerdotes por el uso de esta tecnología.

Por último, desearía pedir a todos los sacerdotes que se encomienden a San José, el modelo de paternidad, y que recen con mucha frecuencia por su intercesión para ustedes y para sus hermanos.


Oh Santísimo José, que llevaste al Niño Jesús en tus benditos brazos y que, durante treinta años, viviste en la más íntima familiaridad con Él, toma bajo tu poderosa protección a quienes Él ha investido con su autoridad y honrado con la dignidad de su sacerdocio. Sostenme en mi fatiga y mis esfuerzos; consuélame en mis dolores; fortifícame en mis combates; pero, sobre todo, aléjame de todos los males de la impureza.

Ayuda a lograr para todos mis hermanos la humildad de san Juan Bautista, la fe de san Pedro, el celo y la caridad de san Pablo, la pureza de san Juan y el espíritu de oración y recogimiento del que tú, amadísimo san José, eres modelo, para que después de haber estado en la tierra, los fieles dispensadores de los misterios de Tu Hijo adoptivo, Nuestro Señor Jesucristo, podamos recibir en el cielo la recompensa prometida a los pastores según el Corazón de Dios. Amén.

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 Fuente original: Pornografía: un ataque al templo de Dios vivo


Pornografía: Conclusión

Pornografía: Orientación para las parejas

Orientación para las parejas casadas y comprometidas.

El verdadero guardián y vigilante de la extraordinaria dignidad del ser humano es la familia, en particular, los esposos y las esposas, que ejercen una función tutelar de la santidad de la vida. La pornografía no solamente presenta un peligro para la promesa de fidelidad, que es el elemento fundamental del vínculo matrimonial, sino que amenaza el desarrollo moral y sexual de los niños, cuya educación se confía al cuidado vigilante de los padres. Los esposos y las esposas son los combatientes más inmediatos y directos en la lucha contra la pornografía.


Del mismo modo, los maridos deben amar a su mujer como a su propio cuerpo. El que ama a su esposa se ama a sí mismo. Nadie menosprecia a su propio cuerpo, sino que lo alimenta y lo cuida. Así hace Cristo por la Iglesia, por nosotros, que somos los miembros de su Cuerpo.

Efesios 5, 28-30


Si bien los esposos y las esposas comparten la misma dignidad como personas, no comparten las tentaciones por igual, sobre todo la tentación relacionada con el azote de la pornografía. Cabe reconocer que, en gran parte, aunque no exclusivamente, el uso de la pornografía está relacionado con los hombres. Si un matrimonio comienza a desmoronarse por la pornografía, esta última será introducida muy probablemente por el esposo.

Esposos, tengan presente que su solemne promesa de fidelidad, que es la base de la formación de su familia, se deteriora por cualquier uso de la pornografía. Esfuércense por honrar la promesa que hicieron al comienzo de su vida matrimonial. Las épocas en que la intimidad sea difícil son oportunidades para practicar el amor de sacrificio de un esposo, que solamente su noble vocación ilustra con máxima perfección.

La búsqueda de consuelo en la ilusión de la pornografía corromperá gradualmente su comprensión de sí mismo, su percepción de su amada esposa y el modelo que presenta a sus hijos. Es absurdo creer que esta preocupación secreta se puede contener y aislar de la vida familiar. Poco a poco, el egocentrismo y la falta de respeto de sí mismo y de otros, que son el fundamento de este vicio, se manifestarán dentro de su relación con la familia.

Las esposas que descubran que sus cónyuges han sucumbido a la pecaminosa atracción de las imágenes o historias pornográficas deben ser cariñosas y perdonarlos, pero también deben ser severas para exigirle al esposo que vuelva a su verdadera vocación matrimonial. La traición de un cónyuge por algo que es apenas una ilusión es una experiencia amarga, sin embargo, en este caso el mejor antídoto es el amor, acompañado de apoyo y orientación.

El campo de la orientación psicológica, cuando se realiza con la debida comprensión de la persona humana y de la ley natural, también puede ser de gran ayuda. Muchos han descubierto que no pueden luchar contra la impureza solos y que la asistencia de un orientador o un terapeuta representa una enorme diferencia (que, a veces, es definitiva).

Los esposos y las esposas deben ejercer constante vigilancia para asegurarse de que la plaga de la pornografía no entre a la vida de sus hijos. Esta vigilancia comienza con un control prudencial de los medios de comunicación disponibles en la casa. Aliente a sus hijos a usar revistas, películas y libros que eleven el espíritu y dejen un mensaje constructivo. Cuando los padres ejercen control sobre los medios de comunicación, deben dar a los hijos normas comprensibles y razones morales para recomendar y rechazar el contenido de los mensajes transmitidos por los medios de comunicación. Sean siempre claros y coherentes al explicar estas normas y demuestren su importancia al aceptarlas ustedes mismos.

Insistan en tener controles estrictos y claros sobre el uso de internet por cualquier niño. El uso de internet en la casa debe ocurrir siempre en los lugares de reunión de la familia. No se debe dar acceso a los niños, ni siquiera a los de mayor edad, en la privacidad de su habitación. Los controles tecnológicos tanto en los computadores como en la televisión deben ser parte ordinaria del uso de los medios de comunicación por la familia.

Lo que es más importante, los esposos y las esposas proporcionan las enseñanzas más claras y seguras de castidad por medio del amor, la devoción y el propio sacrificio que demuestren en su relación mutua. Recuerden siempre que el Señor les ha confiado a ustedes por su propia vida en común el medio perfecto de llevar a sus hijos a comprender la intimidad humana, de una forma verdadera y madura.


Encomiéndense a sí mismos y encomienden a sus hijos siempre al cuidado de San José, el esposo perfecto.

Proteged, oh providentísimo Custodio de la Sagrada Familia la escogida descendencia de Jesucristo. Amantísimo Padre, apartad de nosotros toda mancha de error y corrupción. Asistidnos propicio, desde el cielo, fortísimo libertador nuestro en esta lucha con el poder de las tinieblas y, como en otro tiempo librasteis al Niño Jesús del inminente peligro de la muerte, así, ahora, defended la Iglesia Santa de Dios de las asechanzas de sus enemigos y de toda adversidad, y a cada uno de nosotros protegednos con perpetuo patrocinio, para que, a ejemplo vuestro y sostenidos por vuestro auxilio, podamos santamente vivir y piadosamente morir y alcanzar en el cielo la eterna felicidad. Amén.

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 Fuente original: Pornografía: un ataque al templo de Dios vivo


Pornografía: Conclusión

Pornografía: Orientación para los jóvenes

Me dirijo con particular preocupación a los jóvenes que son mis hermanos y hermanas en Cristo. Temo que todo el peso de la rendición de nuestra cultura a la pornografía recaiga sobre sus hombros, tanto en la actualidad como en los años venideros. No solamente se han convertido ustedes en blanco de esta empresa delictiva como fuente de lucro financiero, sino que deberán sufrir el empobrecimiento de la noción de intimidad proveniente de una cultura que ha confundido el amor con la autogratificación.

Ante todo, sepan que Dios los ha destinado al amor verdadero y plenamente humano que halla su centro, no en manipular a otros sino en compartir y florecer en comunión con el ser amado.


Nadie te menosprecie por tu poca edad; has de ser dechado de los fieles en el hablar, en el trato, en la caridad, en la fe y en la castidad.

1 Timoteo 4, 12


Muchos miembros de la sociedad han aceptado la falsa expectativa de que los jóvenes no pueden controlar sus deseos naturales y practicar la virtud de la intimidad casta. Esta creencia de que es poco práctico e incluso poco natural evitar la impureza y la complacencia en la fantasía pornográfica, es una mentira y está muy lejana del pensamiento de la Iglesia. La aceptación de esa mentira de inmadurez se convierte en la excusa para dejar de lado la vital importancia del fortalecimiento de las virtudes de la modestia y la castidad, que ocupan un lugar central en su futura felicidad.

El crecimiento de la intimidad que se encuentra en el centro de la experiencia de la juventud comienza en la familia. Ahí, en el misterio del amor y del sacrificio humano, ustedes comienzan a explorar la alegría de la intimidad y la confianza. En la sagrada comunidad de la familia, ustedes aprenden que su valor no depende de su utilidad ni de su éxito, sino del hecho de que a ustedes se les valora como personas irremplazables y sagradas. También en esta sagrada comunidad de la familia es donde se aprende y se practica por primera vez el perdón, que es un elemento central en nuestra lucha contra el pecado.

Recuerden siempre su importante función en la comunidad de su familia. Respeten la función que Dios les ha dado a sus padres de guiar su vida. Cooperen en sus esfuerzos por velar por su seguridad y guiar sus decisiones. Esto es sumamente importante en sus decisiones de usar varios medios de comunicación y de tomar parte en actividades de recreo. A medida que ustedes desarrollen un sentido sano de privacidad, no se dejen llevar equívocamente a aceptar el secreto. La privacidad es la comprensión sana y necesaria de que partes de su experiencia, es decir, sus pensamientos, sueños y aspiraciones, son singularmente propios y deben compartirse solamente cuando ustedes decidan hacerlo en intimidad. Sin embargo, el secreto es el enemigo de la intimidad y es un acto de violencia contra los vínculos de la familia. El secreto es el rechazo del amor.

Lancen una mirada a sus hermanos y hermanas y recuerden su responsabilidad hacia ellos. Si son mayores, anímenlos con elogios de su éxito. Recuérdenles que ustedes desean imitarlos en su virtud. Si son menores, ayúdenles con la experiencia que ustedes han adquirido de su propia lucha.


Estad siempre prontos a dar satisfacción a cualquiera que os pida razón de la esperanza en que vivís.

1 Pedro 3, 15


El crecimiento en la intimidad no termina con la familia. Para los jóvenes, la formación de los lazos de una amistad íntima marca el final de la niñez y el comienzo de la vida adulta. La formación de esas amistades ejerce un gran deseo de aceptación y pertenencia. A menudo descritas como «presión de los compañeros», estas expectativas de amistad no son solamente una fuente de la tentación de experimentar con un comportamiento destructor, sino también una oportunidad de compartir cosas de valor verdadero y perdurable. No cedan cuando se les pida que compartan imágenes impuras por un deseo de lograr esa aceptación. Rechacen el camino fácil de la conversación impura, el vestido inmodesto y el entretenimiento pornográfico. Estén listos a explicar a sus amigos por qué han optado ustedes por evitar este mal. Más bien ofrezcan el ejemplo del dominio de sí mismos. Así como la demostración de esa clase de dominio en el atletismo, la música y las actividades académicas es motivo de admiración natural de los compañeros, su demostración también en la pureza será motivo de admiración de los amigos que enfrentan incertidumbre y tentaciones de la misma clase.

Cualquier lucha humana, incluso la lucha por lograr pureza y modestia, viene acompañada de la posibilidad de fracaso.

A menudo se logra el dominio de sí mismo por medio del fracaso y de la persistencia en el triunfo. Ustedes no deben descorazonarse si sucumben a las tentaciones que les rodean. Sean persistentes en su meta y levántense con calma de su derrota temporal. Los jóvenes tienen gran afinidad por el Sacramento de la Penitencia. Por causa de su comprensión innata de la tragedia del fracaso, los jóvenes aspiran naturalmente a tener una forma de regresar al estado de gracia. Aprovechen esta oportunidad de reconciliación y participen regularmente en el Sacramento de la Penitencia.

Recuerden que Dios los ha creado para tener perfecta intimidad con Él. Su lucha contra el pecado, ya sea contra la pornografía o contra otras tentaciones de la vida, es en realidad su preparación para esta verdadera intimidad para la cual su Padre amoroso los ha creado. En cualquier vocación a la cual los invite el Señor, el éxito de su batalla contra la impureza contribuirá a la verdadera felicidad que se encuentra en la intimidad de esa llamada.

Tengan siempre la confianza de pedir ayuda en estas luchas al amado San José, el verdadero padre espiritual de todos nosotros.


Amantísimo padre San José, que cuidaste y protegiste al Niño Jesús mientras crecía en gracia y sabiduría, cuídame y cuida a mi familia y a mis amigos en nuestra lucha para llevar una vida de amor y amistad. Intercede para que pueda ser yo ejemplo de un verdadero discípulo de tu amado Hijo y para que todos mis pensamientos, palabras y obras sean motivo de inspiración para quienes amo. Que siempre aspire a ver en ti un ejemplo de la verdadera intimidad humana y a tratar a otros con respeto y cortesía, pensando siempre en el bien de los demás y no en el placer propio. Defiéndeme de las tentaciones de la impureza y permíteme servir de ejemplo de modestia y castidad. Guíame en mi peregrinaje para que pueda descubrir la vocación para la cual me ha creado Dios y en esa vocación descubrir la alegría que tu experimentaste en tu Sacratísima Familia. Amén.

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 Fuente original: Pornografía: un ataque al templo de Dios vivo